OPININ脫N de Karina Nohales
Las elecciones a constituyentes del 15 y 16 de mayo dieron la vuelta el tablero. Hace poco m谩s de un a帽o afirmamos que el estallido social de octubre de 2019 hab铆a sido el primer ensayo de ruptura de la conjura de la transici贸n posdictatorial contra la lucha de clases. Afirmamos tambi茅n que, acorralados por la irrupci贸n popular, los partidos del orden habilitaron el proceso constitucional con la esperanza de desactivar la revuelta y clausurar por arriba lo que el pueblo abri贸 por abajo. Finalmente, afirmamos que este proceso constitucional, entendido al principio como garant铆a de gobernabilidad, aparec铆a cada vez menos como un evento predecible y controlado, torn谩ndose una caja de Pandora que, lejos de cerrar flancos, los abr铆a a cada paso.
Justo en este punto la pandemia arrib贸 a Chile, aplazando el itinerario constitucional y creando en muchos la sensaci贸n de que la revuelta pasaba a ser cosa del pasado. Pero no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Las elecciones demostraron que la revuelta sigue abierta y que ha entrado en el terreno de tornarse proceso, desbordando tanto el dise帽o olig谩rquico que pactaron los partidos del orden como el fatalismo de diversos sectores de la izquierda extraparlamentaria, acostumbrada a vaticinar derrotas. Esta vez el pueblo confi贸 en sus propias fuerzas y gan贸.
Del plebiscito de octubre de 2020 a la conformaci贸n de listas electorales
El 25 de octubre de 2020 se impuso con un 80% la opci贸n Apruebo en el plebiscito que consultaba a la poblaci贸n si quer铆a o no una nueva Constituci贸n. Las encuestas previas proyectaban correctamente que el Apruebo triunfar铆a por sobre el 70%. El Rechazo gan贸 solo en cinco de los 345 municipios del pa铆s, uno del norte extremo, otro de la Ant谩rtica y luego en los tres municipios de la capital en que se concentran los superricos.
El mundo social organizado cr铆tico del Acuerdo que habilit贸 el proceso constitucional llam贸 a votar ampliamente en el plebiscito con el objetivo de infligir una derrota contundente a la derecha, desmoralizarla, para afirmar as铆 la autoconfianza de las amplias capas populares. Y, efectivamente, el aplastante resultado gener贸 entusiasmo y de manera inmediata diversas organizaciones emprendieron la discusi贸n de levantar candidaturas para la Convenci贸n Constitucional.
Importantes franjas de organizaciones decidieron levantar sus candidaturas de manera independiente, es decir, por fuera de los partidos pol铆ticos que han administrado los 煤ltimos 30 a帽os, as铆 como de aquellos que firmaron el Acuerdo y las leyes represivas que le prosiguieron. Una amplia deliberaci贸n, invisible desde las alturas, volvi贸 a tomar los espacios organizados, pulso vivo limitado por el contexto de pandemia, pero no por eso menos latente. El proceso constituyente abierto por octubre segu铆a su curso y se preparaba para reclamar la titularidad que le hab铆a sido arrebatada por la mezquina traducci贸n institucional.
Si bien las personas que no militan en partidos legalmente constituidos pueden ordinariamente ser candidatos ocupando un cupo en listas de partidos, para esta elecci贸n, de manera extraordinaria, se permiti贸 a los independientes formar sus propias listas electorales, cuesti贸n que no est谩 contemplada para ning煤n otro tipo de elecci贸n, incluyendo las parlamentarias.
Pron贸sticos previos
Ninguna de las encuestadoras del establishment se atrevi贸 a publicar pron贸sticos de los resultados de la elecci贸n de constituyentes. Diversos personeros de los partidos del orden se dedicaban a sostener en los medios de comunicaci贸n hegem贸nicos que la Convenci贸n Constitucional quedar铆a integrada de manera similar al actual Parlamento, es decir, sin sorpresas significativas.
