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A mirarse en el espejo de Ecuador y sacar conclusiones

OPINI脫N de Sergio Ortiz.- La receta del FMI provoc贸 grandes ajustes en el pa铆s hermano. A diferencia de Argentina de hoy, la revuelta popular tuvo gran envergadura. All谩 hubo un traidor llamado Moreno, ojal谩 ac谩 no lo haya desde diciembre pr贸ximo.

Mauricio Macri ped铆a a la poblaci贸n en 2018 que se enamorara de Christine Lagarde, directora gerente del FMI. Su enamoramiento ten铆a razones dinerarias y no del coraz贸n. El organismo hab铆a firmado un pr茅stamo stand-by por 50.000 millones de d贸lares para Argentina, ampliado a 57.000 millones tras incumplimientos iniciales del deudor.

Ese regreso de la entidad de ominoso prontuario en Argentina, la regi贸n y el mundo fue muy negativo, m谩s all谩 de los nombres de uno y otro lado del mostrador. Entonces estuvieron madame Lagarde y Nicol谩s Dujovne, luego reemplazado por Hern谩n Lacunza con varios cambios en el Banco Central. Sigue Macri, aunque su mandato tiene fecha cierta de finalizaci贸n y la nueva jefa fondomonetarista es Kristalina Georgieva, b煤lgara a la que tocar谩 negociar con Alberto Fern谩ndez.

El Fondo y Fern谩ndez ya han tenido reuniones muy amables en Buenos Aires, en junio y agosto pasado. La mesa qued贸 servida para s铆 el 27 de octubre las urnas confirman la victoria del Frente de Todos.

El board del Fondo radicado en Washington, con la administraci贸n Trump como voz autorizada y mayoritaria a la hora de tomar decisiones, tiene una pol铆tica invariable al negociar pr茅stamos en las modalidades de stand by y de facilidades extendidas. Am茅n de asegurarse el reembolso del capital prestado y los intereses correspondientes, impone reformas internas a los deudores.

Un cl谩sico de esa liturgia es achicar el gasto p煤blico con la demagogia del d茅ficit fiscal cero. No importa que eso suponga un ajuste en la plantilla de empleados estatales y sus salarios, el achicamiento del «gasto» (en rigor inversi贸n) en educaci贸n y salud, reformas previsionales a la baja de los ingresos, con aumentos en las edades de percibir el beneficio. Y 煤ltimo, pero no menos importante, reformas laborales para bajar el «costo laboral», dicho en lenguaje empresarial descarnado.

Argentina experiment贸 esas pol铆ticas fondomonetaristas desde su membres铆a en 1956, con la «Revoluci贸n Fusiladora».

Esa triste fama lleg贸 al estrellato en diciembre de 2001, cuando el Titanic se hundi贸. Los argentinos vivieron en carne propia esa experiencia. Es la que est谩n sufriendo los ecuatorianos hoy, con el traidor Lenin Moreno pactando con el FMI, que pidi贸 reducir miles de millones de d贸lares en subsidios estatales, el aumento del 123 por ciento de los combustibles y el despido de miles de empleados p煤blicos. Moreno tuvo que implantar el estado de excepci贸n por 60 d铆as y reprimi贸 las protestas, con un saldo inicial de decenas de heridos y 300 detenidos. Ecuador est谩 en llamas. ¿Argentina volver谩 a incendiarse?

Un poroto

La grav铆sima crisis de Ecuador, con la mano injerencista del FMI, es menor que la que padece Argentina. El aumento de los combustibles queda muy atr谩s del producido al comp谩s de las devaluaciones del gobierno de Cambiemos. Desde diciembre de 2015 las devaluaciones sumaron un 600 por ciento, teniendo de punto de partida un d贸lar de 9,75 pesos hasta hoy, de 60. Y eso se traslad贸 a los surtidores. Qued贸 en la nada el decreto presidencial que congelaba por 90 d铆as el precio de las naftas.

Los despidos de empleados p煤blicos en Ecuador, siendo graves, no llegan al punto de lo que hizo la administraci贸n macrista, cuando despidi贸 a muchas decenas de miles de empleados p煤blicos. Dijeron separar «la grasa militante» (Alfonso Prat-Gay dixit). El cuchillo de carnicero lo ten铆a el ex «ministro de Modernizaci贸n» Andr茅s Ibarra.

Lenin Moreno vino endeudamiento a Ecuador, al contrario de lo que ocurr铆a con Rafael Correa. El actual acuerdo con el Fondo acentuar谩 ese lastre para el pa铆s sudamericano. Sin embargo, la deuda externa p煤blica de Ecuador es 47 por ciento m谩s en el actual gobierno: ha llegado a 39.491 millones de d贸lares, lo que representa el 36,2 por ciento del PIB.

Esto es muy negativo, pero queda hecho un poroto comparado con el endeudado serial Macri, que aument贸 la deuda en 170.000 millones de d贸lares. Actualmente, la deuda p煤blica bruta total asciende a 307.000 millones; ara帽a el 100 por ciento del PBI, habi茅ndola recibido cuatro a帽os atr谩s en el 35 por ciento.

En Quito y Buenos Aires se cuecen habas. All谩 la polic铆a y el Ej茅rcito est谩n implantando el estado de excepci贸n dispuesto por Moreno, reprimiendo a quienes cortan calles y rutas. Ac谩 las fuerzas de represi贸n bajo el mando de la ministra Patricia Bullrich reprimieron brutalmente la protesta de diciembre de 2017 en el Congreso. As铆 el oficialismo pudo hacer aprobar la reforma jubilatoria, preparando el terreno para que posteriormente se suscribieran acuerdos en postura de genuflexi贸n hacia Lagarde.

