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EEUU, una de las capitales mundiales del racismo

REITERADOS ASESINATOS, DISCRIMINACI脫N Y RACISMO CONTRA NEGROS

OPINI脫N de Sergio Ortiz

A partir del asesinato de un afroamericano por parte de un polic铆a blanco de Minneapolis, en EE UU y otras partes del mundo se gener贸 una gran oleada de protestas.


El asesinato de tintes racistas fue consumado el 25 de mayo. La v铆ctima y el victimario comparten rasgos de otros casos en EE UU: la primera, George Floyd, un afroamericano, y el segundo, Derek Chauvin, un polic铆a blanco.

Como en otros cr铆menes cometidos por las fuerzas policiales animadas de racismo, Chauvin no actu贸 solo. Fue secundado por tres uniformados: Thomas Lane, J.A. Kueng y Tou Thoa. Una escena t铆pica de la cobard铆a de los agresores, pues la persona que va a morir est谩 sola y no se resist铆a a la detenci贸n, y quien mata est谩 armado, con tres efectivos que lo ayudan a matar.

La vida de Floyd vali贸 20 d贸lares. Con un billete igual hab铆a adquirido alg煤n comestible en un supermercado; seg煤n el cajero era falso y llam贸 a la polic铆a. En vez de interrogarlo, comprobar la denuncia y eventualmente llevarlo detenido para que la justicia aclarara si ese peque帽o delito era real o no, los polic铆as ultimaron al cliente.

Otras caracter铆sticas son peculiares. No se hab铆a visto a un agente matar a una persona obligada a tenderse en la calle, asfixi谩ndolo con la presi贸n de su rodilla sobre el cuello impidi茅ndole respirar durante 9 minutos. Alguien film贸 un video y se difundi贸, escuch谩ndose decir al moribundo “no puedo respirar”.

El crimen fue brutal y conmovi贸 no s贸lo a los ciudadanos de Minneapolis, sino al resto de Minnesota. Se fue difundiendo al pa铆s y en estos tiempos de conectividad y de an谩lisis globales por la pandemia de COVID-19, al resto del mundo en forma casi instant谩nea.

La historia se parec铆a a otras pues la instituci贸n policial, la justicia y el poder pol铆tico estadounidense reaccionaron en forma ben茅vola con el criminal. No fue detenido inmediatamente ni dado de baja. La justicia no lo acusaba de asesinato. El gobernador del Estado, el dem贸crata Tim Walz, ante el inicio de las manifestaciones, respald贸 a los uniformados, declar贸 el Estado de Sitio y envi贸 la Guardia Nacional.

Como “Ardi贸 Troya”, perd贸n Minneapolis, entonces las cosas fueron cambiando para mejor. Al d铆a siguiente del crimen los polic铆as fueron dados de baja. El alcalde Jacob Frey, dem贸crata, inst贸 a presentar cargos penales. Y el fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, acus贸 a Chauvin de homicidio en segundo grado (la familia de Floyd quiere de primer grado) e imput贸 a los otros tres c贸mplices.

Para entonces ya el asesinato estaba en la primera l铆nea de la pol铆tica estadounidense y entre los m谩s importantes sucesos internacionales, prepar谩ndose manifestaciones populares en Londres y otras ciudades europeas.


Capitalismo tan desigual

El presidente neofascista ya ven铆a arrojando nafta al incendio de su pa铆s, con una pol铆tica criminal en tiempos de pandemia. Cero cuidados, casi cero ayuda estatal a los m谩s vulnerables (1.200 d贸lares a una parte de los m谩s necesitados), cero fortalecimiento del sector p煤blico de la salud, propaganda de remedios que no eran tales, cero coordinaci贸n con la Organizaci贸n Mundial de la Salud, campa帽a antichina en vez de intercambio de experiencias con el pa铆s que mejor luch贸 contra el COVID-19 y un largo etc茅tera.

