OPINI脫N de Atilio A. Boron
Decepcionado con el “modelo chileno” del cual fue un obstinado propagandista durante m谩s de treinta a帽os el novelista hispano-peruano acaba de publicar el pasado domingo un art铆culo que completa el proceso de descomposici贸n moral de su pensamiento pol铆tico. Hu茅rfano de referentes ejemplares a los cuales se帽alar en la regi贸n, en su desgraciada intervenci贸n no se le ocurre nada mejor que exaltar a los narcogobernantes colombianos 脕lvaro Uribe e Iv谩n Duque como ejemplos que los dem谩s pa铆ses de Latinoam茅rica deber铆an emular.
Las afirmaciones que desgrana en ese art铆culo son una mescolanza de mentiras y disparates que exceden a las que ya nos tiene acostumbrados. Es m谩s, un fiscal celoso podr铆a llegar a considerarlas como apolog铆a del delito, dado que el narcotr谩fico est谩 as铆 tipificado en casi todos los pa铆ses. Se nota que los a帽os no pasan en vano y las tendencias al desvar铆o del escritor se tornan incontrolables, especialmente cuando voltea su mirada sobre Venezuela y sus adyacencias. Digo esto porque lo que origina su nota del domingo fue la promesa de Iv谩n Duque de regularizar la situaci贸n de los inmigrantes venezolanos radicados en Colombia.
Esta iniciativa merece ser aplaudida, y ojal谩 que se convierta en realidad. Pese a una incertidumbre que llama a la cautela, el s贸lo anuncio de Duque desat贸 la desbocada respuesta del peruano que escribi贸 nada menos que “ning煤n otro (pa铆s) ha sido m谩s libre, civil y democr谩tico en ese mismo per铆odo” que Colombia. Se refiere a la etapa inaugurada con el Bogotazo, en 1948, y que llega hasta la actualidad. Con la furia y la ceguera propia de los conversos asegura que mientras las guerrillas mataban, secuestraban y perpetraban toda clase de atentados terroristas “la Colombia ‘civilizada’ (茅nfasis en el original) ten铆a una vida pol铆tica democr谩tica, con libertad de prensa y elecciones limpias, salvo el peque帽o per铆odo de la dictadura militar de Rojas Pinilla, entre 1953 y 1957.” La consecuencia de un clima pol铆tico y social tan favorable, acota Vargas Llosa, no fue otra que facilitar las actividades del empresariado colombiano, que “ha hecho progresar al pa铆s a unos niveles que envidia el resto de Am茅rica Latina.” Al otorg谩rsele al casi mill贸n de migrantes venezolanos sus documentos de identidad podr谩n “acceder a puestos de trabajo, as铆 como a la seguridad social y a la educaci贸n en las instituciones colombianas.” Esto ser谩 posible debido a que supuestamente la poblaci贸n local no da abasto para satisfacer la demanda de mano de obra que existe en Colombia y que los que no consiguen trabajo saben que su bienestar est谩 asegurado por la amplia cobertura de la seguridad social existente en el pa铆s y la extensi贸n de su sistema de educaci贸n gratuita en todos los niveles. Sin embargo, los datos de la realidad no avalan las demenciales ocurrencias del autor de La Casa Verde. En efecto, seg煤n datos oficiales la tasa de desempleo nacional entre septiembre y noviembre de 2020 fue de 14,6 por ciento, aumentando 4,8 puntos porcentuales respecto del mismo trimestre del a帽o 2019. Dif铆cil que bajo estas condiciones los migrantes venezolanos encuentren el para铆so laboral que les promete Vargas Llosa. Por otra parte, la seguridad social es una planta ex贸tica en Colombia que s贸lo una minor铆a puede disfrutar, y la educaci贸n p煤blica, sobre todo la universitaria, est谩 fuera del alcance de las grandes mayor铆as nacionales. De hecho, la mayor铆a del alumnado universitario est谩 matriculado en instituciones privadas y las universidades p煤blicas no son gratuitas, aunque los aranceles var铆an seg煤n los casos y la condici贸n social del alumno.
