- Destina ahora un 0,20% de la RNB, porcentaje similar al de 1990
La ayuda humanitaria de España se ha desplomado en el último decenio | Foto: Pablo Tos
España disminuyó su Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en la última década hasta cinco veces más que ningún otro país miembro del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE, según destacó este jueves Oxfam Intermón en su último informe anual 'La realidad de la ayuda'
Ese gran descenso dejó el año pasado a la ayuda española para países menos desarrollados en 2.186 millones de euros, lo que supone un 0,20% de la Renta Nacional Bruta y similar al porcentaje de 1990.
Oxfam Intermón consideró que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible supone "una gran oportunidad" para España y pidió un calendario que sitúe la cooperación en el promedio europeo del 0,5% al término de esta legislatura, como se han comprometido partidos como PSOE y Unidas Podemos en sus programas electorales.
El informe indica que la tendencia de la ayuda al desarrollo de los países donantes del CAD en el último decenio se ha incrementado un 24,5%, pero en España cayó un 55,7% entre 2008 y 2018. Se trata del dato más negativo del conjunto de los miembros de este comité de la OCDE y el único descenso en la UE.
Además, España está a la cola de los donantes de la OCDE en cuanto a aportación de ayuda, sólo por delante de Estados Unidos y de los países de Europa del este, y lejos de la media de los países del CAD, que se sitúa en un 0,31% de la RNB, y de la UE (0,47%).
"El último decenio ha dejado a España como un actor internacional con poco peso, limitado a aportaciones casi siempre simbólicas en las iniciativas globales en favor del desarrollo. El esfuerzo para situarse en una posición acorde a su dimensión económica y su responsabilidad política debería ser significativo e iniciarse cuanto antes”, explicó Jaime Atienza, responsable de financiación al desarrollo de Oxfam Intermón y autor principal del informe.
Atienza indicó que "la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, asumidos por España, aúnan el deber ético y solidario en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, con la responsabilidad de impulsar los desafíos globales que la Agenda define: justicia de género, modelos productivos y energéticos, futuro del empleo, sostenibilidad ambiental". "Además, el vacío creado por el papel de Estados Unidos y el 'Brexit', abren a España la posibilidad de ser un socio referente en el futuro de la UE, coliderando con Francia y Alemania su política de desarrollo y ayuda internacional", añadió.
El informe señala que la mayor parte de los montos que España dedica a ayuda a otros países son contribuciones obligatorias tanto a la UE como a los organismos financieros internacionales de los que forma parte. Sólo la aportación a la UE absorbe cerca del 50% de la AOD año tras año. Asimismo, se contabiliza dentro de ella el coste de la atención de las personas refugiadas dentro de las fronteras españolas, que ha superado el 10% de la ayuda total en el último año con un monto de 230 millones de euros.
“La cooperación española requiere de una refundación. Debe repensarse en el nuevo contexto global definido por la Agenda y los desafíos globales de la crisis ecológica y de desigualdad. La ventaja para España es que puede aprender de los cambios vividos esta década en otros países. El asunto ya no es sólo ayudar a quienes sufren crisis, defender derechos, fortalecer instituciones y promover el desarrollo sostenible en los países más vulnerables. Es afrontar juntos los retos de la humanidad que afectan, así sea de manera diferente, a la población española a la de Burkina Faso o a la de Perú”, comentó Atienza.
AYUDA HUMANITARIA, BAJO MÍNIMOS
Por otro lado, la ayuda humanitaria española, esencial para responder al sufrimiento provocado por los conflictos, el cambio climático y los desastres naturales, descendió un 8,14% entre 2008 (298 millones de euros) y 2017 (51 millones), cuando las necesidades humanitarias reflejadas en los llamamientos de Naciones Unidas se han más que triplicado (de 7.200 millones de dólares a más de 25.000 millones de dólares) fruto del aumento de los conflictos, especialmente en África y Oriente Medio.
En contraposición con estos datos, las buenas noticias vienen de la mano de la cooperación descentralizada. En 2015 inició su recuperación y en 2017 aumentó por tercer año consecutivo, con un incremento medio de un 12% respecto al año anterior. Las comunidades autónomas son fundamentales para entender esta subida, ya que destinaron a la AOD casi un 25% más, mientras que los entes locales lo redujeron en casi un 16%. País Vasco, Andalucía y Cataluña están a la cabeza en cuanto a su contribución a la cooperación.
Ante este escenario y de cara a la próxima formación del Gobierno, Atienza consideró "esencial que España tenga un papel relevante en el mundo como un país que defiende los derechos humanos, incluyendo los de las personas que se desplazan forzosamente, la lucha contra la discriminación de género, así como liderar la lucha global contra la desigualdad”.
En esta línea, Oxfam Intermón propuso al nuevo Gobierno medidas para llos primeros 100 días, aprovechando la celebración de la Asamblea de Naciones Unidas en septiembre de este año. Entre ellas destaca la petición al futuro presidente de anunciar ante esa Asamblea General una aportación extraordinaria de 200 millones de euros para la acción humanitaria en las principales emergencias, como las de Yemen, Siria y el Territorio Palestino, así como en las crisis olvidadas del continente africano.
Otra petición es que el Gobierno tenga una Vicepresidencia de Desarrollo Sostenible, que contaría, entre otros órganos, con una Secretaría de Estado de Cooperación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Secods); fortalezca la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y avance hacia la creación de un Banco de Desarrollo.
