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La estrategia de vacunaci贸n racista y apresurada de Trump solo busca votos, no una cura

 OPINI脫N deAmy Goodman y Denis Moynihan

La humanidad se enfrenta a la peor pandemia en un siglo y se ve obligada a participar en una carrera colectiva sin precedentes por encontrar una cura. Bajo la articulaci贸n de la Organizaci贸n Mundial de la Salud, el desarrollo de vacunas avanza sustentado en una vasta colaboraci贸n global. Sin embargo, Estados Unidos est谩 notablemente ausente. En este pa铆s, el presidente Donald Trump tiene la intenci贸n de lanzar una vacuna antes de las elecciones presidenciales de noviembre, colocando su ansia de poder por encima de las urgentes demandas de la salud p煤blica. Millones de estadounidenses podr铆an resultar perjudicados si Trump fuerza el lanzamiento de una vacuna antes de que se demuestre que es segura y eficaz.


El contagio del coronavirus afecta de manera desproporcionada a las comunidades afroestadounidenses, latinas e ind铆genas, exponiendo las desigualdades de larga data y el racismo sist茅mico en el sistema de salud del pa铆s. A pesar de esto, las comunidades de color en Estados Unidos han estado subrepresentadas en los ensayos cl铆nicos de posibles vacunas contra la COVID-19.


Siglos de trato abusivo a manos de investigadores m茅dicos han dejado a las personas de color, con raz贸n, esc茅pticas respecto al proceso experimental. Todo el mundo quiere una cura para la COVID-19 y volver de a poco a la vida tal como la conoc铆amos. Pero el camino a seguir debe ser inclusivo, 茅tico e inequ铆vocamente libre del racismo y la violencia pol铆tica de Donald Trump.


El abuso m谩s notorio hacia los afroestadounidenses a manos del sistema m茅dico fue el llamado “Experimento Tuskegee sobre s铆filis”. En 1932, el Servicio de Salud P煤blica de Estados Unidos reclut贸 a cuatrocientos hombres afroestadounidenses con s铆filis para estudiar c贸mo era la progresi贸n de la enfermedad cuando se dejaba sin tratamiento. Los sujetos reclutados recibieron placebos sin utilidad para tratar la enfermedad y fueron analizados durante d茅cadas a medida que empeoraban sus s铆ntomas, a pesar de que la penicilina fue identificada como un tratamiento confiable en 1945. La s铆filis puede causar desfiguraci贸n, demencia, ceguera, dolor cr贸nico extremo y la muerte. Las reiteradas preocupaciones esgrimidas en relaci贸n con el nada 茅tico estudio fueron ignoradas, hasta que cuarenta a帽os despu茅s de su inicio, en 1972, un investigador m茅dico filtr贸 detalles del experimento a la prensa y se logr贸 finalmente su clausura.


En una entrevista para Democracy Now!, Harriet Washington, autora del libro Medical Apartheid: The Dark History of Medical Experimentation on Black Americans from Colonial Times to the Present (Apartheid m茅dico: la oscura historia de la experimentaci贸n con negros estadounidenses de la 茅poca de la colonia al presente), expres贸: “Es importante entender que hab铆a una actitud cient铆fica sesgada, a la que podemos llamar 'racismo cient铆fico'. Esta [teor铆a] postulaba que los negros eran muy, muy diferentes a los blancos, m茅dica y biol贸gicamente. Esto brind贸 un fundamento no solo para la instituci贸n de la esclavitud (la esclavitud probablemente no podr铆a haber persistido sin esta base m茅dica), sino tambi茅n para el uso de personas negras en la investigaci贸n”.


Harriet Washington describe en el libro el experimento de Tuskegee y sus antecedentes hist贸ricos; c贸mo los afroestadounidenses esclavizados, mientras soportaban trabajos forzados, violencia, desnutrici贸n y agotamiento, tambi茅n fueron sometidos a experimentaci贸n m茅dica. Las mujeres esclavizadas sufrieron dolorosos experimentos ginecol贸gicos a manos del Dr. J. Marion Sims, considerado el “padre de la ginecolog铆a”. La ciudad de Nueva York finalmente retir贸 una estatua de Sims del Central Park en 2018. Tras la emancipaci贸n, los afroestadounidenses siguieron vi茅ndose obligados a ser parte de estudios m茅dicos, a menudo siendo forzados a participar mientras estaban encarcelados.


La desconfianza hacia las investigaciones m茅dicas creci贸 en la comunidad afroestadounidense despu茅s de que se revelara que una l铆nea celular utilizada durante d茅cadas en todo el mundo para la investigaci贸n, las llamadas c茅lulas HeLa, en realidad se tomaron de una paciente afroestadounidense con c谩ncer llamada Henrietta Lacks, sin conocimiento de ella ni de su familia.


Los afroestadounidenses tienen al menos 2,4 veces m谩s probabilidades que los blancos de morir por COVID-19 y representan al menos el 21% de las muertes por COVID en Estados Unidos. Sin embargo, constituyen solamente el 13% de la poblaci贸n estadounidense, seg煤n un estudio de la organizaci贸n The Covid Tracking Project. Latinos, ind铆genas estadounidenses e ind铆genas de Alaska tienen 1,5 veces m谩s probabilidades de morir a causa de la enfermedad que los blancos. En una edici贸n reciente de la revista m茅dica New England Journal of Medicine, un grupo de investigadores escribi贸: “Mientras nos esforzamos por superar las causas sociales y estructurales de las disparidades en la atenci贸n m茅dica, debemos reconocer la subrepresentaci贸n de las minor铆as 茅tnicas en los ensayos cl铆nicos de COVID-19”.


El presidente Trump ha manejado manifiestamente mal la respuesta federal a la pandemia y ha mentido al respecto. Las conversaciones grabadas entre el periodista Bob Woodward y el presidente revelan que Trump hab铆a sido informado sobre la gravedad de la pandemia ya para el 7 de febrero, pero decidi贸 restarle importancia a la crisis en declaraciones p煤blicas. En su lugar, realiz贸 incontables m铆tines para su campa帽a de reelecci贸n en todo el pa铆s y no declar贸 la emergencia nacional hasta el 13 de marzo. Investigadores de la Universidad de Columbia informaron en mayo que m谩s del 80% de las muertes y contagios de COVID-19 en Estados Unidos podr铆an haberse evitado si el distanciamiento social y otras medidas de control se hubieran implementado solo dos semanas antes.


En medio de una pandemia hist贸rica, una gran recesi贸n que devasta a la clase trabajadora mientras aumenta la riqueza de la clase inversora, con movilizaciones masivas sin precedentes contra el racismo y la brutalidad policial, m谩s unas elecciones cr铆ticas a menos de dos meses de distancia, lo 煤ltimo que necesitamos es un aspirante a aut贸crata como Donald Trump pervirtiendo el esfuerzo mundial para crear una vacuna contra la COVID-19. La investigaci贸n debe tener solidez cient铆fica, debe ser transparente e inclusiva. Toda vacuna as铆 desarrollada debe distribuirse de manera equitativa en todo el mundo y de forma gratuita.





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