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John Gotti, pandillero y La Pandilla de los Vicentín

OPINIÓN de Ricardo Luis Mascheroni

 Por sus vinos los conoceréis.

 Para los que no saben, John Joseph Gotti, fue el último y célebre "padrino" de la mafia en Estados Unidos, amante del poder, los lujos, los reflectores, los trajes elegantes y la sensación de impunidad que lo rodeó durante años.

Un “verdadero empresario y hombre de negocios”, que para llegar a esas alturas se sirvió de una importante pandilla de delincuentes y de complicidades políticas y judiciales.

Muchos lo llamaban The Dapper Don (El Don Elegante), acorde a su vestimenta y forma de manejarse en sociedad, también el Don Teflon, por la facilidad de eludir sus compromisos con la justicia.

Un verdadero mafioso, para el cual todas las maniobras propias de esa organización eran buenas para la acumulación de riquezas y poder.

Vicentín, otrora una empresa señera en el norte provincial, devino con los años, según los reiterados informes de organismos y funcionarios estatales y de distintas noticias de casi todos los medios de información, en una organización cuasi delictiva concertada para evadir, eludir, contrabandear, fugar capitales en perjuicio del Estado, bancos, productores y trabajadores de grandes zonas del país.

Hoy los Ceos y directivos de la firma están en un proceso de concurso preventivo, e investigados por distintos juzgados penales y comerciales por las maniobras realizadas y las conductas desplegadas para concretar, de comprobarse, la mayor estafa y quebranto nacional, cercano a los 1.300 millones de dólares.

Los que conocen, igual que Gotti, dicen que los integrantes de la empresa, también son adictos a los lujos, al poder, los yates y a las figuraciones y todo aquello que el poder del dinero puede brindar.

Daría la impresión que más que ricos, se sentían poderosos, pero sobre todo, impunes, en el contexto de una gestión de gobierno que tenía sus mismas características de clase, y son los que no piden permiso y que creen que la justicia no es para ellos.

En su glamour de clase privilegiada, no podía estar ausente, el ser dueño de una bodega de alta gama y en esa dirección crean Vicentin Family Wines, que según ellos “Es el comienzo de un viaje buscando la magia de
transformar el vino en elixires.”

El emprendimiento está orientado a la elaboración del gran varietal argentino; el malbec, y se exporta a Estados Unidos, México, Perú, Bolivia, Suiza y Brasil, y se comercializa en Argentina en “vinotecas y locales exclusivos”.

Como sus integrantes se pensaban, en un exceso de creatividad, originalidad o traición del inconsciente, en una verdadera “Famiglia”, no podían estar ausentes entre sus productos las siguientes denominaciones, que en cierta medida los pintan o definen por lo que son realmente.

Dicho esto, veamos las colecciones que se ofrecen y en primer lugar tenemos:

“LA PANDILLA” y entre sus distintas denominaciones o integrantes a:

EL BRIBÓN: Ladrón de guante blanco, de modales finos y alto nivel de vida. Egocéntrico con delirios de grandeza. Un seductor irresistible.

EL GUAPO: A primera vista parece un bandido común, pero es un joven duro y orgulloso. El dueño de las calles.

EL APOSTADOR: Un adulto con alma de niño. Caballero, ambicioso y atractivo. Gran aventurero. Tomar riesgos es su debilidad.

GRETA LA SALVAJE: Dura, impulsiva…y hermosa, es el alma de la banda. Imposible no estar de su lado.

Cabe preguntarse si con estos nombres estarán haciendo mención a “varios integrantes del directorio que comenzaron con febriles movimientos tendientes a la disminución de sus respectivos patrimonios. Así están obrando Daniel Buyatti (presidente), Roberto Vicentín (director titular), Martín Colombo (director titular) y Bettina Padoan (directora suplente).” (Ámbito)

Pero como parece que la Pandilla, no es todo lo abarcativo que pretenden en el ambiente mafioso o delincuencial, también cuentan con la “BANDA DE LOS 3 SUCIOS”, la que está integrada por EL CONTRABANDISTA; EL RENEGADO Y EL TRAMPOSO.

María Victoria Stratta, directora de la IGPJ, dijo: “la sociedad (Vicentin) se encuentra sospechada de haber cometido delitos durante su gestión. Y también varios de ellos están siendo investigados”.

Parecería que todas esas denominaciones son una especie de reconocimiento encubierto que los pinta de cuerpo entero y como decimos los abogados, “a confesión de parte relevo de pruebas”.

No hay dudas que alrededor del grupo, las complicidades políticas han estado a la orden del día, pero esperemos que la justicia en este caso asuma su rol y no se sume a consolidar la impunidad y no convierta a la empresa en la “Famiglia Teflon” permitiéndole eludir sus responsabilidades.

 

Ricardo Luis Mascheroni 




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