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La pena de muerte en 2020: Datos y cifras


Egipto triplicó la cifra de ejecuciones anuales
China utilizó la pena de muerte para castigar delitos relacionados con las medidas de prevención de la COVID-19
El anterior gobierno estadounidense ejecutó a la asombrosa cifra de 10 personas en menos de seis meses en 2020
Por tercer año consecutivo, se registraron las cifras más bajas de ejecuciones en un decenio
Los desafíos sin precedentes planteados por la pandemia de COVID-19 no bastaron para disuadir a 18 países de llevar a cabo ejecuciones en 2020. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy en su examen anual de la pena de muerte en el mundo. Aunque hubo una tendencia general hacia la disminución, algunos países mantuvieron o incluso aumentaron el número de ejecuciones llevadas a cabo, lo que indica un escalofriante desprecio por la vida humana en un momento en el que la atención mundial se centraba en proteger a la gente de un virus mortal.

Entre los países que llevaron a cabo ejecuciones en 2020 se encontraba Egipto, que triplicó su cifra anual de ejecuciones respecto al año anterior, y se encontraba también China, que anunció que se castigarían los actos delictivos que afectaran a las medidas de prevención de la COVID-19, lo que dio lugar a que al menos un hombre fuera condenado a muerte y ejecutado. Mientras tanto, el gobierno de Trump reanudó las ejecuciones federales después de un paréntesis de 17 años, con la escalofriante cifra de 10 ejecuciones en menos de seis meses. India, Omán, Qatar y Taiwán también reanudaron las ejecuciones.

“Mientras el mundo se centraba en encontrar maneras de proteger vidas frente a la COVID-19, varios gobiernos mostraron una inquietante determinación de recurrir a la pena capital y ejecutar a personas a toda costa”, declaró Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

“La pena de muerte es un castigo abominable, y llevar a cabo ejecuciones en medio de una pandemia subraya aún más su crueldad inherente. La lucha contra una ejecución es difícil en los mejores momentos, pero la pandemia provocó que muchas personas condenadas a muerte no pudieran acceder a asistencia letrada en persona, y muchas de las que querían brindar apoyo tuvieron que exponerse a riesgos considerables —y, sin embargo, absolutamente evitables— para la salud. El uso de la pena de muerte en estas condiciones es una agresión especialmente atroz contra los derechos humanos”.

Las restricciones relacionadas con la COVID-19 tuvieron preocupantes repercusiones en el acceso a asistencia letrada y en el derecho a un juicio justo en varios países, entre ellos Estados Unidos, donde abogados y abogadas de la defensa dijeron que no habían podido realizar trabajo fundamental de investigación o reunirse en persona con sus clientes. 

Los cinco países que más ejecuciones llevaron a cabo 

China clasifica todas sus ejecuciones y condenas a muerte como secreto de Estado e impide el escrutinio independiente. Por tanto, las cifras de que dispone Amnistía Internacional sobre todas las ejecuciones de las que se ha tenido noticia no incluyen las llevadas a cabo en China. Sin embargo, se cree que China ejecuta a miles de personas cada año, lo que convierte una vez más a este país en el verdugo más prolífico del año, por delante de Irán (+246), Egipto (+107), Irak (+45) y Arabia Saudí (27). Irán, Egipto, Irak y Arabia Saudí llevaron a cabo el 88% de todas las ejecuciones de que se tuvo conocimiento en 2020.

Egipto triplicó la cifra de ejecuciones anuales, y se convirtió en el tercer país que más ejecuciones llevó a cabo en 2020. Al menos 23 de las personas ejecutadas habían sido condenadas a muerte en relación con casos de violencia política tras juicios manifiestamente injustos, empañados por “confesiones” forzadas y otras violaciones graves de derechos humanos, como tortura y desaparición forzada. Se observó un repunte de las ejecuciones en octubre y noviembre, cuando las autoridades egipcias ejecutaron al menos a 57 personas (53 hombres y 4 mujeres).

Aunque las ejecuciones registradas en Irán siguieron estando por debajo de las de años anteriores, el país utilizó cada vez más la pena de muerte como arma de represión política contra disidentes, manifestantes y miembros de grupos étnicos minoritarios, lo cual contravenía el derecho internacional.

Muchos países de la región de Asia y Oceanía siguieron violando el derecho y las normas internacionales que prohíben el uso de la pena de muerte para delitos que no implican el homicidio intencional. Pese a ello, se impuso la pena de muerte para delitos de drogas en China, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam, por corrupción en China y Vietnam, y por blasfemia en Pakistán. En Bangladesh y Pakistán se impusieron condenas a muerte en tribunales establecidos mediante legislación especial y que normalmente utilizaban procedimientos diferentes de los empleados por los tribunales ordinarios. En Maldivas seguían condenadas a muerte cinco personas que tenían menos de 18 años en el momento de cometerse el delito.

Estados Unidos fue el único país de las Américas donde hubo ejecuciones en 2020. En julio, el gobierno de Trump llevó a cabo la primera ejecución federal en 17 años, y cinco estados ejecutaron a un total de siete personas.

