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El debido proceso

OPINI脫N de Teodoro Renter铆a Arr贸yave

A todos los colegas con los que compart铆 las fuentes polic铆acas, exacto, cuando nos iniciamos en esta hermosa y apasionante por peligrosa profesi贸n del periodismo.

Si el ¨caso” del general Salvador Cienfuegos Zepeda se hubiera ventilado en M茅xico desde la actuaci贸n de una instituci贸n de investigaciones, en Estados Unidos fue la Administraci贸n para el Control de Drogas, DEA, por sus siglas en ingl茅s, en lugar de retirar los cargos como decidi贸 la autoridad de procuraci贸n de justicia del pa铆s vecino, la Suprema Corte de Justicia de la Naci贸n, sin ir al fondo de la cuestionada acusaci贸n, hubiera decidido la inmediata libertad del ex secretario de la Defensa Nacional, simple y llanamente porque no se respetaron dos garant铆as de todo indiciado: la presunci贸n de inocencia y el debido proceso.


En primer lugar me quiero referir a la comentocracia, a la que pertenezco; cuando fue detenido el ex alto mando militar en un aeropuerto estadounidense, precisamente cuando llegaba con su familia para disfrutar de unos d铆as de descanso, la prensa mexicana se alz贸 en armas: denunci贸 el acto que calific贸 de soberbia polic铆aca inaudita; c贸mo es posible esta injuria, c贸mo es posible que el Gobierno de la 4ta. Transformaci贸n permita esta ofensa; es una debilidad del Estado Mexicano, todas son pruebas falsas; las autoridades mexicanas no fueron avisadas de antemano, eso no se puede permitir.


Cuando el Gobierno logra el desistimiento de los cargos por parte de las autoridades judiciales estadounidenses y el regreso inmediato del exsecretario a nuestro pa铆s, y en forma precisa, despu茅s de que la Fiscal铆a General de la Rep煤blica decide no iniciar procedimiento alguno contra el general Cienfuegos en vista de que no existen elementos para consignarlo a la jurisdicci贸n correspondiente, el discurso cambia de curso.


Dicen y afirman que fue exonerado, es decir perdonado, cuando en realidad la determinaci贸n se tom贸 ante la falta de evidencias para consignarlo. Adem谩s, sin pruebas, acusan que al presidente Andr茅s Manuel L贸pez Obrador lo 煤nico que le interesa es darle m谩s poder al Ej茅rcito; que sigue, como sus antecesores, mandando en la Fiscal铆a General de la Rep煤blica; luego se lamentan: terrible, vamos a entrar en conflicto con la gran potencia, ya no va a colaborar con M茅xico en las tareas contra el narcotr谩fico, y de ah铆 todas las perlas que se quieran.


El que se haya tomado la molestia de leer el expediente, hecho p煤blico por disposici贸n del gobierno mexicano, se sorprender谩 de que el documento es un bodrio de inconsistencias, de dichos y de supuestas pl谩ticas telef贸nicas interceptadas que no aclaran nada. Todo es confusi贸n y cuestionamientos, inclusive entre los mismos actores de las conversaciones.


Para nadie en el mundo es un secreto como se las gasta la DEA para fabricar delincuentes, de esto sabemos mucho los reporteros polic铆acos de la 煤ltima generaci贸n que nos convertimos en investigadores, en muchas ocasiones resolvimos los periodistas los asuntos criminales antes que los investigadores.


Es de resaltarse que el Buro Federal de Investigaciones, el FBI, por sus siglas en ingl茅s, siempre ha denunciado estas an贸malas pr谩cticas de la DEA.


Y muy importante, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, desde siempre, y sobre todo cuando fue secretario de la Defensa Nacional, se opuso con toda firmeza a la intromisi贸n sin freno en nuestro pa铆s de la DEA, otorgada por los gobiernos panistas.


En conclusi贸n, estamos ante un asunto m谩s de vulgar venganza, y lo fundamental, ante una resoluci贸n de alta pol铆tica de soberan铆a y de incuestionable justicia.
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