M谩s o menos, todo el mundo, incluyendo las organizaciones populares, coincid铆a en que la unidad de todos los partidos de derecha en una 煤nica lista a nivel nacional versus la dispersi贸n de la heterog茅nea oposici贸n se traducir铆a en una holgada sobrerrepresentaci贸n de ese sector en el 贸rgano constituyente, en el que solo necesitaba un tercio de representantes para bloquear cualquier transformaci贸n estructural al modelo.
El 煤nico pron贸stico cercano a lo que finalmente se verific贸 fue el de Axel Call铆s, analista pol铆tico y director de la encuesta DataInfluye, quien se limit贸 a afirmar que en esta elecci贸n podr铆a verificarse “un reseteo de todo lo conocido”.
Termin贸 aconteciendo que la derecha no logr贸 un tercio, que la ex Concertaci贸n se desfond贸 y que la revuelta ingres贸 en masa a la Convenci贸n. La sensaci贸n generalizada fue de sorpresa. Para los partidos del orden, una sorpresa que sucedi贸 a pesar de ellos; para el pueblo, una sorpresa que sucedi贸 gracias 茅l, una sorpresa que deliberadamente dese贸, y ese deseo orient贸 los esfuerzos y los pasos dados, produciendo el resultado. ¡Simplemente funcion贸! Cuando un pueblo ha experimentado su fuerza, como en octubre, no hay acuerdo cupular que pueda detener su voluntad transformadora.
La composici贸n de la Convenci贸n Constitucional
Las presiones sociales hacia la democratizaci贸n del proceso constituyente habilitaron la adopci贸n institucional de mecanismos de participaci贸n que desplazaron la centralidad de las cl谩sicas intermediaciones del sistema pol铆tico, partiendo por los partidos.
Hemos visto muchas veces que las irrupciones sociales se incorporan a la institucionalidad mediadas por ciertas formas y actor铆as que transforman tanto sus din谩micas como sus contenidos. El hecho particular de que en estas elecciones pudiesen participar los independientes a trav茅s de listas propias se tradujo en que la revuelta social pasar谩 de manera directa y apenas mediada a la Convenci贸n Constitucional.Con el feminismo del movimiento social entra a la Convenci贸n el programa pol铆tico contra la precarizaci贸n de la vida
La Convenci贸n Constitucional est谩 compuesta por 155 miembros, 17 de los cuales son esca帽os reservados para pueblos originarios, y adem谩s es paritaria. La derecha obtuvo 38 esca帽os, de los cuales 16 entraron como independientes en cupos de partidos de derecha. La ex Concertaci贸n (alianza entre el Partido Socialista y la Democracia Cristiana) obtuvo 25 esca帽os, de los cuales 11 entraron como independientes en cupos de esos partidos. La DC solo obtuvo un esca帽o. La alianza del Partido Comunista y el Frente Amplio obtuvo 28 esca帽os, de los cuales 13 entraron como independientes en cupos de esos partidos.
Los independientes electos en listas independientes sin tutela de partidos suman 48. Once de ellos son de la lista Independientes No Neutrales, alineados con la ex Concertaci贸n y financiados por el gran empresariado.
De los 155 constituyentes, solo 52 militan en partidos, todos los dem谩s son independientes de todos los sectores. De los 17 esca帽os reservados para pueblos originarios, la mayor铆a, 9 de ellos, son de izquierda, 5 de centro izquierda y 3 de derecha.
Dejando de lado los puntos de entrada a la Convenci贸n Constitucional, los constituyentes de izquierda electos en listas de partidos, en cupos independientes, en listas independientes y en esca帽os reservados suman un abanico diverso de 78. Los electos identificados como de centro suman 36. Los electos de derecha suman 41.
Con excepci贸n de la lista de la derecha y la de la ex Concertaci贸n, en todas las dem谩s listas y en los esca帽os reservados fueron electas muchas m谩s mujeres que hombres. La paridad –in茅dita en el mundo para este tipo de procesos– tuvo que ser aplicada para corregir la subrepresentaci贸n masculina. Mientras once hombres entraron a la Convenci贸n en virtud de la correcci贸n de paridad, solo cinco mujeres lo hicieron.
