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Cómo las plataformas tecnológicas deciden qué es o no periodismo

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AMI (Asociación de Medios de Información).- Como principales distribuidores de noticias digitales, las plataformas tecnológicas tienen una gran responsabilidad a la hora de divulgar noticias. Por eso, y por los acontecimientos de los últimos tiempos, grandes empresas del sector digital, como Facebook, decidieron que únicamente publicarían información de un tema tan delicado como la pandemia que proviniese de fuentes oficiales. El director ejecutivo de esta red social, Mark Zuckerberg, explicaba el por qué con este símil: “No se permite que la gente grite ‘¡Fuego!’ En una sala llena de gente, y creo que eso es similar a la gente que difunde información errónea en el momento de un brote como este”.

A partir de ese momento las plataformas comenzaron a implementar nuevas funciones y a responder directamente a los brotes de desinformación. En mayo, Twitter colocó una etiqueta de advertencia en una publicación de Trump por primera vez, alertando a los usuarios que contenía “información potencialmente engañosa sobre los procesos de votación”.

Todos estos acontecimientos se produjeron tras un periodo de cuarenta años de falta de regulación que trajeron consigo la propagación de desinformación y, en países como Estados Unidos, también de extremismo. Por eso, las promueven y hacen circular todo lo que tienen bajo su bandera, en particular las noticias. Deben reconocer su responsabilidad editorial. Su extraordinario poder para decidir qué material vale la pena ver, bajo la definición más vaga posible de quién cuenta como “periodista”, siempre ha sido una fuente de tensión con los editores de noticias.

Estas empresas ahora han sido puestas en la posición de ser responsables del desarrollo de un ecosistema de información basado en hechos. Hoy en día, muchas de las grandes tecnológicas entienden el daño que causa la desinformación en la sociedad y luchan contra ella. Sin embargo, Gordon Crovitz, ex editor del Wall Street Journal y cofundador de NewsGuard, que aplica calificaciones a las fuentes de noticias en función de su credibilidad, asegura sentirse frustrado por la falta de transparencia: “En Google, YouTube, Facebook y Twitter tenemos instituciones que sabemos que todos otorgan calificaciones de calidad a las fuentes de noticias de diferentes maneras”. “Pero si eres una organización de noticias y quieres saber cómo te califican, puedes preguntarles cómo están construidos estos sistemas y ellos no te lo dirán. El problema se reduce a una falla fundamental en la comprensión de los conceptos centrales del periodismo”, asegura Crovitz.

Aun así, existe una taxonomía dentro de estas empresas: internamente, las plataformas clasifican a los periodistas y medios y hacen ciertas designaciones, que luego se utilizan para desarrollar algoritmos para recomendaciones de noticias personalizadas y productos de noticias. Designaciones que, ocasionalmente, se usan para aplicar etiquetas.

Las personas que hacen estas designaciones son ejecutivos de tecnología, que tienden a abrazar una fe profunda en la idea de la libertad de expresión y un escepticismo extremo de los periodistas. Si son ellos los que deciden sobre el enfoque del etiquetado pueden producir daños a la hora de no distinguir entre verdad y ficción, o de dar cuenta de las motivaciones y los patrocinadores de quienes deliberadamente pretenden engañar. Por eso, se requiere que las plataformas sean más abiertas con los productores de noticias. Pero mucho depende también de si las plataformas realmente quieren cambiar. A menos que transformen por completo su sistema de ingresos, las probabilidades no parecen buenas.





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