Las ejecuciones alcanzan su cifra más baja en un decenio

En el mundo, se supo que al menos 483 personas habían sido ejecutadas en 2020 (sin contar a los países que clasifican los datos sobre pena de muerte como secreto de Estado, o sobre los que existe información limitada: China, Corea del Norte, Siria y Vietnam). Por escalofriante que resulte esta cifra, es el número de ejecuciones más bajo registrado por Amnistía Internacional en al menos un decenio. Representa una disminución del 26% respecto a 2019, y del 70% desde el máximo de 1.634 ejecuciones alcanzado en 2015.

Según el informe, la disminución del número de ejecuciones se debió a una reducción en algunos estados retencionistas y, en menor medida, en algunas interrupciones de las ejecuciones producidas como respuesta a la pandemia.

Las ejecuciones registradas en Arabia Saudí disminuyeron un 85%, de 184 en 2019 a 27 en 2020, y se redujeron en más de la mitad en Irak, de 100 en 2019 a 45 en 2020. No se registraron ejecuciones en Bahréin, Bielorrusia, Japón, Pakistán, Singapur o Sudán, países que sí las habían llevado a cabo en 2019.

El número de condenas a muerte de las que se tuvo noticia que se habían impuesto en todo el mundo (al menos 1.477) también disminuyó un 36% respecto a 2019. Amnistía Internacional registró disminuciones en 30 de los 54 países en los que se supo que se habían impuesto condenas a muerte. Estas disminuciones parecían estar relacionadas en varios casos con retrasos y aplazamientos de los procedimientos judiciales, debidos a la respuesta a la pandemia.

Las excepciones notables fueron Indonesia, donde las condenas a muerte registradas en 2020 (117) aumentaron un 46% respecto a 2019 (80), y Zambia, que en 2020 impuso 119 condenas a muerte, 18 más que en 2019 y la cifra más alta registrada en el África subsahariana.

Es hora de abolir la pena de muerte

En 2020, Chad y el estado estadounidense de Colorado abolieron la pena de muerte, Kazajistán se comprometió a abolirla de acuerdo con el derecho internacional, y Barbados concluyó las reformas para derogar la pena de muerte preceptiva.

Hasta abril de 2021, 108 países han abolido la pena de muerte para todos los delitos y 144 la han abolido en la ley o en la práctica.

“A pesar del afán de algunos gobiernos de seguir aplicando la pena capital, la imagen general de 2020 fue positiva. Chad abolió la pena de muerte, al igual que el estado estadounidense de Colorado, y el número de ejecuciones de que se tuvo noticia siguió disminuyendo, lo que situó al mundo más cerca de relegar a los libros de historia este exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante”, ha manifestado Agnès Callamard.

“Ahora que 123 Estados —más que nunca hasta el momento— apoyan la petición de la Asamblea General de la ONU de que se dicte una moratoria de las ejecuciones, crece la presión sobre los que se mantienen al margen para que sigan el ejemplo. Virginia se convirtió recientemente en el primer estado del sur de Estados Unidos que derogó la pena de muerte, mientras que, en el ámbito federal estadounidense, hay pendientes ante el Congreso varios proyectos de ley para abolirla. A medida que avanza el camino hacia la abolición mundial de la pena de muerte, pedimos al Congreso de Estados Unidos que apoye los esfuerzos legislativos por abolir la pena capital.

Cifras globales

En 2020, Amnistía Internacional registró 483 ejecuciones repartidas en 18 países, lo que supuso un descenso del 26% respecto a las 657 ejecuciones registradas en 2019. Se trata del número más bajo de ejecuciones registradas por Amnistía Internacional durante los últimos 10 años.

La mayoría de las ejecuciones de las que se tuvo noticia se produjeron en China, Irán, Egipto, Irak y Arabia Saudí, por ese orden.

China siguió siendo el mayor ejecutor mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud del empleo de la pena de muerte en ese país, al estar clasificados los datos relacionados con ella como secreto de Estado; la cifra oficial de al menos 483 ejecuciones no incluye las miles de ejecuciones que se cree que tuvieron lugar en China.

Excluyendo a China, el 88% de todas las ejecuciones registradas tuvieron lugar en tan sólo cuatro países: Irán, Egipto, Irak y Arabia Saudí.

Amnistía Internacional tuvo constancia de que, de las 483 personas que se sabe que fueron ejecutadas en 2020, 16 eran mujeres (3%), en los siguientes países: Arabia Saudí (2), Egipto (4), Irán (9) y Omán (1).

India, Omán, Qatar y Taiwán reanudaron las ejecuciones. Amnistía Internacional no registró ejecuciones en Bielorrusia, Japón, Pakistán, Singapur y Sudán, a pesar de que sí lo hizo en 2019 y 2018, y tampoco registró ninguna en Bahréin, que llevó a cabo ejecuciones en 2019 pero no en 2018.

Egipto triplicó con creces las ejecuciones allí registradas (de al menos 32 a un mínimo de 107).

Las ejecuciones registradas en Irak se redujeron en más de la mitad (de 100 en 2019 a 45 en 2020). Arabia Saudí disminuyó su número de ejecuciones en un 85%, de 184 a 27.

