OPINI脫N de Rub茅n S谩nchez David, Colombia.- A pocas semanas de las elecciones regionales y locales, el uribismo se enfrenta a una situaci贸n dif铆cil que no hab铆a previsto. No solamente ya no aglutina las masas que anta帽o acompa帽aban a su m谩ximo l铆der, sino que el llamado a indagatoria al expresidente y hoy senador por la Corte Suprema de Justicia, que dej贸 en firme el inicio de un proceso judicial contra el ex mandatario, ha sembrado el desconcierto en las filas del Centro Democr谩tico, al punto de que algunos de sus miembros esperan una estruendosa derrota el 27 de octubre.
Atr谩s quedaron los d铆as en que, al anuncio de la presencia de Uribe, las convocatorias del Centro Democr谩tico se convert铆an en un 茅xito que auguraba el triunfo de los candidatos que se colocaban a su sombra. Lo sucedido en d铆as pasados en la Ciudadela Sim贸n Bol铆var de Ibagu茅 donde estuvo presente 脕lvaro Uribe en una reuni贸n a la que apenas asistieron cerca de 200 personas a apoyar a Leon铆das L贸pez, candidato a la alcald铆a del Centro Democr谩tico, se suma a lo que ha pasado en otros municipios, inclusive en Antioquia.
Tampoco puede pasarse por alto el hecho de que en muchas regiones el Centro Democr谩tico ha debido ceder su aval a pol铆ticos de otros partidos y hacer alianzas con pol铆ticos tradicionales, dejando solos a sus propios candidatos. La imagen del caudillo se encuentra en su punto m谩s bajo – alrededor el 30 por ciento de favorabilidad – y el ala radical del uribismo comienza a tomar distancia de su l铆der.
La dram谩tica situaci贸n del partido de gobierno no es solamente atribuible al deterioro de la imagen del expresidente; tambi茅n se debe a las divisiones internas simbolizadas por las rencillas entre Paloma Valencia y Mar铆a Fernanda Cabal, pero es evidente que la judicializaci贸n de un primer mandatario no se conoc铆a en Colombia desde la 茅poca de Rojas Pinilla lo cual abre la ventana a escenarios poco claros.
El asunto se remonta a 2014 cuando el senador Iv谩n Cepeda promovi贸 un debate sobre el paramilitarismo en Antioquia y divulg贸 los testimonios de dos excombatientes que hicieron se帽alamientos al expresidente Uribe. El mismo d铆a del debate Uribe denunci贸 a Cepeda ante la Corte por abuso de funci贸n p煤blica, fraude procesal y calumnia. Cuatro a帽os despu茅s la Corte se abstuvo de investigar a Cepeda pero orden贸 hacerlo contra el expresidente por manipulaci贸n de testigos tras una serie de hechos oscuros y confusos que involucraron a muchos protagonistas entre los que se destaca una interceptaci贸n por error del tel茅fono del expresidente Uribe cuyo contenido la Corte consider贸 “trascendente y relevante”.
Ciertamente, la acusaci贸n de manipulaci贸n de testigos parece un delito menor pero no puede olvidarse que el origen del asunto est谩 relacionado con el apoyo a actividades ilegales de grupos paramilitares. Adem谩s, si la Corte llam贸 a indagatoria al senador Uribe es porque existen pruebas comprobables que superan las suposiciones y las inferencias. Siendo as铆, lo m谩s probable es que Uribe sea llamado a juicio, ante lo cual caben dos posibilidades. La primera es un fallo absolutorio porque no se puede comprobar el dolo; la segunda es un fallo condenatorio. Sea lo que fuere, el Centro Democr谩tico se ver谩 muy afectado y con ello la relaci贸n del partido de gobierno con el presidente Duque.
Como es apenas obvio, el expresidente Uribe y sus abogados se presentar谩n ante la opini贸n p煤blica como v铆ctimas y el primero ha iniciado su campa帽a ante los medios de comunicaci贸n. El juicio, empero, de llevarse a cabo, se adelantar谩 ante un 贸rgano plural, la m谩xima autoridad en materia de justicia, integrada por profesionales que re煤nen los requisitos para ocupar tan alta dignidad, celosos de su prestigio.
Cierto es tambi茅n que algunas voces destempladas han amenazado por las redes sociales con desatar una guerra civil en caso de que su l铆der sea condenado, o de dar un golpe de Estado para detener el proceso, pero no se palpa en el ambiente que exista esa posibilidad. Lo m谩s probable es un rompimiento del Gobierno con el sector radical del uribismo y la b煤squeda de un margen de maniobra superior al que ha tenido hasta ahora.
El partido de gobierno ha demostrado ser un partido neopopulista y su jefe un l铆der carism谩tico que goza de lealtades personales por lo que ha prevalecido en 茅l una representaci贸n verticalista. Los l铆deres populistas establecen por lo general con sus seguidores una relaci贸n que va en contra de las formas republicanas de identificaci贸n pol铆tica, asociada con una identificaci贸n irracional y espont谩nea con el l铆der fuerte, pero el populismo no depende necesariamente de la existencia de un l铆der carism谩tico, sino de una acci贸n arraigada en mitos. Todo depender谩 de la capacidad del presidente Duque o de personalidades fuertes del Gobierno para llenar el vac铆o que poco a poco deja Uribe.
