
Jorge Zavaleta Alegre
La globalizaci贸n ha modificado sustancialmente la naturaleza del Estado contempor谩neo con relaci贸n a la acumulaci贸n de capital y como articulador de la identidad nacional.
En este contexto la Educaci贸n superior en las universidades p煤blicas atraviesan problemas frente a una nueva hegemon铆a de las universidades como empresas privadas, crisis cada vez m谩s grave sobre todo en los pa铆ses subdesarrollados, donde el Estado es d茅bil, corrupto, con creciente econom铆a informal como el contrabando y el narcotr谩fico que ahora comercializa la droga a trav茅s de barras de oro como fuera del sistema financiero.
Investigaciones recientes confirman que la educaci贸n superior en lo que va del presente siglo ha profundizado su crisis por la reducci贸n de recursos p煤blicos y la competencia desigual con los centros acad茅micos financiados por la empresa privada, de cara al mercado.
La autonom铆a tradicional de las universidades ha sufrido una merma de recursos p煤blicos, como punto de interacci贸n entre la universidad moderna y la sociedad. Hasta la d茅cada de los setenta, la educaci贸n superior se expandi贸 de forma sostenida en el n煤mero de instituciones, en la cantidad de estudiantes y profesores y en la disponibilidad de recursos financieros.
A partir de los ochenta, el financiamiento p煤blico para la educaci贸n superior se ha reducido significativamente en casi todos los pa铆ses, confirman las estad铆sticas del Banco Mundial realizadas entre 1994, 2000.
Las nociones de la universidad como proyecto cultural e instituci贸n productora de bienes p煤blicos han pasado a un plano marginal o s贸lo discursivo. Hoy prevalece una educaci贸n superior y mercado por un esquema de universidad "emprendedora" y por un proceso creciente de privatizaci贸n de la oferta. Las universidades privadas se han multiplicado y la propaganda agresiva ha logrado un aumento artificial del alumnado que ha internalizado que no se debe prescindir de la educaci贸n superior para supervivir en la modernidad.

Es muy cierto que las universidades de investigaci贸n siempre han competido por prestigio social y acad茅mico, y adem谩s se han involucrado en actividades acad茅micas transfronterizas de mayor o menor envergadura. El mercado est谩 estructurado en dos niveles: una "super–liga" de universidades globales de investigaci贸n, que persiguen fundamentalmente prestigio y poder, m谩s que ganancias econ贸micas como tales.
Y en segundo nivel existe un grupo m谩s amplio de instituciones con menos estatus, involucradas en la exportaci贸n comercial de la educaci贸n, con un modelo de desarrollo de expansi贸n del capital privado.
Las universidades nacionales de investigaci贸n m谩s importantes fuera del mundo angloamericano, que fueron l铆deres incuestionables en sus pa铆ses, ahora est谩n ensombrecidas por las universidades Harvards, Stanford y Oxford en Gran Breta帽a.
Las primeras 100 universidades en el ranking de Jiao Tong (2005) incluye a 52 universidades de Estados Unidos, a 17 de otros pa铆ses de habla inglesa y el resto del grupo lo componen universidades de Europa occidental y Jap贸n.
El modelo normativo de esta idealizaci贸n de la universidad norteamericana de investigaci贸n es promovido y propagado por el Banco Mundial o la Organizaci贸n para la Cooperaci贸n y el Desarrollo Econ贸mico (OCDE).
The Economist (2005), refuerza el 茅xito americano en la diversificaci贸n de fuentes de ingreso en universidades semi–corporativas y la reducci贸n de la intervenci贸n gubernamental. Si todos los pa铆ses siguen las directrices de este sistema ideal norteamericano, fortalecer谩 la hegemon铆a y dominaci贸n global de Estados Unidos, en lugar de debilitarla y de alcanzar un sistema m谩s equilibrado y equitativo.
La educaci贸n superior es una instituci贸n del estado que ha sufrido transformaciones profundas en el contexto de la globalizaci贸n. Se observa un proceso de mercantilizaci贸n, la educaci贸n superior se ve alineada a las pr谩cticas y requerimientos de distintos mercados tanto en el 谩mbito nacional como en el internacional.

Las universidades p煤blicas de la periferia, que han mantenido- tradiciones diferenciadas, hoy han entrado en un proceso de conformaci贸n conflictiva en torno al modelo hegem贸nico global.