Este resultado refrenda que el feminismo ha logrado ser no solo un contenido pol铆tico ineludible en este periodo, sino que en el campo popular es reconocido como leg铆timo portador de las aspiraciones generales de transformaci贸n de los pueblos. Con el feminismo del movimiento social entra a la Convenci贸n el programa pol铆tico contra la precarizaci贸n de la vida.
En las elecciones por venir es necesario luchar por una paridad cuyo resultado no tenga techo, es decir, mantener la paridad de entrada y una paridad de salida que garantice una representaci贸n de al menos el 50% de mujeres, pero sin l铆mite m谩ximo, como fue en este caso.
Importante ausencia
Del mundo social organizado prima la representaci贸n de las organizaciones de lucha socioambiental y feminista, tambi茅n las organizaciones y asambleas territoriales. Del mundo social no organizado priman figuras que estuvieron en las calles desde el comienzo de la revuelta hasta ahora, resistiendo y denunciando la represi贸n.
La revuelta ha entrado en masa a la Convenci贸n, pero el sindicalismo ha quedado fuera. La principal central sindical del pa铆s (CUT) levant贸 22 candidaturas, ninguna entr贸. Misma suerte tuvieron las candidaturas del gremio de docentes, de empleados fiscales, de la salud primaria y de algunos sindicatos del sector privado, como la Uni贸n Portuaria y Starbucks. NO+AFP, espacio que condujo las masivas movilizaciones por el fin del actual sistema privado de pensiones y cuya composici贸n es principalmente sindical, present贸 19 candidaturas y solo una de ellas fue electa. Como contraste, dos constituyentes (mujeres) representantes de organizaciones del trabajo no asalariado (cuidadoras) –trabajos que a煤n no encuentran su espacio de participaci贸n en el sindicalismo tradicional– s铆 resultaron electas.
Numerosos diagn贸sticos y balances cr铆ticos largamente masticados explican esta desidentificaci贸n entre revuelta y sindicalismo. Sin duda se trata, en parte, de la ruina del sindicalismo de la transici贸n, subordinado a los partidos de estos 30 a帽os; se trata, tambi茅n en parte, de la impotencia de una forma sindical que no logra –en muchos casos no se lo ha propuesto– incluir a ingentes capas de trabajadores y trabajadoras informales, desempleadas, no remuneradas, migrantes, dispuestas a organizarse y luchar, pero respecto de quienes la forma sindical se ha desarraigado de su experiencia organizativa. Pero lecturas m谩s, lecturas menos, el hecho es que, a diferencia de otros debates trascendentes, el debate program谩tico e ideol贸gico del trabajo asalariado en la Convenci贸n Constitucional no ser谩 portado en primera persona por los representantes sindicales. Para el movimiento social y, en particular, para el movimiento feminista queda planteada la importante tarea pol铆tica de hacerse de la leg铆tima titularidad de ese debate, m谩s en cuanto el 29 de mayo el PS arras贸 en las elecciones del CUT sacando del podio al PC. Esto solo podr谩 hacerse con apuestas organizativas audaces en este plano.
Temblor en el centro pol铆tico, impotencia de la derecha
El pr贸ximo mes de noviembre tendr谩n lugar en Chile elecciones presidenciales y parlamentarias. Tres d铆as despu茅s de las elecciones –el mi茅rcoles 19 de mayo– venc铆a el plazo para que los partidos pol铆ticos inscribieran pactos para realizar primarias presidenciales. La jornada se convirti贸 en un culebr贸n de la oposici贸n.
Mientras el Partido Comunista y el Frente Amplio ya hab铆an acordado realizar primarias entre sus respectivas cartas a la presidencia, en la v铆spera y con la venia de ambos sectores se sum贸 el Partido Socialista con su candidata. Este hecho es de significativa trascendencia, toda vez que supon铆a que el PS pon铆a fin a su hist贸rica alianza con la Democracia Cristiana, dej谩ndola a su suerte tras el devastador resultado obtenido por esta en la Convenci贸n.
