OPINI脫N de Ra煤l Allain (*)
En diciembre pasado (09 dic. 2020) se conmemor贸 en todo el mundo el D铆a Internacional contra la Corrupci贸n, una iniciativa impulsada por las Naciones Unidas desde hace m谩s de diecisiete a帽os. Esta fecha fue creada para generar conciencia sobre las consecuencias y magnitud de los da帽os que ocasiona este delito en la econom铆a, gobierno, empresa y sociedad en su conjunto. El a帽o pasado, el mensaje se enfoc贸 en reducir los riesgos de la mala administraci贸n y corrupci贸n durante la pandemia mundial del Covid-19, siendo el lema “Recuperaci贸n con Integridad”.
Per煤 arrastra un historial de corrupci贸n que nos clasifica como un pa铆s con niveles altos de corrupci贸n en Am茅rica Latina de acuerdo con el 脥ndice mundial de percepci贸n de la corrupci贸n (IPC) para 2019. Seg煤n este estudio, ocupamos el puesto 101 de un total de ciento ochenta (180) econom铆as. Y es que si de cifras se trata, en el 2019 se perdi贸 m谩s de 23 mil millones de soles por corrupci贸n, a trav茅s de sobrevaloraciones, pagos injustificados, entre otros seg煤n lo estimado por la Contralor铆a General de la Rep煤blica mediante un informe publicado en septiembre del 2020. Esta cifra del costo de la corrupci贸n en el Per煤 representa aproximadamente el 15% del Presupuesto P煤blico y alrededor del 3% del PBI del pa铆s.
Con ese dinero podr铆amos cubrir el presupuesto del sector Salud, triplicar la partida destinada a la Reconstrucci贸n por el Fen贸meno del Ni帽o, comprar e implementar doce (12) plantas de ox铆geno para cada distrito del Per煤 para enfrentar la pandemia del Covid-19 o repartir un bono de 718 soles a cada uno de los 32 millones de peruanos.
Los actos de corrupci贸n cometidos por funcionarios p煤blicos tienen un costo social elevad铆simo. Y quienes pagan las consecuencias son los ciudadanos, porque el saqueo de las arcas p煤blicas impide que se puedan realizar obras de infraestructura y mejora de los servicios p煤blicos de salud, educaci贸n, justicia y seguridad.
Son conocidos y vox populi los 煤ltimos esc谩ndalos de corrupci贸n, de la mano con investigaciones, acusaciones fiscales y procesos penales en marcha contra expresidentes de la Rep煤blica, gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales, incluso funcionarios p煤blicos, algunos miembros del Poder Judicial e incluso de la PNP, que son casos individuales pero que mancillan la imagen de las instituciones.
La corrupci贸n se refleja en la econom铆a y en la disminuci贸n de la calidad de vida. Las cifras de la corrupci贸n son espeluznantes. La Defensor铆a del Pueblo, en un informe denominado “Radiograf铆a de la corrupci贸n en el Per煤” (2017), revel贸 que se pierde anualmente 12 mil millones de soles, es decir alrededor de 3 mil 600 millones de d贸lares por actos de corrupci贸n.
El documento estableci贸 que cada d铆a se pierden 10 millones de d贸lares por actos de corrupci贸n en el Per煤, o su equivalente a 10% del presupuesto nacional por a帽o. S贸lo el a帽o 2019, este flagelo le cost贸 al Estado m谩s de 23 mil millones de soles, de acuerdo con estimaciones de la Contralor铆a General de la Rep煤blica. Es decir, los que pagan el costo social de la corrupci贸n son los «peruanos de a pie», los ciudadanos an贸nimos que d铆a a d铆a se esfuerzan para sacar adelante a sus hijos.
Obviamente este es dinero que se le est谩 robando al bolsillo de los propios peruanos. Seg煤n estad铆sticas del Banco Mundial, el dinero expoliado por los funcionarios delincuenciales representa cerca del 2% del Producto Bruto Interno (PBI) de cada pa铆s.
Todo este dinero, que termina en las alforjas de las organizaciones criminales, deber铆a destinarse a inversiones en materia de salud p煤blica, educaci贸n, infraestructura vial y el茅ctrica, saneamiento, becas para estudiantes, desarrollo del deporte y dem谩s aspectos que beneficien a la sociedad.
Ahora que empieza otra vez el desfile de candidatos presidenciales que ofrecen «el oro y el moro», es necesario analizar, pensar, escuchar las propuestas y ejercer nuestra ciudadan铆a de manera consciente. S贸lo as铆 podremos derrotar al fantasma de la corrupci贸n.
(*) Escritor, poeta, editor y soci贸logo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ) y director de Editorial R铆o Negro