OPINI脫N de Emilio Cafassi.- Adem谩s de los azotes que la naturaleza reparte por diversas zonas del planeta con consecuencias sociales devastadoras en las esferas habitacional, alimentaria y sanitaria, el capitalismo (que no tiene nada de natural) produce efectos proporcionales en segmentos considerables de las sociedades. Generalmente de forma menos abrupta y repentina, aunque m谩s ensa帽ada y continua en el tiempo hasta que, llegado un punto, son necesarias intervenciones solidarias para paliar la crisis humanitaria que puede reconocerse cuando las pol铆ticas asistenciales quedan desbordadas por la precariedad de la econom铆a, la infraestructura o la extrema vulnerabilidad social.
En estos d铆as se discute la necesidad de acercar ayuda humanitaria a Venezuela y se producen conatos de bloqueo y agresi贸n sobre la que supuestamente se encuentra en sus fronteras. Creo que ese pa铆s la necesita, como muchos otros a los que referir茅 m谩s adelante. Personalmente he podido reconocer ya en el a帽o 2015, un ostensible desabastecimiento de medicamentos elementales y de varios productos alimentarios consecuencia de un verdadero desquicio econ贸mico en el que deriv贸 lo que fue llamado “socialismo del siglo XXI” que no ha sido m谩s que un capitalismo “intemporal” que entr贸 en una fase de descontrol hiperinflacionario y corrupci贸n con consecuencias sociales que asemejan m谩s a la acumulaci贸n primitiva de los siglos XIV y XV que expone Marx en el primer tomo de “El Capital”. En parte como resultado de medidas bloqueantes y expropiatorias de los gobiernos hostiles, tanto como por la ineficiencia y continuismo primarizador de la econom铆a en un contexto internacional declinante y recesivo. Es hoy inocultable el 茅xodo de ingentes masas que logran reunir las divisas para volar hacia pa铆ses lejanos, generalmente j贸venes profesionales producto de la explosi贸n universitaria que construy贸 el chavismo que terminan penosamente repartiendo pizzas en bicicletas o realizando tareas simplistas, adem谩s de los que huyen por medios de transporte m谩s rudimentarios, incluso pedestres, hacia las fronteras. El chavismo ha sido la m谩s consecuente y radical de las iniciativas integradoras de Am茅rica Latina, enfatizando el antiimperialismo y la institucionalidad basada en medidas concretas y sustentables. Pero en el contexto regional actual y en la propia crisis en la que se desenvuelve, la ret贸rica antiimperialista resulta huera y sus bravatas m谩s risibles que estimulantes y movilizatorias.
Creo que es mucho m谩s razonable reconocer la crisis, tanto como rechazar las formas y remitentes actuales de la supuesta ayuda humanitaria para situarla en el contexto en que la propia ONU la define, es decir basada en medios econ贸micos (devolviendo por caso todo lo que es expropiado por los imperios) productos de primera necesidad, comida y medicinas. Pero a trav茅s -y con la supervisi贸n- de los organismos internacionales p煤blicos dependientes de la ONU, tal como est谩n previstos con “principios humanitarios de imparcialidad, neutralidad, humanidad e independencia operacional”. Exactamente lo contrario de los sospechosos e inhumanitarios camiones enviados por el estado terrorista imperial y los gobiernos t铆teres del llamado grupo de Lima.
Insistir茅 lo expuesto en art铆culos anteriores en que Maduro y el chavismo deber铆an hacer una exhibici贸n de su arsenal democr谩tico constitucional (la carta magna m谩s avanzada del mundo) adelantando el refer茅ndum revocatorio, con todas las garant铆as y veedores internacionales que siempre han convocado a fin de que sea la ciudadan铆a la que decida si quiere continuar la experiencia de un capitalismo con pretensiones redistributivas y contenci贸n social, a煤n fallido, o bien las tradicionales formas salvajes y esclavizantes que propone la oposici贸n.
