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Impunidad, informaci贸n y democracia

OPINI脫N de Emilio Cafassi.- La irrupci贸n de Scotland Yard en la embajada ecuatoriana londinense y el posterior arresto de Julian Assange sintomatiza mucho m谩s que el inocultable tormento sobre la v铆ctima. Refleja un dram谩tico cambio en la correlaci贸n de fuerzas a grandes escalas internacionales entre los tent谩culos de los monstruos criminales impunes y las debilitadas defensas b谩sicas de las ciudadan铆as, no sin dosis de felon铆as e intrigas palaciegas que, en este caso, ven铆an insinuando el grotesco desenlace. A nadie puede sorprender el ascenso diversificado y sostenido del neofascismo en el mundo -no exclusivamente- occidental. Para no apelar a pasado alguno, el dato escalofriante del 煤ltimo fin de semana, fue que el partido “Verdaderos Finlandeses” obtuvo un virtual empate en el primer puesto con la socialdemocracia en las elecciones. Ya casi no hay Europa sin ultraderechas acechantes.

Sin un s贸rdido acuerdo entre la Primera Ministra Theresa May y los presidentes Lenin Moreno y Donald Trump en el contexto de desarme pol铆tico e ideol贸gico de progresismos e izquierdas y agobiante peso electoral de las derechas, hubiera sido impensable una violaci贸n semejante del derecho internacional y de los fundamentos humanistas del instituto del asilo.

El asilo diplom谩tico no es otra cosa que el asilo pol铆tico (o tambi茅n el humanitario) que por razones circunstanciales se concreta en la extensi贸n o ap茅ndice de un Estado-naci贸n como precisamente es una embajada, pero que supone los mismos derechos para el asilado como por ejemplo a no ser extraditado para ser juzgado por razones pol铆ticas, tal el caso concreto de Assange. Un asilado requiere protecci贸n y respeto irrestricto por todos sus derechos. Pero el azar tambi茅n tiene un reservado papel en la historia, como afirmaba el viejo Engels. Precisamente las circunstancias coyunturales del australiano no fueron tan favorables como las de Edward Snowden, cuyo refugio es en un extenso pa铆s como Rusia pero mayor fortuna que Chelsea Manning, condenada a 35 a帽os de prisi贸n hasta el indulto que tard铆amente le concedi贸 Obama en 2017.

Me resulta indispensable subrayar que los 3 mencionados tienen un lugar de honor en la historia de lucha contra la impunidad. Carezco de conocimientos y proximidad como para sostener o refutar las conclusiones del periodista italiano Benedetto Vecchi del peri贸dico Il manifesto traducido por el portal Sin Permiso respecto al eventual egocentrismo, autoritarismo y falta de transparencia con las que Assange habr铆a llegado a expulsar a integrantes de WikiLeaks que cuestionaran algunas de sus decisiones, debilit谩ndola, adem谩s de errores t谩cticos en las alianzas o apoyos diversos. Personalmente he sido cr铆tico de la elecci贸n de los 5 medios editores a los que entreg贸 primicias, particularmente luego de las revelaciones de Snowden en The Guardian y The Washington Post cuando ya estaba en la embajada. Pero me basta su rol de fundador de esta organizaci贸n de activismo digital y transparencia, para reafirmar mi gratitud, reconocimiento y la consecuente obligaci贸n de lucha contra todo cercenamiento de sus derechos como est谩n haciendo ahora los rufianes al mando de los tres pa铆ses mencionados con complicidad de indiferentes.

A煤n respet谩ndose los derechos, no creo que el asilo en una embajada sea equivalente a un asilo pol铆tico en un territorio nacional, al que hay que a帽adir que la embajada de Ecuador en el coqueto barrio de Knightsbridge es un “apartamentito” en el que Assange tuvo a su disposici贸n tan solo una habitaci贸n y un ba帽o, sin conocer el exterior por casi 7 a帽os. Una suerte de c谩rcel con privilegios que poco a poco le fueron siendo cercenados por el sucesor de Correa como la conectividad, la telefon铆a y hasta la asistencia sanitaria. Algo que enloquecer铆a a cualquiera.

Entre los momentos rutilantes de revelaciones de WikiLeaks se encuentran los documentos y videos sobre las guerras invasivas de Afganist谩n e Irak filtrados por (el entonces soldado Bradley, previo al cambio de sexo) Manning finalmente detenida en Bagdad para estar tres a帽os sometida a detenci贸n clandestina y torturas antes de que un tribunal militar la condenara en 2013 a esos 35 a帽os de prisi贸n. En auxilio de la hip贸tesis original de la desfavorable correlaci贸n de fuerzas, Manning est谩 nuevamente en prisi贸n a pesar de la condonaci贸n de Obama, porque debi贸 comparecer ante un “gran jurado secreto”. All铆 se neg贸 a responder nuevas preguntas sobre su juicio en corte marcial del 2013, “en solidaridad con muchos activistas que enfrentan las dificultades, mantendr茅 mis principios”. Permanecer谩 hasta que no revea su postura o se “disuelva el gran jurado”.

Lo que las pruebas capturadas y difundidas por estos 3 luchadores y por la ONG revelan es, tanto una aberrante omisi贸n de justicia ante cr铆menes bestiales, espionaje intrusivo sobre pa铆ses soberanos y las ciudadan铆as mundiales, cuanto la persecuci贸n, tortura, condena y reclusi贸n (cuando les fue posible) de quienes tomaron la iniciativa de informar a la justicia y la sociedad de las violaciones y sus autores. Ya no s贸lo hablamos de desigualdad ante la ley sino de una justicia invertida, garante de impunidad por un lado mientras por otro cumple el desdoroso papel de perseguidora de denunciantes de cr铆menes.

Si la informaci贸n es un insumo vital para las decisiones ciudadanas, este affair nos recuerda que las fr谩giles democracias representativas, van hundi茅ndose lentamente porque est谩n torpemente asentadas sobre el lodo de la impunidad, aunque no todas tengan como Uruguay una vergonzosa ley de impunidad vigente.

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