Omar Waraich. Pakist谩n- Hace 40 a帽os empezaron a llegar a Pakist谩n personas refugiadas afganas, impulsadas hasta all铆 por los abusos del r茅gimen de gobierno comunista. Para la invasi贸n sovi茅tica de la Navidad de 1979, ya hab铆an llegado m谩s de 400.000. Cuando termin贸 el a帽o siguiente, la cifra ascend铆a ya a m谩s de cuatro millones, lo que convirti贸 a Pakist谩n en el pa铆s que m谩s personas refugiadas albergaba del mundo.

Ese n煤mero se ha reducido dr谩sticamente en los 煤ltimos a帽os. Tras la terrible masacre de la escuela p煤blica administrada por el ej茅rcito en Peshawar, las autoridades paquistan铆es iniciaron una represi贸n que someti贸 a estas personas refugiadas a acoso y vigilancia. Las personas refugiadas fueron castigadas por las acciones del grupo armado responsable de la masacre, que ten铆a v铆nculos con Afganist谩n, y fueron demonizadas como “criminales”, “terroristas” y “antipaquistan铆es”.
Quiz谩 la refugiada afgana m谩s ic贸nica es Sharbat Gula, la denominada “ni帽a afgana” cuya fotograf铆a se public贸 en una portada del National Geographic de 1985. Su intensa mirada grab贸 en la conciencia popular la terrible situaci贸n de una poblaci贸n afectada por un conflicto que se hab铆a visto obligada a abandonar su vida para buscar cobijo en un campo de refugiados cerca de Peshawar.
Durante d茅cadas, la fotograf铆a de Steve McCurry fue un recordatorio de la generosidad de Pakist谩n. A lo largo de ese tiempo, muchos afganos y afganas pudieron regresar a sus hogares y reanudar sus vidas... hasta que un nuevo estallido de conflicto las desplaz贸 de nuevo. Seg煤n algunas estimaciones, una de cada cuatro personas afganas se han visto expulsadas de sus casas a causa de un conflicto en alg煤n momento de su vida.
En 2016, Sharbat Gula fue detenida por estar presuntamente en posesi贸n de un documento de identidad falso y fue deportada sin demora a Afganist谩n. De repente se vio obligada a dejar atr谩s 25 a帽os de su vida, en los que se hab铆a casado, hab铆a criado a sus hijos y se hab铆a convertido en parte de una comunidad. Sharbat Gula fue una de las m谩s de 600.000 personas expulsadas de Afganist谩n en 2016, en lo que Human Rights Watch describi贸 como “la devoluci贸n forzada masiva e ilegal de personas refugiadas m谩s grande del mundo en los 煤ltimos tiempos”.
Ahora existe la oportunidad de que pa铆ses como Pakist谩n —que alberga el grueso de la poblaci贸n refugiada del mundo— muestren su liderazgo y exijan a la comunidad internacional que cumpla con su responsabilidad. Omar Waraich
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En contra de lo establecido por el derecho internacional, estas personas fueron enviadas a una situaci贸n a煤n m谩s peligrosa que aquella de la que hab铆an huido en primer lugar. Muchas de ellas nunca hab铆an conocido Afganist谩n. En total, m谩s de un mill贸n de personas fueron devueltas forzosamente a Afganist谩n en 2016, desde Europa, Ir谩n, Pakist谩n y otros lugares. Los retornos agravaron la situaci贸n humanitaria local.
La situaci贸n no ha mejorado. El a帽o pasado se alcanz贸 la cifra m谩s alta de muertes de civiles, incluida la cifra m谩s alta de muertes de ni帽os y ni帽as. No hay ninguna parte del pa铆s que pueda considerarse razonablemente segura. Pese a ello, muchos pa铆ses persisten en una pol铆tica de cruel indiferencia hacia la poblaci贸n afgana.
En julio de 2018, el ministro del Interior alem谩n aplaudi贸 alegremente el hecho de que, el d铆a que cumpl铆a 69 a帽os, enviaba a 69 personas Afganas a su pa铆s. Uno de esos afganos se suicid贸 al llegar. Sin embargo, Horst Seehofer persiste en sus malas formas y este mes reiter贸 su amenaza de expulsar a las personas afganas restantes cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas.