Tanto el argumento de la movilizaci贸n opositora y la represi贸n, cuanto el nivel de abstenci贸n que arguye el cartel de la restauraci贸n, queda desmentido no s贸lo al advertir su indiferencia ante la magnitud de las protestas sabatinas que enfrenta Macron, sino tambi茅n por la actual coyuntura haitiana. En las elecciones del 2015 la participaci贸n fue del 21% del electorado, cosa que no impidi贸 que los cuestionadores del abstencionismo venezolano reconocieran inmediatamente al ganador. Pero adem谩s fueron tan groseras las irregularidades que esas elecciones debieron anularse y repetirse con id茅ntico resultado. Hoy las calles de Puerto Pr铆ncipe est谩n plagadas de manifestantes exigiendo la renuncia de Jovenel Moise y son reprimidas contando varios muertos entre ellos. No hay ayuda humanitaria ni cuestionamiento de la legitimidad del primer mandatario. Todas las estad铆sticas, desde la expectativa de vida hasta la disponibilidad de saneamiento o el ingreso per c谩pita, denuncian una realidad que merece la ayuda inmediata. Tr谩gica paradoja la de esa media isla que sintetiz贸 pioneramente en un mismo movimiento hist贸rico, una revoluci贸n nacional, social y racial, pagando el (des)precio de la libertad, igualdad y fraternidad que se arrogaban para s铆 sus colonizadores, neg谩ndosela al resto.
Pero ni el de Venezuela ni el de Hait铆 resultan los 煤nicos casos de crisis con necesidades humanitarias. El informe 2018 de la “Food and Agriculture Organization” (FAO) de la ONU (suscripto adem谩s por Unicef, International Fund for Agricutural Developement, World Health Organization y World Food Program) ubica a Venezuela con crecimiento de la “prevalencia de la subalimentaci贸n 2015/17” pero no es el pa铆s de Sudam茅rica con la tasa mayor, aunque luego no hay datos de ese per铆odo de inseguridad alimentaria tanto para Hait铆 como para Venezuela (p谩gs. 122 y 123). Pero no alegrar谩 a Macri saber que el r茅cord de crecimiento de tal indicador en ese per铆odo lo tiene Argentina (p谩g 123) aumentando del 5,8 % (2.500.000 personas) en el per铆odo a 8,7 % (3.800.000 personas).
Si de ayuda se trata, no vale la pena esperarla de los m谩s inhumanos.
En estos d铆as se discute la necesidad de acercar ayuda humanitaria a Venezuela y se producen conatos de bloqueo y agresi贸n sobre la que supuestamente se encuentra en sus fronteras. Creo que ese pa铆s la necesita, como muchos otros a los que referir茅 m谩s adelante. Personalmente he podido reconocer ya en el a帽o 2015, un ostensible desabastecimiento de medicamentos elementales y de varios productos alimentarios consecuencia de un verdadero desquicio econ贸mico en el que deriv贸 lo que fue llamado “socialismo del siglo XXI” que no ha sido m谩s que un capitalismo “intemporal” que entr贸 en una fase de descontrol hiperinflacionario y corrupci贸n con consecuencias sociales que asemejan m谩s a la acumulaci贸n primitiva de los siglos XIV y XV que expone Marx en el primer tomo de “El Capital”. En parte como resultado de medidas bloqueantes y expropiatorias de los gobiernos hostiles, tanto como por la ineficiencia y continuismo primarizador de la econom铆a en un contexto internacional declinante y recesivo. Es hoy inocultable el 茅xodo de ingentes masas que logran reunir las divisas para volar hacia pa铆ses lejanos, generalmente j贸venes profesionales producto de la explosi贸n universitaria que construy贸 el chavismo que terminan penosamente repartiendo pizzas en bicicletas o realizando tareas simplistas, adem谩s de los que huyen por medios de transporte m谩s rudimentarios, incluso pedestres, hacia las fronteras. El chavismo ha sido la m谩s consecuente y radical de las iniciativas integradoras de Am茅rica Latina, enfatizando el antiimperialismo y la institucionalidad basada en medidas concretas y sustentables. Pero en el contexto regional actual y en la propia crisis en la que se desenvuelve, la ret贸rica antiimperialista resulta huera y sus bravatas m谩s risibles que estimulantes y movilizatorias.
