OPINI脫N de Joan del Alc脿zar.- Ahora que Boris Johnson y el Partido Conservador han obtenido una victoria aplastante en las elecciones brit谩nicas, ahora que el final del Brexit est谩 muy cerca, con unos perjuicios incalculables para todos, los europeos convencidos deber谩n tomar medidas para reforzar las instituciones continentales y, paralelamente, para exigirles m谩s presencia, m谩s eficiencia y mayor implantaci贸n en el d铆a a d铆a de la ciudadan铆a de la Uni贸n.
Europa, m谩s concretamente el territorio de la Uni贸n Europea, es la regi贸n m谩s habitable del planeta Tierra, y con diferencia. Esto lo han constatado todos y cada uno de los que han viajado a cualquier otro continente en las 煤ltimas d茅cadas. Desde la seguridad en la cobertura social, desde la cultura al marco de libertades individuales, Europa permite –pese a todos los problemas que arrastra, que no son pocos- una calidad de vida a sus ciudadanos inigualable en parte alguna. Desgraciadamente, como ha quedado patente en las 煤ltimas elecciones brit谩nicas –m谩s all谩 de los resultados tanto de Escocia como de Irlanda del Norte- la idea de la unidad europea no es tan hegem贸nica como nos convendr铆a.
Esa unidad es necesaria, imprescindible, y no s贸lo para sus ciudadanos. Se ha hecho evidente en la Cumbre del Clima que se ha celebrado en Madrid, a pesar de los desacuerdos profundos sobre la obligaci贸n de endurecer los recortes de emisiones. Lo ser谩 para negociar con Londres las condiciones de abandono de la UE. Pero, m谩s all谩 de asuntos concretos, por relevantes que sean, que sin duda lo son, la unidad de los europeos es imprescindible para evitar que los gigantes que se disputan el control del planeta -los Estados Unidos, Rusia, China y, en menor medida, India- nos lleven al desastre total.
A pesar de las fuertes tensiones end贸genas, a pesar de los enemigos internos y los externos, que se frotan las manos cada vez que la Uni贸n Europea da s铆ntomas de debilidad, los europeos estamos obligados a entendernos y no s贸lo por razones culturales o por razones econ贸micas. Europa, asolada por dos guerras totales durante el siglo XX, con una larga historia de enfrentamientos brutales entre los territorios que la conforman, es aun as铆 la regi贸n del mundo en la que se han alcanzado los m谩s elevados niveles de libertad individual; aquella en la que la capacidad redistributiva de la riqueza por parte del Estado es m谩s elevada; aquella en la que se han establecido las m谩s altas cotas de protecci贸n social; aquella en la que se han alcanzado los m谩s elevados niveles de seguridad personal; aquella en la que el Estado m谩s y mejor se ha emancipado del confesionalismo religioso.
La Uni贸n Europea es, sin la menor duda, el marco jur铆dico y legal m谩s adecuado, m谩s operativo para resolver problemas internos de los diversos estados nacionales o plurinacionales, como es el caso de Espa帽a. Desde Europa es m谩s tangible una comprensi贸n m谩s objetiva de los problemas internos de cada pa铆s en la medida que aquellas instancias o instituciones que los han de resolver no est谩n lastradas por las interferencias, los rozamientos, la cerraz贸n o la mala voluntad de los directamente afectados por ellos.
Gran Breta帽a se marchar谩 pronto; abandona la Uni贸n Europea. Habr谩 que terminar de negociar esa salida y parece que con la nueva composici贸n del Parlamento de las islas ser谩 m谩s f谩cil llegar a acuerdos bilaterales, pero ser谩 necesario que la Uni贸n tenga una 煤nica voz. Tambi茅n habr谩 que observar con atenci贸n qu茅 pasar谩 particularmente con Escocia, as铆 como con Irlanda del Norte, que han votado en un sentido diferente al de los impulsores del Brexit.
Adem谩s, de lo que ha ocurrido con Gran Breta帽a, debemos ser conscientes de que dentro de la Uni贸n Europea quedan muchos enemigos que querr铆an acabar con ella; particularmente la extrema derecha populista, xen贸foba y racista. Como tambi茅n debemos ser conocedores que intereses poderosos, desde Washington a Mosc煤, har谩n todo lo que est茅 en su mano para fortalecerlos. Hay, por tanto, no s贸lo que no bajar la guardia sino, al contrario, fortalecer Europa, unir Europa, construir m谩s Europa.
Es un momento dif铆cil, sin duda, pero tambi茅n es cierto que en los tiempos complejos es cuando hay que demostrar fortaleza. Europa presenta un importante d茅ficit de liderazgos, especialmente si recordamos los que tuvo en 茅pocas anteriores. Pero es en ocasiones como la actual cuando los ciudadanos deben hacerse cargo de su responsabilidad y deben saber trasladar a los diversos responsables pol铆ticos que no nos queda otra opci贸n que Europa, Europa y m谩s Europa. Ahora cuando la Uni贸n ha sufrido el golpe del Brexit, es cuando, precisamente, debe reforzarse. Nos estamos jugando mucho.
Europa, m谩s concretamente el territorio de la Uni贸n Europea, es la regi贸n m谩s habitable del planeta Tierra, y con diferencia. Esto lo han constatado todos y cada uno de los que han viajado a cualquier otro continente en las 煤ltimas d茅cadas. Desde la seguridad en la cobertura social, desde la cultura al marco de libertades individuales, Europa permite –pese a todos los problemas que arrastra, que no son pocos- una calidad de vida a sus ciudadanos inigualable en parte alguna. Desgraciadamente, como ha quedado patente en las 煤ltimas elecciones brit谩nicas –m谩s all谩 de los resultados tanto de Escocia como de Irlanda del Norte- la idea de la unidad europea no es tan hegem贸nica como nos convendr铆a.
Esa unidad es necesaria, imprescindible, y no s贸lo para sus ciudadanos. Se ha hecho evidente en la Cumbre del Clima que se ha celebrado en Madrid, a pesar de los desacuerdos profundos sobre la obligaci贸n de endurecer los recortes de emisiones. Lo ser谩 para negociar con Londres las condiciones de abandono de la UE. Pero, m谩s all谩 de asuntos concretos, por relevantes que sean, que sin duda lo son, la unidad de los europeos es imprescindible para evitar que los gigantes que se disputan el control del planeta -los Estados Unidos, Rusia, China y, en menor medida, India- nos lleven al desastre total.
A pesar de las fuertes tensiones end贸genas, a pesar de los enemigos internos y los externos, que se frotan las manos cada vez que la Uni贸n Europea da s铆ntomas de debilidad, los europeos estamos obligados a entendernos y no s贸lo por razones culturales o por razones econ贸micas. Europa, asolada por dos guerras totales durante el siglo XX, con una larga historia de enfrentamientos brutales entre los territorios que la conforman, es aun as铆 la regi贸n del mundo en la que se han alcanzado los m谩s elevados niveles de libertad individual; aquella en la que la capacidad redistributiva de la riqueza por parte del Estado es m谩s elevada; aquella en la que se han establecido las m谩s altas cotas de protecci贸n social; aquella en la que se han alcanzado los m谩s elevados niveles de seguridad personal; aquella en la que el Estado m谩s y mejor se ha emancipado del confesionalismo religioso.
La Uni贸n Europea es, sin la menor duda, el marco jur铆dico y legal m谩s adecuado, m谩s operativo para resolver problemas internos de los diversos estados nacionales o plurinacionales, como es el caso de Espa帽a. Desde Europa es m谩s tangible una comprensi贸n m谩s objetiva de los problemas internos de cada pa铆s en la medida que aquellas instancias o instituciones que los han de resolver no est谩n lastradas por las interferencias, los rozamientos, la cerraz贸n o la mala voluntad de los directamente afectados por ellos.
Gran Breta帽a se marchar谩 pronto; abandona la Uni贸n Europea. Habr谩 que terminar de negociar esa salida y parece que con la nueva composici贸n del Parlamento de las islas ser谩 m谩s f谩cil llegar a acuerdos bilaterales, pero ser谩 necesario que la Uni贸n tenga una 煤nica voz. Tambi茅n habr谩 que observar con atenci贸n qu茅 pasar谩 particularmente con Escocia, as铆 como con Irlanda del Norte, que han votado en un sentido diferente al de los impulsores del Brexit.
Adem谩s, de lo que ha ocurrido con Gran Breta帽a, debemos ser conscientes de que dentro de la Uni贸n Europea quedan muchos enemigos que querr铆an acabar con ella; particularmente la extrema derecha populista, xen贸foba y racista. Como tambi茅n debemos ser conocedores que intereses poderosos, desde Washington a Mosc煤, har谩n todo lo que est茅 en su mano para fortalecerlos. Hay, por tanto, no s贸lo que no bajar la guardia sino, al contrario, fortalecer Europa, unir Europa, construir m谩s Europa.
Es un momento dif铆cil, sin duda, pero tambi茅n es cierto que en los tiempos complejos es cuando hay que demostrar fortaleza. Europa presenta un importante d茅ficit de liderazgos, especialmente si recordamos los que tuvo en 茅pocas anteriores. Pero es en ocasiones como la actual cuando los ciudadanos deben hacerse cargo de su responsabilidad y deben saber trasladar a los diversos responsables pol铆ticos que no nos queda otra opci贸n que Europa, Europa y m谩s Europa. Ahora cuando la Uni贸n ha sufrido el golpe del Brexit, es cuando, precisamente, debe reforzarse. Nos estamos jugando mucho.