Por Carolina V谩squez Araya
Con la incertidumbre como tel贸n de fondo y la precariedad como amenaza.
sensibilidad humanaAs铆 estamos. Acechados por la amenaza de la opacidad de los gobiernos, en cuyos cuadros no parece reinar el sentido com煤n y, menos a煤n, la sensibilidad humana. Nos ocultan datos para obligarnos a vivir en una especie de limbo, gris y enga帽oso, cuya superficie se quiebra en pedazos cuando la enfermedad y la muerte nos toca de cerca. Entonces, aun si nos esforzamos por escarbar en la escasa informaci贸n disponible, sabemos muy bien cu谩nto se nos oculta y entonces la amenaza que nos mantiene en estado de alerta se transforma en un peligro mucho m谩s inmediato y real.

Las autoridades ya ni siquiera intentan disimular sus incapacidades para enfrentar una pandemia que sin duda se llevar谩 a la tumba a millones de personas cuyo 煤nico pecado es ser pobres, vivir bajo reg铆menes econ贸micos y pol铆ticos en los cuales la corrupci贸n es la norma o en Estados capturados por un sistema econ贸mico voraz. Entre estos pa铆ses no solo entran los m谩s vulnerables y subdesarrollados. Est谩n algunos tan poderosos e influyentes como las ricas naciones de primer mundo en donde la administraci贸n de recursos para enfrentar la pandemia se rige por los intereses corporativos y las ambiciones pol铆ticas, relegando a sus ciudadanos al papel de meros espectadores, sin voz ni voto en las decisiones de las cuales depende su supervivencia.
Durante estos meses he concentrado mi atenci贸n en los dos pa铆ses que marcaron mi vida de manera indeleble: Chile y Guatemala. Uno, con reputaci贸n de haber alcanzado un alto grado de desarrollo y, el otro, en el foso del m谩s crudo abandono. Ambos, ricos en recursos y ambos tambi茅n, experimentando el golpe certero de un sistema pol铆tico y econ贸mico que –a pesar de las distancias aparentes de sus realidades- los equipara. Solo faltaba un ataque viral de enormes proporciones para que se cayeran los velos que cubr铆an sus fachadas y pudi茅ramos observar cu谩nto camino les falta para convertirse en aut茅nticas democracias, con todo lo que de superior en respeto por los derechos humanos eso implica.
Tanto en uno como en el otro, las autoridades han decidido ocultar los alcances de los contagios y de las muertes por Covid19. Y ambos han decidido hacerlo no por evitar el p谩nico colectivo, sino por mantener una imagen de falso control hacia una comunidad internacional la cual, al fin de cuentas, tampoco los ayudar谩 a salir del paso. En Guatemala y tambi茅n en Chile, las autoridades se han negado –como hace Trump, su patr贸n- a escuchar a la comunidad cient铆fica, a los expertos en control de epidemias y a los especialistas en manejo de datos. En ambos casos tambi茅n, han abandonado la infraestructura sanitaria estatal para beneficiar a sus sectores econ贸micos con privatizaciones y convenios altamente sospechosos y perjudiciales para el Estado.
A estas alturas y despu茅s de varios meses de confinamiento –cuando se puede- y de trabajar en condiciones de riesgo –cuando no queda otra opci贸n- la poblaci贸n se encuentra sometida a decisiones pol铆ticas carentes de bases s贸lidas y, en la mayor铆a de casos, surgidas de consideraciones ajenas al bien com煤n. ¿Qu茅 nos espera en el horizonte? Despu茅s del impacto de la pandemia en la situaci贸n laboral y econ贸mica de millones de familias, de la precariedad en la atenci贸n sanitaria, de la falta de alimentos para satisfacer las demandas de una poblaci贸n castigada desde todos los 谩ngulos, no se puede esperar una recuperaci贸n milagrosa e inmediata. Pasar谩n meses y probablemente a帽os para recuperar todo lo que la situaci贸n nos ha quitado. Con la salvedad, claro est谩, de quienes ya no lograron sobrevivirla.
