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La guerra se libra en Buenos Aires, Harlem, el DF y Tiananmen

OPINI脫N de Sergio Ortiz
Hieren la vista y el coraz贸n las miserabilidades de la derecha argentina. Anda con sus c谩lculos electorales, cuando la pandemia es una guerra que se libra en el mundo; en San Telmo, El Z贸calo, Manaos, Harlem y Tiananmen.

La medida anunciada el 15 de abril por Alberto Fern谩ndez fue tard铆a, pero m谩s vale tarde que nunca. Dispuso para el AMBA la suspensi贸n de clases presenciales hasta el viernes 30 de abril y aument贸 la prohibici贸n de circular desde las 20 horas hasta las 06 de la ma帽ana. Durante los horarios en que la circulaci贸n est谩 permitida, las personas deben tener su permiso.

Horacio Rodr铆guez Larreta, jefe de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y aspirante a candidato presidencial en 2023, se opuso a aquellas disposiciones. Y present贸 un recurso ante la Corte Suprema para que en su distrito porte帽o las clases siguieran impert茅rritas, como si no hubieran pasado cosas graves en los 煤ltimos d铆as.

Esa expresi贸n de la derecha del PRO-Juntos por el Cambio amenazaba llevarse los m茅ritos de la reacci贸n local, especialmente en la ciudad que gobierna desde 2007. Entonces otra rama del mismo 谩rbol podrido, Patricia Bullrich, fue a poner la cara ante las c谩maras entre los caceroludos que armaban bardo frente a la residencia presidencial de Olivos.

En eso hay mucha l贸gica, il贸gica. En esa coalici贸n de derecha no distinguen cosas importantes como la salud p煤blica, de las pujas electorales. Por eso tampoco pueden dejar sus internas entre los larretistas y los macristas por posicionarse mejor en las encuestas.

Para saber si ten铆a raz贸n Fern谩ndez o Rodr铆guez Larreta hay que tener en cuenta un par de datos. Desde el lunes 12 y hasta los anuncios presidenciales del jueves, hubo un aumento pavoroso de contagios y muertes. Entre 25 y 30.000 nuevos enfermos de COVID-19 cada d铆a y entre 150 y 300 fallecidos cada 24 horas. Ese rostro a煤n m谩s criminal fue el que mostr贸 la segunda ola.

Y esos n煤meros ominosos no cayeron del cielo. Diversos especialistas, como el doctor Oscar Atienza en el programa de Rolando Gra帽a, en Am茅rica 24, explicaron que la reanudaci贸n de clases presenciales en febrero pasado hab铆a sido uno de los mayores detonantes de aquella escalada. Y no tanto por contagios dentro de las escuelas, que tambi茅n ocurren, sino fundamentalmente por la circulaci贸n de personas para ir y volver de las instituciones. Entre 13 y 17 millones de personas llevan y traen chicos de las escuelas, en muchos casos usando el transporte p煤blico.

En esas condiciones la decisi贸n del presidente fue algo tard铆a, pero justa y necesaria, como forma de contener la furia de la segunda ola. No la resolver谩 pero ayudar谩 a surfearla mejor.


Oportunismo PRO

Las crisis de la pol铆tica, la econom铆a y en este caso la pandemia del coronavirus, sacan afuera y bien visible lo mejor y lo peor de las personas y los gobiernos.

Aunque la Ciudad de Buenos Aires es el epicentro de la segunda ola seg煤n Axel Kicillof, quien habl贸 de tsunami, para el “intendente” porte帽o su quinta propia ser铆a el mejor de los mundos. Y maldice tener de vecino a Kicillof y un conurbano bonaerense que en definitiva nunca habr铆a dejado de ser “cabecita negra”, nada que ver con las se帽oras de Recoleta y N煤帽ez.

Cuando hay dificultades tan graves, las mentes m谩s capitalistas y ego铆stas quieren cortarse solos y poner distancia con los que la pasan peor. No es casual que florezcan ideas alocadas la propuesta de que Mendoza sea un pa铆s aparte. Podr铆an concebir una Argentina VIP junto con CABA, C贸rdoba, Corrientes, Entre R铆os y alguna otro pedazo de esa mitad amarilla central del territorio que algunos dibujaron como una camiseta de Boca.

Analizando las propuestas de la derecha macrista-larretista desde que comenz贸 el problema en marzo de 2020, no se puede rescatar ninguna, partiendo de la base negativa de que hab铆an degradado el ministerio de Salud.

No vieron la gravedad del virus, por dependencia ideol贸gica con Trump y Bolsonaro. No quisieron la cuarentena ni sus reanudaciones como ASPO. No apoyaron al gobierno en salir al mundo a contratar vacunas con Rusia y China. El macrismo no disimul贸 su preferencia por Pfizer, a煤n con sus imposiciones y cl谩usulas indignas para el Estado; esta semana el macrista Cristian Ritondo reiter贸 en el programa de Romina Manguel que se debi贸 aceptar ese mal trato del laboratorio yanqui.

Era obvio que esa derecha no iba a acompa帽ar las medidas restrictivas anunciadas por AF. Lo notable fue su falta total de argumentos. “Los chicos necesitan estar en la escuela”, se lamentaban, demag贸gicamente, los mismos que por boca de Macri hab铆an hablado del problema de “quienes hab铆an ca铆do en la escuela p煤blica”. La mayor铆a de estos ca铆dos no llegar铆an a la universidad, pontific贸 Mar铆a E. Vidal, que ahora vuelve a la lid pol铆tica con carita de buena.