Si bien no fueron exclusivamente culpa del neonazi titular de la Casa Blanca, los m谩s de 100.000 muertos por el coronavirus subrayaron su grave responsabilidad.

Y los m谩s sufridos, como siempre, los negros. “Los investigadores de Boston University hallaron que el 11% de los adultos negros y el 18% de los indoamericanos ten铆an m煤ltiples factores de riesgo que los colocaba en mayor peligro de sufrir un caso severo de COVID-19, mientras que esto s贸lo suced铆a con el 8% de los blancos. Entre las personas de 65 a帽os o m谩s en el mismo estudio, que evalu贸 datos del Sistema de vigilancia de factores de riesgo conductuales del 2018, se encontr贸 que el 69% de los indoamericanos y el 61% de los afroamericanos ten铆an uno o m谩s factores de riesgo, adem谩s de la edad, en comparaci贸n con el 54% de los adultos blancos” informaba Rachel Nania, en sitio AARP, el 8 de mayo pasado.

Los graves problemas econ贸micos actuales en el imperio ser谩n a煤n m谩s impiadosos con los afroamericanos y latinos, cuyos ingresos est谩n por debajo del promedio de los blancos. El ingreso medio de 茅stos es de 70.642 d贸lares, el de afroamericanos 41.361 y el de los hispanos algo mejor, 51.450.

Unos 40 millones de nuevos desocupados han pedido cobrar el seguro por desempleo y la desigualdad de la sociedad capitalista tambi茅n se reflejar谩 all铆, con negros y latinos encabezando las listas de desempleados.


Trump el incendiario

Hac铆a muchos a帽os que las protestas sociales no eran tan masivas, violentas y persistentes. Son masivas, porque han participado miles y miles de personas en numerosas ciudades; en cuarenta de 茅stas quisieron desalojarlas y vaciar las calles con toque de queda. Son violentas porque - no en todos los casos - hubo confrontaciones con la polic铆a, incendios de patrulleros, piedras y botellas incendiarias contra los efectivos, ataques y robos a locales comerciales, etc. Han muerto 3 manifestantes y centenares fueron detenidos. Y son persistentes porque han pasado casi diez d铆as y las manifestaciones no cesaron en Washington, Nueva York, Houston, Los Angeles, etc., aunque hayan disminuido las concurrencias.

Toda una ense帽anza para quienes, desde Am茅rica Latina, Asia y 脕frica suelen pensar que en el “Primer Mundo” no hay lucha de clases y sus gobiernos gozan de paz y buena salud. Al contrario, c贸mo estar谩 de alborotada la decadente superpotencia que Trump hizo suya la consigna de “la ley y el orden”, con reminiscencias nixonianas.

Los gobernadores de uno y otro color pol铆tico bipartidista han apelado al toque de queda, la concentraci贸n de polic铆as, de la Guardia Nacional y otras agencias de seguridad. Trump fue m谩s all谩, al amenazar con que “empiezan los saqueos y empiezan los tiroteos”. Y luego amag贸 con usar las Fuerzas Armadas en estos asuntos de seguridad interior, algo que ni siquiera acept贸 su Secretario de Defensa, Mark Esper.

Si no fuera tr谩gico, ser铆a gracioso que la administraci贸n Trump, adem谩s de acusar de terrorista a la agrupaci贸n ANTIFA (Antifascistas), denunciara a los gobiernos de Cuba y Venezuela. “El FBI detuvo a un grupo de venezolanos y cubanos que pagaban para causar caos en las protestas en EEUU. Las autoridades norteamericanas se encuentran investigando para determinar si los capturados tienen lazos con las dictaduras de Venezuela y Cuba”, ment铆a Infobae, la web anticomunista argentina.

Dentro de 5 meses hay presidenciales en USA, pero primero tendr谩n que apagar el incendio de negros, latinos, asi谩ticos y blancos; la fogata social de Minneapolis es multicolor y all铆 arde la imagen de la dizque “mejor democracia del mundo”.


SERGIO ORTIZ






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