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A grandes males, grandes remedios

OPINI脫N de Sergio Ortiz


Si chocamos de frente con una crisis sanitaria, econ贸mica y pol铆tica, no se puede salir de ella con medidas tibias y superficiales. A grandes males, grandes remedios.


C贸mo ser谩 de profunda la crisis que hasta gobiernos defensores de valores capitalistas, casos de India y Sud谩frica, con acompa帽amiento de otros enrolados en ese sistema, como Argentina, ven铆an planteando desde el a帽o pasado la suspensi贸n de las patentes para fabricaci贸n de vacunas contra el COVID-19.

Pfizer, BioNTech, Johnson&Johnson, AstraZeneca, y otras, junto a los gobiernos de Estados Unidos y la Uni贸n Europea, se resistieron a esa concesi贸n por ser “lesiva” a su lucro.

La novedad fue que el presidente de EEUU, Joe Biden, y su representante ante la Organizaci贸n Mundial de Comercio, Katherine Tai, plantearon el 5 de mayo una postura diferente. Ahora dicen estar de acuerdo con liberar esas patentes mientras dure la pandemia.

El Papa Francisco, con mejores t铆tulos humanistas que el ocupante de la Casa Blanca, tambi茅n tiene esa tesitura, con la ventaja pol铆tica y moral de que lo ven铆a planteando de antes. El l铆mite severo del Vaticano es que su reclamo se funda en una cr铆tica al individualismo, cuando la ra铆z del drama es el capitalismo propiamente dicho, el imperialismo, al que el Papa argento no se atreve a mencionar por su alias y menos con nombre y apellido.

Como sea, es un avance tard铆o pero muy positivo que se abra paso esa verdad, que la salud de millones de personas, y sobre todo las m谩s vulnerables y sufrientes bajo este sistema capitalista tan b谩rbaro, no puede estar supeditada a ganancias extraordinarias de aquellas multinacionales. Ese progreso en la conciencia universal da para un cierto optimismo, en medio de tanto dolor en un mundo que llora a m谩s de 3 millones de muertos, en tanto esos laboratorios ganan miles de millones de d贸lares.

Si una t谩ctica flexible e inteligente exige tomar nota de la nueva postura de Biden sobre patentes, tambi茅n la pol铆tica y los principios demandan dejar de lado la ingenuidad y no ser aplaudidores de cualquier cosa ni de personajes como el presidente norteamericano. En Argentina hay muchos oficialistas y opositores chicaneando con que el del Sal贸n Oval ser铆a “Juan Domingo Biden”. En tiempos de Donald Trump y su supuesto nacionalismo, hubo dirigentes como Guillermo Moreno que dec铆an que el magnate era peronista y le regalar铆a los libros de Per贸n.

Se dir谩 que Moreno es un cachivache pol铆tico, lo que es cierto. Alberto Fern谩ndez, Sergio Massa, Felipe Sol谩 y Gustavo B茅liz no lo son, pero est谩n muy ilusionados en el ciclo abierto por el presidente de EE UU. Ellos creen el verso de “Juan Domingo Biden”...

La crisis demanda que Argentina sea parte de un bloque tercermundista integrado por China, Rusia, Cuba, Ir谩n, Venezuela, M茅xico, Bolivia, India, Sud谩frica y m谩s de un centenar de pa铆ses del Movimiento de Pa铆ses No Alineados. Ese es nuestro lugar en el mundo, no la franela con los imperios de Washington y la Uni贸n Europea.




Las internas

En las 煤ltimas semanas saltaron m谩s a la luz las internas del gobierno, como la detonada por el ministro de Econom铆a, Mart铆n Guzm谩n, al despedir al subsecretario de Energ铆a, Federico Basualdo. El argumento fue que el despedido era un in煤til porque no hab铆a elaborado una propuesta para aumentar las tarifas el茅ctricas en forma diferencial seg煤n los ingresos de los usuarios, para que paguen m谩s las franjas m谩s ricas y menos las poco pudientes. Con ese argumento, que suena simp谩tico, el ministro quiso echar a Basualdo, sin haberlo podido concretar pese a que hab铆a tenido el visto bueno del presidente.

Del lado de la v铆ctima se puso el gobernador de Buenos Aires, al elogiarlo como un excelente funcionario a quien tuvo a sus 贸rdenes mientras fue ministro de Econom铆a de Cristina Kirchner.

Los medios hegem贸nicos, con Clarinete a la cabeza, estuvieron de parte de Guzm谩n porque para ellos el kirchnerismo es el malo de la pel铆cula. Y porque el despido se daba en una pol茅mica sobre las tarifas el茅ctricas que seg煤n los monopolios deben aumentarse much铆simo m谩s del 9 por ciento admitido por Basualdo. Guzm谩n quiere al menos dos aumentos de tarifas de luz en el a帽o, de un 15 por ciento o m谩s. As铆 el gobierno gastar铆a menos dinero en el subsidio a las privadas Edenor y Edesur que distribuyen la luz en el AMBA. Y de ese modo, habr铆a menos d茅ficit fiscal, con lo que sus n煤meros mejorar铆an ante el examen de ese mundo empresarial y, sobre todo, del FMI, con el que est谩 negociando la forma de pagar la deuda del macrismo.

