OPINI脫N de Fernando Rosso.- Las elecciones primarias en Argentina significaron un terremoto pol铆tico y sellaron resultados pr谩cticamente irreversibles hacia las generales de octubre. Refutaron -una vez m谩s- el pron贸stico de todas las encuestadoras y consultoras del mainstream que llegaron a hablar de un virtual empate o una victoria m贸dica del peronista Frente de Todos.
Los resultados barrieron pr谩cticamente al macrismo en todo el territorio nacional y tambi茅n en la estrat茅gica provincia de Buenos Aires. En el pa铆s, la alianza del panperonismo obtuvo 15 puntos de ventaja por sobre Juntos por el Cambio (47,56 % a 32,17 %), mientras que en Buenos Aires, en el tramo presidencial, la diferencia fue de m谩s de 20 puntos (50,59 % a 29,97%). Hubo una leve diferencia en el tramo a gobernador, pero no impidi贸 que Mar铆a Eugenia Vidal (gobernadora de la provincia de Buenos Aires y hasta ayer nave insignia del macrismo) perdiera por 17 puntos ante Axel Kicillof, referente del ala kirchnerista del Frente de Todos. Otras provincias que fueron claves para el triunfo de Mauricio Macri en 2015, como las pertenecientes a la regi贸n centro, revirtieron los resultados de hace cuatro a帽os atr谩s (Mendoza y Santa Fe) o achicaron la diferencia (como en C贸rdoba). Los resultados que se hab铆an adelantado en la seguidilla de elecciones provinciales, donde el oficialismo hab铆a sufrido derrotas “espantosas” se confirmaron en estas primarias.
En lo inmediato, se abre una situaci贸n de crisis e incertidumbre por el debilitamiento extremo en el que queda el Gobierno, que deber谩 buscar un pacto de gobernabilidad que le permita llegar vivo hasta los lejanos comicios de octubre (y la entrega del mando en diciembre) y garantizar una transici贸n que no se desmadre por la fragilidad econ贸mica. Cuando este lunes, como dice el lugar com煤n, “voten los mercados”, todas las perspectivas catastr贸ficas estar谩n abiertas. De hecho, en la noche del domingo transcendi贸 que hubo una reuni贸n de urgencia del Gabinete nacional en la que se habl贸 de eventuales renuncias de ministros e incluso periodistas ultraoficialistas (como Alfredo Leuco) reclamaron a viva voz que rueden cabezas, apenas se conocieron los primeros resultados oficiales.
En el contexto internacional y regional, los resultados implican un rev茅s para Donald Trump y el Fondo Monetario Internacional, que fueron y son un respaldo clave para sostener desde arriba al gobierno de Mauricio Macri. El Fondo rif贸 gran parte de su capital disponible para financiar la fuga de capitales argentina en un vano intento de sostener a una administraci贸n que hundi贸 la econom铆a en una rotunda recesi贸n, combinada con una inflaci贸n r茅cord. El peor de los mundos. El brusco cambio de signo pol铆tico en la Argentina tambi茅n tendr谩 consecuencias decisivas para el equilibrio del subcontinente. Es tambi茅 una mala noticia para el golpeado Jair Bolsonaro y una demostraci贸n de que el tan mentado “giro a la derecha” de la regi贸n es tan real, como no consolidado.
La votaci贸n masiva contra un Gobierno de derecha, que desde la huida a pedir un auxilio desesperado al FMI ven铆a implementando un plan neoliberal ortodoxo, constituye -con todas las deformaciones del caso- parte de una relaci贸n de fuerzas m谩s general. Pese a la gobernabilidad voluntaria brindada por gran parte de quienes hoy se le oponen y a los avances que logr贸 el Gobierno gracias a esta generosa pax concedida, la relaci贸n de fuerzas encontr贸 un canal laber铆ntico por el cual manifestarse. Los resultados expresaron las aspiraciones (mezcladas con ilusiones) de terminar con el ajuste infinito de Cambiemos e implicaron una desmentida a las “teor铆as” que hablaban de una “desconexi贸n” entre la econom铆a y la pol铆tica, reducida a la manipulaci贸n en las redes sociales, la magia del big data y la microsegmentaci贸n como herramientas de una maquinaria electoral infalible.
Si el escenario no cambia dram谩ticamente antes, en la nueva etapa pol铆tica que se abre en el pa铆s, la relaci贸n de fuerzas social no tiene necesariamente por qu茅 detenerse en esta foto electoral. De hecho, los trabajadores y trabajadoras que rechazaron al Gobierno y su ajuste, muy probablemente exigir谩n el cumplimiento de sus demandas y eso signar谩 la etapa que se abre.