Habr谩 que ver hasta qu茅 punto asciende la rebeld铆a social ecuatoriana; es muy auspicioso que se est茅n incorporando a la protesta los pueblos originarios. Y tambi茅n es muy bueno que el expresidente Correa y sus partidarios est茅n llamando a elevar esa resistencia, reclamando la renuncia de Moreno. Los formalistas de Argentina dir铆an que Correa hace muy mal en reclamar eso, porque el mandato del traidor est谩 vigente hasta el 2021.

Cuando un presidente electo democr谩ticamente traiciona su mandato y vende su alma al diablo del Fondo, est谩 bien que la ciudadan铆a pida su salida. Fernando de la R煤a tuvo que renunciar e irse en helic贸ptero. Con una soluci贸n similar para MM, ¿cu谩ntas vidas, empleos, fuentes de trabajo y reservas se hubieran salvado desde junio de 2018 cuando entreg贸 el cogobierno al Fondo?

La calle, fundamental.

Si los hermanos ecuatorianos no ceden al autoritarismo y represi贸n pueden todav铆a torcer el brazo al ajuste y semi colonizaci贸n. Aquel pa铆s todav铆a est谩 dolarizado y no tiene moneda propia, lo que lo convierte en una presa m谩s f谩cil para estos acuerdos-imposiciones de la entidad financiera mundial. Rafael Correa deber铆a hacer una reflexi贸n autocr铆tica de los motivos que le impidieron en diez a帽os volver a tener una moneda nacional como el sucre.

Esa reflexi贸n viene a cuento de que, en medio de las devaluaciones del peso, en nuestro pa铆s se alzaron algunas voces de la ultraderecha neoliberal, por ahora aisladas, aconsejando ir a una nueva versi贸n de la dolarizaci贸n impuesta en los tiempos de Domingo Cavallo, del 1 a 1 (economistas suyos de la Fundaci贸n Mediterr谩nea cobraron muchos d贸lares en Quito en el 2000 para implementar la dolarizaci贸n).

En comparaci贸n con lo que los argentinos est谩n haciendo hoy en las calles contra el ajuste y las devaluaciones, los ecuatorianos llevan la delantera. Han reaccionado m谩s r谩pido y m谩s activamente contra la agresi贸n del Fondo. En cotejo con lo heroicamente que se luch贸 en Argentina cuando la crisis toc贸 fondo en el 2001, la protesta de Ecuador est谩 a煤n atr谩s.

Si hoy no hay m谩s huelgas y movilizaciones en las calles de nuestro pa铆s no es tanto porque no haya voluntad de lucha de las bases. Influyen mucho las direcciones sindicales que frenan, como lo hicieron los capitostes de la CGT en estos cuatro a帽os de Macri. Incluso otros gremialistas que son bastante mejores que los de Azopardo 802, como Hugo Yasky, de la CTA, desde 2017 viene diciendo que no es conveniente hacer paros porque era un a帽o electoral. Despu茅s vino 2018, se avecinaban las elecciones y tampoco eran convenientes los paros activos.

Tras la victoria electoral de las PASO de agosto pasado, hubo menos voluntad movilizadora en esa dirigencia de CTA, negociando como estaba su reincorporaci贸n a la vieja CGT, un tema que se resolvi贸 el jueves pasado en un congreso en Lan煤s.

De ac谩 en adelante es posible que la CTA en v铆as de extinci贸n y absorci贸n por parte de la CGT tenga a煤n menos voluntad de lucha, entre otras razones importantes porque es lo que viene pregonando el presidenciable Alberto Fern谩ndez ante los gremios. «Los paros no convienen», pontific贸 ante el paro de pilotos de APLA.

El profesor de Derecho Penal e hijo de un juez, que pasea a Dylan, exige a todos los gremios unificarse en la CGT, que tiene la jefatura de H茅ctor Daer, con vistas al Pacto Social con la UIA. Daer est谩 alejado de luchadores como Agust铆n Tosco e inclusive de sindicalistas como Sa煤l Ubaldini.

De todos modos, por convicciones o sobre todo por necesidad, habr谩 muchos sectores sindicales y sociales, cooperativas, desocupados, jubilados, etc., que van a seguir ocupando las calles reclamando lo suyo.

Por ejemplo, en Ecuador algunas de las medidas de Moreno fueron: «Vacaciones para empleados p煤blicos bajan de 30 a 15 d铆as al a帽o. Trabajadores de empresas p煤blicas aportar谩n cada mes con un d铆a su salario. Reformas laborales regir谩n para nuevos contratos. Nuevas modalidades de contratos laborales para quienes inician un emprendimiento. Nueva modalidad de contrato de reemplazo en caso de licencia de maternidad y paternidad y enfermedades catastr贸ficas. Facilidades para teletrabajo, etc.».

Ese libreto tambi茅n lo querr谩n imponer en Argentina, ya no con Macri sino con Fern谩ndez. Ante esas recetas de ajuste no habr谩 paz de los sepulcros. Ac谩 se conoce bien el prontuario del FMI y sus amigos: ojal谩 en Argentina no haya otro Lenin Moreno, sino un Mariano.


ortizserg@gmail.com




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