OPINI脫N de Joan del Alc脿zar.- Pasado el 10N y la primera resaca por lo que las urnas dijeron, estamos en la fase de gestionar esa respuesta. No va a ser sencillo, lo miremos por donde lo miremos. Apuntemos algunas reflexiones sobre c贸mo y en qu茅 situaci贸n nos encontramos una semana despu茅s de votar.
1) El resultado de las elecciones.
Contrariamente a las previsiones del inefable Jos茅 F茅lix Tezanos (que deber铆a haber dimitido el mismo 10N, si le quedara un residuo de verg眉enza), el PSOE perdi贸 fuerza electoral respecto de abril, el PP no recuper贸 lo que imaginaba, Ciudadanos se hundi贸, Vox multiplic贸 por m谩s de dos su fuerza parlamentaria, y Podemos continu贸 en su p茅rdida de apoyos, aunque m谩s lentamente de lo previsto.
Paralelamente, la marca pol铆tica de Errej贸n no respondi贸 a las expectativas, y ha conseguido dos esca帽os en el Parlamento, dado que el tercero es para el valencianista Joan Baldov铆, candidato de Comprom铆s. Los soberanistas catalanes mantienen su fuerza global ligeramente al alza, pero con un escenario m谩s complicado para ellos por la llegada de la CUP a la Carrera de San Jer贸nimo, con la misi贸n declarada de hacer ingobernable la situaci贸n.
En el Pa铆s Vasco son clara mayor铆a los nacionalistas, los del PNV y los de Bildu, con 10 esca帽os (6 y 4). El PSE-EE y Podemos-IU han sacado 7 (4 y 3), y el PP uno, que inicialmente le hab铆a sido adjudicado a la lista encabezada por Aitor Esteban. Ni Ciudadanos ni Vox tienen presencia en Euskadi. Han vuelto los nacionalistas gallegos del BNG, se mantienen c谩ntabros y canarios, y ha llegado Teruel Existe, que con poco m谩s de 19 mil votos ha conseguido un diputado y dos senadores, dando idea de hasta d贸nde puede llegar la falta de representatividad del sistema electoral. Dos datos a comparar con el de Teruel: en Valencia, circunscripci贸n vecina, el diputado de Comprom铆s ha necesitado m谩s de 175 mil votos. Ambos tienen el mismo peso en Madrid. Con menos votos que los valencianistas, el PP ha puesto tres diputados por Teruel en el Congreso.
Del bipartidismo de hace unos a帽os, s贸lo alterado por la presencia de las minor铆as vasca y catalana, hemos pasado a tener m谩s de una docena de partidos con representaci贸n; lo que, obviamente, dificulta extraordinariamente la formaci贸n de mayor铆as de gobierno consistentes. Hay que a帽adir, adem谩s, que la participaci贸n de Esquerra Republicana de Catalu帽a, JXCat y Bildu en la formaci贸n de gobierno, ya sea por activa o por pasiva, es considerada her茅tica por la derecha pol铆tica, una parte de la propia izquierda y por todos los poderes f谩cticos espa帽oles.
Esto significa que 28 diputados tan leg铆timos como cualquier otro est谩n inhabilitados por los conservadores, en la pr谩ctica, para apoyar a un candidato progresista, pero la mayor铆a necesaria sigue estando en los 176 votos, lo que eleva y mucho la dificultad de alcanzarla. Si hubiera un candidato conservador, los 52 votos que aportar铆a Vox no merecer铆an, sorprendentemente, ninguna consideraci贸n negativa para los poderes f谩cticos. As铆 son y est谩n las cosas.
2) Las derechas.