Para lograr este triunfo, el peronismo renovado o el kirchnerismo ampliado, coloc贸 como candidato a presidente a un dirigente moderado (Alberto Fern谩ndez), que rompi贸 con Cristina Fern谩ndez en 2008 y se opuso a las medidas que fueron consideradas como m谩s “disruptivas” del kirchnerismo. Arm贸 una coalici贸n con los gobernadores conservadores del peronismo y hasta con Sergio Massa que co-gobernaron de hecho con Macri durante estos cuatro a帽os. As铆 teji贸 una impactante victoria t谩ctica, pero con desenlace impredecible. Pese a que Cristina encumbr贸 a una persona de su ri帽贸n en un cargo clave -como la gobernaci贸n de la provincia de Buenos Aires que conquistar谩 Axel Kicillof si repite estos resultados en octubre- la eventual alianza de Alberto Fern谩ndez con Massa (postulado como eventual presidente de la C谩mara de Diputados) y los gobernadores conservadores, puede constituir un eje fundamental para negociar con el FMI y neutralizar toda reminiscencia de “centroizquierda” que caracteriz贸 al 煤ltimo kirchnerismo.
Muchos comparan esta muy probable vuelta del peronismo como una posibilidad de repetir el proceso iniciado en 2003 cuando el peronismo ofici贸 como “partido de la contenci贸n” de un pa铆s que hab铆a estallado en 2001 y comenz贸 una expansi贸n basada en el trabajo sucio de ajuste realizado por Eduardo Duhalde, combinado con un viento de cola favorable de la econom铆a mundial. La experiencia de un peronismo de “centroizquierda” fue directamente proporcional a esas condiciones locales e internacionales. En el complejo presente, ni las condiciones de la econom铆a mundial ni la situaci贸n interna se asemejan. Un peronismo de centro m谩s conservador se postula como m谩s como “partido del orden” para cabalgar una crisis aguda.
En ese contexto, los resultados obtenidos por el Frente de Izquierda Unidad, con la posibilidad de encumbrar nuevos diputados en octubre y con presencia sostenida en el pa铆s, resultan significativos para una etapa de probable mayor conflictividad o lucha de clases que signar谩 el pr贸ximo periodo.
https://www.laizquierdadiario.com/
Los resultados barrieron pr谩cticamente al macrismo en todo el territorio nacional y tambi茅n en la estrat茅gica provincia de Buenos Aires. En el pa铆s, la alianza del panperonismo obtuvo 15 puntos de ventaja por sobre Juntos por el Cambio (47,56 % a 32,17 %), mientras que en Buenos Aires, en el tramo presidencial, la diferencia fue de m谩s de 20 puntos (50,59 % a 29,97%). Hubo una leve diferencia en el tramo a gobernador, pero no impidi贸 que Mar铆a Eugenia Vidal (gobernadora de la provincia de Buenos Aires y hasta ayer nave insignia del macrismo) perdiera por 17 puntos ante Axel Kicillof, referente del ala kirchnerista del Frente de Todos. Otras provincias que fueron claves para el triunfo de Mauricio Macri en 2015, como las pertenecientes a la regi贸n centro, revirtieron los resultados de hace cuatro a帽os atr谩s (Mendoza y Santa Fe) o achicaron la diferencia (como en C贸rdoba). Los resultados que se hab铆an adelantado en la seguidilla de elecciones provinciales, donde el oficialismo hab铆a sufrido derrotas “espantosas” se confirmaron en estas primarias.
En lo inmediato, se abre una situaci贸n de crisis e incertidumbre por el debilitamiento extremo en el que queda el Gobierno, que deber谩 buscar un pacto de gobernabilidad que le permita llegar vivo hasta los lejanos comicios de octubre (y la entrega del mando en diciembre) y garantizar una transici贸n que no se desmadre por la fragilidad econ贸mica. Cuando este lunes, como dice el lugar com煤n, “voten los mercados”, todas las perspectivas catastr贸ficas estar谩n abiertas. De hecho, en la noche del domingo transcendi贸 que hubo una reuni贸n de urgencia del Gabinete nacional en la que se habl贸 de eventuales renuncias de ministros e incluso periodistas ultraoficialistas (como Alfredo Leuco) reclamaron a viva voz que rueden cabezas, apenas se conocieron los primeros resultados oficiales.