Investigaciones sociol贸gicas ratifican que los retos de las universidades latinoamericanas para el siglo XXI, deben redoblar esfuerzos con los grupos vulnerados, fomentar el desarrollo, avanzar en la integraci贸n regional y adoptar formatos de ense帽anza innovadores.
La educaci贸n superior debe ser considerada un bien social y p煤blico. Las universidades no solo tienen que estar a la vanguardia del conocimiento, la ciencia y la tecnolog铆a. Quiz谩s uno de los aspectos que menos se ha valorado es que incluso la presencia de las propias universidades p煤blicas en lugares donde nadie quiere vivir.
Hoy es importante reconocer y estimular la importancia que tienen las artes y las humanidades. Estudios de docentes latinoamericanos que han pasado por las aulas universitarias como becarios o pagando sus estudios, coinciden que es posible crear grandes profesionales, grandes investigadores, pero por encima de todo tenemos que preservar aquello que nos hace humanos. Los cr茅ditos de libre elecci贸n, son vitales para un estudiante que est谩 en una carrera fuertemente cient铆fica.
La UNESCO comenta que se ha avanzado en un consenso para el reconocimiento mutuo de titulaciones que facilitan la libre circulaci贸n de estudiantes, pero que eso no agota el problema. “La integraci贸n universitaria en la regi贸n no se puede dar de manera mec谩nica. Para que haya un verdadero proyecto en ese sentido, tiene que haber primero un proyecto de integraci贸n pol铆tica y econ贸mica”, concluye la Unesco en el encuentro “Educaci贸n y Futuro en Am茅rica Latina. Reformas, cambios e innovaciones”,
La C谩tedra UNESCO “Educaci贸n Superior y Pueblos Ind铆genas” considera la dif铆cil vida de los estudiantes de Estados Unidos con deudas de cientos de miles de d贸lares para pagar la universidad. Una reciente encuesta de la BBC concluye que la deuda estudiantil en Estados Unidos alcanz贸 los US$ 1,3 billones el a帽o 2020. Es el pa铆s en el que hay pocas universidades que brindan servicios gratuitos y donde cerca del 70% de los estudiantes recurren a pr茅stamos para pagar sus estudios.
Por ejemplo, la Universidad Cat贸lica de Am茅rica, fundada en 1887 como una instituci贸n orientada en la investigaci贸n. Hoy es una de las instituciones l铆deres en sus programas educativos de licenciatura, posgrado y doctorado en los Estados Unidos, gracias al capital intelectual y al compromiso de los docentes y sus centros de investigaci贸n, Pero entre la graduaci贸n y el sue帽o de un empleo gerencial reina un vac铆o o una quimera.
La deuda estudiantil ha crecido, y tambi茅n los intereses de los pr茅stamos privados: el tipo fijo de inter茅s est谩 actualmente en el 9,66%. A esto se a帽ade la precarizaci贸n del mercado laboral en las 煤ltimas dos d茅cadas.
Estos millones de situaciones personales han ido aflorando a la superficie de la pol铆tica; se han traducido en protestas masivas, como la del movimiento Occupy Wall Street de 2011, y han entrado en la agenda de la izquierda democr谩tica.
El antiguo precandidato presidencial y senador de los EEUU, Bernie Sanders, y la reci茅n elegida congresista Alexandria Ocasio-Cortez han propuesto recetas para perdonar la deuda estudiantil y hacer que el estado pague las matr铆culas de la gente con menos recursos.
El tama帽o de la deuda no s贸lo afecta a los bolsillos individuales. Su tama帽o, 1,5 billones de d贸lares, podr铆a afectar en al presupuesto nacional. “M谩s del 90% de los pr茅stamos estudiantiles est谩n garantizados por el Departamento de Educaci贸n de EEUU”, declar贸 a Bloomberg Paul Della Guardia, economista del Instituto de Finanzas Internacionales.
Este modelo de universidad, reproducido en las ´principales capitales de Am茅rica Latina y el Caribe ha generado graduados frustrados, porque los espacios laborales son escasos. Y en lugar de sumar su apoyo a quienes abogan por el renacimiento de la universidad p煤blica, acusan a los movimientos juveniles de promotores de la violencia, de enemigos de la democracia.