OPINI脫N de Juan de Dios Ram铆rez-Heredia.- S铆, es un contradios en el sentido con que el Real Diccionario de la Lengua Espa帽ola dice que esa expresi贸n define algo vituperable, incalificable e inaudito.
En el momento de desarrollo econ贸mico que vivimos en esta parte del planeta, por m谩s duro que parezca, padecer la pobreza extrema es un contradi贸s como m铆nimo tan evidente como el que manifiesta el presidente de los banqueros de Espa帽a, Jos茅 Mar铆a Rold谩n, cuando dice que el que un banco tenga que pagar a alguien por pedir un pr茅stamo es un contradios; de la misma manera que lo es cobrarle a un cliente un dinero por llevar sus recursos al banco. Eso es en nuestro sistema financiero, dijo en unas declaraciones al peri贸dico “Cinco D铆as”, una contradicci贸n, un contradios.
Ofende al m谩s elemental sentido que se tenga del Estado capitalista, o de la tan cacareada “sociedad libre de mercado”, que en medio de la opulencia, de los restaurantes abarrotados los fines de semana, de los aeropuertos que no dan abasto a tantos vuelos llenos de pasajeros que han aprendido en nada de tiempo las ventajas de los “viajes a bajo coste”, o de los establecimientos repletos de mercanc铆as que los consumidores arrasamos en las rebajas y fuera de ellas, existan personas que carecen de lo m谩s indispensable para subsistir. La extrema pobreza tambi茅n es un contra Dios
Tambi茅n lo es porque para los creyentes la fe supone la aceptaci贸n de los principios que emanan de la divinidad, donde el amor, la solidaridad y el respeto mutuo imponen la obligaci贸n de evitar que tu pr贸jimo pueda sufrir males que cada uno de nosotros podamos aliviar o evitar.
Recuerdo que uno de los mensajes del Evangelio que m谩s me impact贸 en mi juventud fue aquel en que se nos dice que si alguien tiene dos camisas y su vecino no tiene ninguna, una de ellas ya ha dejado de pertenecerle porque debe entregarla al que va con el torso al descubierto. He buscado la cita y la he encontrado en San Lucas el evangelista: “El que tenga dos mantos, comparta uno con quien no tenga nada que ponerse. El que tenga comida, comp谩rtala con quien no tenga nada que comer.”
¿Puede la pol铆tica resolver este contra Dios?
Yo creo que s铆. Y no solamente lo creo. Pienso que solo desde la acci贸n pol铆tica se puede poner remedio al dram谩tico panorama que estos d铆as estamos contemplando. Acci贸n pol铆tica, eso s铆, valiente y comprometida que desoiga las recetas falsamente progresistas de quienes dicen que est谩n muy preocupados por los pobres, pero se niegan a soltar la segunda camisa que les sobra. De la misma forma que tampoco lo resolver谩 el viejo comunismo totalitario y estaliniano del que ya hemos tenido la dolorosa experiencia de la revoluci贸n rusa de 1917 y que firm贸 su acta de defunci贸n con la ca铆da del muro de Berl铆n en 1989.
El tiempo no pasa in煤tilmente sin dejar huella tanto en las personas como en los sistemas por los que se rigen. Yo estaba en Berl铆n el d铆a en el que los alemanes de una y otra parte empezaron a derribar el muro. Incluso me traje algunos trozos que como reliquias regal茅 a mis amigos. Sin embargo, lo que no me pude traer fue la expresi贸n de alegr铆a contenida de quienes supon铆an que las nuevas libertades que acababan de conquistar acabar铆an con un modelo de sociedad donde la libertad condicionara la lucha contra la miseria, el hambre y la exclusi贸n que en los para铆sos liberales est谩n a la orden del d铆a.
Recuerdo, hace ya muchos a帽os en mi primer viaje a la India, que me dijeron en la embajada espa帽ola que unos trescientos millones de las personas que viv铆an en aquel subcontinente no ten铆an m谩s que lo puesto. Carec铆an de todo e iban por las calles de las ciudades o por los campos como pudiera hacerlo cualquier animalito abandonado. Los 煤ltimos datos de que dispongo, publicados por “Ending Extreme Poverty: A Focus on Children” dicen que la cifra de ni帽os que viven en India en una situaci贸n de extrema pobreza supera los 116 millones.
Actualmente en el mundo hay unos mil millones de ni帽os y ni帽as que viven en situaci贸n de pobreza; y unos seiscientos millones en situaci贸n de extrema pobreza. Seg煤n los 煤ltimos informes publicados, se estima que alrededor del 30 % viven en India. A pesar de los recientes avances en desarrollo humano, en este pa铆s muchos menores siguen sufriendo malnutrici贸n, deficiencias sanitarias, explotaci贸n laboral y una alta tasa de mortalidad infantil a causa de la pobreza. En contrapartida en este important铆simo pa铆s se han fabricado muchas armas nucleares y mantiene misiles bal铆sticos de corto y medio alcance capaces de llevar bombas nucleares. Lo que es, sin duda, un contra Dios.