En los 煤ltimos a帽os, aquellos que tradicionalmente defend铆an los derechos de las personas refugiadas han abandonado sus compromisos. Hemos presenciado el cruel trato que Australia inflige a personas desesperadas en centros de detenci贸n fuera de su territorio, en Nauru y la isla de Manus. Los l铆deres europeos xen贸fobos hacen orgullosamente campa帽a en plataformas que piden la expulsi贸n de las personas refugiadas.
Ahora existe la oportunidad de que pa铆ses como Pakist谩n —que alberga el grueso de la poblaci贸n refugiada del mundo— muestren su liderazgo y exijan a la comunidad internacional que cumpla con su responsabilidad. Pakist谩n puede detener las devoluciones, brindar una soluci贸n humana y ganarse el reconocimiento por su papel como pa铆s anfitri贸n. La comunidad internacional puede desempe帽ar un papel compartiendo la carga, apoyando no s贸lo a las personas refugiadas sino tambi茅n a las comunidades que las acogen.
El primer ministro Imran Khan estuvo cerca de mostrar ese liderazgo el a帽o pasado, cuando declar贸 que a las personas refugiadas deber铆a otorg谩rseles la ciudadan铆a: algo que es un derecho legal para las personas nacidas en Pakist谩n. El anuncio supuso una bienvenida ruptura con la sombr铆a historia de utilizar a la poblaci贸n refugiada afgana como herramienta pol铆tica en disputas transfronterizas. Por desgracia, la propuesta se retir贸.
Lo que puede ser un firme primer paso para devolver la dignidad a estas personas refugiadas es una propuesta alternativa de emitir visados temporales. Esto permitir铆a a las personas afganas trabajar formalmente, y les otorgar铆a reconocimiento legal por su papel decisivo en las econom铆as locales. Les permitir铆a escolarizar a sus hijos e hijas y abrir cuentas bancarias. Les quitar铆a el miedo constante a la deportaci贸n inminente.
En un momento en que Pakist谩n est谩 tratando de contribuir a los esfuerzos de paz en Afganist谩n, hay poco que perder. Es una oportunidad no s贸lo de honrar los 煤ltimos 40 a帽os, sino de dar ejemplo al resto del mundo. Si lo hace, Pakist谩n podr谩 decir con confianza que ha cumplido su parte, que ha hecho m谩s que el resto: que, en lugar de abandonar a las personas refugiadas, ha optado por darles hogares.
Una versi贸n de este art铆culo fue publicada en Dawn (Pakist谩n)

Ese n煤mero se ha reducido dr谩sticamente en los 煤ltimos a帽os. Tras la terrible masacre de la escuela p煤blica administrada por el ej茅rcito en Peshawar, las autoridades paquistan铆es iniciaron una represi贸n que someti贸 a estas personas refugiadas a acoso y vigilancia. Las personas refugiadas fueron castigadas por las acciones del grupo armado responsable de la masacre, que ten铆a v铆nculos con Afganist谩n, y fueron demonizadas como “criminales”, “terroristas” y “antipaquistan铆es”.
Quiz谩 la refugiada afgana m谩s ic贸nica es Sharbat Gula, la denominada “ni帽a afgana” cuya fotograf铆a se public贸 en una portada del National Geographic de 1985. Su intensa mirada grab贸 en la conciencia popular la terrible situaci贸n de una poblaci贸n afectada por un conflicto que se hab铆a visto obligada a abandonar su vida para buscar cobijo en un campo de refugiados cerca de Peshawar.
Durante d茅cadas, la fotograf铆a de Steve McCurry fue un recordatorio de la generosidad de Pakist谩n. A lo largo de ese tiempo, muchos afganos y afganas pudieron regresar a sus hogares y reanudar sus vidas... hasta que un nuevo estallido de conflicto las desplaz贸 de nuevo. Seg煤n algunas estimaciones, una de cada cuatro personas afganas se han visto expulsadas de sus casas a causa de un conflicto en alg煤n momento de su vida.
En 2016, Sharbat Gula fue detenida por estar presuntamente en posesi贸n de un documento de identidad falso y fue deportada sin demora a Afganist谩n. De repente se vio obligada a dejar atr谩s 25 a帽os de su vida, en los que se hab铆a casado, hab铆a criado a sus hijos y se hab铆a convertido en parte de una comunidad. Sharbat Gula fue una de las m谩s de 600.000 personas expulsadas de Afganist谩n en 2016, en lo que Human Rights Watch describi贸 como “la devoluci贸n forzada masiva e ilegal de personas refugiadas m谩s grande del mundo en los 煤ltimos tiempos”.
Ahora existe la oportunidad de que pa铆ses como Pakist谩n —que alberga el grueso de la poblaci贸n refugiada del mundo— muestren su liderazgo y exijan a la comunidad internacional que cumpla con su responsabilidad. Omar Waraich
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En contra de lo establecido por el derecho internacional, estas personas fueron enviadas a una situaci贸n a煤n m谩s peligrosa que aquella de la que hab铆an huido en primer lugar. Muchas de ellas nunca hab铆an conocido Afganist谩n. En total, m谩s de un mill贸n de personas fueron devueltas forzosamente a Afganist谩n en 2016, desde Europa, Ir谩n, Pakist谩n y otros lugares. Los retornos agravaron la situaci贸n humanitaria local.
La situaci贸n no ha mejorado. El a帽o pasado se alcanz贸 la cifra m谩s alta de muertes de civiles, incluida la cifra m谩s alta de muertes de ni帽os y ni帽as. No hay ninguna parte del pa铆s que pueda considerarse razonablemente segura. Pese a ello, muchos pa铆ses persisten en una pol铆tica de cruel indiferencia hacia la poblaci贸n afgana.
En julio de 2018, el ministro del Interior alem谩n aplaudi贸 alegremente el hecho de que, el d铆a que cumpl铆a 69 a帽os, enviaba a 69 personas Afganas a su pa铆s. Uno de esos afganos se suicid贸 al llegar. Sin embargo, Horst Seehofer persiste en sus malas formas y este mes reiter贸 su amenaza de expulsar a las personas afganas restantes cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas.
En los 煤ltimos a帽os, aquellos que tradicionalmente defend铆an los derechos de las personas refugiadas han abandonado sus compromisos. Hemos presenciado el cruel trato que Australia inflige a personas desesperadas en centros de detenci贸n fuera de su territorio, en Nauru y la isla de Manus. Los l铆deres europeos xen贸fobos hacen orgullosamente campa帽a en plataformas que piden la expulsi贸n de las personas refugiadas.
Ahora existe la oportunidad de que pa铆ses como Pakist谩n —que alberga el grueso de la poblaci贸n refugiada del mundo— muestren su liderazgo y exijan a la comunidad internacional que cumpla con su responsabilidad. Pakist谩n puede detener las devoluciones, brindar una soluci贸n humana y ganarse el reconocimiento por su papel como pa铆s anfitri贸n. La comunidad internacional puede desempe帽ar un papel compartiendo la carga, apoyando no s贸lo a las personas refugiadas sino tambi茅n a las comunidades que las acogen.
El primer ministro Imran Khan estuvo cerca de mostrar ese liderazgo el a帽o pasado, cuando declar贸 que a las personas refugiadas deber铆a otorg谩rseles la ciudadan铆a: algo que es un derecho legal para las personas nacidas en Pakist谩n. El anuncio supuso una bienvenida ruptura con la sombr铆a historia de utilizar a la poblaci贸n refugiada afgana como herramienta pol铆tica en disputas transfronterizas. Por desgracia, la propuesta se retir贸.
Lo que puede ser un firme primer paso para devolver la dignidad a estas personas refugiadas es una propuesta alternativa de emitir visados temporales. Esto permitir铆a a las personas afganas trabajar formalmente, y les otorgar铆a reconocimiento legal por su papel decisivo en las econom铆as locales. Les permitir铆a escolarizar a sus hijos e hijas y abrir cuentas bancarias. Les quitar铆a el miedo constante a la deportaci贸n inminente.
En un momento en que Pakist谩n est谩 tratando de contribuir a los esfuerzos de paz en Afganist谩n, hay poco que perder. Es una oportunidad no s贸lo de honrar los 煤ltimos 40 a帽os, sino de dar ejemplo al resto del mundo. Si lo hace, Pakist谩n podr谩 decir con confianza que ha cumplido su parte, que ha hecho m谩s que el resto: que, en lugar de abandonar a las personas refugiadas, ha optado por darles hogares.
Una versi贸n de este art铆culo fue publicada en Dawn (Pakist谩n)