(SERVIMEDIA)
La ayuda humanitaria de España se ha desplomado en el último decenio | Foto: Pablo Tos
España disminuyó su Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en la última década hasta cinco veces más que ningún otro país miembro del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE, según destacó este jueves Oxfam Intermón en su último informe anual 'La realidad de la ayuda'
Ese gran descenso dejó el año pasado a la ayuda española para países menos desarrollados en 2.186 millones de euros, lo que supone un 0,20% de la Renta Nacional Bruta y similar al porcentaje de 1990.
Oxfam Intermón consideró que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible supone "una gran oportunidad" para España y pidió un calendario que sitúe la cooperación en el promedio europeo del 0,5% al término de esta legislatura, como se han comprometido partidos como PSOE y Unidas Podemos en sus programas electorales.
El informe indica que la tendencia de la ayuda al desarrollo de los países donantes del CAD en el último decenio se ha incrementado un 24,5%, pero en España cayó un 55,7% entre 2008 y 2018. Se trata del dato más negativo del conjunto de los miembros de este comité de la OCDE y el único descenso en la UE.
Además, España está a la cola de los donantes de la OCDE en cuanto a aportación de ayuda, sólo por delante de Estados Unidos y de los países de Europa del este, y lejos de la media de los países del CAD, que se sitúa en un 0,31% de la RNB, y de la UE (0,47%).
"El último decenio ha dejado a España como un actor internacional con poco peso, limitado a aportaciones casi siempre simbólicas en las iniciativas globales en favor del desarrollo. El esfuerzo para situarse en una posición acorde a su dimensión económica y su responsabilidad política debería ser significativo e iniciarse cuanto antes”, explicó Jaime Atienza, responsable de financiación al desarrollo de Oxfam Intermón y autor principal del informe.
Atienza indicó que "la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, asumidos por España, aúnan el deber ético y solidario en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, con la responsabilidad de impulsar los desafíos globales que la Agenda define: justicia de género, modelos productivos y energéticos, futuro del empleo, sostenibilidad ambiental". "Además, el vacío creado por el papel de Estados Unidos y el 'Brexit', abren a España la posibilidad de ser un socio referente en el futuro de la UE, coliderando con Francia y Alemania su política de desarrollo y ayuda internacional", añadió.
El informe señala que la mayor parte de los montos que España dedica a ayuda a otros países son contribuciones obligatorias tanto a la UE como a los organismos financieros internacionales de los que forma parte. Sólo la aportación a la UE absorbe cerca del 50% de la AOD año tras año. Asimismo, se contabiliza dentro de ella el coste de la atención de las personas refugiadas dentro de las fronteras españolas, que ha superado el 10% de la ayuda total en el último año con un monto de 230 millones de euros.
“La cooperación española requiere de una refundación. Debe repensarse en el nuevo contexto global definido por la Agenda y los desafíos globales de la crisis ecológica y de desigualdad. La ventaja para España es que puede aprender de los cambios vividos esta década en otros países. El asunto ya no es sólo ayudar a quienes sufren crisis, defender derechos, fortalecer instituciones y promover el desarrollo sostenible en los países más vulnerables. Es afrontar juntos los retos de la humanidad que afectan, así sea de manera diferente, a la población española a la de Burkina Faso o a la de Perú”, comentó Atienza.
AYUDA HUMANITARIA, BAJO MÍNIMOS
Por otro lado, la ayuda humanitaria española, esencial para responder al sufrimiento provocado por los conflictos, el cambio climático y los desastres naturales, descendió un 8,14% entre 2008 (298 millones de euros) y 2017 (51 millones), cuando las necesidades humanitarias reflejadas en los llamamientos de Naciones Unidas se han más que triplicado (de 7.200 millones de dólares a más de 25.000 millones de dólares) fruto del aumento de los conflictos, especialmente en África y Oriente Medio.
En contraposición con estos datos, las buenas noticias vienen de la mano de la cooperación descentralizada. En 2015 inició su recuperación y en 2017 aumentó por tercer año consecutivo, con un incremento medio de un 12% respecto al año anterior. Las comunidades autónomas son fundamentales para entender esta subida, ya que destinaron a la AOD casi un 25% más, mientras que los entes locales lo redujeron en casi un 16%. País Vasco, Andalucía y Cataluña están a la cabeza en cuanto a su contribución a la cooperación.
Ante este escenario y de cara a la próxima formación del Gobierno, Atienza consideró "esencial que España tenga un papel relevante en el mundo como un país que defiende los derechos humanos, incluyendo los de las personas que se desplazan forzosamente, la lucha contra la discriminación de género, así como liderar la lucha global contra la desigualdad”.
En esta línea, Oxfam Intermón propuso al nuevo Gobierno medidas para llos primeros 100 días, aprovechando la celebración de la Asamblea de Naciones Unidas en septiembre de este año. Entre ellas destaca la petición al futuro presidente de anunciar ante esa Asamblea General una aportación extraordinaria de 200 millones de euros para la acción humanitaria en las principales emergencias, como las de Yemen, Siria y el Territorio Palestino, así como en las crisis olvidadas del continente africano.
Otra petición es que el Gobierno tenga una Vicepresidencia de Desarrollo Sostenible, que contaría, entre otros órganos, con una Secretaría de Estado de Cooperación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Secods); fortalezca la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y avance hacia la creación de un Banco de Desarrollo.
(SERVIMEDIA)