La mitad de los seres humanos NUNCA ha hecho una llamada telef贸nica
Vivimos en un mundo injusto y profundamente ego铆sta. Cuando hay pa铆ses como Mozambique cuyos habitantes han de vivir con un euro al d铆a, cuando el 40 % de la humanidad no conoce la luz el茅ctrica y la mitad de los seres humanos jam谩s ha hecho una llamada telef贸nica, no debemos rasgarnos las vestiduras porque miles, millones de personas, llamen a nuestras puertas o extiendan lastimeramente su mano implorando una caridad “por amor de Dios”.
Si alg煤n d铆a los desahuciados del mundo, los condenados a morir de hambre o de enfermedades vulgares que en el mundo de los ricos se curan con una “aspirina”, hicieran su particular “marcha verde” hacia los lugares donde el 20 % de la poblaci贸n consume el 80 % de lo que la tierra produce, tal vez seriamos m谩s considerados con quienes, sin hacernos da帽o, ponen una nota de alegr铆a o de esperanza en el vag贸n del metro, tocando su viol铆n o su acorde贸n a esas horas de la ma帽ana en que vamos al trabajo sin dar saltos de alegr铆a, precisamente.
Algunos datos deber铆an avergonzarnos, sobre todo los relacionados con la pobreza, con los salarios baj铆simos de muchos trabajadores y con la desigualdad existente en el seno de nuestra sociedad. Lo he le铆do en muchos informes. En nuestro pa铆s, el 1 % de la poblaci贸n espa帽ola m谩s pudiente acapara la cuarta parte de la riqueza nacional, seg煤n Oxfam Interm贸n, que sit煤a a Espa帽a como el tercer pa铆s m谩s desigual de toda la Uni贸n Europea y donde m谩s ha crecido la desigualdad desde 2007 en todo el continente. Espa帽a, con 10,2 millones de personas con una renta por debajo del umbral de la pobreza, lo que se traduce en una tasa de pobreza del 22,3 %, es el tercer pa铆s europeo en desigualdad, por detr谩s de Ruman铆a y Bulgaria y empatado con Lituania.
Pero todav铆a hay quien se muere de hambre
¿C贸mo es posible, cuando sobra tanta comida? La cantidad de comida disponible en el mundo supera en un 20 por ciento a la necesaria para alimentar a todos los seres humanos. Los investigadores observan que, en general, cuanto mayor es el nivel de vida de una naci贸n, m谩s comida se derrocha. Los resultados aparecieron publicados en Environmental Science & Technology.
Y esto, estimado lector, estimada lectora, es como m铆nimo un contradios o un contra Dios. Como usted prefiera.
Juan de Dios Ram铆rez-Heredia es abogado y periodista. Presidente de Uni贸n Roman铆
https://periodistas-es.com/la-pobreza-extrema-es-un-contradios-135124
En el momento de desarrollo econ贸mico que vivimos en esta parte del planeta, por m谩s duro que parezca, padecer la pobreza extrema es un contradi贸s como m铆nimo tan evidente como el que manifiesta el presidente de los banqueros de Espa帽a, Jos茅 Mar铆a Rold谩n, cuando dice que el que un banco tenga que pagar a alguien por pedir un pr茅stamo es un contradios; de la misma manera que lo es cobrarle a un cliente un dinero por llevar sus recursos al banco. Eso es en nuestro sistema financiero, dijo en unas declaraciones al peri贸dico “Cinco D铆as”, una contradicci贸n, un contradios.
Ofende al m谩s elemental sentido que se tenga del Estado capitalista, o de la tan cacareada “sociedad libre de mercado”, que en medio de la opulencia, de los restaurantes abarrotados los fines de semana, de los aeropuertos que no dan abasto a tantos vuelos llenos de pasajeros que han aprendido en nada de tiempo las ventajas de los “viajes a bajo coste”, o de los establecimientos repletos de mercanc铆as que los consumidores arrasamos en las rebajas y fuera de ellas, existan personas que carecen de lo m谩s indispensable para subsistir. La extrema pobreza tambi茅n es un contra Dios
Tambi茅n lo es porque para los creyentes la fe supone la aceptaci贸n de los principios que emanan de la divinidad, donde el amor, la solidaridad y el respeto mutuo imponen la obligaci贸n de evitar que tu pr贸jimo pueda sufrir males que cada uno de nosotros podamos aliviar o evitar.
Recuerdo que uno de los mensajes del Evangelio que m谩s me impact贸 en mi juventud fue aquel en que se nos dice que si alguien tiene dos camisas y su vecino no tiene ninguna, una de ellas ya ha dejado de pertenecerle porque debe entregarla al que va con el torso al descubierto. He buscado la cita y la he encontrado en San Lucas el evangelista: “El que tenga dos mantos, comparta uno con quien no tenga nada que ponerse. El que tenga comida, comp谩rtala con quien no tenga nada que comer.”
¿Puede la pol铆tica resolver este contra Dios?