Sin embargo, en el momento mismo de reunirse todos los partidos en el servicio electoral para proceder a la inscripci贸n, el Partido Socialista lleg贸 de la mano con el Partido por la Democracia (partido instrumental menor de la ex Concertaci贸n), anunciando que este hab铆a depuesto su carta presidencial para colocarse detr谩s de la carta del PS, y exigiendo consecuentemente la inclusi贸n del PPD en el pacto para que pudiera prosperar la primaria conjunta. Se sumaba a esta exigencia la de acordar adem谩s listas conjuntas para las elecciones parlamentarias. Tras tensas horas de ires, venires, dimes, diretes y exposiciones p煤blicas de las diferencias dentro de los partidos que conforman el Frente Amplio, tanto este bloque como el PC cerraron la puerta al PS por querer colar a su hermano peque帽o por la ventana.
Finalmente, la derecha inscribi贸 su propia primaria, el PC y el FA hicieron lo propio y la ex Concertaci贸n no logr贸 inscribir como bloque primarias legales para las elecciones a la presidencia. Ello no quiere decir que este sector no pueda tener candidatura propia, pero s铆 que tendr谩 que encontrar la forma de consensuar, en medio de sentimientos de traici贸n y de la debacle electoral que los atraviesa, una apuesta presidencial 煤nica, o bien no consensuar nada en lo absoluto y competir cada cual por separado.
Como sea, un desplazamiento in茅dito de las coordenadas pol铆ticas ha tenido lugar. Vemos una derecha de contornos definidos pero estancada en el 20% electoral y con poco margen de crecer fuera de ese margen; vemos un nuevo pacto de partidos de izquierda que viene a ocupar el lugar del fantasmag贸rico centro y, de manera incontestable, todo el pa铆s sabe que existe algo que ha irrumpido en el poder constituyente que est谩 m谩s a la izquierda de estas expresiones.
Trascendencia del momento electoral
El 20 de mayo, en editorial de radio Bio Bio –principal transmisora del pa铆s–, su due帽o Tom谩s Mosciatti, conocido por sus posiciones conservadoras, afirmaba que:
La victoria en las elecciones no fue de la centro izquierda, fue de la izquierda, esa sin apellidos. Desde ahora, nunca la izquierda hab铆a tenido tanto poder. Esta victoria es superior a la de Salvador Allende pues en esa 茅poca la Unidad Popular no pretend铆a modificar la Constituci贸n, sino que acept贸 un reforzamiento de ella, llamado Estatuto de garant铆as democr谩ticas, para poder acceder al poder. Lo que ha ocurrido ahora es que la izquierda logr贸 tener el mandato popular, o sea, un mandato leg铆timo, para redactar la Constituci贸n sin ninguna limitaci贸n, porque la 煤nica que ten铆a, esa de los dos tercios que obligaba a negociar no existe, se vaci贸 por completo.
La afirmaci贸n es debatible, pero la trascendencia de lo que est谩 en juego es bastante real. Para pensar la magnitud transformadora que abre el momento constituyente actual es necesario ligarla tanto a la concreci贸n de varios desaf铆os pol铆ticos y organizativos que tiene por delante el movimiento popular como a la suerte de los posibles resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias.El pueblo ha obtenido una victoria. La ha obtenido por abajo y por la izquierda, heterog茅neo como la revuelta misma
Desde distintas bancadas se han presentado al Congreso tres proyectos de ley que buscan habilitar la participaci贸n de independientes en listas propias para las parlamentarias, tal como fue para las elecciones de constituyentes. Ser铆a contraintuitivo que el poder legislativo apruebe una reforma tal, pero no es una posibilidad a descartar. De concretarse esto, lo m谩s probable es que el Congreso que acompa帽e el trabajo de la Convenci贸n Constitucional tenga una composici贸n similar a esta 煤ltima. De no concretarse, durante un periodo el pa铆s podr铆a entrar en una inestable y tensa dualidad entre poder constituido y poder constituyente.
