Advierte de que el derecho de asilo está bajo ataque en las fronteras de Europa
Zapatos, una pelota y un gorro atrapados en la valla de alambre en el centro de recepción e identificación de Fylakio, cerca de la frontera greco-turca © ACNUR/Achilleas Zavallis
Ante el alarmante incremento de la frecuencia de las expulsiones y devoluciones de personas refugiadas y solicitantes de asilo en las fronteras marítimas y terrestres de Europa, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, hace un llamamiento a los Estados para que detengan e investiguen estas prácticas.
“ACNUR ha recibido un flujo continuo de informes según los cuales algunos Estados europeos están restringiendo el acceso al asilo, devolviendo a personas después de haber alcanzado su territorio o sus aguas territoriales y empleando violencia contra ellas en las fronteras”, afirmó Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR.
“Las devoluciones se llevan a cabo de manera violenta y aparentemente sistemática. Las embarcaciones que transportan a personas refugiadas son remolcadas hacia los puntos de origen. Una vez que alcanzan tierra firme, las personas son reunidas y nuevamente empujadas a hacer la travesía por mar. Muchas personas han denunciado casos de violencia y abusos por parte de las autoridades”.
Las personas que llegan por tierra son también objeto de detenciones informales y son devueltas a la fuerza a países limítrofes sin la menor consideración de sus necesidades de protección internacional.
La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, la Convención Europea de Derechos Humanos y el derecho de la Unión Europea requieren que los Estados protejan el derecho de las personas a solicitar asilo y a la protección contra la devolución, incluso si ingresan de manera irregular. Las autoridades no pueden denegar el acceso de manera automática ni devolver a personas sin llevar a cabo una evaluación individual de las necesidades de protección.
“El respeto a las vidas humanas y los derechos de los refugiados no es una elección, es una obligación legal y moral. Si bien los países tienen el derecho legítimo a gestionar sus fronteras conforme al derecho internacional, también tienen que respetar los derechos humanos. Las devoluciones son sencillamente ilegales”, explicó Triggs.
“El derecho a solicitar asilo es un derecho humano fundamental. La pandemia de COVID-19 no es excusa para excepciones: es posible proteger contra la pandemia al tiempo que se garantiza el acceso a procedimientos de asilo justos y expeditos”.
ACNUR ha dejado claras estas preocupaciones a los Estados europeos. La Agencia de la ONU para los Refugiados hace un llamamiento para que se investiguen de manera urgente las denuncias de violaciones y malos tratos basadas en testimonios creíbles, corroborados por organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y otras fuentes de información abierta.
“Defendemos la creación de mecanismos nacionales independientes de monitoreo para garantizar el derecho al asilo, prevenir violaciones de derechos en las fronteras y garantizar la rendición de cuentas. El Pacto Europeo también propone el monitoreo independiente e instamos a los Estados Miembros de la Unión Europea a apoyar esta medida”, comentó Triggs.
Las cifras de llegadas a la Unión Europea siguen descendiendo año tras año. El número de personas que llegó por tierra y mar en 2020 (95.000) supuso un descenso del 23% en comparación con 2019 (123.700 personas) y un 33% en comparación con 2018 (141.500 personas).
“Con tan pocas llegadas a Europa, la situación debería ser manejable. Es lamentable que la cuestión del asilo se siga politizando y usando como elemento de división a pesar de estas cifras cada vez menores”.
ACNUR reconoce que algunos Estados soportan una responsabilidad desproporcionada en la recepción de las nuevas llegadas. ACNUR hace un llamamiento a los demás Estados europeos y a la Unión Europea para que muestren su solidaridad y les brinden su apoyo.
ACNUR insta además a los países europeos a que respeten sus compromisos actuales en materia de protección de personas refugiadas y admitan a solicitantes de asilo en sus fronteras, los rescaten en el mar y permitan su desembarco y registro, y den su apoyo a nuevos solicitantes de asilo.
ACNUR está dispuesto a ayudar a los Estados a respetar estas obligaciones internacionales en materia de asilo.