Al elogiar la actitud de Duque hacia los migrantes el novelista destila su ponzo帽a en contra de quien por largos a帽os fuera su 铆dolo, Sebasti谩n Pi帽era, y resalta la diferencia entre la actitud del presidente colombiano y “la del Gobierno de Chile que acaba de expulsar a muchos venezolanos.” Nadie puede asegurar que la promesa de Duque de regularizar la situaci贸n de los migrantes venezolanos ser谩 concretada. Pero Vargas Llosa tiene una memoria selectiva y soslaya mencionar un ejemplo notable que no puede ignorar: la legalizaci贸n de la situaci贸n de unos cuatro millones de residentes invisibilizados en Venezuela, buena parte de los cuales eran colombianos. Esas personas carec铆an de documentos de identidad, viv铆an en los cerros en calles sin nombres y ranchitos sin n煤mero y que gracias a Hugo Ch谩vez se convirtieron en ciudadanas y ciudadanos de Venezuela. Ese masivo proceso se llam贸 la “cedulaci贸n”, y luego fue completado con un gigantesco programa de construcci贸n de viviendas populares, la extensi贸n de los servicios de salud por todo el pa铆s (Programa Barrio Adentro) y un enorme impulso a la educaci贸n. Ninguna de estas tres cosas figura en la agenda de Iv谩n Duque. Mentiroso impenitente, Vargas Llosa oculta lo que conoce porque el objetivo de sus notas de opini贸n no es esclarecer e informar al p煤blico sino mentir, difamar a las personas y procesos que repudia y apoyar a sus “amiguetes” conservadores en la regi贸n o fuera de ella. O, para usar el lenguaje que 茅l tambi茅n usa, aupar a sus “hijos putativos” en Latinoam茅rica, que son m谩s de los que quisi茅ramos. S贸lo que ahora est谩n en decadencia. Por eso exhorta a los gobernantes del Grupo de Lima para que imiten a Duque, que hagan lo que 茅ste dice que quiere hacer: “legalizar la presencia de las decenas de miles (o millones) de venezolanos que han llegado a sus playas … esos exiliados podr铆an encontrar trabajo legal, acudir a la sanidad y sus hijos acceder a la escuela p煤blica, que ahora les est谩 vedada.”
¿Podr铆an, de verdad? Basta una mirada superficial a los indicadores sociales de Colombia para comprobar que tal cosa es pr谩cticamente imposible porque los ya mencionados 铆ndices de desempleo en Colombia, sumado a la desocupaci贸n encubierta, y la hist贸rica desatenci贸n de la salud y la educaci贸n p煤blicas frustrar谩n sin duda las rosadas aspiraciones del novelista. Una rotunda desmentida de las pr茅dicas de Vargas Llosa lo brinda un reciente informe oficial de las Naciones Unidas, con base en cifras oficiales del gobierno colombiano en donde se asegura que hay en el pa铆s unas ocho millones de personas desplazadas de sus lugares habituales de residencia a causa de la violencia del paramilitarismo, el narcotr谩fico, la apropiaci贸n de tierras y el conflicto armado. Colombia es el pa铆s con el mayor n煤mero de desplazados del mundo; 7.816.500 personas al final del 2018, seguramente a causa de la prosperidad y democracia que tanto ha alabado el novelista. ¿Podr谩 garantizar para los migrantes venezolanos lo que ha demostrado ser incapaz de hacer con su propia ciudadan铆a?
El homenaje que 茅ste le rinde a la “Colombia civilizada” s贸lo puede caracterizarse como una alucinaci贸n, un delirio que arroja un manto de ocultamiento sobre la brutal violaci贸n de los derechos humanos en ese pa铆s. Un informe reciente de la Defensor铆a del Pueblo, un 贸rgano del estado colombiano, se帽ala que “753 l铆deres sociales fueron asesinados entre 2016 y 2020” (573 durante la gesti贸n presidencial de Duque) y que aparte “existen otras 4.281 v铆ctimas de otras formas de violencia en Colombia.” ¿脡ste es el gobierno que Vargas Llosa propone nada menos que como “modelo a imitar” en Latinoam茅rica y el Caribe? ¿Est谩 el novelista en su sano juicio? ¿Se puede llamar “democracia” o proponer como un ideal a emular un r茅gimen de represi贸n y violencia como el colombiano, que ha sembrado de fosas comunes todo el territorio y que perpetr贸, bajo Uribe, el crimen de los “falsos positivos”: humildes campesinos analfabetos y desempleados que eran reclutados por el Ej茅rcito, disfrazados luego como insurgentes de la FARC o el ELN y aniquilados a mansalva para ser presentados ante la prensa como prueba de la eficacia de la lucha antiguerrillera en Colombia, mientras sus familiares los buscaban con desesperaci贸n. ¿Es ese el modelo a imitar?
Una misi贸n del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el ACNUDH, comprob贸 que “la defensa de los derechos humanos en Colombia contin煤a siendo una actividad de alto riesgo. En 2020, se conoci贸 de 133 casos de homicidios de personas defensoras de derechos humanos.” ¿Puede un intelectual p煤blico como 茅l, tan atento a las vicisitudes que atribulan a Latinoam茅rica ignorar algo que cualquier medio de comunicaci贸n ha venido informando regularmente?
Suficiente con el tema de la violencia y la represi贸n. Examinemos por 煤ltimo los v铆nculos con el narcotr谩fico del tan admirado 脕lvaro Uribe, supuesta v铆ctima de la campa帽a de desprestigio de la omnipotente izquierda latinoamericana. Un documento del Departamento de Defensa de Estados Unidos, inicialmente elaborado en Septiembre de 1991, desclasificado en el 2004 y filtrado a la prensa poco despu茅s m谩s ten铆a por objeto lo que exhibimos a continuaci贸n:
Traducci贸n: “Este informe suministra informaci贸n sobre los narcotraficantes colombianos m谩s importantes contratados por los c谩rteles para su seguridad, transporte, distribuci贸n, colecci贸n y ejecuci贸n de operaciones de narc贸ticos en Estados Unidos y Colombia. Estos individuos son tambi茅n contratados como “sicarios” por los l铆deres de los c谩rteles para perpetrar asesinatos.”
