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El juicio a Derek Chauvin por el asesinato de George Floyd: coraje y compasi贸n de los testigos, de un lado; crueldad policial, del otro

OPINI脫N de Amy Goodman y Denis Moynihan

Nueve minutos y 29 segundos. Ese es el tiempo que Derek Chauvin, el ex oficial de polic铆a de la ciudad de Mine谩polis, quien ahora enfrenta un juicio por matar a George Floyd, mantuvo su rodilla presionada contra el cuello de Floyd el pasado D铆a de los Ca铆dos. Floyd estaba esposado, tirado boca abajo en el pavimento, sin prestar resistencia y respirando con dificultad, mientras suplicaba por su vida. Las im谩genes del incidente grabadas por una adolescente con su tel茅fono m贸vil desencadenaron protestas a lo largo y ancho del mundo en reclamo de justicia para George Floyd y por el fin de la brutalidad policial y el racismo sist茅mico. A lo largo del juicio contra Chauvin, vemos morir a George Floyd, una y otra vez, mientras se reproducen ante el jurado diferentes im谩genes del hecho registradas por tel茅fonos m贸viles, c谩maras de vigilancia y c谩maras corporales de la polic铆a.

Quienes fueron testigos presenciales describen con sombr铆o detalle una escena de linchamiento moderno —a plena luz del d铆a— de un hombre afroestadounidense por parte de la polic铆a. Si bien los testimonios reflejan de manera contundente la violencia policial, tambi茅n exponen otra faceta de nuestra sociedad que, a pesar de las horribles circunstancias, debemos celebrar: el coraje y la compasi贸n de los transe煤ntes que presenciaron el hecho, que se arriesgaron a enfrentarse a polic铆as armados e intentaron desesperadamente salvar la vida de un extra帽o.

Una de las transe煤ntes que brind贸 su testimonio en el juicio fue Darnella Frazier: “Escuch茅 a George Floyd decir: '¡No puedo respirar! Por favor, qu铆tate de encima. ¡No puedo respirar!'”. Frazier ten铆a solo 17 a帽os de edad cuando grab贸 a los oficiales Derek Chauvin, J. Alexander Keung y Thomas Lane mientras inmovilizaban a Floyd en el suelo, y a Tou Thao mientras los cubr铆a, todos rob谩ndole a Floyd su vida.

La testigo continu贸: “Ped铆a por su mam谩. Estaba sintiendo mucho dolor. Parec铆a que sab铆a que todo hab铆a terminado para 茅l. Estaba aterrorizado. Estaba sufriendo. Se trataba de un grito de ayuda. Cuando miro a George Floyd, veo a mi pap谩, veo a mis hermanos, veo a mis primos y a mis t铆os, porque todos son negros. Tengo un padre negro, un hermano negro, amigos negros. Veo lo que le pas贸 a 茅l y s茅 que podr铆a haberle pasado a cualquiera de ellos.
En el video de Frazier, se escucha a Donald Williams, un luchador profesional de artes marciales afroestadounidense, implorar a los oficiales que dejen de presionar el cuello de Floyd.

“¡No reacciona, hermano! […] ¡Toma su pulso! Toma su pulso, Thao. Thao, toma su pulso. ¡Thao, toma su pulso, hermano!”. Conocedor de las t茅cnicas de estrangulamiento, Williams le grit贸 a Chauvin que dejara de hacer lo que se denomina “estrangulamiento de sangre”, una maniobra de restricci贸n que corta el flujo de sangre al cerebro. Williams afirm贸 que Chauvin hizo contacto visual con 茅l al escuchar el t茅rmino, lo que indica que Chauvin sab铆a lo que estaba haciendo.

El fiscal le pregunt贸 a Williams sobre la llamada al tel茅fono de emergencias que hizo despu茅s de que el cuerpo de George Floyd fuera retirado en una ambulancia: “Llam茅 a la polic铆a porque cre铆 haber sido testigo de un asesinato”.

Genevieve Hansen, una bombero blanca y t茅cnica en urgencias m茅dicas del Departamento de Bomberos de Mine谩polis, que se encontraba dando un paseo fuera de su horario laboral cuando vio a Chauvin arrodillado sobre el cuello de George Floyd, describi贸 sus intentos de intervenir:

“Me identifiqu茅 de inmediato, porque not茅 que Floyd necesitaba atenci贸n m茅dica. No tard茅 en darme cuenta de que su nivel de conciencia estaba alterado. Por mi entrenamiento sab铆a que en esos casos se necesita atenci贸n m茅dica de inmediato. Por tanto, dej茅 de concentrar mi atenci贸n en el Sr. Floyd y me enfoqu茅 en c贸mo acceder al paciente y brindarle atenci贸n m茅dica, o c贸mo instruir a los oficiales a que lo hicieran, pero los oficiales no me dejaron intervenir. Recuerdo que me ofrec铆 a indicarles lo que deb铆an hacer o les dije 'Si no tiene pulso, hay que hacerle compresiones'. Y eso tampoco se hizo”.

El fiscal Matthew Frank le pregunt贸 entonces a Hansen: “¿Eso es lo que quer铆a hacer usted?”. Hansen respondi贸 entre sollozos: “Es lo que habr铆a hecho por cualquiera. Se los supliqu茅 y estaba desesperada”.

Uno de los testimonios m谩s impactantes fue el de Charles McMillian, que ten铆a 60 a帽os en el momento del asesinato y fue uno de los primeros en detenerse cuando ocurri贸 el incidente. La polic铆a ya le hab铆a apuntado con un arma a Floyd, lo hab铆a esposado y, a pesar de las s煤plicas de Floyd porque era claustrof贸bico, lo estaban metiendo en el asiento trasero de una patrulla. En el registro de video, se escucha que McMillian le grita a Floyd: “¡No puedes ganar!”, a lo que Floyd le contesta: “¡No estoy tratando de ganar!”. Esa fue la 煤ltima conversaci贸n que tendr铆a George Floyd. Sin poder contener el llanto, McMillian expres贸: “Porque he tenido interacci贸n con la polic铆a, tengo claro que una vez que te meten las esposas, no puedes ganar”.

En conversaci贸n con Democracy Now!, Mel Reeves, editor del peri贸dico Minnesota Spokesman-Recorder, el peri贸dico de propiedad afroestadounidense m谩s antiguo del estado, expres贸: “La gente se detuvo, pero solo porque la polic铆a la detuvo”.

Volvamos al testimonio de Darnella Frazier: “He pasado noches despierta disculp谩ndome y disculp谩ndome con George Floyd por no haber hecho m谩s, por no intervenir f铆sicamente y salvarle la vida”. Cada uno de los testigos carga con el trauma de haber presenciado el asesinato de George Floyd.

Este juicio nos muestra el profundo poder de la bondad humana, en cruda yuxtaposici贸n con la crueldad demostrada por Derek Chauvin y los otros oficiales. Sin embargo, la bondad de los extra帽os no es suficiente para detener la violencia policial. Es hora de implementar leyes de aplicaci贸n efectiva y efectuar una revisi贸n radical de los procedimientos policiales. Los movimientos populares y la organizaci贸n de base son elementos clave para forzar ese cambio sist茅mico.

© 2021 Amy Goodman




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