La confrontaci贸n de alternativas identitarias siempre resulta favorable para el espa帽olismo m谩s casposo y pre-democr谩tico. Las derechas han pugnado por ver qui茅n ten铆a la bandera m谩s larga, y no han tenido la menor reticencia en pactar con los post fascistas de Vox para conseguir el poder all铆 donde han podido (Andaluc铆a, Murcia, Castilla-Le贸n, Madrid...). Antes del verano parec铆a que los de Abascal y compa帽铆a hab铆an tocado techo, pero cinco meses despu茅s se han subido a las barbas del mismo Partido Popular y han acabado con la carrera pol铆tica de Albert Rivera y, qui茅n sabe, quiz谩s tambi茅n con Ciudadanos.
La fr铆vola ligereza ideol贸gica del PP y Ciudadanos, y su objetivo de tener poder y gestionar presupuestos a cualquier precio han hecho crecer a Vox de forma tan espectacular como alarmante. La subida de estos tiene que ver con la degradaci贸n de la pol铆tica y la p茅sima imagen de los pol铆ticos, especialmente entre una juventud que est谩 al margen de los canales de informaci贸n convencionales; una juventud que puede llegar a consumir la pol铆tica como otro producto m谩s de lo que est谩 de moda, de lo que "es guay".
Es terrible y extremadamente preocupante que la extrema derecha haya tenido tanta acogida entre los m谩s fr谩giles y vulnerables; y que 茅stos sean tan sensibles y favorables a las mentiras, las simplificaciones y las propuestas de soluci贸n a sus problemas que les llegan desde Vox. Nueve de los 10 pueblos de m谩s de 20.000 habitantes con la renta per c谩pita m谩s baja de Espa帽a (menos de 7.000 euros anuales) son andaluces. Pues bien, Vox ha conseguido quedar en primera posici贸n en cinco, en segunda en cuatro y tambi茅n en primera en el d茅cimo, que es de Murcia. Una coincidencia entre esta decena de pueblos es que comparten elevados 铆ndices de paro.
3) El PSOE y Podemos.
Pedro S谩nchez ha hecho una enmienda a la totalidad a s铆 mismo. En cosa de horas, conocidos los resultados electorales, se abraz贸 con Pablo Iglesias e inform贸 que habr铆a gobierno de coalici贸n con Podemos, un gobierno de progreso. Lo que era imposible hace un mes, lo que le provocaba insomnio, fue superado por la fuerza de los n煤meros que hab铆an dado las urnas.
Las reticencias y el rechazo contenido que la decisi贸n ha provocado puertas adentro del PSOE est谩n difundi茅ndose con sordina, pero todo hace pensar que si la coalici贸n con los de Iglesias debe confirmarse en el Parlamento S谩nchez deber谩 tener bien controlados a los Garc铆a Page, D铆az, Fern谩ndez Vara, y otros cofrades del pu帽o y la rosa.
¿Por qu茅 no se hizo la coalici贸n en abril y se ha hecho en noviembre, con menos fuerza y despu茅s de haber perdido m谩s de un mill贸n y pico de votos entre PSOE y Podemos? No vale la pena especular ahora, pero lo cierto es que el desliz, el error de c谩lculo, la miop铆a de los dos dirigentes clama al cielo.
Ahora tienen una papeleta extremadamente compleja que gestionar. Iglesias, vicepresidente del nuevo gobierno, si finalmente cuaja el acuerdo, tambi茅n est谩 rectificando y corrigiendo en cuanto a las descalificaciones hacia S谩nchez y sus afirmaciones de que s贸lo quer铆a pactar con la derecha. Ambos deber谩n ser muy pragm谩ticos y aceptar que gobernar en coalici贸n significa ceder y conciliar con el socio, y que las cesiones y la conciliaci贸n no ser谩n f谩ciles de explicar a las propias parroquias.
4) Catalu帽a.
Los soberanistas tienen un proyecto que alienta una buena parte de la sociedad catalana y, sobre todo, comparten un agravio insoportable que son los encarcelados y los que ellos llaman exiliados. Terminada la campa帽a electoral espa帽ola, ahora se agudiza la pre campa帽a catalana, con ERC, JXCat y la CUP compitiendo a muerte entre s铆. Esquerra se ve铆a ganadora y ahora sospecha fundadamente que JXCat est谩 recuper谩ndole terreno.