En el n煤mero 82 de esa lista, al final de la p谩gina 10, figura 脕lvaro Uribe V茅lez, que los redactores lo caracterizan de esta manera: “Pol铆tico colombiano y senador, dedicado a la colaboraci贸n con el c谩rtel de Medell铆n a los m谩s altos niveles gubernamentales. Uribe est谩 involucrado en negocios del narcotr谩fico en Estados Unidos. Su padre fue asesinado en Colombia por su conexi贸n con los narcotraficantes. Uribe ha trabajado para el c谩rtel de Medell铆n y es un estrecho amigo personal de Pablo Escobar Gaviria. Particip贸 en la campa帽a pol铆tica de Escobar para acceder a una posici贸n de parlamentario suplente de Jorge Ortega. Uribe ha sido uno de los pol铆ticos que desde el Senado ha atacado todas las formas de un Tratado de Extradici贸n”. (p. 10 y 11)
Obviamente que a partir del descubrimiento de estos v铆nculos de Uribe con el narcotr谩fico el gobierno de Estados Unidos observ贸 con atenci贸n la progresi贸n de su carrera pol铆tica y en el momento oportuno alg煤n funcionario de la CIA estacionado en Bogot谩 se aperson贸 a 茅l y le dijo algo que imaginamos habr谩 sido m谩s o menos as铆: “¡Hellow, 脕lvaro. Bienvenido a la compa帽铆a. Ahora trabajas para nosotros! Puedes negarte si quieres, pero en tal caso terminar谩s pudri茅ndote en una c谩rcel de m谩xima seguridad por el resto de tu vida.” La lambisconer铆a de Uribe para con la Casa Blanca, y la de sus sucesores, todos c贸mplices del narco colombiano, hay que entenderla a partir de esta realidad. No s贸lo porque son oligarcas y reaccionarios. Es gente que carga con un tremendo prontuario sobre sus hombros y deben obedecer sin chistar lo que ordena el gobierno de Estados Unidos. Si 茅ste les dice que ataquen a Ch谩vez o a Maduro lo hacen; si les pide que organicen un concierto/invasi贸n a Venezuela desde C煤cuta lo hacen; si les ordenan que sus tropas penetren en territorio ecuatoriano en Sucumb铆os y arrasen con un campamento guerrillero lo hacen; si les piden destruyan a la UNASUR acatan la orden sin chistar. No tienen opci贸n, porque saben que est谩n en “libertad condicional” que el amo del Norte puede interrumpir en cualquier momento y encerrarlos en un calabozo por el resto de sus d铆as. Narcogobernantes con tales prontuarios son presas f谩ciles de cualquier extorsi贸n que decida la Casa Blanca.
¿S贸lo Uribe? No. En marzo del a帽o pasado la Agencia EFE informaba sobre “la tormenta que empez贸 a formarse sobre el presidente colombiano, Iv谩n Duque, y su mentor, el senador 脕lvaro Uribe, por una supuesta compra de votos en 2018 con la ayuda de un presunto testaferro de narcotraficantes”, Jos茅 Guillermo Hern谩ndez, alias el “脩e帽e”. Y el diario en el que Vargas Llosa publica sus brulotes, El Pa铆s, informaba en su edici贸n del 11 de marzo del 2020 que “el narcotraficante y testaferro, fue asesinado en mayo de 2019 en Brasil y el propio expresidente y actual senador 脕lvaro Uribe manifest贸 en un trino que ‘causa mucho dolor el asesinato de Jos茅 Guillermo Hern谩ndez, asesinado en un atraco en Brasil donde asist铆a a una feria ganadera’. El homicidio sucedi贸 en medio de una vendetta entre narcotraficantes, seg煤n las pesquisa. … Desde hac铆a unos meses, igualmente, en redes circulaban m煤ltiples fotos del presidente Duque, senadores y altos dirigentes del partido Centro Democr谩tico, fundado por Uribe y principal plataforma del actual Gobierno, con el 脩e帽e.”
Estos delincuentes son los que Vargas Llosa, en su descomposici贸n moral, propone como modelos para Nuestra Am茅rica. Es el remate l贸gico de su defensa a ultranza del capitalismo y del neoliberalismo; de la protecci贸n de los intereses de sus compinches como el hiper corrupto rey em茅rito Juan Carlos o el mentiroso serial Jos茅 M. Aznar y gran parte de la burgues铆a espa帽ola y latinoamericana. Mentir y mentir hasta el fin, confiando en que algo quedar谩 en la conciencia de sus lectores. Se equivoca, y debe ser amargo reconocerlo; desesperante tambi茅n tener que aferrarse en medio del naufragio de sus proyectos pol铆ticos a dos bandidos como 脕lvaro Uribe e Iv谩n Duque. Como apasionado lector de sus novelas, plet贸rica de personajes queribles y admirables, siento l谩stima por aquel joven inconformista de San Marcos y la c茅lula Cahuide del Partido Comunista Peruano que el ultraja irreparable de los a帽os –por cierto no para todos- convirtieron en un b谩rbaro adalid de la derecha, incluyendo a sus m谩s desprestigiados narcogobernantes.