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No siempre un final feliz

No más cuentos de hadas. No más falsas promesas. Es hora de que las niñas escriban sus propias historias.
 

© UNFPA Bangladesh/Prince Naymuzzaman


Febrero es un buen mes para floristas y joyeros; es, en cambio, un mes difícil para los defensores que trabajan para poner fin a dos rituales que marcan el fin de la infancia para niñas de todo el mundo: el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina. Adisa, de Sarajevo, muestra joyas que le reglaron sus suegros después de casarse cuando tenía 14 años. Freshta (se ha cambiado el nombre), en Afganistán, muestra el vestido que llevaba cuando su padre la obligó a casarse con un hombre de 60 años. En ese momento tenía 12 años.


© UNFPA BiH/Imrana Kapetanovic, © UNFPA Afganistán


La mutilación genital femenina y el matrimonio infantil suelen ir de la mano. En muchas comunidades, la mutilación genital femenina se considera un rito de paso que permite a las niñas contraer matrimonio. En Sierra Leona, Fatmata se negó a ser mutilada y se vio obligada a huir de su pueblo. Hoy es líder para el cambio. "Tenemos derecho a decir no, incluso si somos niñas", asevera.


© UNFPA Sierra Leone/John Sesay


"Tienen el poder de elegir".
Este día de San Valentín, las mujeres y las niñas están pidiendo una nueva visión romántica, en la que, como dice Mimah, "se hagan cargo de sus propias vidas". Mimah vive en Marawi, Filipinas, y la casaron a los 17 años. Hoy en día, en un espacio del UNFPA adecuado para las mujeres, aconseja a otras que rechacen el matrimonio infantil.


© UNFPA Philippines


Niñas como Chinara, en Tbilisi, Georgia, están siguiendo sus sueños en lugar de vivir la pesadilla que sus padres elijan para ellas: "Mi vida no está sometida a sus decisiones". Escapó del matrimonio infantil una vez a las 14 y otra vez a los 17 años, y quiere matricularse en una academia de policía y después estudiar derecho. "Prefiero tomar el tiempo necesario para dar mis propios pasos".

© UNFPA Georgia/Dina Oganova


Las madrinas de los cuentos de hadas son personajes ficticios, pero las niñas del mundo real también necesitan a alguien de su lado. Gracias a un espacio seguro administrado por el UNFPA, Fethiye, adolescente refugiada iraquí que vive en Eskehir (Turquía), pudo acceder a la educación. "Convencieron a [mi familia] de que debía ir a la escuela sin casarme". Está terminando la escuela secundaria e hizo amigas. “He recobrado la confianza en sí misma”.


© UNFPA Turquía


"Una niña no es propiedad tuya".
A los 14 años, Ana Kabi caminó más de 20 kilómetros desde su aldea en Como, Guinea-Bissau, hasta Cátio para escapar del matrimonio infantil. Encontró refugio en una iglesia evangélica apoyada por el UNFPA y ha estado allí desde entonces, aconsejando a otras niñas a que también cambien sus historias personales. A los 27 años está en noveno grado y tiene sueños de convertirse en médica y formar familia. En la imagen: Ana Kabi y Zaida Na N'fad, de 16 años, la niña más joven del refugio.


@UNFPA Guinea-Bissau/Aleke Ogbada Júnior


Las comunidades pueden y están acogiendo estos cambios y ayudando a las niñas a levantarse. En Kenya, las mujeres que solían realizar la mutilación genital femenina están abandonando la práctica y apoyando ritos de paso alternativos.

© UNFPA/Luis Tato


"Mi futuro no está en tus manos".
A veces no hay finales felices. A cambio de dinero, Zahra (se ha cambiado el nombre), en Irak, fue casada con un primo cuando tenía 13 años, y luego se convirtió en madre a los 14 años. "Terminé con marido y una criatura, pero yo misma era una criatura". Sufrió abuso doméstico y después su marido se divorció de ella y se llevó a sus tres hijos. No los ha visto en años. "El matrimonio infantil", dice, "es una violación con papeles oficiales".

Imagen cortesía de Un Ponte Per


Incluso si no son príncipes azules, de todos modos los hombres y los niños pueden salir en defensa de las niñas. Después de inscribirse en un programa de competencias para la vida, Iqbal, que entonces tenía 13 años, les rogó a sus padres que no casaran a su hermana de 15 años, en Cox’s Bazar, Bangladesh. "El matrimonio infantil", dice, "es una maldición para los niños y las niñas". Y en Egipto, el padre Mekarios está ayudando a la comunidad a abandonar la mutilación genital femenina.

© UNFPA Bangladesh/Plan International Bangladesh/Nazmul Hasan, © Luca Zordan para el UNFPA


"Una niña no te pertenece y no la puedas regalar".
Algunas niñas sueñan con su día de boda; no sueñan con casarse contra su voluntad. En colaboración con el UNFPA, Natalie B. Coleman, diseñadora con sede en Irlanda, creó un vestido de boda que representa el sistema reproductivo femenino, acentuado con pétalos rojos que simbolizan los horrores de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. Destaca "la urgencia de promover el derecho de las mujeres y las niñas a decidir sobre sus propios cuerpos", explica.

© Fotógrafo: Mario Bertieri; Cuarto oscuro: Moderne; Estilista de laboratorio: Aisling Farinella


"No es tuya para negarle la educación".
La preocupación por estas cuestiones está aumentando. En todo el mundo, más de 200 millones de niñas y mujeres han sufrido la mutilación genital femenina, y 1 de cada 5 niñas está casada para cuando cumple los 18 años. Bindu, en Nepal, se casó a los 17 años. Hoy, es funcionaria electa y presenta fuerte oposición al matrimonio infantil.

© UNFPA Nepal/Santosh Chhetri


La COVID-19 está empeorando las cosas. Cerca de 11 millones de niñas corren alto riesgo de no volver nunca a la escuela, lo que aumenta su vulnerabilidad a ambas prácticas nocivas. Los programas conjuntos del UNFPA y el UNICEF para eliminar la mutilación genital femenina y poner fin al matrimonio infantil están pidiendo a los dirigentes que protejan y empoderen urgentemente a las niñas. En la imagen: una herramienta para realizar la mutilación genital femenina en Kenya. Artículos de dote para un matrimonio infantil en Nepal. Maquillaje de una niña casada en Afganistán.


Herramienta de corte © UNFPA/Luis Tato; Artículos de dote © UNFPA Nepal/Santosh Chhetri; Maquillaje © UNFPA Afganistán


No obstante, hay razones para esperar que estas prácticas nocivas pasen de haber ocurrido "alguna vez" a no ocurrir "nunca más". En todo el mundo, las niñas están exigiendo sus propios finales felices: finales los que puedan crecer, obtener una educación y elegir su propio futuro. En la imagen: en Sarajevo, dos antiguas niñas casadas, que dicen que quieren algo mejor para sus hijas. Niñas en la República Dominicana, donde acaba de prohibirse el matrimonio infantil.

© UNFPA BiH/Imrana Kapetanovic, © UNFPA República Dominicana/Dania Batista




UNFPA - United Nations Population Fund




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