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Las insurrectas: Alice Munro

Por Ilka  Oliva Corado.- “Escrib铆 mi primera novela porque quer铆a leerla”. –Toni Morrison.

La agudeza de la escritura de Alice Munro est谩 marcada por la simplicidad y la naturalidad con la que conversar铆a cualquier ama de casa con sus amigas en la cocina mientras prepara el almuerzo de sus hijos. Alice escribe con la inocencia con la que hablan las mujeres que trabajan limpiando habitaciones de hotel y de las que en los pueblos inh贸spitos pasan las tardes lavando ropa en los estanques p煤blicos.

Escribe as铆 porque Alice es as铆, Alice escribe lo que es. No hay glamour en su escritura ni palabras rebuscadas, no existe el alarde acad茅mico que busca impresionar al lector, pero s铆 hay honestidad y es eso junto a la genialidad de su talento lo que hace de su letra la excelsitud que la llev贸 a ganar el Nobel de Literatura.

La escritora estadounidense Paule Marshall, lo explica muy bien en su texto, “De los poetas en la cocina”, publicado el 9 de enero de 1983. En este texto cuenta que mientras daba clases de un seminario de ficci贸n en la Universidad de Columbia, lleg贸 un escritor invitado a dar una charla a sus alumnos, este hombre les dijo que las mujeres escritoras tienen mucho m谩s suerte que los hombres escritores porque ellas de ni帽as pasaban mucho m谩s tiempo junto a sus madres y sus amigas en la cocina y esto las enriquec铆a en el lenguaje y a la hora de desenvolverse en las conversaciones, cosa que no suced铆a con los hombres. No era una afirmaci贸n sexista como ella imagin贸 en el primer instante.

Pens贸 entonces en el lenguaje cotidiano y en la sabidur铆a que da el d铆a a d铆a y que un escritor puede explotar muy bien en sus historias. Todos los sentimientos profundos y las complejidad de las ideas y exponerlos con facilidad en el lenguaje simple de la convivencia diaria. La escritora Grace Paley en sus clases de escritura recibe a sus alumnos nuevos con esta frase: "Si dices lo que piensas en el idioma que te llega de tus padres y tus amigos y tu calle, probablemente dir谩s algo hermoso”.

Lo afirma Alice Munro en el 2013, en una entrevista televisada para el Nobel de Literatura, cuando cuenta que en su pueblo, en su adolescencia las mujeres eran las que le铆an y contaban historias porque los hombres estaban afuera haciendo cosas importantes. Y donde las mujeres escriben con mayor facilidad, pero donde los escritores m谩s importantes son hombres porque es un agravio y un descr茅dito que si es una ocupaci贸n de hombres sean mujeres las renombradas.

Las letras llegaron a la vida de Alice a temprana edad y comenz贸 a escribir desde ni帽a, cuando ley贸 un cuento de Hans Christian Andersen, “La sirenita”, pero no le gust贸 el final porque lo sinti贸 muy triste, para ella la sirenita no se merec铆a tanto sufrimiento ni tanto sacrificio, tampoco un final tan tr谩gico que la dejara olvidaba e innombrable; por esa raz贸n al terminar de leerlo dio varias vueltas alrededor de su casa pensando y decidi贸 escribirlo pero con un final distinto que fuera digno de su sacrificio, le hizo justicia a su hero铆na, porque eso era para ella la sirenita, una hero铆na.

Alice hizo con ese cuento lo que dice Toni Morrison que debemos hacer, que si hay un libro que deseemos leer y que aun no est谩 escrito, debemos escribirlo nosotras. Y fue as铆 como su literatura se llen贸 de hero铆nas a las que ella quer铆a hacerles justicia, enaltecer e inmortalizar. Sin conocer la palabra feminismo, era una feminista.

Escribi贸 en los inicios de su obra literaria muchas historias con finales felices, adrede, porque quer铆a darles felicidad a las hero铆nas de sus relatos, pero poco a poco fue transformando sus cuentos y les dio finales que est谩n lejos de la alegr铆a pero que son parte de la experiencia humana.

Era una ama de casa que en sus momentos libres escrib铆a, dejaba sus textos a medias cuando llegaban sus hijas despu茅s de la escuela, textos que retomaba despu茅s de planchar, de preparar la cena; nunca tuvo tiempo suficiente ni la privacidad de la habitaci贸n propia de la que habla Virginia Woolf, para sentarse a escribir y desmenuzar un texto hasta que quedara perfecto tom谩ndose todo el tiempo que fuera necesario. Ella rompe con el molde de lo que debe ser y hacer un escritor, seg煤n los estereotipos.

Alice tampoco se ha pasado la vida metida en el mundo cultural de la ciudad en la que vive, no asiste a eventos sociales porque se siente ajena, como tambi茅n en el mundo de los escritores, poetas y en el de los intelectuales. Es, dice, una ama de casa que opt贸 por escribir para matar el tedio del oficio dom茅stico.

Por esa raz贸n es que la literatura de Alice Munro est谩 limpia de todo sesgo acad茅mico porque no pis贸 la universidad, porque no la persiguen los fantasmas que atrapan a los escritores titulados que sienten que deben meterse dentro de un saco perfumado para escribir con las fanfarrias de la academia o minar un campo con palabras rebuscadas para impresionar al lector.

De hecho Munro nunca supo que sus textos se pod铆an vender, esto vino mucho despu茅s cuando ya hab铆a tirado a la basura cientos de estos. Tambi茅n las ventas de sus libros llegaron de sorpresa como que el Nobel de Literatura, el cual nunca crey贸 ganar y no por falta de capacidad sino por ser mujer. Es muy sincera Alice con sus planteamientos, franqueza que no est谩 manchada por el status de las clases sociales, de la academia, ni por el de las loas del mundo art铆stico.

Alice por esa raz贸n es una mujer insurrecta, porque se atrevi贸 a romper con el prototipo de la esposa y madre que debe dedicarse en cuerpo y alma a su esposo y a sus hijos y; dejar de vivir para vivir por ellos, a trav茅s de ellos olvid谩ndose de s铆 misma.

Es una insurrecta que con su resistencia como escritora ha dejado un legado a las generaciones de mujeres que como ella, son esposas y madres y las invita a no desistir, las llama a atreverse, a so帽ar, les da la mano y las invita a caminar en busca de otros horizontes para su realizaci贸n personal. Nos lo dice a todas sin distinci贸n alguna.

Nos invita a la expresi贸n, a salir del silencio, del hast铆o. Nos llama a pronunciarnos de las formas en que nosotras encontremos nuestro propio desahogo. No tiene que ser con la escritura, pero tiene que ser, s铆. Debemos revelarnos, debemos ponernos en pie.

Alice es la mujer com煤n viviendo una vida com煤n, que escribe en el lenguaje habitual del que hablan Grace Paley y Paule Marshall, que decidi贸 hacer algo fuera de la norma como lo hizo Toni Morrison, para poder respirar y buscar su propia felicidad. Felicidad que ella describe muy bien en este extracto:

“La cuesti贸n es ser feliz. A toda costa. Int茅ntalo. Se puede. Y luego cada vez resulta m谩s f谩cil. No tiene nada que ver con las circunstancias. No te imaginas hasta qu茅 punto funciona. Se aceptan las cosas y la tragedia desaparece. O pesa menos, en cualquier caso, y de pronto descubres que est谩s en paz con el mundo.”



Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado


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