OPINI脫N de Eduardo Madro帽al Pedraza
En los aleda帽os del 123 aniversario del nacimiento de Federico Garc铆a Lorca, Ilu Ros, destacada ilustradora y contadora de historias, da una nueva vida a Federico y a su obra. En un libro original y provocador -mestizaje de dibujos y palabras- Ilu Ros nos impulsa a sumergirnos en las profundidades del mundo lorquiano e inundarnos de su vida, de su pasi贸n, de su poes铆a y, esencialmente de su duende. Porque “cuando se estaba con Federico, no hac铆a ni fr铆o ni calor, hac铆a Federico”, como dec铆a Jorge Guill茅n.
Porque “no hay otra persona m谩s bonita y con ese universo”, como dice la autora del c贸mic-en-libro, que ha dedicado pr谩cticamente las 24 horas de los largos d铆as del dif铆cil a帽o de la pandemia, buceando no solo en los libros de Lorca sino tambi茅n de aquellos familiares y autores que han ido enriqueciendo sus distintas facetas -como persona y como artista- exuberantes y complejas.
Esta joven autora -Mula, Murcia, 1985-, pero reconocida profesionalmente, impregnada ya por ese duende lorquiano que ella misma verbaliza, “Lorca te remueve por dentro porque pod铆a mirarte por dentro, sab铆a convertir en algo universal los anhelos ajenos, era capaz de reconocer la pena que hab铆a a su alrededor, un dolor que hac铆a suyo y que plasm贸 en cartas, versos y obras dram谩ticas”, ha tenido claro que no quer铆a hacer la t铆pica biograf铆a cronol贸gica.
Por eso, Ilu Ros empieza el libro por el final biogr谩fico. Porque “yo no quer铆a que el lector estuviera esperando el momento de su asesinato, as铆 que lo puse al principio”, eso s铆 acompa帽ado de la luna que acompa帽a a Federico mientras es sangrientamente asesinado por manos heladas de hombres fr铆os. Y el poema lorquiano cobra vida, “¿D贸nde est谩 mi sepultura? / En mi cola, dijo el sol. / En mi garganta, dijo la luna. / Por las ramas del laurel/ vi dos palomas desnudas. / La una era la otra/ y las dos eran ninguna”.
En principio iba a ser un libro de 160 p谩ginas, pero ha acabado siendo uno con 352 p谩ginas. El motivo -en las propias palabras de Ilu Ros- ha sido que “hab铆a le铆do tanto y todo me parec铆a tan interesante que quer铆a meterlo todo en el libro, es el problema de estar enamorada del personaje que est谩s recreando”.
La autora utiliza -para la expresi贸n gr谩fica- acr铆lico, acuarelas, grafito y tinta, en un mestizaje t茅cnico acorde con el universo lorquiano -que es muy visual- y que expresa con una mirada y un estilo vivaz e inocente, con distintas escenas teatrales, estampas sociales e incluso textos po茅ticos, estructurando el libro en actos y cuadros, como si asisti茅ramos a una obra teatral. Obviamente, Ilu Ros tiene sus p谩ginas favoritas; las que ha dedicado a la visionaria obra del teatro lorquiano, ‘El p煤blico’.
Adem谩s, en el libro, hay algo muy vivo, muy potente y que anuncia nuevas vidas para Federico. La autora representa una generaci贸n joven -pero no muerta- que mira a Lorca desde el presente, pero su mirada no es al pasado -aunque pueda parecerlo en un vistazo superficial- sino al futuro lorquiano, que nos sigue hablando en un lenguaje que no conoce las fronteras ni el paso del tiempo, y que sabiamente sintetiza Ilu Ros: “La obra de Lorca es universal. Ya sea desde la Andaluc铆a rural o desde Nueva York, 茅l habla del interior de las personas, nos hace sentir en las entra帽as sentimientos muy humanos como el amor, el odio, la ira o el deseo. Por eso es dif铆cil no identificarse con alguno de sus personajes o con su poes铆a. Esa es la clave de la atracci贸n que sentimos por 茅l”.
Por eso 茅sta es una biograf铆a an贸mala, porque es un canto a la vida, a un Federico “vivo”, y en la que todos los que aparecen -vivos, aunque no lo est茅n- van reviviendo -sean su hermana Isabel o sus amigos 铆ntimos Dal铆, Bu帽uel, la Xirg煤 y Pep铆n Bello- su convivencia con el poeta. Con cartas de esa correspondencia absolutamente hermosa, con vivencias y leales apoyos, y con las alegr铆as y las penas -inseparables- de su viaje a Nueva York y Santiago de Cuba, en el que Lorca vivi贸 agudas contradicciones y de las que nacieron -quiz谩s- sus mejores versos.
Porque en Federico resuenan muchas vidas y, cuando revive, emanan todas esas vidas; porque en 茅l pululan muchas risas y cuando re铆mos con 茅l, refluyen todas esas risas; porque en su sangre habitan muchas sangres y, cuando sangramos con 茅l, reviven todas esas sangres.
Lorca siempre contrapone el duende al 谩ngel y a la musa porque: “谩ngel y musa vienen de fuera; el 谩ngel da luces y la musa da formas (…) En cambio, al duende hay que despertarlo en las 煤ltimas habitaciones de la sangre. (…) La verdadera lucha es con el duende”. Y nos avisa de que “para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio. Solo se sabe que quema la sangre como un t贸pico de vidrios, que agota, que rechaza toda la dulce geometr铆a aprendida, que rompe los estilos”. Para Lorca el duende tiene una relaci贸n 铆ntima con la vida y la muerte.
Por ello, hacen falta mil lecturas, mil representaciones y mil celebraciones; cualquier d铆a del a帽o, con cualquier aniversario como excusa y en cualquier lugar de Espa帽a, de Iberoam茅rica y del resto del mundo. Muchas gracias, Ilu Ros.
Eduardo Madro帽al Pedraza