
Patrick Belser, economista de la Organizaci贸n Internacional del Trabajo, analiza c贸mo el coronavirus COVID-19 ha expuesto la desigualdad reinante en el la sociedad a nivel mundial y las consecuencias sociales que ha generado en el art铆culo que reproducimos a continuaci贸n:
Desde los a帽os 1980, la desigualdad de los ingresos se ha disparado en muchos pa铆ses, lo que ha tenido graves repercusiones sociales y econ贸micas. Hoy, la pandemia del COVID-19 pone crudamente de manifiesto esas desigualdades, tanto a la hora de contraer el virus, como de mantenerse en vida o de enfrentarse a las dram谩ticas consecuencias econ贸micas.
Algunos grupos, como los trabajadores migrantes y los trabajadores de la econom铆a informal, se ven particularmente afectados por las consecuencias econ贸micas del virus. Y las mujeres, que predominan en el sector p煤blico, est谩n especialmente en riesgo.
Las respuestas deben asegurarse de que la ayuda llegue a los trabajadores y a las empresas que m谩s lo necesitan, incluso a los trabajadores cuyo salario es bajo, las peque帽as y medianas empresas, los trabajadores aut贸nomos y las numerosas personas en situaci贸n de vulnerabilidad.
A nivel mundial, 2000 millones de trabajadores y trabajadoras (el 61,2% en el empleo) trabajan en el sector informal. Tienen m谩s probabilidades de estar expuestos a riesgos de seguridad y salud al carecer de la protecci贸n apropiada, como mascarillas y desinfectante de manos. Muchas de estas personas viven en viviendas abarrotadas y en ocasiones carecen de suministro p煤blico de agua.
Ello no solo pone en peligro su salud, tambi茅n reduce la eficacia de las medidas de prevenci贸n destinadas a la poblaci贸n en general.
Para algunas personas, caer enfermo equivale a pedir una licencia por enfermedad, acceder a los servicios de salud y continuar percibiendo el salario, pero para quienes est谩n en el extremo inferior de la cadena salarial, la situaci贸n es catastr贸fica. Muchos carecen de la cobertura de un seguro de salud y quedan expuestos al riesgo de morir. Es posible que ni siquiera tengan acceso a servicios de salud.
Incluso si en 煤ltima instancia se recuperan, la ausencia de prestaciones de sustituci贸n de los ingresos los expone a una situaci贸n de mayor pobreza. Se estima que, cada a帽o, cien millones de personas caen en la pobreza a consecuencia de gastos de salud desmesurados.
Desafortunadamente, no todos los trabajadores o las empresas se benefician de estas medidas.
Para los trabajadores de la econom铆a informal, la reducci贸n de las horas de trabajo impuestas por la pandemia es sin贸nimo de p茅rdida de ingresos sin la posibilidad de percibir una prestaci贸n de desempleo.
Las microempresas y las peque帽as empresas informales, que constituyen el 80% de las empresas del mundo, suelen quedar fuera del alcance de las pol铆ticas p煤blicas.
Los trabajadores a tiempo parcial, muchos de los cuales son mujeres, los trabajadores temporales, o los trabajadores con un contrato de trabajo de corta duraci贸n y en la econom铆a digital de ocupaciones transitorias, no suelen tener derecho a una prestaci贸n de desempleo o de ayuda a los ingresos.
Como trabajadores de la econom铆a informal, muchas de estas personas afrontan el mismo dilema de “trabajar o perder sus ingresos”. Para pagar los alimentos y otros gastos b谩sicos, siguen trabajando hasta que las medidas para limitar el contagio del virus los obligan a dejar de hacerlo. Ello agrava la inseguridad econ贸mica en la que ya se encuentran.
Valga el ejemplo de Italia, que hizo extensiva la ayuda a los ingresos (80% del salario bruto) a los trabajadores de empresas con dificultades financieras, a todos los sectores de la econom铆a y a las empresas con menos de 15 empleados, que normalmente no tienen derecho a ella. Adem谩s, se est谩 pagando una compensaci贸n 煤nica a los trabajadores independientes y a los colaboradores externos.
Espa帽a est谩 proporcionando ayuda a los ingresos a los trabajadores aut贸nomos, los socios de cooperativas y los trabajadores cuyo empleo ha quedado suspendido temporalmente, incluso si no les correspond铆a percibir una prestaci贸n de desempleo.
En los pa铆ses en desarrollo, la informalidad y el espacio fiscal limitado se a帽aden a las dificultades. Sin embargo, la ayuda a los ingresos podr铆a ampliarse mediante un plan de seguridad social no contributivo o con los programas de ayudas de efectivo vigentes. Tambi茅n podr铆a prestarse asistencia temporal a las empresas informales.
Desde los a帽os 1980, la desigualdad de los ingresos se ha disparado en muchos pa铆ses, lo que ha tenido graves repercusiones sociales y econ贸micas. Hoy, la pandemia del COVID-19 pone crudamente de manifiesto esas desigualdades, tanto a la hora de contraer el virus, como de mantenerse en vida o de enfrentarse a las dram谩ticas consecuencias econ贸micas.
