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En el desierto del oeste de Texas, los multimillonarios se elevan al espacio mientras los migrantes mueren debajo al intentar cruzar la frontera

OPINI脫N de Amy Goodman y Denis Moynihan

El pueblo de Van Horn, situado al oeste de Texas, fue noticia esta semana por ser el sitio desde donde se lanz贸 el vuelo espacial privado en el que viaj贸 Jeff Bezos, el hombre m谩s rico del mundo, fundador de Amazon. Bezos hizo un viaje suborbital de diez minutos en su c谩psula espacial New Shepard, junto con su hermano y otras dos personas. Durante la corta odisea, que cost贸 aproximadamente 2,5 millones de d贸lares por minuto, la nave lanz贸 a Bezos y a sus acompa帽antes a una gran altitud, por encima del implacable desierto de Chihuahua que se extiende a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y M茅xico. Para estos embelesados turistas espaciales que experimentaron unos minutos de ingravidez en el espacio, este fue el viaje de sus vidas. Cientos de kil贸metros m谩s abajo, una incontable cantidad de personas enfrenta un viaje mucho m谩s arduo y peligroso a trav茅s del abrasador desierto al intentar cruzar a pie la frontera desde M茅xico hacia Estados Unidos en busca de refugio. Muchos de estos migrantes, exhaustos y deshidratados, terminan perdiendo la vida en ese 谩rido y desolado territorio.

Armando Alejo Hern谩ndez emprendi贸 ese viaje a principios de mayo. Durante m谩s de una d茅cada, Armando fue uno de los m谩s de doce millones de residentes indocumentados de Estados Unidos, una poblaci贸n que ha sido perseguida y hostigada de manera constante. Sin embargo, la econom铆a de Estados Unidos colapsar铆a sin el aporte y trabajo de estos migrantes. Antes de ser deportado en 2016, Armando tuvo dos hijos con su esposa, ambos ciudadanos estadounidenses por nacimiento. Despu茅s de pasar cinco a帽os sin su padre —a帽os claves para su formaci贸n y desarrollo—, el hijo mayor le pidi贸 a Armando si pod铆a ir a Estados Unidos a visitarlos. Su padre le prometi贸 que encontrar铆a la manera de hacerlo.

Todo lo que sabemos de la traves铆a de Armando por el desierto proviene de sus breves mensajes de voz y de una sola foto que le envi贸 a su hijo por mensaje de texto. En el mensaje, Armando describ铆a la ropa que llevaba puesta: una sudadera negra y pantalones azules. ¿Intu铆a Armando que iba a tener que ser rescatado o que quiz谩s su cuerpo iba a tener que ser identificado?

La foto fue tomada desde la base de una colina. La pendiente que Armando ten铆a por delante parec铆a sumamente dif铆cil. Iba a tener que ascender la ladera a trav茅s de una frondosa capa de hierba seca, con rocas afiladas, cactus y arbustos espinosos ocultos en medio de ella. Justo detr谩s de la alta y distante cumbre se pod铆a ver una estructura grande, redonda y blanca, hecha por humanos. Dado que Armando estaba en el condado de Hudspeth, al sureste de la ciudad de El Paso, la estructura era casi con seguridad la torre del radar que el Gobierno de Estados Unidos tiene instalado en la cima de la monta帽a Pico del 脕guila.

El ascenso al Pico del 脕guila promet铆a ser extenuante. Armando ya le hab铆a dicho a su hijo adolescente que se hab铆a quedado sin agua, que su tel茅fono celular estaba casi sin bater铆a y que no cre铆a que iba a poder continuar. Si hubiera llegado a la torre del radar y desde all铆 hubiera seguido por la sinuosa carretera que conduce al norte, Armando quiz谩s habr铆a tenido que caminar otros 32 kil贸metros, sin comida ni agua, para llegar a la carretera Interestatal 10. “No creo que pueda llegar a la cima de la monta帽a”, dijo Armando en uno de los mensajes de audio que le envi贸 a su hijo. Su voz delataba cansancio y era dif铆cil escuchar su mensaje a trav茅s del ruido del viento.

En una conversaci贸n telef贸nica con Democracy Now!, Fernando Garc铆a, director de la organizaci贸n Red Fronteriza por los Derechos Humanos, con sede en El Paso, expres贸: “M谩s de 10.000 personas han muerto al intentar cruzar la frontera en los 煤ltimos 25 a帽os. Ese es un precio demasiado alto a pagar para migrar a Estados Unidos”. Garc铆a ha dedicado varios a帽os de su vida a ayudar a los migrantes a lo largo de la frontera.

“Ahora que la custodia de la frontera es tan estricta”, agreg贸 Fernando Garc铆a, “la gente est谩 cruzando la frontera en lugares a煤n m谩s remotos, al este de El Paso, a trav茅s de un territorio sumamente hostil. No hay nada en esa zona […], la gente se est谩 muriendo camino a la carretera 10”.

Garc铆a, quien se reuni贸 recientemente con la vicepresidenta Kamala Harris en la frontera, critica al Gobierno de Biden por continuar con el programa denominado “T铆tulo 42” del presidente Trump. Este poco conocido art铆culo de la ley de salud de Estados Unidos permite deportar migrantes sin el debido proceso durante una crisis de salud p煤blica. Desde que Trump invoc贸 la ley el 20 de marzo de 2020, cientos de miles de migrantes han sido expulsados del pa铆s.

En el pasado, los migrantes que se encontraban en riesgo en el desierto pod铆an entregarse a la Patrulla Fronteriza y al menos obtener una audiencia ante un juez de inmigraci贸n. Garc铆a coment贸 a Democracy Now! que ahora, si son atrapados, los migrantes son expulsados de inmediato del pa铆s, por lo que est谩n tomando rutas cada vez m谩s peligrosas para atravesar el desierto.

La administradora y coordinadora de manejo de emergencias del condado de Hudspeth, Joanna MacKenzie, dijo al medio Border Report que al menos seis migrantes murieron en esa peligrosa zona solo en las 煤ltimas dos semanas, mientras aumentan las temperaturas y los equipos de rescate escasean. Muchos de los migrantes que pierden sus vidas durante el trayecto no llegan ni siquiera a formar parte de las estad铆sticas.

La deportaci贸n de Armando durante la presidencia de Obama inici贸 una separaci贸n de cinco a帽os entre 茅l y sus hijos. Ahora, la crueldad de la pol铆tica de inmigraci贸n de Estados Unidos puede tambi茅n condenar a estos dos adolescentes a quedarse hu茅rfanos de padre para siempre.

Los medios de comunicaci贸n del mundo se reunieron en el pueblo texano de Van Horn y enfocaron sus c谩maras hacia la nave espacial de Jeff Bezos, proporcion谩ndole al hombre m谩s rico del mundo una enorme y gratuita cobertura medi谩tica de su aventura. Debajo de su mirada, fuera de la 贸rbita de sus c谩maras, podr铆an yacer, lamentablemente, los restos de Armando Alejo Hern谩ndez y de muchos otros migrantes. Armando no aspiraba viajar al espacio, solo quer铆a cerrar el espacio —ese cruel espacio impuesto por el Gobierno de Estados Unidos— entre 茅l y sus hijos.

© 2021 Amy Goodman




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