Jorge Zavaleta Alegre, Emmitsburg MD.
Hay que cambiar algo para que las cosas sigan igual. Esta frase, tan com煤n en el habla popular de Am茅rica, permite describir la cruda realidad que aflora hoy, durante la pandemia, con consecuencias mucho m谩s graves para la mujer, desde el punto de vista del trabajo y la remuneraci贸n.
Y si hablamos de igualdad? Se pregunta el Banco Interamericano de Desarrollo, al promover un nuevo periodismo, que induce que otras entidades financieras incluyendo las de propiedad social, se sumen a esta din谩mica. El trabajo de la mujer latinoamericana sigue siendo cotizado con remuneraciones menores que la mujer nativa. Y, el trabajo femenino en el hogar no es considerado como tal.
El mensaje es que nuestros gobiernos no se limiten a tomar medidas reactivas que protejan a estas trabajadoras solo durante una crisis. “Deben establecer leyes y regulaciones que impulsen su formalizaci贸n, garanticen sus derechos y aseguren el respeto de sus condiciones de trabajo”, escribe Andrea Monje Silva, especialista de g茅nero de la Divisi贸n de G茅nero y Diversidad (GDI) en Argentina.
Los gobiernos de Latinoam茅rica suelen hablar de los proyectos reformistas para reestructurar la comunidad, esto es re colectivizar las 谩reas bajo su dominio y darles una fisonom铆a empresarial. Sin embargo, esa “reestructuraci贸n” ha significado 煤nicamente cambiar la nomenclatura, sin ninguna transformaci贸n de importancia.
Por ejemplo, el Per煤 en los a帽os 70 del siglo XX acabo jur铆dicamente con el r茅gimen de hacienda y tambi茅n un estilo de dominaci贸n social. Pero, la explotaci贸n econ贸mica subsiste. Inclusive, se ha agudizado, y sustituida por el control estatal. El resquebrajamiento de la dominaci贸n terrateniente (...) tampoco ha llegado a ser absoluto.
Las trabajadoras del hogar tienen un r茅gimen laboral especial. Una diferencia que no se reconoce el derecho a la remuneraci贸n m铆nima vital, sino que se pacta entre las partes. Las vacaciones por cada a帽o de servicio son la mitad (15 d铆as), gratificaciones son del 50% de la remuneraci贸n mensual y la compensaci贸n por tiempo de servicios es igual a 15 d铆as de servicio.
Existen dos tipos de modalidades de trabajo para esta labor: trabajo cama adentro y cama afuera. El empleador agresor no reconoce a la trabajadora del hogar como sujeto de derechos y es en las casas de los empleadores (espacio privado) donde es complicada la fiscalizaci贸n y protecci贸n de los derechos laborales.
En Latinoam茅rica y con algunas deformaciones en el resto del Continente, la realidad y la pregunta que surge es: ¿Qu茅 tanto ha cambiado la situaci贸n de estas trabajadoras con la llegada de la pandemia y, consecuentemente, las medidas de cuarentena?
El estado de emergencia que fue declarado el 16 de marzo de este a帽o ha tra铆do diversas consecuencias, siendo la desaceleraci贸n econ贸mica una de ellas. Los sindicatos dan a conocer que “algunas trabajadoras han sido despedidas directamente, a otras las han obligado a tomar vacaciones y tambi茅n est谩n a las que les han dicho que las llamar谩n cuando esta situaci贸n termine, pero es incierto”.
Se han dado despidos arbitrarios por parte de los empleadores sin respetar, el preaviso de 15 d铆as o la indemnizaci贸n equivalente que establece la ley. Los problemas laborales que ya presentaban las trabajadoras del hogar, tales como explotaci贸n, maltrato, violencia, sueldos bajos o incumplimiento de contratos (si es que exist铆an) se han visto incrementados por la situaci贸n actual, especialmente en los casos de la modalidad cama adentro.