Creo que es mucho m谩s razonable reconocer la crisis, tanto como rechazar las formas y remitentes actuales de la supuesta ayuda humanitaria para situarla en el contexto en que la propia ONU la define, es decir basada en medios econ贸micos (devolviendo por caso todo lo que es expropiado por los imperios) productos de primera necesidad, comida y medicinas. Pero a trav茅s -y con la supervisi贸n- de los organismos internacionales p煤blicos dependientes de la ONU, tal como est谩n previstos con “principios humanitarios de imparcialidad, neutralidad, humanidad e independencia operacional”. Exactamente lo contrario de los sospechosos e inhumanitarios camiones enviados por el estado terrorista imperial y los gobiernos t铆teres del llamado grupo de Lima.
Insistir茅 lo expuesto en art铆culos anteriores en que Maduro y el chavismo deber铆an hacer una exhibici贸n de su arsenal democr谩tico constitucional (la carta magna m谩s avanzada del mundo) adelantando el refer茅ndum revocatorio, con todas las garant铆as y veedores internacionales que siempre han convocado a fin de que sea la ciudadan铆a la que decida si quiere continuar la experiencia de un capitalismo con pretensiones redistributivas y contenci贸n social, a煤n fallido, o bien las tradicionales formas salvajes y esclavizantes que propone la oposici贸n.
Tanto el argumento de la movilizaci贸n opositora y la represi贸n, cuanto el nivel de abstenci贸n que arguye el cartel de la restauraci贸n, queda desmentido no s贸lo al advertir su indiferencia ante la magnitud de las protestas sabatinas que enfrenta Macron, sino tambi茅n por la actual coyuntura haitiana. En las elecciones del 2015 la participaci贸n fue del 21% del electorado, cosa que no impidi贸 que los cuestionadores del abstencionismo venezolano reconocieran inmediatamente al ganador. Pero adem谩s fueron tan groseras las irregularidades que esas elecciones debieron anularse y repetirse con id茅ntico resultado. Hoy las calles de Puerto Pr铆ncipe est谩n plagadas de manifestantes exigiendo la renuncia de Jovenel Moise y son reprimidas contando varios muertos entre ellos. No hay ayuda humanitaria ni cuestionamiento de la legitimidad del primer mandatario. Todas las estad铆sticas, desde la expectativa de vida hasta la disponibilidad de saneamiento o el ingreso per c谩pita, denuncian una realidad que merece la ayuda inmediata. Tr谩gica paradoja la de esa media isla que sintetiz贸 pioneramente en un mismo movimiento hist贸rico, una revoluci贸n nacional, social y racial, pagando el (des)precio de la libertad, igualdad y fraternidad que se arrogaban para s铆 sus colonizadores, neg谩ndosela al resto.
Pero ni el de Venezuela ni el de Hait铆 resultan los 煤nicos casos de crisis con necesidades humanitarias. El informe 2018 de la “Food and Agriculture Organization” (FAO) de la ONU (suscripto adem谩s por Unicef, International Fund for Agricutural Developement, World Health Organization y World Food Program) ubica a Venezuela con crecimiento de la “prevalencia de la subalimentaci贸n 2015/17” pero no es el pa铆s de Sudam茅rica con la tasa mayor, aunque luego no hay datos de ese per铆odo de inseguridad alimentaria tanto para Hait铆 como para Venezuela (p谩gs. 122 y 123). Pero no alegrar谩 a Macri saber que el r茅cord de crecimiento de tal indicador en ese per铆odo lo tiene Argentina (p谩g 123) aumentando del 5,8 % (2.500.000 personas) en el per铆odo a 8,7 % (3.800.000 personas).
Si de ayuda se trata, no vale la pena esperarla de los m谩s inhumanos.