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"Desnudar al viejo periodismo y ponerle el traje feminista"

Florencia Gordillo. LatFem.- Estamos en las redacciones, en los canales de televisi贸n, en las radios o en un bar haciendo periodismo de manera freelance. Estamos, pero precarizadas: solo el 36,76% de las periodistas feministas trabajan de manera estable, seg煤n la encuesta que lanz贸 LatFem en conjunto con la Revista Emancipa y el Sindicato de Periodistas del Paraguay, apoyada por Oxfam.

 


“Ya es tiempo de desnudarse del traje de hombre viejo”, escribi贸 Petrona Rosende de Sierra en el peri贸dico La Aljaba que hab铆a fundado en Buenos Aires all谩 por el a帽o 1830. Ella es considerada la primera periodista mujer de Argentina. La frase iba dirigida a quienes se opon铆an a que las mujeres recibiesen educaci贸n en un tiempo en que muchas a煤n eran analfabetas. Rosende de Sierra, adem谩s de periodista, era poeta. Entonces quiz谩s aquella frase haya sido tambi茅n un recurso para vestir al periodismo con traje feminista.

A sus lectoras les dedicaba poemas en las editoriales: “Espera ser escuchada / No aplaudida: porque en ello / No est谩 su ambici贸n fijada / Ahora aspira a ser le铆da / Y en otro tiempo apreciada”. En las p谩ginas del diario tambi茅n reclamaba por los derechos de las mujeres y hab铆a notas donde se produc铆an intercambios de opiniones pol铆ticas entre ellas. En el Museo Mitre, en Buenos Aires, a煤n se conservan ejemplares del peri贸dico que se public贸 desde el 12 de noviembre de 1830 hasta el 14 de enero de 1831, durante el primer gobierno de Juan Manuel de Rosas.

El diario se llamaba La Aljaba en alusi贸n al estuche en el que las guerreras guardaban las flechas. Una met谩fora perfecta para reflejar el poder de la palabra feminista, que ciento ochenta y nueve a帽os despu茅s a煤n intenta despojar al periodismo del traje de hombre viejo.

Sembra Media en su informe “Punto de inflexi贸n” cuenta que la mitad de los 100 medios nativos digitales de Argentina, Brasil, Colombia y M茅xico que us贸 como muestra para su estudio sobre la tem谩tica nacieron en los 煤ltimos 4 a帽os. A su vez, el 40% de estos medios fueron fundados por mujeres. Una buena: pese a las resistencias, conquistamos espacios.

Seg煤n la encuesta realizada en el marco de la campa帽a #SomosPeriodistasFeministas, aproximadamente un 36,76% de ellas trabajan de manera estable en un medio donde pueden abordar sin dificultades la perspectiva de g茅nero de manera interseccional. Ese porcentaje es apenas un estimativo de la situaci贸n regional, ya que la encuesta fue respondida por comunicadoras de Latinoam茅rica y El Caribe. Si bien la mayor铆a reside en Argentina, -representan un 71,14% del total-, tambi茅n respondieron desde Chile (5,92%); Per煤 (4,74%); M茅xico (4,34%); Uruguay (3,95%); Cuba (2,76%); Brasil y Paraguay (1,97%); Colombia (1,18%); Ecuador y El Salvador (0.79%); Bolivia, Venezuela, Puerto Rico y Nicaragua (0,39%).

Las redes de mujeres se convierten en un sost茅n: las feministas construyen puentes para que otras feministas tambi茅n avancen. De la encuesta tambi茅n se desprende que el 58% de las comunicadoras est谩n organizadas con sus compa帽eras de trabajo o forma parte de alguna red. Es en este marco que el objetivo de la campa帽a es crear el primer directorio latinoamericano de periodistas feministas. Esta encuesta es el primer paso.

Periodismo en emergencia

Para la paridad en los medios a煤n falta un largo recorrido. Creci贸 la inclusi贸n pero tambi茅n la precarizaci贸n, ya que el 50% de las periodistas feministas hace su trabajo de manera freelance. En parte, el periodismo freelance muchas veces nos da libertad de escribir acorde a nuestras ideas, enfoque y tambi茅n poniendo en juego las sensibilidades de la historia que queremos contar. Aunque tambi茅n es como lanzarse al vac铆o y vivir en la incertidumbre total, sin obra social, sin aportes, sin aguinaldo ni vacaciones pagas.

De la encuesta tambi茅n se desprende que el 13,23% no tiene empleo. La flexibilizaci贸n que atraviesa a las periodistas feministas no s贸lo est谩 vinculada a la resistencia que todav铆a muestran algunos medios para incorporar esta mirada, sino tambi茅n a la desocupaci贸n en general que afecta a las juventudes y en particular a las mujeres. La encuesta fue respondida, en su mayor铆a por feministas que tienen entre 23 y 32 a帽os, el rango et谩reo que m谩s sufre la desocupaci贸n. Si miramos Argentina, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estad铆stica y Censos (Indec), el 51,6 % de las personas desocupadas son j贸venes de hasta 29 a帽os. A su vez, de 茅stas el 51 % son mujeres.