Una caracter铆stica com煤n de los soberanistas, sin embargo, es que se niegan a aceptar que la mitad de la sociedad catalana est谩 en una l贸gica distinta; sin adscribirse al espa帽olismo caracter铆stico de Castilla o Andaluc铆a, en sinton铆a m谩s bien con un catalanismo compatible con Espa帽a, pueden verse empujados hacia posiciones de rechazo radical al independentismo. Ciudadanos se ha deshecho como un cubito de hielo, pero Vox ha sacado dos diputados por primera vez en Catalu帽a. Es una amenaza que convendr铆a no perder de vista, y ser铆a deseable conciliar y no confrontar con crudeza a la ciudadan铆a que no suscribe el independentismo.
Resulta sorprendente comprobar c贸mo hay tantas diferencias entre los pol铆ticos soberanistas que pisan Madrid y los que no se mueven de Barcelona, y asusta que los segundos no sean m谩s proactivos y consecuentes ante la espinosa realidad pol铆tica espa帽ola. Pedro S谩nchez se lo ha advertido: s贸lo el PSOE y Podemos quieren abordar el conflicto hablando; el resto de los partidos, las derechas de Col贸n, s贸lo hablan de 155, de re centralizaci贸n, de ilegalizaciones y de represi贸n.
En Catalu帽a no queda otra que hablar, hablar y hablar. Hay que hablar y hablar y volver a hablar. Parece mentira que alguien piense que el clima de tensi贸n que padecemos pueda atenuarse si no es a base hablar y hablar. ¿Hablar para qu茅? Pues para entender al otro, para ponerse en su sitio, para ceder, para hacer lo que siempre hacen los gobernantes: tomar la soluci贸n menos mala.
Los buenos gobernantes, adem谩s, tienen el valor de explicar a los ciudadanos por qu茅 se ha tomado esa decisi贸n y no la que seguramente hubiera gustado m谩s a sus parroquianos.
1) El resultado de las elecciones.
Contrariamente a las previsiones del inefable Jos茅 F茅lix Tezanos (que deber铆a haber dimitido el mismo 10N, si le quedara un residuo de verg眉enza), el PSOE perdi贸 fuerza electoral respecto de abril, el PP no recuper贸 lo que imaginaba, Ciudadanos se hundi贸, Vox multiplic贸 por m谩s de dos su fuerza parlamentaria, y Podemos continu贸 en su p茅rdida de apoyos, aunque m谩s lentamente de lo previsto.
Paralelamente, la marca pol铆tica de Errej贸n no respondi贸 a las expectativas, y ha conseguido dos esca帽os en el Parlamento, dado que el tercero es para el valencianista Joan Baldov铆, candidato de Comprom铆s. Los soberanistas catalanes mantienen su fuerza global ligeramente al alza, pero con un escenario m谩s complicado para ellos por la llegada de la CUP a la Carrera de San Jer贸nimo, con la misi贸n declarada de hacer ingobernable la situaci贸n.
En el Pa铆s Vasco son clara mayor铆a los nacionalistas, los del PNV y los de Bildu, con 10 esca帽os (6 y 4). El PSE-EE y Podemos-IU han sacado 7 (4 y 3), y el PP uno, que inicialmente le hab铆a sido adjudicado a la lista encabezada por Aitor Esteban. Ni Ciudadanos ni Vox tienen presencia en Euskadi. Han vuelto los nacionalistas gallegos del BNG, se mantienen c谩ntabros y canarios, y ha llegado Teruel Existe, que con poco m谩s de 19 mil votos ha conseguido un diputado y dos senadores, dando idea de hasta d贸nde puede llegar la falta de representatividad del sistema electoral. Dos datos a comparar con el de Teruel: en Valencia, circunscripci贸n vecina, el diputado de Comprom铆s ha necesitado m谩s de 175 mil votos. Ambos tienen el mismo peso en Madrid. Con menos votos que los valencianistas, el PP ha puesto tres diputados por Teruel en el Congreso.