El cronista est谩 del lado de Basualdo y la limitaci贸n de las tarifas, para que no sigan erosionando los escasos aumentos de salarios, jubilaciones y planes sociales. Una soluci贸n m谩s de fondo que Basualdo no plante贸 en esta oportunidad, es que el Estado deber铆a estatizar la energ铆a: la generaci贸n, el transporte y la distribuci贸n. Y que se haga cargo de ese rubro estrat茅gico en lugar de Edenor (ex Marcelo Midlin y actualmente de Vila-Manzano) y Edesur, de los italianos de Enel.

Esas son las cuestiones de fondo y que deber铆an interesar de esta discusi贸n. Los reproches entre Guzm谩n y Basualdo (o si se proyecta hacia arriba, entre AF y CFK) son lo de menos. En todo gobierno y frente pol铆tico, y mucho m谩s en medio de crisis sanitaria y las dificultades pol铆ticas y econ贸micas, es casi natural que haya diferencias. “Uno se divide en dos”, dir铆a Mao, en referencia a la ley de la contradicci贸n, la principal - seg煤n su opini贸n- de la dial茅ctica.

No debe preocupar tanto entonces que aparezcan discrepancias, a las que se procur贸 negar proyectando una fotograf铆a de los l铆deres del Frente de Todos en un acto por la reanudaci贸n de un plan de viviendas interrumpido por Mauricio Macri.

El problema no es una pol茅mica sino la orientaci贸n pol铆tica del gobierno, que preocupa mucho por su fuerte sesgo de conciliaci贸n con los monopolios y de b煤squeda desesperada de acuerdo con el FMI. A veces da la impresi贸n que la diferencia interna es hasta qu茅 punto bajarse los pantalones: si un poquito, si hasta la rodilla o las canillas.




Es la pobreza, no el veganismo

No vaya a creerse que toda la culpa de los dramas de los trabajadores y los humildes son de los monopolios y banqueros. Tienen la mayor parte, pero tambi茅n otra porci贸n es de los dirigentes gremiales que dicen patear para un arco con una camiseta y patean para el otro, en contra.

Ellos fueron recibidos por el presidente y varios ministros, a prop贸sito de la elecci贸n de un nuevo superintendente de Servicios de Salud por fallecimiento del anterior. Si bien no se llevaron el cargo para quien esos bur贸cratas quer铆an, porque el presidente design贸 al suyo, Daniel L贸pez, s铆 se fueron con 11.000 millones de pesos m谩s para Obras Sociales.

La reuni贸n puede ser vista como un premio consuelo para esos agentes del capital sin mameluco, luego de poner su firma en el vergonzoso acuerdo que llevar谩 el salario m铆nimo a 29.000 pesos en febrero de 2022, en siete cuotas. La Canasta B谩sica Total hoy es de 60.000 pesos.

Algunos de esos personajes, lejos de estar preocupados por la ca铆da de empleos y el aumento de la pobreza, hicieron informes muy entusiastas de sus gremios, por caso Antonio Cal贸, de la UOM. No es la realidad que palpan los metal煤rgicos y tantos afectados por el parate.

Esos bur贸cratas viven en el mundo del rev茅s. El real tiene paros de docentes universitarios; tres huelgas de afiliados de Salud en C贸rdoba; dos cortes de choferes de UTA al margen de Roberto Fern谩ndez; cortes de ruta y puentes en Neuqu茅n del personal de Salud; marchas de organizaciones sociales en AMBA y C贸rdoba reclamando comida, aumentos de planes y vacunas para sus merenderos; paros de CTERA en CABA frente a la alianza anti vida de Rodr铆guez Larreta y la Corte Suprema de Injusticia queriendo imponer clases presenciales con m谩s contagios; etc.

La inflaci贸n sigue pegando muy duro. Al 13 por ciento del primer trimestre del a帽o deber谩 a帽adirse otro 3.7 por ciento de abril, con lo que la meta anual de Guzm谩n, del 29 por ciento, se fue al tacho de basura.

Algo de esto percibe el gobierno, en forma tard铆a. De all铆 sus anuncios de aumentar la tarjeta Alimentar y planes sociales para paliar situaciones, pero se quedan cortos. Mientras dure esta segunda ola de pandemia, es imperioso volver a un IFE de 20.000 pesos y no s贸lo para 9 millones de argentinxs sino a un par de millones m谩s.

Seg煤n el INDEC la pobreza era del 42 por ciento y ahora es mayor. Entre sus m煤ltiples expresiones est谩 la ca铆da del consumo de alimentos y carne, que en abril hab铆a descendido a 45 kilos por habitante y por a帽o, el m谩s bajo en 100 a帽os. Es as铆 de cara porque los productores y frigor铆ficos prefieren exportar a mejores precios internacionales, que arrastran a los internos.

Se come menos carne por la pobreza, no por el veganismo: “es la pobreza, est煤pido”. Deber铆an pensar los gobernantes que quienes no pueden hacer fuego para un asado o una olla de guiso, pueden hacer otra clase de fuegos, como en Colombia.





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