Algunos grupos, como los trabajadores migrantes y los trabajadores de la econom铆a informal, se ven particularmente afectados por las consecuencias econ贸micas del virus. Y las mujeres, que predominan en el sector p煤blico, est谩n especialmente en riesgo.
El alto nivel de pobreza e informalidad, y la desprotecci贸n de algunos puestos de trabajo dificultan m谩s la contenci贸n del virus.El alto nivel de pobreza e informalidad, y la desprotecci贸n de algunos puestos de trabajo dificultan m谩s la contenci贸n del virus.
Las respuestas deben asegurarse de que la ayuda llegue a los trabajadores y a las empresas que m谩s lo necesitan, incluso a los trabajadores cuyo salario es bajo, las peque帽as y medianas empresas, los trabajadores aut贸nomos y las numerosas personas en situaci贸n de vulnerabilidad.
Todos en situaci贸n de riesgo
Si bien hay trabajadores que pueden reducir el riesgo de contagio trabajando a distancia o benefici谩ndose de medidas de prevenci贸n, muchos otros no tienen esa ventaja pues ya est谩n en situaci贸n de desigualdad.A nivel mundial, 2000 millones de trabajadores y trabajadoras (el 61,2% en el empleo) trabajan en el sector informal. Tienen m谩s probabilidades de estar expuestos a riesgos de seguridad y salud al carecer de la protecci贸n apropiada, como mascarillas y desinfectante de manos. Muchas de estas personas viven en viviendas abarrotadas y en ocasiones carecen de suministro p煤blico de agua.
Ello no solo pone en peligro su salud, tambi茅n reduce la eficacia de las medidas de prevenci贸n destinadas a la poblaci贸n en general.
La enfermedad como factor de mayor pobreza
Las desigualdades tambi茅n se manifiestan de forma dram谩tica si se contrae el virus.Para algunas personas, caer enfermo equivale a pedir una licencia por enfermedad, acceder a los servicios de salud y continuar percibiendo el salario, pero para quienes est谩n en el extremo inferior de la cadena salarial, la situaci贸n es catastr贸fica. Muchos carecen de la cobertura de un seguro de salud y quedan expuestos al riesgo de morir. Es posible que ni siquiera tengan acceso a servicios de salud.
Incluso si en 煤ltima instancia se recuperan, la ausencia de prestaciones de sustituci贸n de los ingresos los expone a una situaci贸n de mayor pobreza. Se estima que, cada a帽o, cien millones de personas caen en la pobreza a consecuencia de gastos de salud desmesurados.
El dilema de “trabajar o perder los ingresos”
Los Gobiernos y los bancos centrales han adoptado medidas de envergadura para preservar los puestos de trabajo y las empresas, y a proporcionar a los trabajadores ayuda a los ingresos.Desafortunadamente, no todos los trabajadores o las empresas se benefician de estas medidas.
Para los trabajadores de la econom铆a informal, la reducci贸n de las horas de trabajo impuestas por la pandemia es sin贸nimo de p茅rdida de ingresos sin la posibilidad de percibir una prestaci贸n de desempleo.
Las microempresas y las peque帽as empresas informales, que constituyen el 80% de las empresas del mundo, suelen quedar fuera del alcance de las pol铆ticas p煤blicas.
Los trabajadores a tiempo parcial, muchos de los cuales son mujeres, los trabajadores temporales, o los trabajadores con un contrato de trabajo de corta duraci贸n y en la econom铆a digital de ocupaciones transitorias, no suelen tener derecho a una prestaci贸n de desempleo o de ayuda a los ingresos.
Como trabajadores de la econom铆a informal, muchas de estas personas afrontan el mismo dilema de “trabajar o perder sus ingresos”. Para pagar los alimentos y otros gastos b谩sicos, siguen trabajando hasta que las medidas para limitar el contagio del virus los obligan a dejar de hacerlo. Ello agrava la inseguridad econ贸mica en la que ya se encuentran.
Se necesitan respuestas de pol铆tica justas e inclusivas
La adopci贸n de medidas a corto plazo ante la crisis no debe perder de vista la protecci贸n de las familias de bajos ingresos. As铆, las medidas de ayuda a los ingresos deber铆an ser suficientemente amplias para cubrir a los trabajadores vulnerables y a las empresas que los emplean.Valga el ejemplo de Italia, que hizo extensiva la ayuda a los ingresos (80% del salario bruto) a los trabajadores de empresas con dificultades financieras, a todos los sectores de la econom铆a y a las empresas con menos de 15 empleados, que normalmente no tienen derecho a ella. Adem谩s, se est谩 pagando una compensaci贸n 煤nica a los trabajadores independientes y a los colaboradores externos.
Espa帽a est谩 proporcionando ayuda a los ingresos a los trabajadores aut贸nomos, los socios de cooperativas y los trabajadores cuyo empleo ha quedado suspendido temporalmente, incluso si no les correspond铆a percibir una prestaci贸n de desempleo.
En los pa铆ses en desarrollo, la informalidad y el espacio fiscal limitado se a帽aden a las dificultades. Sin embargo, la ayuda a los ingresos podr铆a ampliarse mediante un plan de seguridad social no contributivo o con los programas de ayudas de efectivo vigentes. Tambi茅n podr铆a prestarse asistencia temporal a las empresas informales.