En el contexto internacional y regional, los resultados implican un rev茅s para Donald Trump y el Fondo Monetario Internacional, que fueron y son un respaldo clave para sostener desde arriba al gobierno de Mauricio Macri. El Fondo rif贸 gran parte de su capital disponible para financiar la fuga de capitales argentina en un vano intento de sostener a una administraci贸n que hundi贸 la econom铆a en una rotunda recesi贸n, combinada con una inflaci贸n r茅cord. El peor de los mundos. El brusco cambio de signo pol铆tico en la Argentina tambi茅n tendr谩 consecuencias decisivas para el equilibrio del subcontinente. Es tambi茅 una mala noticia para el golpeado Jair Bolsonaro y una demostraci贸n de que el tan mentado “giro a la derecha” de la regi贸n es tan real, como no consolidado.
La votaci贸n masiva contra un Gobierno de derecha, que desde la huida a pedir un auxilio desesperado al FMI ven铆a implementando un plan neoliberal ortodoxo, constituye -con todas las deformaciones del caso- parte de una relaci贸n de fuerzas m谩s general. Pese a la gobernabilidad voluntaria brindada por gran parte de quienes hoy se le oponen y a los avances que logr贸 el Gobierno gracias a esta generosa pax concedida, la relaci贸n de fuerzas encontr贸 un canal laber铆ntico por el cual manifestarse. Los resultados expresaron las aspiraciones (mezcladas con ilusiones) de terminar con el ajuste infinito de Cambiemos e implicaron una desmentida a las “teor铆as” que hablaban de una “desconexi贸n” entre la econom铆a y la pol铆tica, reducida a la manipulaci贸n en las redes sociales, la magia del big data y la microsegmentaci贸n como herramientas de una maquinaria electoral infalible.
Si el escenario no cambia dram谩ticamente antes, en la nueva etapa pol铆tica que se abre en el pa铆s, la relaci贸n de fuerzas social no tiene necesariamente por qu茅 detenerse en esta foto electoral. De hecho, los trabajadores y trabajadoras que rechazaron al Gobierno y su ajuste, muy probablemente exigir谩n el cumplimiento de sus demandas y eso signar谩 la etapa que se abre.
Para lograr este triunfo, el peronismo renovado o el kirchnerismo ampliado, coloc贸 como candidato a presidente a un dirigente moderado (Alberto Fern谩ndez), que rompi贸 con Cristina Fern谩ndez en 2008 y se opuso a las medidas que fueron consideradas como m谩s “disruptivas” del kirchnerismo. Arm贸 una coalici贸n con los gobernadores conservadores del peronismo y hasta con Sergio Massa que co-gobernaron de hecho con Macri durante estos cuatro a帽os. As铆 teji贸 una impactante victoria t谩ctica, pero con desenlace impredecible. Pese a que Cristina encumbr贸 a una persona de su ri帽贸n en un cargo clave -como la gobernaci贸n de la provincia de Buenos Aires que conquistar谩 Axel Kicillof si repite estos resultados en octubre- la eventual alianza de Alberto Fern谩ndez con Massa (postulado como eventual presidente de la C谩mara de Diputados) y los gobernadores conservadores, puede constituir un eje fundamental para negociar con el FMI y neutralizar toda reminiscencia de “centroizquierda” que caracteriz贸 al 煤ltimo kirchnerismo.
Muchos comparan esta muy probable vuelta del peronismo como una posibilidad de repetir el proceso iniciado en 2003 cuando el peronismo ofici贸 como “partido de la contenci贸n” de un pa铆s que hab铆a estallado en 2001 y comenz贸 una expansi贸n basada en el trabajo sucio de ajuste realizado por Eduardo Duhalde, combinado con un viento de cola favorable de la econom铆a mundial. La experiencia de un peronismo de “centroizquierda” fue directamente proporcional a esas condiciones locales e internacionales. En el complejo presente, ni las condiciones de la econom铆a mundial ni la situaci贸n interna se asemejan. Un peronismo de centro m谩s conservador se postula como m谩s como “partido del orden” para cabalgar una crisis aguda.
En ese contexto, los resultados obtenidos por el Frente de Izquierda Unidad, con la posibilidad de encumbrar nuevos diputados en octubre y con presencia sostenida en el pa铆s, resultan significativos para una etapa de probable mayor conflictividad o lucha de clases que signar谩 el pr贸ximo periodo.
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