A su vez, el denominado techo de cristal y la divisi贸n desigual de las tareas dom茅sticas tambi茅n impiden que las mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries accedan a oportunidades en el mercado laboral. Del total de comunicadoras que respondieron la encuesta, el 52,6% tiene entre 23 y 32 a帽os y el 25,5% tiene entre 33 y 41; un 9,5 entre 42 y 50; y un 7,4% m谩s de 50; el resto no inform贸 su edad.

Una de las principales investigaciones realizadas a nivel mundial en 2011, que tom贸 como muestra a medios gr谩ficos, televisi贸n y radio de 522 empresas y compa帽铆as de 59 naciones de todo el mundo, indica que las estructuras organizativas y laborales en estos espacios son ampliamente ocupados por hombres. Es as铆 como el 73% de los puestos de jerarqu铆a y el 65% de puestos de periodismo y reportaje son desempe帽ados por varones, siendo que las mujeres llegan al 33% del cuerpo de reporteras y s贸lo el 27% ocupan cargos jer谩rquicos, seg煤n un informe elaborado por las organizaciones Fundaci贸n para el Desarrollo de Pol铆ticas Sustentables y Asociaci贸n Civil Comunicaci贸n para la Igualdad.

A su vez, la representaci贸n de las diversidad es m谩s compleja a煤n por la falta de pol铆ticas de inclusi贸n en el mercado laboral en general y en el periodismo en particular. Las estad铆sticas de la encuesta realizada por LatFem casi no reflejan la situaci贸n, ya que las respuestas representan al 92% de las mujeres cis. S贸lo un 4% reconoci贸 identificarse con otro g茅nero; un 2%, son lesbianas; y un 1%, no binarie.

Lentes violetas

La mirada feminista en los medios nos hace visibles y nos permite contar la realidad que atravesamos desde los espacios que habitamos. Hacer periodismo feminista implica el compromiso de tomarse el tiempo necesario ante cada noticia o hecho para encontrar la manera indicada de narrar lo ocurrido teniendo en cuenta desigualdades estructurales; de construir relatos que resalten la fortaleza de las mujeres y g茅neros disidentes en lugar de ubicarles en el lugar de v铆ctimas; de ser responsables con el lenguaje para que todas las personas se sientan incluidas en lo que narramos; y tambi茅n de incorporar sus voces en las distintas tem谩ticas que abordamos.

Seg煤n la encuesta que realiz贸 LatFem, las periodistas feministas precisamente demandan mayor formaci贸n, sobre todo en temas vinculados a econom铆a, pol铆tica, derechos sexuales, colectivos lgtbiq+ y sobre teor铆as feministas.

Entre las respuestas, muchas tambi茅n manifestaron la inquietud respecto a c贸mo formar a las personas que estudian comunicaci贸n, la imagen de las mujeres y g茅neros disidentes que se construyen en los medios y c贸mo utilizar el lenguaje inclusivo. Adem谩s, plantearon la necesidad de recibir formaci贸n para abordar las noticias con perspectiva de g茅nero en el d铆a a d铆a.

Adem谩s de visibilizar a otras mujeres, lesbianas, trans, o no binaries, las periodistas feministas tambi茅n tienen la tarea de nombrarse a s铆 mismas para que el trabajo sea reconocido por el valor que tiene en s铆. En la encuesta, cada una describi贸 ese valor de una forma distinta: “Usar el poder de las palabras para luchar por un mundo m谩s justo para todos”, “la lucha por la democratizaci贸n de los espacios de comunicaci贸n”, “la confianza en el trabajo en red”, “contar nuestras historias”, “la necesidad de poder expresar sin miedo, ni verg眉enza aquello que nos hace sentir bien, libres y en igualdad de derechos que todos los seres humanos”.

Tambi茅n hay una tarea de cuidado y compromiso en el periodismo feminista: en el resguardo de la informaci贸n que circula, en el trato con las fuentes que son consultadas para una nota, o en cada palabra que se usa para evitar todo tipo de sesgo machista.

Una feminista es como una mamushka: est谩 formada por voces, lecturas y experiencias de otras feministas que fueron dejando huella.

Lo cierto es que en la actualidad se generan pocos puestos de trabajo que den valor espec铆fico a esos recorridos. En Argentina solo dos, que nombraron editoras de g茅nero en sus redacciones: Perfil a Diana Maff铆a y Clar铆n a Mariana Iglesias. Pero, a su vez, en el periodismo se incrementaron los despidos y los contratos de trabajos flexibles no se renuevan. El cupo feminista en los medios termina siempre en rojo. Como dec铆a Petrona Rosende de Sierra, es tiempo de quitarle al periodismo el traje de hombre viejo. Ya es tiempo de ponerle uno feminista.

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