Chad abolió la pena de muerte para todos los delitos en mayo. Kazajistán firmó el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte, y en diciembre tomó medidas para ratificarlo. En Estados Unidos, Colorado se convirtió en el estado abolicionista número 22. Barbados concluyó las reformas para derogar la pena de muerte preceptiva.

Al concluir 2020, 108 países (la mayoría de los países del mundo) habían abolido la pena de muerte en la ley para todos los delitos, y 144 países la habían abolido en la ley o en la práctica.

Amnistía Internacional registró conmutaciones o indultos de la pena de muerte en 33 países: Afganistán, Bangladesh, Barbados, Camerún, Corea del Sur, Estados Unidos, Ghana, Guyana, India, Indonesia, Japón, Kenia, Kuwait, Lesoto, Malasia, Marruecos y el Sáhara Occidental, Myanmar, Níger, Nigeria, Omán, Pakistán, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Singapur, Siria, Sri Lanka, Sudán, Tailandia, Tanzania, Trinidad y Tobago, Yemen, Zambia y Zimbabue.

Se registraron al menos 18 exoneraciones de personas condenadas a muerte: Camerún (3), China (1), Estados Unidos (6) Singapur (1), Taiwán (1) y Zambia (6).

Amnistía Internacional registró la imposición de 1.477 condenas a muerte en 54 países, lo que constituía una disminución del 36% respecto a las al menos 2.307 de 2019.

Al concluir 2020 se tenía constancia de al menos 28.567 personas condenadas a muerte.

Los métodos de ejecución utilizados en todo el mundo 2020 fueron los siguientes: decapitación, electrocución, ahorcamiento, inyección letal y arma de fuego.

Tres personas fueron ejecutadas en Irán por delitos que se habían cometido cuando eran menores de 18 años. Los informes indicaban que otras personas de esta categoría permanecían condenadas a muerte en Maldivas e Irán.

Se supo que se habían llevado a cabo al menos 30 ejecuciones por delitos de drogas en tres países (Arabia Saudí, China e Irán), una disminución del 75% respecto a 2019 (118).

Se tuvo constancia de la imposición de condenas a muerte tras procedimientos que habían incumplido las normas internacionales sobre juicios justos en varios países, como Arabia Saudí, Bahréin, Bangladesh, Egipto, Irak, Irán, Malasia, Pakistán, Singapur, Vietnam y Yemen.

Análisis regional

Américas

Por duodécimo año consecutivo, Estados Unidos, volvió a ser el único país de la región que llevó a cabo ejecuciones.

El número de ejecuciones registradas en 2020 (17) descendió respecto a 2019 (22). El número de condenas a muerte registradas en Estados Unidos (18) se redujo en casi la mitad respecto a las cifras de 2019 (35).

Después de 17 años, el gobierno de Trump reanudó las ejecuciones federales en Estados Unidos, y finalmente dio muerte a 10 hombres a lo largo de cinco meses y medio.

Sólo dos países de la región, Estados Unidos y Trinidad y Tobago, impusieron condenas a muerte.

Asia y Oceanía

En Asia y Oceanía, se tuvo constancia de que Bangladesh, China, Corea del Norte, India, Taiwán y Vietnam habían llevado a cabo ejecuciones en 2020.

El número de nuevas condenas a muerte registradas en 2020 (517) fue menos de la mitad que en 2019, año en que se registraron 1.227.

El número de países que impusieron condenas a muerte (16) fue parecido al de 2019 (17).

Japón, Pakistán y Singapur no comunicaron ninguna ejecución por primera vez en varios años.

Europa y Asia Central

Bielorrusia continuó imponiendo condenas a muerte, aunque no llevó a cabo ejecuciones en 2020.

Kazajistán, la Federación Rusa y Tayikistán siguieron aplicando moratorias de las ejecuciones.

Kazajistán firmó y tomó medidas para ratificar el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte.

Oriente Medio y Norte de África

Las ejecuciones registradas disminuyeron un 25% (de 579 en 2019 a 437 en 2020), y las condenas a muerte registradas disminuyeron un 11% (de 707 en 2019 a 632 en 2020).

Amnistía Internacional documentó ejecuciones en ocho países de la región: Arabia Saudí, Egipto, Irak, Irán, Omán, Qatar, Siria y Yemen.

Omán y Qatar reanudaron el uso de la pena de muerte, llevando a cabo las primeras ejecuciones conocidas en varios años.

África subsahariana

El número de ejecuciones registradas en la región se redujo un 36%, de 25 en 2019 a 16 en 2020,

Se registraron ejecuciones en tres países: Botsuana, Somalia y Sudán del Sur, uno menos que en 2019.

El número de condenas a muerte registradas descendió un 6%, de 325 en 2019 a 305 en 2020.

En 2020 se registraron condenas a muerte en 18 países, el mismo número que en 2019.

Chad se convirtió en el país número 21 del África subsahariana en abolir la pena de muerte para todos los delitos.

El número registrado de conmutaciones de condenas a muerte aumentó un 87%, de 165 en 2019 a 309 en 2020.

Amnistía Internacional





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