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“Si no hay unos servicios públicos de calidad y con perspectiva de género, no va a haber una igualdad real para las mujeres”

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Andrea de Lucas. Madrid. AmecoPress.- La perspectiva de género y la atención a la salud de las mujeres son asignaturas pendientes, tanto dentro de su entorno laboral como en el personal: problemas como la falta de atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, la poca investigación de enfermedades y patologías que afectan a mujeres o la violencia machista dentro del entorno laboral son solo algunos. Por eso, y con motivo del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, que se celebra el próximo 28 de mayo, desde CCOO organizaron una jornada el pasado lunes para abarcar todas estas problemáticas.

El acto fue inaugurado por la secretaria confederal de Mujeres e Igualdad, Elena Blasco, que condenó los últimos asesinatos por violencia de género de esta última semana, añadiendo que, aunque hay asesinadas, “también hay supervivientes de esa violencia machista, y esas mujeres también cuentan”.

La jornada, dividida en dos mesas con diferentes ponentes, ha querido abarcar los problemas tanto laborales como de salud a los que se enfrentan las mujeres. Como bien recalcó Silvia Espinosa López, secretaria de Mujeres y Políticas LGTBIQ de la Federación de Sanidad y Servicios Sociosanitarios de CCOO, nuestra sociedad está plagada de androcentrismo, que “es el punto de vista parcial masculino que hace del varón y su experiencia la medida de todas las cosas, y que ha empapado a todas nuestras sociedades y a todos los ámbitos de la vida”.

Como ejemplo de esto, la secretaria de CCOO habló del lenguaje: “cuando se nombra a lo masculino ya está representado lo femenino, ya estamos incluidas (…). El lenguaje debe ser inclusivo, y se debe incluir a las mujeres”.

En cuanto a este último año de pandemia, Blasco recalcó que “lo que más se ha puesto en evidencia ha sido la debilidad de un sistema sanitario mermado por los recortes”, ya que las y los sanitarios han sido “el 26% de las personas contagiadas, uno de los porcentajes más altos” porque “se ha trabajado con una desprotección bárbara, sobre todo los primeros meses”.

“Es necesario incorporar una perspectiva de género a la prevención y a la salud laboral”

Por su parte, Carmen López López, secretaria de Mujeres de la Federación Estatal de Servicios a la Ciudadanía de CCOO, habló de cómo la pandemia y el confinamiento trajo consecuencias a la vida laboral de muchas mujeres, como las reducciones de jornada o las excedencias por cuidados. Todo esto, explica, ha ocurrido porque “no puede haber una igualdad real con los desequilibrios que existen y que repercuten en las mujeres, como la carga de cuidados”, y que “si no hay unos servicios públicos de calidad y con perspectiva de género, no va a haber una igualdad real para las mujeres”.

“No se trata de conciliar, se trata de corresponsabilidad, y los gobiernos no lo asumen porque no se reflejan todas las necesidades que tienen las personas que hay que cuidar. Es una responsabilidad de los diferentes gobiernos, teniendo en cuenta que estamos en un estado de bienestar social”, recalcó López.

Además, analizó cómo el teletrabajo ha llegado a nuestras vidas para quedarse, pero sin muchas normas y vendiéndose “como una medida de conciliación cuando no lo es”. “El teletrabajo no deja de ser un ahorro para las empresas a la hora de negociar medidas de corresponsabilidad y horarios determinados, y un ahorro también a la hora de no proporcionar los medios a los trabajadores”, argumentó.

Por su parte, Laura Fátima Castelló Paz, secretaria de Mujeres, Igualdad y Diversidad de la Federación Estatal de Servicios de CCOO, dejó claro que “cuando hablamos de incorporar la perspectiva de género a la prevención de riesgos laborales y a la salud laboral, de lo que hablamos es de incorporar realismo”.

“Lo más importante en un día como el que conmemoramos el 28 de mayo es que es necesario incorporar una perspectiva de género a la prevención y a la salud laboral, porque ambas tienen que ir de la mano para conseguir acabar con esas brechas de género”, concluyó Castelló.

“Se han puesto en evidencia unas desigualdades estructurales de género y de clase”

Con un enfoque sociológico, la experta en riesgos psicosociales Clara Llorens Serrano evidenció que las “condiciones de trabajo son muy precarias porque hay temor a perder el empleo y eso se usa como arma de disciplina que da pie a aceptar situaciones inaceptables”.

“Es necesario actuar para proteger la salud y la vida de trabajadores y trabajadoras, porque la pandemia ha duplicado el porcentaje de personas que han trabajado bajo estas condiciones”, argumenta la socióloga, aportando datos: “en 2016, la cifra de personas que trabajaban en estas condiciones era del 20%, y ahora el total es del 44,3%”, añadiendo que “las ocupaciones de primera línea y los empleos más invisibilizados se han llevado la peor parte”.

Todo esto proviene de “una organización de trabajo arcaica y poco participativa que no da un margen de autonomía a los trabajadores que están en estos empleos”. “Es inadmisible que no se haga nada ante riesgos que ya eran conocidos, porque la falta de prevención ha provocado que aumenten los beneficios de las empresas y se han puesto en evidencia unas desigualdades estructurales de género y de clase”, ultimó Llorens.

Como fin a la jornada, la médica especialista en endocrinología y medicina con perspectiva de género, Carme Valls Llobet, explicó que las mujeres están invisibilizadas, porque “la ausencia de investigación específica en la salud de las mujeres ha hecho invisibles para la ciencia médica las diferencias de los aspectos biológicos, clínicos, psicológicos, sociales, culturales y medioambientales”, y que “no diferenciar, presupone pensar que estudiando a los hombres ya se estudian a las mujeres”.

“No es solo el estudio de las mujeres, sino que es el análisis de las normas, las creencias, los derechos, las obligaciones y las relaciones que sitúan a mujeres y hombres de forma diferente en el conjunto de la sociedad”, argumentó Valls.

La doctora finalizó advirtiendo de la alta medicalización de la vida de las mujeres, ya que a la hora de tomar tranquilizantes o antidepresivos “la proporción es muy desproporcionada entre hombres y mujeres” ya que son más las mujeres que toman estos medicamentos. “No se tratan adecuadamente las carencias y enfermedades específicas, no hay que medicalizar sino asistir bien”, expuso.






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