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La Selva Paranaense

 La Selva Paranaense, un pulmón verde catalogado como zona crítica para la biodiversidad, se enfrenta a serias amenazas a causa de la expansión de la agricultura, con la consiguiente pérdida del 95% de su territorio en los últimos 120 años.
Un caimán yacare de Argentina. ©Fucundo Luque

Este bosque alberga al 52% de biodiversidad de Argentina con más de 150 especies de mamíferos, 564 clases de aves, 260 de peces, 116 de reptiles, 68 de anfibios, y miles de especies de plantas y hongos.



Una iniciativa conjunta de la Secretaría de Medio ambiente y Desarrollo Sostenible y el Programa de colaboración de las Naciones Unidas para la reducción de emisiones de la deforestación y la degradación de bosques en los países en desarrollo  en 2018 sirvió para desarrollar el Plan de Acción Nacional de Bosques y Cambio Climático.

El plan busca fomentar políticas para la gestión sostenible de los bosques, reducirá la vulnerabilidad de las comunidades que dependen de ellos, disminuir la deforestación y promover la restauración de los bosques.

Proteger la biodiversidad de Misiones

Misiones se encuentra al noroeste de Argentina, en la frontera con Paraguay y Brasil. Casi 1,3 millones de personas viven allí y también es el hogar de una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo: las cataratas de Iguazú. La Selva Paranaense, uno de los mayores bosques que permanecen vírgenes, también se incluye en esta área.

La Selva Paranaense está clasificada como zona crítica para la biodiversidad. Alberga el 52% de biodiversidad de Argentina, con más de 150 especies de mamíferos, incluidos los jaguares; 564 especies de aves, 260 de peces, 116 de reptiles, 68 de anfibios, y miles de especies de plantas y hongos.
Misiones, al noroeste de Argentina, es el hogar de una de las Siete Maravillas del MUndo: las cataratas de Iguazú. © Instituto Misionero de Biodiversidad

La investigación ha demostrado que los bosques vírgenes tienen una gran importancia para la mitigación y adaptación al cambio climático, la preservación de la biodiversidad, la gestión de las cuencas hidrográficas y las culturas y medios de vida de los indígenas.

Sin embargo, entre el año 2000 y el 2013, el 7% de los bosques vírgenes fueron destruidos. La Selva Paranaense hace frente a amenazas serias a causa de la expansión de la agricultura; en los últimos 120 años se ha perdido el 95%. Del 5% restante, la mayoría está en la Provincia de Misiones. La pérdida de selva ha tenido un impacto devastador sobre la flora y la fauna. De más de 1.000 especies y subespecies de anfibios, reptiles, aves y mamíferos, el 20% está en peligro o amenazado.

En Argentina, ni los peces ni las plantas se han clasificado por completo y se necesitan más datos sobre la fauna de la región para comprender el impacto total. A pesar de que existan leyes para proteger especies concretas amenazadas que hacen frente a la destrucción y la alteración de sus hábitats, como las orquídeas, una de las familias más numerosas de la provincia, la selva necesita más protección.



De izq. a dcha.: escarabajo barrenador de las casas, ©Fucundo Luque; surucuá común sur, ©Fucundo Luque; mono capuchino sapajus carinegro cai. ©Instituto Misionero de Biodiversidad


La Selva Paranaense abarca el extremo meridional del bioma del Bosque Atlántico, donde comienza la transición hacia las sabanas y los pastizales de la Provincia Pampeana. Estas selvas fronterizas, conocidas como ecotonos, tienen muchas especies tropicales con genética valiosa porque han evolucionado para resistir a condiciones climáticas más extremas. La Selva Paranaense es un refugio importante para muchas especies amenazadas.

La selva también provee alimentos y medios de vida a más de 100 comunidades. En Misiones, más de 4.000 hectáreas pertenecen a pueblos indígenas y comunidades locales.

El potencial turístico es enorme; más de 25 millones de personas pasan por esta región cada año, es decir, más de las que visitan Buenos Aires. Esto supone una oportunidad muy buena para el ecoturismo.


En Misiones, más de 4.000 hectáreas pertenecen a pueblos indígenas y comunidades locales.


La provincia está mejorando su manejo forestal sostenible. Las empresas madereras locales han adoptado prácticas que permiten ciclos de tala de unos 30 años al lograr la regeneración natural, la mejora del suelo y la plantación de especies autóctonas con un alto valor comercial. La agrosilvicultura en selvas autóctonas enriquece el crecimiento y la productividad de los frutales y la selva proporciona un control natural de las plagas y un ambiente más respetuoso con los frutales autóctonos.

En un esfuerzo por aumentar la conciencia sobre esta selva como hábitat esencial para el jaguar, Misiones anunció recientemente el primer “Día Provincial del Jaguar” en 2018. Como consecuencia de los esfuerzos realizados para establecer un “Corredor Verde” en la provincia, la población de jaguar se ha doblado, de 50 a 100 en los últimos 12 años.

En 2018, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en Argentina junto con el apoyo del Programa Nacional ONU-REDD, estableció el Plan de Acción Nacional de Bosques y Cambio Climático. Este plan desarrollará políticas para una gestión sostenible de los bosques, reducirá la vulnerabilidad de las comunidades que dependen de ellos, disminuirá la deforestación y promoverá la restauración de los bosques.
Como consecuencia de los esfuerzos realizados para establecer un “Corredor Verde” en la provincia, la población de jaguar se ha doblado, de 50 a 100 en los últimos 12 años. ©Pedro Helder Pinheiro/Shutterstock.com

El Plan de Acción fue visto como el instrumento principal para implementar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de Argentina del Acuerdo de París de 2015 sobre silvicultura y uso de la tierra.

Misiones ha priorizado medidas como la planificación del aprovechamiento de la tierra y la gestión sostenible de los bosques basándose en la experiencia local.

La provincia de Misiones también ha respaldado hace poco la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, la cual resume diez objetivos globales ambiciosos para proteger y restaurar los bosques. La provincia espera que la declaración elimine factores medioambientales negativos, mejore la sostenibilidad y calidad de los productos autóctonos de los bosques, detenga la deforestación a causa de la producción agrícola y contribuya en la responsabilidad medioambiental y social. La comunidad de la región prevé producir productos que no incentiven la deforestación y crear una nueva era de cultivo para un desarrollo sostenible y regenerativo.Río Iguazú. ©Fucundo Luque
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