Yo creo que s铆. Y no solamente lo creo. Pienso que solo desde la acci贸n pol铆tica se puede poner remedio al dram谩tico panorama que estos d铆as estamos contemplando. Acci贸n pol铆tica, eso s铆, valiente y comprometida que desoiga las recetas falsamente progresistas de quienes dicen que est谩n muy preocupados por los pobres, pero se niegan a soltar la segunda camisa que les sobra. De la misma forma que tampoco lo resolver谩 el viejo comunismo totalitario y estaliniano del que ya hemos tenido la dolorosa experiencia de la revoluci贸n rusa de 1917 y que firm贸 su acta de defunci贸n con la ca铆da del muro de Berl铆n en 1989.
El tiempo no pasa in煤tilmente sin dejar huella tanto en las personas como en los sistemas por los que se rigen. Yo estaba en Berl铆n el d铆a en el que los alemanes de una y otra parte empezaron a derribar el muro. Incluso me traje algunos trozos que como reliquias regal茅 a mis amigos. Sin embargo, lo que no me pude traer fue la expresi贸n de alegr铆a contenida de quienes supon铆an que las nuevas libertades que acababan de conquistar acabar铆an con un modelo de sociedad donde la libertad condicionara la lucha contra la miseria, el hambre y la exclusi贸n que en los para铆sos liberales est谩n a la orden del d铆a.
Recuerdo, hace ya muchos a帽os en mi primer viaje a la India, que me dijeron en la embajada espa帽ola que unos trescientos millones de las personas que viv铆an en aquel subcontinente no ten铆an m谩s que lo puesto. Carec铆an de todo e iban por las calles de las ciudades o por los campos como pudiera hacerlo cualquier animalito abandonado. Los 煤ltimos datos de que dispongo, publicados por “Ending Extreme Poverty: A Focus on Children” dicen que la cifra de ni帽os que viven en India en una situaci贸n de extrema pobreza supera los 116 millones.
Actualmente en el mundo hay unos mil millones de ni帽os y ni帽as que viven en situaci贸n de pobreza; y unos seiscientos millones en situaci贸n de extrema pobreza. Seg煤n los 煤ltimos informes publicados, se estima que alrededor del 30 % viven en India. A pesar de los recientes avances en desarrollo humano, en este pa铆s muchos menores siguen sufriendo malnutrici贸n, deficiencias sanitarias, explotaci贸n laboral y una alta tasa de mortalidad infantil a causa de la pobreza. En contrapartida en este important铆simo pa铆s se han fabricado muchas armas nucleares y mantiene misiles bal铆sticos de corto y medio alcance capaces de llevar bombas nucleares. Lo que es, sin duda, un contra Dios.
La mitad de los seres humanos NUNCA ha hecho una llamada telef贸nica
Vivimos en un mundo injusto y profundamente ego铆sta. Cuando hay pa铆ses como Mozambique cuyos habitantes han de vivir con un euro al d铆a, cuando el 40 % de la humanidad no conoce la luz el茅ctrica y la mitad de los seres humanos jam谩s ha hecho una llamada telef贸nica, no debemos rasgarnos las vestiduras porque miles, millones de personas, llamen a nuestras puertas o extiendan lastimeramente su mano implorando una caridad “por amor de Dios”.
Si alg煤n d铆a los desahuciados del mundo, los condenados a morir de hambre o de enfermedades vulgares que en el mundo de los ricos se curan con una “aspirina”, hicieran su particular “marcha verde” hacia los lugares donde el 20 % de la poblaci贸n consume el 80 % de lo que la tierra produce, tal vez seriamos m谩s considerados con quienes, sin hacernos da帽o, ponen una nota de alegr铆a o de esperanza en el vag贸n del metro, tocando su viol铆n o su acorde贸n a esas horas de la ma帽ana en que vamos al trabajo sin dar saltos de alegr铆a, precisamente.
Algunos datos deber铆an avergonzarnos, sobre todo los relacionados con la pobreza, con los salarios baj铆simos de muchos trabajadores y con la desigualdad existente en el seno de nuestra sociedad. Lo he le铆do en muchos informes. En nuestro pa铆s, el 1 % de la poblaci贸n espa帽ola m谩s pudiente acapara la cuarta parte de la riqueza nacional, seg煤n Oxfam Interm贸n, que sit煤a a Espa帽a como el tercer pa铆s m谩s desigual de toda la Uni贸n Europea y donde m谩s ha crecido la desigualdad desde 2007 en todo el continente. Espa帽a, con 10,2 millones de personas con una renta por debajo del umbral de la pobreza, lo que se traduce en una tasa de pobreza del 22,3 %, es el tercer pa铆s europeo en desigualdad, por detr谩s de Ruman铆a y Bulgaria y empatado con Lituania.
Pero todav铆a hay quien se muere de hambre
¿C贸mo es posible, cuando sobra tanta comida? La cantidad de comida disponible en el mundo supera en un 20 por ciento a la necesaria para alimentar a todos los seres humanos. Los investigadores observan que, en general, cuanto mayor es el nivel de vida de una naci贸n, m谩s comida se derrocha. Los resultados aparecieron publicados en Environmental Science & Technology.
Y esto, estimado lector, estimada lectora, es como m铆nimo un contradios o un contra Dios. Como usted prefiera.
Juan de Dios Ram铆rez-Heredia es abogado y periodista. Presidente de Uni贸n Roman铆
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