5 DE JUNIO – D脥A MUNDIAL DEL AMBIENTE
OPINI脫N de Ricardo Luis Mascheroni
“La tierra del mundo es ahora fluida y ardiente. Es ahora fuego y l谩grimas. Nada est谩 quieto y a salvo. Ni la esperanza del hombre. Ya no descansa la tierra. Y no sabemos d贸nde, al cabo, se aquietar谩 y ad贸nde ir谩 a anclar la angustiada esperanza del hombre”. Deodoro Roca 1940.
Si bien en otro contexto, esta frase introductoria del autor del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918, es una fotograf铆a anticipatoria en 80 a帽os a lo que actualmente est谩 padeciendo nuestro planeta, en la que el cambio clim谩tico, la destrucci贸n del ambiente, la desigualdad obscena y la pandemia de coronavirus est谩n jaqueando la vida, los sue帽os y el futuro de toda la humanidad.
En este panorama, el 5 de Junio se celebra, ¿celebra? el D脥A MUNDIAL DEL AMBIENTE, proclamado en 1972 por la ONU, para recordar el comienzo de la Conferencia de Estocolmo en 1972, cuyo tema central era la problem谩tica medioambiental, cuando ya se avizoraba que algo no andaba bien en la relaci贸n hombre-naturaleza.
La importancia de la fecha, a la luz de los acontecimientos que reflejan la profunda crisis del Planeta, merece que, cada uno de nosotros haga un sincero an谩lisis sobre su cuota parte de responsabilidad en torno a la misma, pasando de la mera preocupaci贸n, a la b煤squeda de cambios que la hora impone.
Pese a que desde distintos 谩mbitos se viene alertando sobre el hecho de que el Planeta Tierra, desde su nacimiento hasta nuestros d铆as, est谩 atravesando la m谩s profunda degradaci贸n ambiental, producto de los modelos de desarrollos destructivos e irracionales, el consumismo sin fin y la acumulaci贸n de riquezas en pocas manos, con una 煤nica meta, la obtenci贸n de lucro, poco se ha hecho al respecto, sino agravar las cosas.
Vale la pena preguntarse: Podemos seguir en esta alocada carrera hacia el abismo, en busca de una calidad de vida que cada d铆a se hace m谩s lejana, por lo menos para la mayor铆a de la poblaci贸n, mientras nos cargamos de baratijas, cosas in煤tiles o de dudosa eficacia para esos fines.
Dec铆a Roberto Arlt en 1929, en su art铆culo: “¿PARA QU脡 SIRVE EL PROGRESO?”; “Me tienen ya seco con la cuesti贸n del progreso. Cu谩nto papanata encuentro por ah铆, en cuanto comienzo a rezongar de que la vida es imposible en esta ciudad me contesta: - Es que usted no se da cuenta de que progresamos.”
Seguidamente agregaba: “La gente se deja embaucar con una serie de t茅rminos que en realidad no tienen valor alguno. Estos t茅rminos hacen carrera, se convierten en monedas de uso popular y cualquier otario, ante un caso serio, se considera con derecho a aplicarlos a situaciones que no se resuelven con el uso de un vocablo. Y es que llega un momento en que las palabras asumen el car谩cter de moda; no interpretan un sentir sino un estado colectivo, quiero decir, un estado de estupidez colectiva.”
“Hemos progresado. No hay zanahoria que no est茅 dispuesto a demostr谩rselo. Hemos progresado.
Es maravilloso. Nos levantamos a la ma帽ana, nos metemos en un coche que corre en un subterr谩neo; salimos despu茅s de viajar entre luz el茅ctrica; respiramos dos minutos el aire de la calle en la superficie; nos metemos en un subsuelo o en una oficina a trabajar con luz artificial. A mediod铆a salimos, prensados, entre luces el茅ctricas, comemos con menos tiempo que un soldado en 茅poca de maniobras, nos enfundamos nuevamente en un subterr谩neo, entramos a la oficina a trabajar con la luz artificial, salimos y es de noche, viajamos entre luz el茅ctrica, entramos a un departamento, o a la pieza de un departamentito a respirar aire c煤bicamente calculado por un arquitecto, respiramos a medida, dormimos con metro, nos despertamos autom谩ticamente; cada a帽o nos deterioramos m谩s el est贸mago, los nervios, el cerebro, y a esto ¡a esto los cien mil zanahorias le llaman progreso! ¡Digan ustedes si no es cosa de poner una guillotina en cada esquina!”
Y conclu铆a: “¿para qu茅 sirve este maldito progreso? Sea sincero. ¿Para qu茅 sirve este progreso a usted, a su mujer y a sus hijos? ¿Para qu茅 le sirve a la sociedad? ¿El tel茅fono lo hace m谩s feliz, un aeroplano de quinientos caballos m谩s moral, una locomotora el茅ctrica m谩s perfecto, un subterr谩neo m谩s humano? Si los objetos nombrados no le dan a usted salud, perfecci贸n interior, todo ese progreso no vale un pito, ¿me entiende?”
Me parece que no hay mucho m谩s que agregar a la referido, salvo nuestra propia reflexi贸n para mirar distinto a lo que nos pasa, tomando distancia de los discursos interesados de los medios hegem贸nicos y de los dictados manipuladores y perversos del mercado.
Pese a todo, todav铆a nos quedan los sue帽os, para que a partir de ellos, podamos construir un mundo distinto, donde la naturaleza sea parte de nosotros mismos y permitirnos el alumbramiento de hombres nuevos, m谩s justos y solidarios.
Ricardo Luis Mascheroni