Del bipartidismo de hace unos a帽os, s贸lo alterado por la presencia de las minor铆as vasca y catalana, hemos pasado a tener m谩s de una docena de partidos con representaci贸n; lo que, obviamente, dificulta extraordinariamente la formaci贸n de mayor铆as de gobierno consistentes. Hay que a帽adir, adem谩s, que la participaci贸n de Esquerra Republicana de Catalu帽a, JXCat y Bildu en la formaci贸n de gobierno, ya sea por activa o por pasiva, es considerada her茅tica por la derecha pol铆tica, una parte de la propia izquierda y por todos los poderes f谩cticos espa帽oles.
Esto significa que 28 diputados tan leg铆timos como cualquier otro est谩n inhabilitados por los conservadores, en la pr谩ctica, para apoyar a un candidato progresista, pero la mayor铆a necesaria sigue estando en los 176 votos, lo que eleva y mucho la dificultad de alcanzarla. Si hubiera un candidato conservador, los 52 votos que aportar铆a Vox no merecer铆an, sorprendentemente, ninguna consideraci贸n negativa para los poderes f谩cticos. As铆 son y est谩n las cosas.
2) Las derechas.
La confrontaci贸n de alternativas identitarias siempre resulta favorable para el espa帽olismo m谩s casposo y pre-democr谩tico. Las derechas han pugnado por ver qui茅n ten铆a la bandera m谩s larga, y no han tenido la menor reticencia en pactar con los post fascistas de Vox para conseguir el poder all铆 donde han podido (Andaluc铆a, Murcia, Castilla-Le贸n, Madrid...). Antes del verano parec铆a que los de Abascal y compa帽铆a hab铆an tocado techo, pero cinco meses despu茅s se han subido a las barbas del mismo Partido Popular y han acabado con la carrera pol铆tica de Albert Rivera y, qui茅n sabe, quiz谩s tambi茅n con Ciudadanos.
La fr铆vola ligereza ideol贸gica del PP y Ciudadanos, y su objetivo de tener poder y gestionar presupuestos a cualquier precio han hecho crecer a Vox de forma tan espectacular como alarmante. La subida de estos tiene que ver con la degradaci贸n de la pol铆tica y la p茅sima imagen de los pol铆ticos, especialmente entre una juventud que est谩 al margen de los canales de informaci贸n convencionales; una juventud que puede llegar a consumir la pol铆tica como otro producto m谩s de lo que est谩 de moda, de lo que "es guay".
Es terrible y extremadamente preocupante que la extrema derecha haya tenido tanta acogida entre los m谩s fr谩giles y vulnerables; y que 茅stos sean tan sensibles y favorables a las mentiras, las simplificaciones y las propuestas de soluci贸n a sus problemas que les llegan desde Vox. Nueve de los 10 pueblos de m谩s de 20.000 habitantes con la renta per c谩pita m谩s baja de Espa帽a (menos de 7.000 euros anuales) son andaluces. Pues bien, Vox ha conseguido quedar en primera posici贸n en cinco, en segunda en cuatro y tambi茅n en primera en el d茅cimo, que es de Murcia. Una coincidencia entre esta decena de pueblos es que comparten elevados 铆ndices de paro.
3) El PSOE y Podemos.
Pedro S谩nchez ha hecho una enmienda a la totalidad a s铆 mismo. En cosa de horas, conocidos los resultados electorales, se abraz贸 con Pablo Iglesias e inform贸 que habr铆a gobierno de coalici贸n con Podemos, un gobierno de progreso. Lo que era imposible hace un mes, lo que le provocaba insomnio, fue superado por la fuerza de los n煤meros que hab铆an dado las urnas.