La ONU registra que en Am茅rica Latina y el Caribe (ALC) hay 18 millones de trabajadoras y trabajadores dom茅sticos (comparativamente, hay 27 millones de enfermeras/os en todo el mundo) y, aproximadamente, el 93% son mujeres. Este sector es de gran importancia en el empleo femenino de la regi贸n: 14% del total de las mujeres ocupadas son trabajadoras dom茅sticas. Pero m谩s del 77% se encuentra en condici贸n de informalidad.
Consecuentemente, la situaci贸n laboral de la mayor铆a de las trabajadoras dom茅sticas es extremadamente precaria y vulnerable. Adem谩s, estas trabajadoras tambi茅n son v铆ctimas de discriminaci贸n, racismo y abuso porque un gran porcentaje de ellas son mujeres afrodescendientes, ind铆genas, rurales y/o migrantes.
Trabajando durante la pandemia
El Coronavirus ha agravado la situaci贸n de las trabajadoras dom茅sticas. La OIT informa que el 70,4% est谩n afectadas “por las medidas de cuarentena, la limitaci贸n de la actividad econ贸mica, el desempleo, la reducci贸n de las horas trabajadas o la p茅rdida de salarios”.
Entre las que pudieron conservar sus empleos, miles fueron obligadas por sus empleadores a instalarse en los lugares de trabajo para reducir el riesgo de contagio; muchas tuvieron que incrementar la cantidad de horas de trabajo sin necesariamente recibir mayor paga porque sus empleadores.
Algunos pa铆ses han implementado medidas para mitigar los efectos negativos de la pandemia sobre este grupo de personas. Por ejemplo, Argentina estableci贸 que las trabajadoras dom茅sticas deben gozar de licencias pagadas durante la cuarentena, tambi茅n las incluy贸 como beneficiarias del Ingreso Familiar de Emergencia.
Otros pa铆ses han puesto en marcha campa帽as de sensibilizaci贸n dirigidos a los empleadores, y material de informaci贸n para que las trabajadoras conozcan sus derechos en estos momentos de crisis. No obstante, seg煤n una encuesta realizada por la Federaci贸n Internacional de Trabajadoras del Hogar a m谩s de 2.600 trabajadoras en 14 pa铆ses de Am茅rica Latina, la mitad fue despedida o suspendida sin sueldo y solo el 14 % se encuentra en cuarentena remunerada.
En los 煤ltimos a帽os, algunos pa铆ses de ALC han avanzado en esta materia ratificando el Convenio 189 de la OIT sobre trabajadoras y trabajadores dom茅sticos y poniendo en marcha normativas para equiparar sus derechos y combatir la discriminaci贸n. Sin embargo, la pandemia ha puesto de manifiesto que estas regulaciones quedan en papel.
Algunas iniciativas que el BID est谩n apoyando: Con la plataforma digital Zolvers en Argentina, que ofrece el servicio de registro para los empleadores e inclusi贸n financiera para las trabajadoras.
La Ley de Trabajo Dom茅stico, el gobierno de Uruguay realiza peri贸dicamente visitas y operativos en los hogares, as铆 como campa帽as de informaci贸n, lo que ha permitido incrementar el porcentaje de formalizaci贸n y afiliaci贸n al sistema de pensiones (de 30% en 2004 a 70% en 2019).
Las Iniciativas de Paridad de G茅nero de Panam谩 y Costa Rica, apoyadas adem谩s por el Foro Econ贸mico Mundial, han revisado sus planes de acciones para incorporar medidas que fortalezcan las condiciones de las trabajadoras dom茅sticas.
La OIT provee asistencia t茅cnica a los pa铆ses para realizar cambios y revisiones normativas en pro de estas trabajadoras. Sin embargo, es indispensable que los empleadores tambi茅n asuman una responsabilidad y un rol clave que desempe帽ar para asegurar su bienestar.
Preguntas para el lector: ¿Est谩s familiarizado con las leyes que protegen a estas trabajadoras en tu pa铆s? ¿Conoces sus derechos?