Abordar los lazos entre los conflictos y la fragilidad de las sociedades “es un componente esencial de la paz y la seguridad internacional”, ha asegurado el Secretario General de la ONU este mi茅rcoles en una sesi贸n del Consejo de Seguridad dedicada al desaf铆o de mantener la paz en escenarios de gran vulnerabilidad.
“La fragilidad y el conflicto est谩n entre los mayores obst谩culos para el cumplimiento de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible”, sostuvo Ant贸nio Guterres.
Los mecanismos internacionales para gestionar los conflictos han sido estirados hasta un punto de ruptura.
A eso se a帽ade que los conflictos se han hecho m谩s complejos, ya que se producen en un contexto de mayor regionalizaci贸n, de la proliferaci贸n de grupos armados no estatales y de su vinculaci贸n a intereses criminales y terroristas. Adem谩s, duran m谩s tiempo y se hacen m谩s dif铆ciles de resolver.
Seg煤n el informe del Banco Mundial Fragilidad y Conflicto, un 20% de la poblaci贸n de Oriente Medio y del Norte de 脕frica vive pr贸xima a un conflicto de gran alcance. Como consecuencia, las necesidades humanitarias se han multiplicado, llegando a los niveles m谩s altos despu茅s de la Segunda Guerra Mundial: el n煤mero de personas en peligro de morir de inanici贸n se ha doblado.
Frente a ello, los mecanismos internacionales para gestionar los conflictos han sido “estirados hasta un punto de ruptura”, dijo Guterres, lo que hace que varios pa铆ses se encuentren en el c铆rculo vicioso en el que el conflicto alimenta la pobreza y la fragilidad institucional que a su vez hace menos resilientes a las sociedades y las posibilidades de que se logre la paz.
Para el a帽o 2030, el Banco Mundial estima que dos tercios del mundo que vive en la extrema pobreza habitar谩 en pa铆ses afectados por los conflictos.
Una situaci贸n que, seg煤n el responsable de la ONU, se ha visto exacerbada por la pandemia de COVID-19, que ha provocado que, en 2020, por primera vez en 20 a帽os, la extrema pobreza haya aumentado. Se espera que la contracci贸n econ贸mica en los pa铆ses afectados por los conflictos arroje entre 18 y 27 millones de personas a la extrema pobreza.
A ello se suma la ampliaci贸n de la brecha entre los g茅neros, al haber retrocedido d茅cadas la participaci贸n de la mujer en el mercado laboral.
Mientras, el cambio clim谩tico se cierne sobre el horizonte como una fuerza mayor de inseguridad. “No es una coincidencia que, de los 15 pa铆ses m谩s susceptibles al impacto del cambio de clima, ocho tengan una misi贸n de mantenimiento de la paz de la ONU o una misi贸n pol铆tica”, observ贸 Guterres.
Y, sin embargo, no se invierte en la paz

La Agenda 2030 reconoce que no puede haber desarrollo sostenible si no hay paz y no puede haber paz sin desarrollo sostenible.
Por un lado, se necesita una estrategia completa que construya una paz sostenible a trav茅s de inversiones econ贸micas hechas a medida para el nexo entre la paz, la ayuda humanitaria y el desarrollo, reflexion贸 Guterres. Por otro, se necesita la inclusi贸n, especialmente de la mujer, para alcanzar la paz.
Y, sin embargo, Guterres denunci贸 que ni lo uno ni lo otro.
“Durante los 煤ltimos 20 a帽os, el Consejo de Seguridad ha reconocido a trav茅s de la resoluci贸n 1325 la necesidad de aumentar la participaci贸n de la mujer en los procesos de paz. La promesa todav铆a est谩 por cumplirse”, afirm贸 Guterres, antes de a帽adir que los fondos que la comunidad internacional dedica al mantenimiento de la paz son insuficientes, motivo por el que ha solicitado en varias ocasiones que se aumenten..
El caso de 脕frica
El v铆nculo entre el conflicto y la fragilidad se hace especialmente visible en el continente africano, se帽ala el Secretario General, que explic贸 c贸mo la situaci贸n del Cuerno de 脕frica y del Sahel se ha visto exacerbada por el cambio clim谩tico, el terrorismo, el crimen organizado y la proliferaci贸n de grupos armados.
Tambi茅n en la regi贸n de los Grandes Lagos, la limitada autoridad de los Estados, la continua presencia de grupos armados y la violaci贸n de los derechos humanos, junto con el expolio de los recursos naturales y el desempleo han conducido a una gran inestabilidad.
Por ese motivo, la ONU est谩 trabajando con la Uni贸n Africana y con las comunidades econ贸micas regionales para abordar la situaci贸n.
En este sentido, Guterres dijo que su llamado a un alto el fuego mundial, que hizo al principio de la pandemia de COVID-19, “va de la mano” con las iniciativas que se est谩n llevando a cabo con la Uni贸n Africana.
En marzo del a帽o pasado, Guterres se帽al贸 que, ante el sufrimiento global que est谩 causando la pandemia de coronavirus, existe la necesidad de que se produzca una tregua de alcance mundial para todos los conflictos que asolan al planeta y que afectan desproporcionadamente a los m谩s desfavorecidos.