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Cuarenta años de la revolución sandinista en Nicaragua

OPINIÓN de Tino Brugos.- El año de 1979 fue pródigo en acontecimientos internacionales: enfrentamiento en Indochina entre Kampuchea y Vietnam, revolución islámica en Irán, invasión soviética de Afganistán y revolución sandinista en Nicaragua, por citar los casos más relevantes. La IV Internacional, pequeña organización revolucionaria interesada en comprender todos los aspectos que explican el desarrollo de movimientos sociales que pueden contribuir a que avancen los procesos de emancipación, no fue ajena a ninguno de estos casos. Por eso, cuando todavía estaban calientes las brasas de los últimos bombardeos y de las barricadas, Miguel Romero, en aquellos momentos miembro del Secretariado Unificado, viajó a Nicaragua con la idea de informarse sobre el terreno del desarrollo del proceso y evaluar posibles aportes del mismo al acervo revolucionario. Fruto de aquel viaje fue el libro que presentamos ¡Viva Nicaragua libre! (documento anexionado)

Este trabajo fue editado rápidamente y distribuido entre las diferentes secciones de la IV Internacional, así como entre quienes participaban en aquel entonces en las incipientes estructuras de solidaridad con la revolución sandinista. Se trata de un folleto en formato libro que consta de dos partes claramente diferenciadas. La primera contiene una serie de reflexiones organizadas en diversos apartados que se acercan al objeto de estudio, que no es otro que conocer el proceso revolucionario en marcha. La segunda tiene un carácter más didáctico y divulgativo, formada por una serie de documentos que recogen desde las Bases Programáticas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), inversiones extranjeras en Nicaragua, bienes de la familia Somoza, principales medidas sociales y económicas adoptadas por la revolución, entre otros.

Consciente de que el futuro del proceso se jugará en el ámbito de la organización de los sectores populares, el autor nos presenta a las organizaciones sociales que protagonizan las movilizaciones en sectores como el sindical, mujeres, trabajadores agrícolas, los Comités de Defensa Sandinistas.

Sin embargo, la parte que tiene un mayor interés político es la primera, en la que el autor vuelca una serie de reflexiones que son el resultado de su trabajo de investigación, tanto en lo referido a la lucha social y política como al desarrollo y potencialidades de los diferentes movimientos sociales que intervienen en la revolución. Desde el Prólogo nos advierte que se trata de un folleto militante al tiempo que aclara, en varias ocasiones, que su trabajo tiene como objetivo aprender, conocer cuáles han sido los mecanismos políticos que han permitido al FSLN hacerse con la hegemonía del proceso de lucha contra la dictadura, cómo se ha ido desarrollando, generando una serie de resultados que, sumados uno con otro, han dado como resultado una revolución en marcha. La idea, señala, es “comprender y discutir la dinámica de la revolución nicaragüense. Averiguar el papel de las masas y de las diferentes fuerzas sociales así como de las diferentes organizaciones políticas”

En varios momentos el autor hace afirmaciones que, cuarenta años después, pueden resultar significativas. Así, habla de la reducida militancia que componía el FSLN pocos meses antes de la ofensiva final señalando, sin embargo, el tremendo ascendente que sus planteamientos políticos tenían sobre una población que miraba con simpatía y admiración hacia aquel reducido núcleo de militantes revolucionarios.

Igualmente, se refiere al desarrollo de un proceso revolucionario sui generis en la medida que en Nicaragua no existió en 1979 un partido de vanguardia al estilo clásico, lo que no impidió que al final la población asaltara el bunker de Somoza en Managua. “Las masas tomaron al asalto su propio Palacio de Invierno”, lo que considera como el hecho definitivo que va a permitir a Nicaragua iniciar su propio proceso de ruptura con respecto al imperialismo.

Precisamente por su vinculación con la IV Internacional, el autor se preocupará por confrontar las ideas teóricas de su organización sobre el modelo a partir del cual se desarrollan los procesos revolucionarios con el hecho objetivo de lo que estaba pasando en aquellos momentos en Nicaragua, un país en el que la IV no contaba con una organización sobre el terreno que le permitiera incidir sobre el mismo y conocer directamente los acontecimientos en curso. Intenta comprender cómo puede evolucionar lo que califica como un “proceso de revolución permanente sometido a terribles presiones imperialistas, sometido también a la presión del hambre, de un país devastado, en ruinas”.

Quizás el capítulo III, “Los problemas de fondo”, sea la parte del trabajo que tiene mayor interés desde un punto de vista político puesto que en ella trata de detectar cuáles pueden ser los puntos débiles y los momentos álgidos del proceso. Partiendo de la afirmación de que “el estado burgués continúa existiendo, pero queda descompuesto tras la toma del poder por el FSLN”, aborda aspectos tan interesantes como polémicos que son válidos para la orientación política de la revolución así como para los planteamientos teóricos de quienes aspiran a sacar lecciones y conocimientos nuevos sobre cómo impulsar los cambios y transformaciones revolucionarias en el Occidente capitalista desde la experiencia de un país pobre y dependiente. Son elementos a considerar el proceso de reconstrucción y sus dilemas sobre el modelo a seguir, el largo periodo de transición hacia el socialismo que se abre, el papel de la dirección política en el mismo así como el protagonismo que deberán tener las organizaciones sociales.

Analiza, pues, la existencia de un doble poder creado por la revolución al señalar la presencia de “dos dinámicas políticas y sociales opuestas… la que se dirige hacia la reconstrucción de un estado burgués y la otra (que va) hacia la formación de un gobierno obrero y campesino” siendo esta última “la garantía de las actuales conquistas de las masas”, antesala de una Nueva Nicaragua como antes lo había sido la Nueva Cuba.

*Tino Brugos es miembro de la redacción de la web de viento sur




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