Las reticencias y el rechazo contenido que la decisi贸n ha provocado puertas adentro del PSOE est谩n difundi茅ndose con sordina, pero todo hace pensar que si la coalici贸n con los de Iglesias debe confirmarse en el Parlamento S谩nchez deber谩 tener bien controlados a los Garc铆a Page, D铆az, Fern谩ndez Vara, y otros cofrades del pu帽o y la rosa.
¿Por qu茅 no se hizo la coalici贸n en abril y se ha hecho en noviembre, con menos fuerza y despu茅s de haber perdido m谩s de un mill贸n y pico de votos entre PSOE y Podemos? No vale la pena especular ahora, pero lo cierto es que el desliz, el error de c谩lculo, la miop铆a de los dos dirigentes clama al cielo.
Ahora tienen una papeleta extremadamente compleja que gestionar. Iglesias, vicepresidente del nuevo gobierno, si finalmente cuaja el acuerdo, tambi茅n est谩 rectificando y corrigiendo en cuanto a las descalificaciones hacia S谩nchez y sus afirmaciones de que s贸lo quer铆a pactar con la derecha. Ambos deber谩n ser muy pragm谩ticos y aceptar que gobernar en coalici贸n significa ceder y conciliar con el socio, y que las cesiones y la conciliaci贸n no ser谩n f谩ciles de explicar a las propias parroquias.
4) Catalu帽a.
Los soberanistas tienen un proyecto que alienta una buena parte de la sociedad catalana y, sobre todo, comparten un agravio insoportable que son los encarcelados y los que ellos llaman exiliados. Terminada la campa帽a electoral espa帽ola, ahora se agudiza la pre campa帽a catalana, con ERC, JXCat y la CUP compitiendo a muerte entre s铆. Esquerra se ve铆a ganadora y ahora sospecha fundadamente que JXCat est谩 recuper谩ndole terreno.
Una caracter铆stica com煤n de los soberanistas, sin embargo, es que se niegan a aceptar que la mitad de la sociedad catalana est谩 en una l贸gica distinta; sin adscribirse al espa帽olismo caracter铆stico de Castilla o Andaluc铆a, en sinton铆a m谩s bien con un catalanismo compatible con Espa帽a, pueden verse empujados hacia posiciones de rechazo radical al independentismo. Ciudadanos se ha deshecho como un cubito de hielo, pero Vox ha sacado dos diputados por primera vez en Catalu帽a. Es una amenaza que convendr铆a no perder de vista, y ser铆a deseable conciliar y no confrontar con crudeza a la ciudadan铆a que no suscribe el independentismo.
Resulta sorprendente comprobar c贸mo hay tantas diferencias entre los pol铆ticos soberanistas que pisan Madrid y los que no se mueven de Barcelona, y asusta que los segundos no sean m谩s proactivos y consecuentes ante la espinosa realidad pol铆tica espa帽ola. Pedro S谩nchez se lo ha advertido: s贸lo el PSOE y Podemos quieren abordar el conflicto hablando; el resto de los partidos, las derechas de Col贸n, s贸lo hablan de 155, de re centralizaci贸n, de ilegalizaciones y de represi贸n.
En Catalu帽a no queda otra que hablar, hablar y hablar. Hay que hablar y hablar y volver a hablar. Parece mentira que alguien piense que el clima de tensi贸n que padecemos pueda atenuarse si no es a base hablar y hablar. ¿Hablar para qu茅? Pues para entender al otro, para ponerse en su sitio, para ceder, para hacer lo que siempre hacen los gobernantes: tomar la soluci贸n menos mala.
Los buenos gobernantes, adem谩s, tienen el valor de explicar a los ciudadanos por qu茅 se ha tomado esa decisi贸n y no la que seguramente hubiera gustado m谩s a sus parroquianos.