Pese a que los medicamentos eficaces para tratar la epilepsia cuestan apenas 5 dólares al año, tres cuartas partes de las personas que la padecen en los países de renta baja no reciben la terapia necesaria. La Organización Mundial de la Salud advirtió que este déficit terapéutico tiene consecuencias nefastas en la vida y bienestar de los afectados, además de que influye en el desarrollo económico y social.
La epilepsia, una de las enfermedades neurológicas más frecuentes en el mundo, afecta a unos 50 millones de personas de todas las edades, cuyo riesgo de muerte prematura triplica el de la población en general, y a menudo las hace objeto de estigma, discriminación y violación de sus derechos humanos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este jueves el primer informe global sobre el padecimiento, donde revela que el 80% de las personas con epilepsia viven en países de renta baja y media y que el 75% de ellas no tiene acceso a tratamiento, a pesar de que hay medicamentos eficaces que pueden costar apenas 5 dólares al año.
La doctora Tarun Dua, del Departamento de Salud Mental de la OMS, afirmó que la tasa de enfermos que no reciben tratamiento es “inaceptablemente elevada, sobre todo porque sabemos que el 70% puede vivir sin convulsiones tomando la medicina adecuada y que ésta puede suministrarse a través de los sistemas de salud”.
Riesgos
El estudio “Epilepsia: un imperativo de las salud pública” advierte que, además de aumentar las probabilidades de morir prematuramente, ese padecimiento conlleva un alto riesgo de discapacidad y aislamiento social, así como de sufrir alguna otra enfermedad psiquiátrica.
En muchas ocasiones la muerte prematura de los epilépticos se debe a la falta de acceso a las instalaciones médicas cuando se presentan convulsiones de larga duración o hay varios episodios en un periodo breve, o cuando las convulsiones pueden provocar ahogamiento, lesiones graves en la cabeza o quemaduras.
Los datos muestran que casi la mitad de los enfermos de epilepsia padece al menos otro problema de salud, especialmente depresión y ansiedad, lo que, a su vez, puede empeorar las convulsiones y reducir la calidad de vida. Con respecto a los niños, se reporta que hasta el 40% tiene problemas de aprendizaje.
El estigma y la discriminación son flagelos comunes que afrontan los epilépticos y sus familias y, en ocasiones, dan lugar a que la gente no busque tratamiento.
“Muchos niños con epilepsia no van a la escuela y a los adultos se les niega el trabajo, el derecho a conducir un vehículo e incluso a casarse. Estas violaciones de los derechos humanos deben terminar”, enfatizó el doctor Martin Brodie, presidente de la Oficina Internacional para la Epilepsia.
El informe considera que la respuesta de salud pública a esta realidad debe contemplar campañas de información en escuelas, sitios de trabajo y comunidades para reducir el estigma, y la promulgación de leyes que prohíban la discriminación y los atropellos de las garantías fundamentales.
La OMS llama a fomentar la inversión para extender el tratamiento necesario a todos los enfermos y aboga por las medidas que aborden las lagunas de conocimiento, atención e investigación de la epilepsia.
Voluntad política
El estudio afirma que cuando hay voluntad política, el diagnóstico y tratamiento de la epilepsia pueden integrarse con éxito a los servicios básicos de salud y cita como ejemplo programas piloto implementados en Ghana, Mozambique, Myanmar y Vietnam que han beneficiado a 6,5 millones de personas.
La publicación indicó que la terapia para la epilepsia requiere garantizar el suministro ininterrumpido de medicamentos anticomiciales y capacitar a los trabajadores de salud no especializados de los centros de salud.
Las medicinas anticomiciales eliminan de las neuronas la actividad eléctrica excesiva típica de las convulsiones. Ayudan también a evitar que la actividad alterada se propague por el cerebro, reducen el dolor y producen relajación.
¿Qúe es la epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad neurológica en la que el cerebro tiene una actividad eléctrica anormal que provoca convulsiones o comportamientos o sensaciones fuera de lo común y, en ocasiones, pérdida de conocimiento.
Afecta a personas de todas las edades, con una mayor incidencia de casos entre los niños y los mayores de 60 años. Es un mal con consecuencias neurológicas, cognitivas, psicológicas y sociales.
Entre las causas de la epilepsia se cuentan lesiones durante el parto, heridas traumáticas en el cerebro, infecciones cerebrales como la meningitis o encefalitis y los derrames cerebrales.
Se estima que el 25% de los casos de epilepsia puede prevenirse, por lo que la OMS instó a tomar medidas en las áreas de cuidados maternos y atención al parto, de salud del recién nacido, de control de enfermedades infecciosas, de prevención de lesiones y de salud cardiovascular.