Decisiones vitales se basan en meras consideraciones econ贸micas.
elquintopatio@gmail.com
Bar贸metro Latinoamericano
Con la incertidumbre como tel贸n de fondo y la precariedad como amenaza.
sensibilidad humanaAs铆 estamos. Acechados por la amenaza de la opacidad de los gobiernos, en cuyos cuadros no parece reinar el sentido com煤n y, menos a煤n, la sensibilidad humana. Nos ocultan datos para obligarnos a vivir en una especie de limbo, gris y enga帽oso, cuya superficie se quiebra en pedazos cuando la enfermedad y la muerte nos toca de cerca. Entonces, aun si nos esforzamos por escarbar en la escasa informaci贸n disponible, sabemos muy bien cu谩nto se nos oculta y entonces la amenaza que nos mantiene en estado de alerta se transforma en un peligro mucho m谩s inmediato y real.

Las autoridades ya ni siquiera intentan disimular sus incapacidades para enfrentar una pandemia que sin duda se llevar谩 a la tumba a millones de personas cuyo 煤nico pecado es ser pobres, vivir bajo reg铆menes econ贸micos y pol铆ticos en los cuales la corrupci贸n es la norma o en Estados capturados por un sistema econ贸mico voraz. Entre estos pa铆ses no solo entran los m谩s vulnerables y subdesarrollados. Est谩n algunos tan poderosos e influyentes como las ricas naciones de primer mundo en donde la administraci贸n de recursos para enfrentar la pandemia se rige por los intereses corporativos y las ambiciones pol铆ticas, relegando a sus ciudadanos al papel de meros espectadores, sin voz ni voto en las decisiones de las cuales depende su supervivencia.
Durante estos meses he concentrado mi atenci贸n en los dos pa铆ses que marcaron mi vida de manera indeleble: Chile y Guatemala. Uno, con reputaci贸n de haber alcanzado un alto grado de desarrollo y, el otro, en el foso del m谩s crudo abandono. Ambos, ricos en recursos y ambos tambi茅n, experimentando el golpe certero de un sistema pol铆tico y econ贸mico que –a pesar de las distancias aparentes de sus realidades- los equipara. Solo faltaba un ataque viral de enormes proporciones para que se cayeran los velos que cubr铆an sus fachadas y pudi茅ramos observar cu谩nto camino les falta para convertirse en aut茅nticas democracias, con todo lo que de superior en respeto por los derechos humanos eso implica.
Tanto en uno como en el otro, las autoridades han decidido ocultar los alcances de los contagios y de las muertes por Covid19. Y ambos han decidido hacerlo no por evitar el p谩nico colectivo, sino por mantener una imagen de falso control hacia una comunidad internacional la cual, al fin de cuentas, tampoco los ayudar谩 a salir del paso. En Guatemala y tambi茅n en Chile, las autoridades se han negado –como hace Trump, su patr贸n- a escuchar a la comunidad cient铆fica, a los expertos en control de epidemias y a los especialistas en manejo de datos. En ambos casos tambi茅n, han abandonado la infraestructura sanitaria estatal para beneficiar a sus sectores econ贸micos con privatizaciones y convenios altamente sospechosos y perjudiciales para el Estado.
A estas alturas y despu茅s de varios meses de confinamiento –cuando se puede- y de trabajar en condiciones de riesgo –cuando no queda otra opci贸n- la poblaci贸n se encuentra sometida a decisiones pol铆ticas carentes de bases s贸lidas y, en la mayor铆a de casos, surgidas de consideraciones ajenas al bien com煤n. ¿Qu茅 nos espera en el horizonte? Despu茅s del impacto de la pandemia en la situaci贸n laboral y econ贸mica de millones de familias, de la precariedad en la atenci贸n sanitaria, de la falta de alimentos para satisfacer las demandas de una poblaci贸n castigada desde todos los 谩ngulos, no se puede esperar una recuperaci贸n milagrosa e inmediata. Pasar谩n meses y probablemente a帽os para recuperar todo lo que la situaci贸n nos ha quitado. Con la salvedad, claro est谩, de quienes ya no lograron sobrevivirla.
Decisiones vitales se basan en meras consideraciones econ贸micas.
elquintopatio@gmail.com
Bar贸metro Latinoamericano