Zapatos, una pelota y un gorro atrapados en la valla de alambre en el centro de recepción e identificación de Fylakio, cerca de la frontera greco-turca © ACNUR/Achilleas Zavallis
Ante el alarmante incremento de la frecuencia de las expulsiones y devoluciones de personas refugiadas y solicitantes de asilo en las fronteras marítimas y terrestres de Europa, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, hace un llamamiento a los Estados para que detengan e investiguen estas prácticas.
“ACNUR ha recibido un flujo continuo de informes según los cuales algunos Estados europeos están restringiendo el acceso al asilo, devolviendo a personas después de haber alcanzado su territorio o sus aguas territoriales y empleando violencia contra ellas en las fronteras”, afirmó Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxiliar para la Protección de ACNUR.
“Las devoluciones se llevan a cabo de manera violenta y aparentemente sistemática. Las embarcaciones que transportan a personas refugiadas son remolcadas hacia los puntos de origen. Una vez que alcanzan tierra firme, las personas son reunidas y nuevamente empujadas a hacer la travesía por mar. Muchas personas han denunciado casos de violencia y abusos por parte de las autoridades”.
Las personas que llegan por tierra son también objeto de detenciones informales y son devueltas a la fuerza a países limítrofes sin la menor consideración de sus necesidades de protección internacional.
La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, la Convención Europea de Derechos Humanos y el derecho de la Unión Europea requieren que los Estados protejan el derecho de las personas a solicitar asilo y a la protección contra la devolución, incluso si ingresan de manera irregular. Las autoridades no pueden denegar el acceso de manera automática ni devolver a personas sin llevar a cabo una evaluación individual de las necesidades de protección.
“El respeto a las vidas humanas y los derechos de los refugiados no es una elección, es una obligación legal y moral. Si bien los países tienen el derecho legítimo a gestionar sus fronteras conforme al derecho internacional, también tienen que respetar los derechos humanos. Las devoluciones son sencillamente ilegales”, explicó Triggs.
“El derecho a solicitar asilo es un derecho humano fundamental. La pandemia de COVID-19 no es excusa para excepciones: es posible proteger contra la pandemia al tiempo que se garantiza el acceso a procedimientos de asilo justos y expeditos”.
ACNUR ha dejado claras estas preocupaciones a los Estados europeos. La Agencia de la ONU para los Refugiados hace un llamamiento para que se investiguen de manera urgente las denuncias de violaciones y malos tratos basadas en testimonios creíbles, corroborados por organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y otras fuentes de información abierta.
“Defendemos la creación de mecanismos nacionales independientes de monitoreo para garantizar el derecho al asilo, prevenir violaciones de derechos en las fronteras y garantizar la rendición de cuentas. El Pacto Europeo también propone el monitoreo independiente e instamos a los Estados Miembros de la Unión Europea a apoyar esta medida”, comentó Triggs.
Las cifras de llegadas a la Unión Europea siguen descendiendo año tras año. El número de personas que llegó por tierra y mar en 2020 (95.000) supuso un descenso del 23% en comparación con 2019 (123.700 personas) y un 33% en comparación con 2018 (141.500 personas).
“Con tan pocas llegadas a Europa, la situación debería ser manejable. Es lamentable que la cuestión del asilo se siga politizando y usando como elemento de división a pesar de estas cifras cada vez menores”.
ACNUR reconoce que algunos Estados soportan una responsabilidad desproporcionada en la recepción de las nuevas llegadas. ACNUR hace un llamamiento a los demás Estados europeos y a la Unión Europea para que muestren su solidaridad y les brinden su apoyo.
ACNUR insta además a los países europeos a que respeten sus compromisos actuales en materia de protección de personas refugiadas y admitan a solicitantes de asilo en sus fronteras, los rescaten en el mar y permitan su desembarco y registro, y den su apoyo a nuevos solicitantes de asilo.
ACNUR está dispuesto a ayudar a los Estados a respetar estas obligaciones internacionales en materia de asilo.