Entre los pocos caceroleros de Olivos, Belgrano y N煤帽ez no todos son imb茅ciles ni oligarcas. Habr铆a ah铆 algunos due帽os de bares y restaurantes, de gimnasios y transportes escolares, preocupados por sus ingresos. Pero una lecci贸n de jard铆n de infantes en la pol铆tica argentina ya clarific贸 que con el PRO-Juntos por el Cambio no habr谩 soluci贸n a esos dramas. El GPS nos dice: “abandone ya esa ruta que conduce a Macri, gire a la izquierda y reclame soluciones urgentes al Frente de Todos”. Lo dice con tono bien argento, no de la gallega que nos gu铆a al manejar.


Crisis civilizatoria

El martes 13, confirmando que es d铆a de yetas, los ministros Carla Vizzotti y Nicol谩s Trotta, con ministros provinciales, analizaban con preocupaci贸n la segunda ola. Sin embargo no llegaron a proponer el corte de clases presenciales; antes bien, Trotta, fiel a sus coincidencias con el gobierno de CABA, asegur贸 que las escuelas seguir铆an en esa modalidad.

Se habr谩 querido morir cuando al d铆a siguiente Kicillof presion贸 para medidas restrictivas y, sobre todo, cuando el jueves el presidente lo anunci贸 al pa铆s.

Por eso dec铆a antes que lo dispuesto por AF fue tard铆o y light, contradictorio con lo que 茅l y sus ministros, no s贸lo Trotta, ven铆an sosteniendo. Bienvenido el giro, pero el presidente ha quedado en evidente minor铆a dentro del espectro de gobernadores. Si el problema s贸lo fuera la CABA no ser铆a tan grave, pero los mandatarios de C贸rdoba, Santa Fe y otras provincias gobernadas por el peronismo se hicieron los otarios. Lo dejaron solito a Alberto, en especial esa fue la conducta de Juan Schiaretti y Omar Perotti. S贸lo Catamarca y La Rioja acompa帽aron.

No se puede cargar s贸lo las cr铆ticas sobre el PRO porte帽o; hay una pol铆tica err贸nea del campo propio, peronista, porque esos l铆deres del PJ no quieren medidas restrictivas ante el apremio de sectores de sus poblaciones (sus votantes), afectados por el parate circulatorio y econ贸mico. El 90 por ciento de influencia en su pol铆tica de seguir todos abiertos pese al virus, viene de su sociedad con grupos econ贸micos concentrados. 脡stos les reclaman poner por sobre todo los balance de sus empresas, bancos, campos, comercios, etc, que no son precisamente Pymes.

Para atender a los sectores sociales afectados se hace muy urgente una mayor ayuda del Estado. En este tema el gobierno nacional viene mal, porque no contempl贸 en el Presupuesto 2021 ni IFE ni ATP, con tal de negociar amigablemente con el Fondo, y/o en la creencia de que no habr铆a segunda ola.

Los anuncios de que habr谩 un bono extra por 煤nica vez de 15.000 pesos para beneficiarios de AUH y embarazos, pero s贸lo del AMBA; y el programa Repro para pagar 9.000 pesos de sueldos a personal de distintas ramas afectadas, no afectadas y de Salud, son bienvenidos pero insuficientes.

No alcanzan para nada, en un contexto altamente inflacionario, donde los precios aumentaron 4,8 en marzo y 13 por ciento en el primer trimestre. El gobierno, en particular el ministro Mart铆n Guzm谩n, no tiene un buen diagn贸stico. En vez de enjuiciar a la UIA y los grupos concentrados, culpables, coinciden con 茅stos en desviar el problema a cuestiones “macroecon贸micas”, responsabilidad del Estado.

Algunos polit贸logos acu帽aron la expresi贸n de “crisis civilizatoria” sobre lo que viv铆a el mundo en los 煤ltimos a帽os. Luce apropiada para denominar a la actual, sanitaria, econ贸mica, pol铆tica y cultural. La guerra mundial contra el COVID-19 debemos entenderla en forma global. Debe importarnos lo que ocurra en una escuela de San Telmo, un barrio del Harlem, otro de Par铆s, una plaza de Berl铆n, una comunidad mapuche de la Patagonia, una esquina de Wuhan, etc. En suma, el mundo. El nacionalismo estrecho es el mejor aliado del coronavirus. Hay que cultivar un sentido internacionalista popular, no propio de Wall Street ni fondomonetarista.

Una nota de Juli谩n Varsavsky en P谩gina/12 (El arma oculta del Lejano Oriente contra la Covid) sostiene que “La clave es la ra铆z confuciana de esas sociedades” para luchar en forma solidaria contra el virus, a diferencia del individualismo de nuestras sociedades. De acuerdo. Donde se equivoca el autor es despolitizar la cuesti贸n y en descalificar a China. Textual: “aquellas son sociedades capitalistas -China m谩s que ninguna-”. Falso, China es socialista, un rasgo central de su victoria sobre el COVID-19. Lo tuyo no es confucionismo, Varsavsky, es confusionismo. Con “s”.





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