Ir al contenido principal

La f贸rmula en Buenos Aires luego del debate

OPINI脫N de Emilio Cafassi.- El llamado departamento veinte, esa suerte de arraigo desabrigado fronteras afuera de los 19 departamentos que conforman la divisi贸n pol铆tica del Uruguay, cuya capital es el 脕rea Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), recibir谩 finalmente a la f贸rmula presidencial del Frente Amplio (FA) el pr贸ximo domingo. Una movilizaci贸n callejera unir谩 la popular Plaza Miserere con el teatro en el que tendr谩 lugar el encuentro con Daniel Mart铆nez y Graciela Villar. La retr贸grada oposici贸n de los partidos tradicionales a concederle a la di谩spora el derecho al voto en el exterior -conquista elemental que casi todos los pa铆ses occidentales otorgaron a sus ciudadanos residentes afuera- obliga a los uruguayos del 茅xodo a un esfuerzo c铆vico y organizativo de magnitud, inclusive para sortear el vergonzoso monopolio del transporte fluvial que detenta el Sr. L贸pez Mena con sus empresas. Razones geogr谩ficas hacen m谩s factible la participaci贸n electoral de los residentes en el AMBA y la cuenca del r铆o Uruguay que la del resto, constituyendo una circunscripci贸n relativamente importante. El envejecimiento -y hasta la desaparici贸n- de militantes hist贸ricos, la formaci贸n de familias argentinas, el padecimiento de las recurrentes crisis vern谩culas y hasta la participaci贸n pol铆tica local en muchos casos, van menguando las fuerzas frentistas en la orilla occidental. Si alg煤n obst谩culo faltara, la simultaneidad de las elecciones nacionales argentinas y uruguayas el 27 de octubre (en primera vuelta) obligar谩 a redoblar energ铆as organizativas, priorizaciones y convicci贸n militante contumaz.

Deber铆a esperarse que el debate televisivo que el pasado martes mantuvieron los candidatos presidenciales Mart铆nez y el del partido blanco, Lacalle Pou, estimule la concurrencia al acto tanto como a las mesas electorales orientales donde cada uruguayo est茅 empadronado. Quienes no lo hayan seguido por streaming en tiempo real, deber铆an hacerlo por youtube, ya que all铆 no s贸lo se delimitan con total claridad los modelos de pa铆s en pugna sino tambi茅n los modos de hacer pol铆tica y de entablar relaci贸n con la ciudadan铆a. Debiera ser un enorme est铆mulo al esfuerzo militante y electoral, mucho m谩s que por la puntualizaci贸n de logros del gobierno y las perspectivas futuras se帽aladas por Mart铆nez, por el p谩nico que debiera proyectar el candidato nacionalista, a煤n m谩s all谩 de la observaci贸n de los derrumbes argentino y brasile帽o que, dicho sea de paso, el candidato blanco eludi贸 completamente mediante una boutade.

La primera distinci贸n esencial se desprende f谩cilmente de la concepci贸n t谩cita que subyace en el ataque del propio postulante. Lacalle se bas贸 en la ausencia de credibilidad del FA ya que, seg煤n sus afirmaciones, ha incumplido promesas como la de “que no iban a haber impuestos” atribuida al actual presidente V谩quez o su ministro Astori (226 sgs. restantes de su primera intervenci贸n). Carece de todo sentido verificar la veracidad de tal aserto. Ni siquiera el padre del senador blanco, quien propon铆a usar una motosierra cuando fue el candidato derrotado por Mujica una d茅cada atr谩s, lo podr铆a haber sostenido. Tal aserto jam谩s pudo haber sido formulado por nadie. Pero es la idea de “promesa” lo que creo distintivo subrayar, precisamente algo que recorre transversalmente el debate argentino, como una suerte de significante sintom谩tico de la miseria pol铆tica y la crisis del pa铆s.

En consecuencia la frontera ideol贸gica fundamental (que no s贸lo opone al FA con los partidos tradicionales en Uruguay, sino con toda la tradici贸n pol铆tica conservadora, como la que rige hegem贸nicamente en Argentina) es que sus gobiernos no se basan en promesas sino en detallados programas, elaborados con suficiente tiempo por miles de militantes de todas las extracciones sociales, saberes, regiones y experiencias. Si Lacalle quiere conocer qu茅 se plantea el FA a futuro tiene a disposici贸n un extens铆simo programa de gobierno dividido en 5 cap铆tulos (llamados desaf铆os) que obviamente contienen mucho m谩s detalle que las puntualizaciones que Mart铆nez pueda hacer en algunos minutos de TV. El FA no hace promesas sino que elabora programas. Lacalle generaliza su propia concepci贸n de la pol铆tica basada en el marketing, los slogans, el cinismo y la mendacidad amparada en el coaching: en suma, las llamadas “promesas”, extrapol谩ndola hacia el resto, sin distinciones. Al momento de formular “sus promesas”, no pasa de la r煤stica y consabida receta del pueril derrame. Lo que no debe excluirse en los gobiernos del FA es cierto incumplimiento del programa o tal vez alguna mora, cosa que puede deberse a cambios de circunstancias y coyunturas o a la laxitud del control y exigencias que la fuerza pol铆tica debe tener sobre su gobierno. Pero quienes m谩s nos encargamos de se帽alar las limitaciones somos los propios frenteamplistas, lo que me permite dedicar las l铆neas restantes a una segunda distinci贸n cardinal.

Es la que remite a las fuentes del candidato. Careciendo de datos, quiz谩s porque sostiene que el FA se convirti贸 al “materialismo de n煤meros” (sgs. 22 restantes de su segunda intervenci贸n en el cap铆tulo desarrollo humano) y con la intenci贸n de “no darle tinte pol铆tico a sus argumentos” (sgs. 84.) hace propias cr铆ticas de frenteamplistas como el ex presidente Mujica, o el precandidato Bergara (sgs. 75). Encontrar谩 miles. Estos p谩rrafos tambi茅n las contienen. La riqueza del FA no se debe al acierto en la selecci贸n de focus groups, sino en contener dentro de s铆 y hacer p煤blicas, en una suerte de 谩gora permanente, tanto las cr铆ticas cuanto las alternativas de superaci贸n a los se帽alamientos de ellas.

Obviamente afirmaciones como las citadas despiertan hilaridad, tanto como el tono payasesco a mitad de camino entre el elitismo plut贸crata decontract茅 de Macri y el hosco racismo polic铆aco de Bolsonaro.

Sin detener la risa, le daremos la bienvenida a Daniel y Graciela en la capital del departamento 20.

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible