OPINI脫N de Joan del Alc脿zar
La Iglesia Cat贸lica Espa帽ola, apost贸lica y romana, como se apellidaba can贸nicamente antes, quiz谩 todav铆a, es una instituci贸n poderosa; siempre lo ha sido. Poderosa y agresivamente beligerante en asuntos terrenales muy alejados de los campos de la espiritualidad que le ser铆an propios; territorios que solo debiera transitar en funci贸n de la orientaci贸n pastoral que quiera dar a sus creyentes. Al resto de los ciudadanos, evidentemente, esas recomendaciones o mandamientos no le interesan en absoluto. Pero los cl茅rigos cat贸licos no lo ven as铆, y se entrometen en lo que hacen o no hacen los ciudadanos todos, incluso los que no forman parte de su confesi贸n.
Esa Iglesia que fue omnipotente en Espa帽a, sin embargo, cada vez tiene menos comulgantes entre la sociedad actual. Desde las cifras de matrimonios religiosos a las de bautizos y otros actos lit煤rgicos, se evidencia que su influencia cotiza a la baja. Si hemos de poner n煤meros concretos, un indicador muy fiable puede ser el que nos proporciona el Ministerio de Hacienda. Seg煤n este, poco m谩s del 32 por ciento de los contribuyentes se declara cat贸lico ante la Agencia Tributaria, y lo hace marcando la casilla correspondiente de su declaraci贸n anual. Es decir, que casi el 68 por ciento de los ciudadanos no es cat贸lico –cuanto menos fiscalmente- hasta el punto de acordarse de la Iglesia a la hora de ponerse a bien con el C茅sar. En los 煤ltimos cinco a帽os casi un dos por ciento de los contribuyentes han desertado de su compromiso tributario con ella.
Y eso que en Espa帽a sale gratis declararse fiscalmente cat贸lico, como escrib铆a Ignacio Escolar estos d铆as. No como en Alemania, por ejemplo, donde hacerlo implica un recargo adicional impositivo de entre el 8 y el 10 por ciento.
La mayor parte de lo que la Iglesia ingresa por la v铆a de Hacienda sirve para pagar a sus obispos y al resto de su personal. No obstante, otra partida muy importante la dedican a mantener la ultraderechista Trece TV, algo que es ilegal seg煤n la legislaci贸n europea que proh铆be, de forma expl铆cita, financiar por esta v铆a negocios privados, como es la cadena televisiva. Un canal que, afortunadamente, solo ve un min煤sculo 2 por ciento de espectadores. Un dato adicional sobre 13TV es que la Iglesia entierra en ella casi el doble de lo que dedica a la secci贸n espa帽ola de Caritas Internationalis, una organizaci贸n que se esfuerza en el combate contra la pobreza, la exclusi贸n, la intolerancia y la discriminaci贸n. Esa distribuci贸n de recursos entre 13TV y C谩ritas es toda una declaraci贸n de principios que ilustra bien lo que es esa Iglesia Cat贸lica en Espa帽a.
La instituci贸n religiosa ingresa mucho m谩s dinero. Dejando de lado el negocio de la educaci贸n concertada, que mueve m谩s de 6.000 millones de euros al a帽o, la Iglesia obtiene 113 millones por gesti贸n de su patrimonio cultural, 122 millones por alquileres e inversiones inmobiliarias de las que est谩 exenta de impuestos. Cabe a帽adir, adem谩s, otros 100 millones que el Estado le abona para pagar a los profesores de religi贸n, que la propia Iglesia contrata y despide, sin que el Estado tenga voz ni voto.
Adem谩s, esa Iglesia Cat贸lica, Apost贸lica y Romana, que no duda en intentar morder la mano del Estado que la mantiene cada vez que lo considera; la que se aferra al Concordato de 1979 ante cualquier cuestionamiento de sus regal铆as, es la que lo incumple de manera flagrante. Ese pacto il铆cito entre Espa帽a y el Estado Vaticano dice, textualmente, que la Iglesia espa帽ola se compromete a "lograr por s铆 misma los recursos suficientes para la atenci贸n de sus necesidades". Cuatro d茅cadas despu茅s de la entrada en vigor del acuerdo, siguen sin hacerlo, siguen exigiendo subvenciones y exenciones mientras que, adem谩s, siguen siendo beligerantes en contra del Estado democr谩tico.
Paralelamente, la Iglesia Cat贸lica se opone a cualquier tipo de fiscalizaci贸n de su funcionamiento econ贸mico y financiero, y lo proclama con el descaro que la caracteriza. El titular de eldiario.es no pod铆a ser m谩s elocuente: “Los obispos reaccionan al informe sobre sus 'trampas' financieras: “"El Tribunal de Cuentas no puede fiscalizar a la Iglesia"”.
La batalla en la que est谩n ahora, la 煤ltima, es su hostilidad manifiesta contra la Ley de Eutanasia que ha tenido entrada para su tramitaci贸n parlamentaria. El asunto ser铆a menor si solo atendi茅ramos a lo toscos y grotescos de sus argumentos, pero con su beligerancia la Iglesia entra directamente en el terreno de la batalla pol铆tica partidaria incorpor谩ndose –por en茅sima vez- con armas y bagajes a la campa帽a de la derecha y la extrema derecha espa帽ola.
Tras afirmar simplezas vac铆as del tipo de que “hay personas enfermas que irradian paz y alegr铆a” o que “el sufrimiento solo puede afrontarse cuando se es capaz de asumirlo por algo o por alguien”, la Subcomisi贸n para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Espa帽ola ha sentenciado que la vida tiene sentido "hasta el final" y han abogado por los cuidados paliativos en oposici贸n a la Ley de Eutanasia. Esto es, que, en su ataque a la tramitaci贸n de la Ley, los obispos enarbolan la misma bandera tramposa que la derecha y la ultraderecha, la de contraponer los cuidados paliativos que pueden alargar in煤tilmente una vida que ya no es digna de ser vivida con el ejercicio de la libertad individual de aquel que desea poner fin a su existencia sin sufrimiento ni dolor.
Esa Iglesia Cat贸lica que tiene no solo problemas financieros, sino que padece en su propio seno un problema del que todav铆a no tenemos su verdadera dimensi贸n, como es la pederastia, se dedica a organizarles la vida a los que no son sus fieles creyentes. Pues bien, la 煤ltima noticia en este terreno es que la Iglesia ha puesto a un vicario que tap贸 abusos a menores en una comisi贸n anti-pederastia.
¿Hasta cu谩ndo un pa铆s democr谩tico avanzado tendr谩 que tolerar tanta beligerancia agresiva contra todo lo que signifique avanzar en los derechos individuales, que no obligan a nadie a nada, de una instituci贸n que defrauda a la hacienda p煤blica y que da cobijo a delincuentes que deber铆an estar en presidio?
M谩s le valdr铆a a esa Iglesia y a sus fieles poner orden dentro de casa, cumplir con las leyes que rigen para todos y dejar de inmiscuirse en la vida de quienes no siguen su credo.
La Iglesia Cat贸lica Espa帽ola, apost贸lica y romana, como se apellidaba can贸nicamente antes, quiz谩 todav铆a, es una instituci贸n poderosa; siempre lo ha sido. Poderosa y agresivamente beligerante en asuntos terrenales muy alejados de los campos de la espiritualidad que le ser铆an propios; territorios que solo debiera transitar en funci贸n de la orientaci贸n pastoral que quiera dar a sus creyentes. Al resto de los ciudadanos, evidentemente, esas recomendaciones o mandamientos no le interesan en absoluto. Pero los cl茅rigos cat贸licos no lo ven as铆, y se entrometen en lo que hacen o no hacen los ciudadanos todos, incluso los que no forman parte de su confesi贸n.
Esa Iglesia que fue omnipotente en Espa帽a, sin embargo, cada vez tiene menos comulgantes entre la sociedad actual. Desde las cifras de matrimonios religiosos a las de bautizos y otros actos lit煤rgicos, se evidencia que su influencia cotiza a la baja. Si hemos de poner n煤meros concretos, un indicador muy fiable puede ser el que nos proporciona el Ministerio de Hacienda. Seg煤n este, poco m谩s del 32 por ciento de los contribuyentes se declara cat贸lico ante la Agencia Tributaria, y lo hace marcando la casilla correspondiente de su declaraci贸n anual. Es decir, que casi el 68 por ciento de los ciudadanos no es cat贸lico –cuanto menos fiscalmente- hasta el punto de acordarse de la Iglesia a la hora de ponerse a bien con el C茅sar. En los 煤ltimos cinco a帽os casi un dos por ciento de los contribuyentes han desertado de su compromiso tributario con ella.
Y eso que en Espa帽a sale gratis declararse fiscalmente cat贸lico, como escrib铆a Ignacio Escolar estos d铆as. No como en Alemania, por ejemplo, donde hacerlo implica un recargo adicional impositivo de entre el 8 y el 10 por ciento.
La mayor parte de lo que la Iglesia ingresa por la v铆a de Hacienda sirve para pagar a sus obispos y al resto de su personal. No obstante, otra partida muy importante la dedican a mantener la ultraderechista Trece TV, algo que es ilegal seg煤n la legislaci贸n europea que proh铆be, de forma expl铆cita, financiar por esta v铆a negocios privados, como es la cadena televisiva. Un canal que, afortunadamente, solo ve un min煤sculo 2 por ciento de espectadores. Un dato adicional sobre 13TV es que la Iglesia entierra en ella casi el doble de lo que dedica a la secci贸n espa帽ola de Caritas Internationalis, una organizaci贸n que se esfuerza en el combate contra la pobreza, la exclusi贸n, la intolerancia y la discriminaci贸n. Esa distribuci贸n de recursos entre 13TV y C谩ritas es toda una declaraci贸n de principios que ilustra bien lo que es esa Iglesia Cat贸lica en Espa帽a.
La instituci贸n religiosa ingresa mucho m谩s dinero. Dejando de lado el negocio de la educaci贸n concertada, que mueve m谩s de 6.000 millones de euros al a帽o, la Iglesia obtiene 113 millones por gesti贸n de su patrimonio cultural, 122 millones por alquileres e inversiones inmobiliarias de las que est谩 exenta de impuestos. Cabe a帽adir, adem谩s, otros 100 millones que el Estado le abona para pagar a los profesores de religi贸n, que la propia Iglesia contrata y despide, sin que el Estado tenga voz ni voto.
Adem谩s, esa Iglesia Cat贸lica, Apost贸lica y Romana, que no duda en intentar morder la mano del Estado que la mantiene cada vez que lo considera; la que se aferra al Concordato de 1979 ante cualquier cuestionamiento de sus regal铆as, es la que lo incumple de manera flagrante. Ese pacto il铆cito entre Espa帽a y el Estado Vaticano dice, textualmente, que la Iglesia espa帽ola se compromete a "lograr por s铆 misma los recursos suficientes para la atenci贸n de sus necesidades". Cuatro d茅cadas despu茅s de la entrada en vigor del acuerdo, siguen sin hacerlo, siguen exigiendo subvenciones y exenciones mientras que, adem谩s, siguen siendo beligerantes en contra del Estado democr谩tico.
Paralelamente, la Iglesia Cat贸lica se opone a cualquier tipo de fiscalizaci贸n de su funcionamiento econ贸mico y financiero, y lo proclama con el descaro que la caracteriza. El titular de eldiario.es no pod铆a ser m谩s elocuente: “Los obispos reaccionan al informe sobre sus 'trampas' financieras: “"El Tribunal de Cuentas no puede fiscalizar a la Iglesia"”.
La batalla en la que est谩n ahora, la 煤ltima, es su hostilidad manifiesta contra la Ley de Eutanasia que ha tenido entrada para su tramitaci贸n parlamentaria. El asunto ser铆a menor si solo atendi茅ramos a lo toscos y grotescos de sus argumentos, pero con su beligerancia la Iglesia entra directamente en el terreno de la batalla pol铆tica partidaria incorpor谩ndose –por en茅sima vez- con armas y bagajes a la campa帽a de la derecha y la extrema derecha espa帽ola.
Tras afirmar simplezas vac铆as del tipo de que “hay personas enfermas que irradian paz y alegr铆a” o que “el sufrimiento solo puede afrontarse cuando se es capaz de asumirlo por algo o por alguien”, la Subcomisi贸n para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Espa帽ola ha sentenciado que la vida tiene sentido "hasta el final" y han abogado por los cuidados paliativos en oposici贸n a la Ley de Eutanasia. Esto es, que, en su ataque a la tramitaci贸n de la Ley, los obispos enarbolan la misma bandera tramposa que la derecha y la ultraderecha, la de contraponer los cuidados paliativos que pueden alargar in煤tilmente una vida que ya no es digna de ser vivida con el ejercicio de la libertad individual de aquel que desea poner fin a su existencia sin sufrimiento ni dolor.
Esa Iglesia Cat贸lica que tiene no solo problemas financieros, sino que padece en su propio seno un problema del que todav铆a no tenemos su verdadera dimensi贸n, como es la pederastia, se dedica a organizarles la vida a los que no son sus fieles creyentes. Pues bien, la 煤ltima noticia en este terreno es que la Iglesia ha puesto a un vicario que tap贸 abusos a menores en una comisi贸n anti-pederastia.
¿Hasta cu谩ndo un pa铆s democr谩tico avanzado tendr谩 que tolerar tanta beligerancia agresiva contra todo lo que signifique avanzar en los derechos individuales, que no obligan a nadie a nada, de una instituci贸n que defrauda a la hacienda p煤blica y que da cobijo a delincuentes que deber铆an estar en presidio?
M谩s le valdr铆a a esa Iglesia y a sus fieles poner orden dentro de casa, cumplir con las leyes que rigen para todos y dejar de inmiscuirse en la vida de quienes no siguen su credo.