Duque habla de paz con legalidad y el hecho de que el llamado a indagatoria a Uribe se enmarque en una 茅tica procesal y procedimental que ha puesto en evidencia la independencia de las autoridades judiciales, no permite suponer un desconocimiento del Estado de derecho por parte del Gobierno y su presidente. El 煤nico damnificado ser谩 el Centro Democr谩tico.
https://www.sur.org.co/el-uribismo-en-aprietos/
Atr谩s quedaron los d铆as en que, al anuncio de la presencia de Uribe, las convocatorias del Centro Democr谩tico se convert铆an en un 茅xito que auguraba el triunfo de los candidatos que se colocaban a su sombra. Lo sucedido en d铆as pasados en la Ciudadela Sim贸n Bol铆var de Ibagu茅 donde estuvo presente 脕lvaro Uribe en una reuni贸n a la que apenas asistieron cerca de 200 personas a apoyar a Leon铆das L贸pez, candidato a la alcald铆a del Centro Democr谩tico, se suma a lo que ha pasado en otros municipios, inclusive en Antioquia.
Tampoco puede pasarse por alto el hecho de que en muchas regiones el Centro Democr谩tico ha debido ceder su aval a pol铆ticos de otros partidos y hacer alianzas con pol铆ticos tradicionales, dejando solos a sus propios candidatos. La imagen del caudillo se encuentra en su punto m谩s bajo – alrededor el 30 por ciento de favorabilidad – y el ala radical del uribismo comienza a tomar distancia de su l铆der.
La dram谩tica situaci贸n del partido de gobierno no es solamente atribuible al deterioro de la imagen del expresidente; tambi茅n se debe a las divisiones internas simbolizadas por las rencillas entre Paloma Valencia y Mar铆a Fernanda Cabal, pero es evidente que la judicializaci贸n de un primer mandatario no se conoc铆a en Colombia desde la 茅poca de Rojas Pinilla lo cual abre la ventana a escenarios poco claros.
El asunto se remonta a 2014 cuando el senador Iv谩n Cepeda promovi贸 un debate sobre el paramilitarismo en Antioquia y divulg贸 los testimonios de dos excombatientes que hicieron se帽alamientos al expresidente Uribe. El mismo d铆a del debate Uribe denunci贸 a Cepeda ante la Corte por abuso de funci贸n p煤blica, fraude procesal y calumnia. Cuatro a帽os despu茅s la Corte se abstuvo de investigar a Cepeda pero orden贸 hacerlo contra el expresidente por manipulaci贸n de testigos tras una serie de hechos oscuros y confusos que involucraron a muchos protagonistas entre los que se destaca una interceptaci贸n por error del tel茅fono del expresidente Uribe cuyo contenido la Corte consider贸 “trascendente y relevante”.
Ciertamente, la acusaci贸n de manipulaci贸n de testigos parece un delito menor pero no puede olvidarse que el origen del asunto est谩 relacionado con el apoyo a actividades ilegales de grupos paramilitares. Adem谩s, si la Corte llam贸 a indagatoria al senador Uribe es porque existen pruebas comprobables que superan las suposiciones y las inferencias. Siendo as铆, lo m谩s probable es que Uribe sea llamado a juicio, ante lo cual caben dos posibilidades. La primera es un fallo absolutorio porque no se puede comprobar el dolo; la segunda es un fallo condenatorio. Sea lo que fuere, el Centro Democr谩tico se ver谩 muy afectado y con ello la relaci贸n del partido de gobierno con el presidente Duque.
Como es apenas obvio, el expresidente Uribe y sus abogados se presentar谩n ante la opini贸n p煤blica como v铆ctimas y el primero ha iniciado su campa帽a ante los medios de comunicaci贸n. El juicio, empero, de llevarse a cabo, se adelantar谩 ante un 贸rgano plural, la m谩xima autoridad en materia de justicia, integrada por profesionales que re煤nen los requisitos para ocupar tan alta dignidad, celosos de su prestigio.
Cierto es tambi茅n que algunas voces destempladas han amenazado por las redes sociales con desatar una guerra civil en caso de que su l铆der sea condenado, o de dar un golpe de Estado para detener el proceso, pero no se palpa en el ambiente que exista esa posibilidad. Lo m谩s probable es un rompimiento del Gobierno con el sector radical del uribismo y la b煤squeda de un margen de maniobra superior al que ha tenido hasta ahora.
El partido de gobierno ha demostrado ser un partido neopopulista y su jefe un l铆der carism谩tico que goza de lealtades personales por lo que ha prevalecido en 茅l una representaci贸n verticalista. Los l铆deres populistas establecen por lo general con sus seguidores una relaci贸n que va en contra de las formas republicanas de identificaci贸n pol铆tica, asociada con una identificaci贸n irracional y espont谩nea con el l铆der fuerte, pero el populismo no depende necesariamente de la existencia de un l铆der carism谩tico, sino de una acci贸n arraigada en mitos. Todo depender谩 de la capacidad del presidente Duque o de personalidades fuertes del Gobierno para llenar el vac铆o que poco a poco deja Uribe.
Duque habla de paz con legalidad y el hecho de que el llamado a indagatoria a Uribe se enmarque en una 茅tica procesal y procedimental que ha puesto en evidencia la independencia de las autoridades judiciales, no permite suponer un desconocimiento del Estado de derecho por parte del Gobierno y su presidente. El 煤nico damnificado ser谩 el Centro Democr谩tico.
https://www.sur.org.co/el-uribismo-en-aprietos/