Lo propio acontece en materia presidencial de lograr imponerse alguna de las antiguas coaliciones en el poder ejecutivo. Sin embargo, de imponerse el bloque PC-FA en el actual momento constituyente, el escenario podr铆a dar un giro in茅dito por la izquierda. Esta afirmaci贸n prescinde de la mayor o menor radicalidad del bloque en cuesti贸n, sino que parte, al igual que durante la Unidad Popular, de la expectativa popular que se pone en juego y de la iniciativa autoorganizada que estas expectativas desatan.
Est谩 por verse qu茅 pasar谩 en este plano en los pr贸ximos meses. Algunos escenarios –como es el caso del presidencial– no solo son posibles, sino probables.
Tareas por venir
El pueblo ha obtenido una victoria. La ha obtenido por abajo y por la izquierda, heterog茅neo como la revuelta misma. Los sectores organizados la han obtenido y los poco organizados tambi茅n. Ning煤n acuerdo por las alturas pudo detener la voluntad de un pueblo que se levant贸 decidido a derrocar tanta injusticia. Es el pueblo el que ya empez贸 a hacer y concretar谩 ahora lo que no hicieron en 30 a帽os los gobiernos posdicatoriales: poner fin a la herencia de Pinochet y abrir con ello una nueva forma de organizar la vida en Chile. A diferencia de los procesos constituyentes verificados en Am茅rica Latina durante el llamado ciclo progresista, aqu铆 lo ha hecho a pesar de y bajo el mandato de un gobierno que le declar贸 la guerra y a pesar de una pandemia.
El pueblo tiene su propia historia, no parte de cero, pero tampoco se propone una nost谩lgica vuelta a un pasado violentamente interrumpido. La presencia central del feminismo, de las luchas socioambientales y de la plurinacionalidad miran hacia adelante, con memoria de futuro que pone en juego ejercicios de imaginaci贸n pol铆tica emancipadora.
Si bien durante estas d茅cadas, en todo el mundo, los pueblos se han levantado para impedir el avance de las reformas neoliberales, el caso chileno tiene la particularidad de que su clave antineoliberal no consiste en frenar este avance, sino en desmontar un neoliberalismo que se instal贸 radicalmente hasta el final. No hay nada existente por proteger ni por dejar intacto. En este sentido es una experiencia novedosa.
En el plano interno, algunas izquierdas miran con cierto recelo la diversidad de la representaci贸n popular en el 贸rgano constituyente. Hay ciertas izquierdas que le temen a lo que declaran desear o que simplemente sucumben ante la propia impotencia que las hizo llegar mal y tarde a una decisi贸n popular de disputa que ya estaba en curso y en la que han quedado como furg贸n de cola. Nada m谩s peligroso para esas izquierdas que esa pulsi贸n conservadora que lleva a desconfiar de la potencia de un pueblo que ha decidido, con raz贸n, confiar en sus propias fuerzas, dejando el campo abierto para un encuentro amplio con las ideas anticapitalistas.
M谩s ac谩 y en lo inmediato, las representaciones populares de la Convenci贸n ya han emprendido la tarea de conformar la bancada de los pueblos, exigiendo en primer lugar condiciones pol铆ticas m铆nimas para que pueda tener lugar el proceso constituyente, a saber, la libertad sin condiciones de todos los y las presas pol铆ticas de la revuelta, la desmilitarizaci贸n del Wallmapu –territorio ancestral mapuche– y la creaci贸n de una comisi贸n de verdad y justicia que contenga una pol铆tica de reparaci贸n integral a las v铆ctimas de violaciones a los derechos humanos, as铆 como la determinaci贸n de las responsabilidades pol铆ticas y judiciales de los responsables de estos cr铆menes.
Karina Nohales es activista anticapitalista y feminista
Viento Sur