© UNICEF/Amminadab Jean.
Filomena de 8 años y que sufre de epilepsia, dibuja junto a su mamá en Maputo, Mozambique.
La epilepsia, una de las enfermedades neurológicas más frecuentes en el mundo, afecta a unos 50 millones de personas de todas las edades, cuyo riesgo de muerte prematura triplica el de la población en general, y a menudo las hace objeto de estigma, discriminación y violación de sus derechos humanos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este jueves el primer informe global sobre el padecimiento, donde revela que el 80% de las personas con epilepsia viven en países de renta baja y media y que el 75% de ellas no tiene acceso a tratamiento, a pesar de que hay medicamentos eficaces que pueden costar apenas 5 dólares al año.
La doctora Tarun Dua, del Departamento de Salud Mental de la OMS, afirmó que la tasa de enfermos que no reciben tratamiento es “inaceptablemente elevada, sobre todo porque sabemos que el 70% puede vivir sin convulsiones tomando la medicina adecuada y que ésta puede suministrarse a través de los sistemas de salud”.
Riesgos
El estudio “Epilepsia: un imperativo de las salud pública” advierte que, además de aumentar las probabilidades de morir prematuramente, ese padecimiento conlleva un alto riesgo de discapacidad y aislamiento social, así como de sufrir alguna otra enfermedad psiquiátrica.
En muchas ocasiones la muerte prematura de los epilépticos se debe a la falta de acceso a las instalaciones médicas cuando se presentan convulsiones de larga duración o hay varios episodios en un periodo breve, o cuando las convulsiones pueden provocar ahogamiento, lesiones graves en la cabeza o quemaduras.
Los datos muestran que casi la mitad de los enfermos de epilepsia padece al menos otro problema de salud, especialmente depresión y ansiedad, lo que, a su vez, puede empeorar las convulsiones y reducir la calidad de vida. Con respecto a los niños, se reporta que hasta el 40% tiene problemas de aprendizaje.
El estigma y la discriminación son flagelos comunes que afrontan los epilépticos y sus familias y, en ocasiones, dan lugar a que la gente no busque tratamiento.
“Muchos niños con epilepsia no van a la escuela y a los adultos se les niega el trabajo, el derecho a conducir un vehículo e incluso a casarse. Estas violaciones de los derechos humanos deben terminar”, enfatizó el doctor Martin Brodie, presidente de la Oficina Internacional para la Epilepsia.
El informe considera que la respuesta de salud pública a esta realidad debe contemplar campañas de información en escuelas, sitios de trabajo y comunidades para reducir el estigma, y la promulgación de leyes que prohíban la discriminación y los atropellos de las garantías fundamentales.
La OMS llama a fomentar la inversión para extender el tratamiento necesario a todos los enfermos y aboga por las medidas que aborden las lagunas de conocimiento, atención e investigación de la epilepsia.
Voluntad política
El estudio afirma que cuando hay voluntad política, el diagnóstico y tratamiento de la epilepsia pueden integrarse con éxito a los servicios básicos de salud y cita como ejemplo programas piloto implementados en Ghana, Mozambique, Myanmar y Vietnam que han beneficiado a 6,5 millones de personas.
La publicación indicó que la terapia para la epilepsia requiere garantizar el suministro ininterrumpido de medicamentos anticomiciales y capacitar a los trabajadores de salud no especializados de los centros de salud.
Las medicinas anticomiciales eliminan de las neuronas la actividad eléctrica excesiva típica de las convulsiones. Ayudan también a evitar que la actividad alterada se propague por el cerebro, reducen el dolor y producen relajación.
¿Qúe es la epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad neurológica en la que el cerebro tiene una actividad eléctrica anormal que provoca convulsiones o comportamientos o sensaciones fuera de lo común y, en ocasiones, pérdida de conocimiento.
Afecta a personas de todas las edades, con una mayor incidencia de casos entre los niños y los mayores de 60 años. Es un mal con consecuencias neurológicas, cognitivas, psicológicas y sociales.
Entre las causas de la epilepsia se cuentan lesiones durante el parto, heridas traumáticas en el cerebro, infecciones cerebrales como la meningitis o encefalitis y los derrames cerebrales.
Se estima que el 25% de los casos de epilepsia puede prevenirse, por lo que la OMS instó a tomar medidas en las áreas de cuidados maternos y atención al parto, de salud del recién nacido, de control de enfermedades infecciosas, de prevención de lesiones y de salud cardiovascular.