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Se pudri贸 la democracia

OPINI脫N de Samuel Schmidt

Las im谩genes se generalizan llegando desde varias partes del mundo: barreras de metal, polic铆a vestida para entrar en combate, ca帽ones de agua contra los protestantes, balas de goma, gases con diversos efectos.  

Tr谩tese de Francia, Argentina, M茅xico, Israel, Estados Unidos, tal vez la diferencia sea el nivel de brutalidad policiaca usada contra los que protestan, porque el poder, los gobernantes, se atrincheraron detr谩s de las fuerzas del “orden” que se supon铆a defender铆an a la sociedad de aquellos que violan la ley, para defender a los poderosos de la rabia generada por el hast铆o social; la furia social se genera por malos gobiernos, por malas decisiones, por pol铆ticos interesados en aferrarse al poder por cualquier medio y que no dudan en distorsionar la naturaleza de las instituciones p煤blicas con tal de satisfacer sus ambiciones, para las que la corrupci贸n no es cosa ajena.  

Si una parte de la sociedad protesta por la globalizaci贸n y como afecta a comunidades locales, hay que atacarla con gases,  si la sociedad protesta por la violencia polic铆aca, hay que atacarla con balas de goma, si la sociedad protesta contra la corrupci贸n gubernamental hay que ba帽arla con chorros de agua a presi贸n. Todo tiene un l铆mite y este lo establecen los pol铆ticos. 

Estados Unidos logr贸 desplazar la influencia militar europea en Am茅rica Latina e impuso la noci贸n ideol贸gica de que hab铆a que derrotar al comunismo a toda costa, acompa帽ada de una doctrina militar que implicaba quitar a los civiles si no pod铆an controlar la “paz”, sin importar si esa paz se hab铆a perturbado por la intervenci贸n de Estados Unidos o de miembros de las 茅lites que ve铆an peligrar sus privilegios. Es as铆 que encontramos una serie de golpes de Estado y la pr谩ctica masiva de tortura para derrotar a los “enemigos” del sistema, una impunidad garantizada por las armas.  

Las crisis sociales propiciadas por esa doctrina marcaron la historia de pa铆ses como Argentina, Brasil, Uruguay, etc., que perdieron una generaci贸n de pensadores, de j贸venes inteligentes y educados que hubieran sostenido un desarrollo econ贸mico, social y pol铆tico propio, en cambio hoy viven inmersas en el duelo y la furia por la impunidad. En Argentina siguen buscando a los hijos arrancados por los militares a las v铆ctimas de tortura. 

De esa doctrina viene la noci贸n de tensar el ambiente, de provocar turbulencias e inestabilidad, ya sea propiciando cacerolazos o entrenando grupos paramilitares asociados a criminales, o protegiendo criminales como ha hecho la CIA con grupos de narcotraficantes. Se creaba el clima propicio para reprimir masivamente y eliminar a los “enemigos”. Hoy vemos la puesta en pr谩ctica de la doctrina en las calles de Estados Unidos, Trump agita las aguas y cancela las v铆as democr谩ticas de expresi贸n. 

El gobierno federal estadounidense env铆a fuerzas federales a ciudades gobernadas por los dem贸cratas con la consigna de provocar turbulencia local, se trata de descomponer los arreglos locales para el manejo de la protesta y se agrede abiertamente a aquellos que protestan contra la violencia racial, esto por si mismo es grave, pero lo es m谩s que se lleva a cabo justo en la coyuntura de las elecciones, ¿acaso Trump busca perturbar las elecciones al verse perdido electoralmente? 

En lo m谩s fuerte de la inestabilidad escuchamos el llamado al uso de mano dura, a consolidar el manejo brutal de la inestabilidad, reforzando los factores que la crearon, buscando como meta atenazar los 谩nimos  y aspiraciones de libertad societaria. 

La protesta ha quedado fuera de las libertades, de hecho, las 茅lites se han abrogado la prerrogativa a decidir que tipo de libertad est谩 disponible para la sociedad y cada d铆a son menos esas libertades.  

Las 茅lites arruinaron la democracia y oprimen en nombre de ella. Ellos se han convertido en el pueblo, redefiniendo el concepto: La democracia es el gobierno de las 茅lites, por las 茅lites, para las 茅lites, generando ideol贸gicamente la ilusi贸n de que act煤an dentro de los marcos constitucionales y con la ley en la mano y lo hacen por el bien de todos los dem谩s, y cu谩ndo los otros muestran descontentos, son gaseados, reprimidos, balaceados, ba帽ados a presi贸n en nombre de la democracia que ya no es un sistema de ellos. 

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