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La cuarta ola es ya una realidad

Europa y una crisis sin fin

Se polariza la brecha entre los vacunados y los vacuna esc茅pticos

Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza

Lejos de desaparecer, el COVID-19 recupera protagonismo en Europa luego del respiro estival. Y ahora se confirma la que ya es una realidad: la cuarta ola. La variante Delta se proyecta como el actor virulento de esta tragedia social que parece no tener fin.


La vacuna sigue siendo el mejor arma contra la pandemia seg煤n expertos de la Organizacion Mundial de la Salud Foto Le Courrier


Esta nueva ola se est谩 acelerando debido, principalmente, a los contagios entre la poblaci贸n adulta joven, advirti贸 la tercera semana de agosto el Instituto Robert Koch (RKI), organismo alem谩n de prevenci贸n y control de enfermedades.

Los casos de infecci贸n se han incrementado una vez m谩s desde inicios de julio, luego del par茅ntesis de abril a junio. El n煤mero de hospitalizaciones tambi茅n aumenta, con una diferencia neta con respecto a las olas anteriores: ahora la franja de edad predominante es de 35 a 59 a帽os. Si bien en Alemania hacia la tercera semana de agosto un 63.8% de la poblaci贸n ha recibido al menos una dosis de la vacuna --y un 58.25%, las dos-- el RKI considera que el riesgo de contagio es siempre mucho m谩s alto entre los no vacunados y que han recibido una sola dosis. La variante Delta representa el 99% de la incidencia pand茅mica total en ese pa铆s.

Estand en pleno centro de Berna, Suiza, de opositores a la vacuna anti COVID 19. Foto Sergio Ferrari

El caso suizo

Realidad semejante a la que se vive en Suiza, donde los epidemi贸logos tambi茅n reconocen que la cuarta ola ya est谩 instalada en el pa铆s, con casi 3000 casos diarios a fines de agosto y m谩s de 500 personas hospitalizadas afectadas por el coronavirus, para una poblaci贸n de 8.5 millones de habitantes. Proporcionalmente la realidad helv茅tica corresponder铆a a casi 18 mil casos diarios en Argentina o Espa帽a, 24 mil en Francia, o bien 45 mil en M茅xico. A pesar de esta tendencia ascendente, el n煤mero de decesos diarios a causa de la pandemia se mantiene bajo si se compara con el de los meses anteriores. Elemento que indicar铆a, tendencialmente, que el impacto de esta cuarta ola en vidas humanas ser谩 menor que las anteriores.

Para evaluar el estado de la situaci贸n sanitaria, los expertos internacionales sostienen que es necesario medir el porcentaje de pruebas de detecci贸n que han dado positivo, es decir, la “tasa de positivos”. Seg煤n la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS), si esta cifra no supera el 5%, se considera que la pandemia est谩 controlada. Si supera ese umbral, se corre el riesgo de que la pandemia se descontrole.

El 20 de agosto, en Suiza, esa tasa lleg贸 al 12.9%, casi la mitad del m谩ximo alcanzado durante el peor momento de la crisis, en noviembre del a帽o pasado (26.9%). Sin embargo, mucho mayor que la de unas pocas semanas atr谩s, a inicios de julio, cuando no alcanzaba al 1%. Constataci贸n adicional de que la pandemia vuelve a intensificar su impacto.

La tercera semana de agosto, Tanja Stadler, la nueva responsable del Grupo de Trabajo COVID-19 de la Confederaci贸n Helv茅tica, comparti贸 su preocupaci贸n a ra铆z del violento aumento de casos. El 煤ltimo mes, las admisiones hospitalarias se han duplicado, sucesivamente, tres veces. El 90% de las mismas son personas no vacunadas, y casi la mitad es gente que regresa al pa铆s luego de las vacaciones, en particular de la regi贸n de los Balcanes y Grecia. Si en septiembre se mantuviera esta constante, aumentar铆a el nivel de hospitalizaciones, lo que hace temer a algunos epidemi贸logos la posibilidad de un nuevo tensionamiento del sistema hospitalario. Otros consideran que se vive una situaci贸n pand茅mica de “meseta” y que los riesgos para la sobrecarga de hospitales son menores que en las olas anteriores. Para fundamentar esta evaluaci贸n contabilizan no solo la cantidad de vacunados, sino tambi茅n la alta proporci贸n de personas de riesgo que ha recibido las dos dosis, as铆 como el porcentaje de la poblaci贸n que ya ha contra铆do el virus en este 煤ltimo a帽o y medio.

Seg煤n Stadler, el problema es que ahora el pa铆s se confronta con una din谩mica que se desarrolla velozmente, propia de la naturaleza de la variante Delta. Todo esto en un momento del a帽o muy particular debido al regreso de las vacaciones veraniegas de julio y agosto y la ca铆da paulatina de las temperaturas, lo que limita las actividades al aire libre y concentra la vida social en espacios cerrados. Se帽ala dicha experta que, alrededor de este mismo periodo el a帽o pasado, factores semejantes no contribuyeron a frenar la explosi贸n de una segunda ola, que impact贸 en noviembre y diciembre y que en definitiva fue la m谩s agresiva desde que el COVID-19 comenz贸 a golpear en Europa.

El 谩mbito cient铆fico insiste en la necesidad imperiosa de extender la vacunaci贸n a ni帽as y ni帽os a partir de los 12 a帽os y extender el pasaporte COVID-19 a bares, restaurantes y actividades culturales. Y propone que a partir de octubre todos los tests –hasta ahora mayoritariamente financiados por el Estado—sean sufragados por los usuarios, como una forma indirecta de estimular la vacunaci贸n, la cual seguir谩 siendo gratuita. Autoridades federales hablan de la posibilidad de establecer una lista de “pa铆ses de alto riesgo” y de volver a establecer el asilamiento obligatorio para los viajeros que lleguen de los mismos.

En este marco global el problema se profundiza por la enorme resistencia de casi la mitad de la poblaci贸n suiza a vacunarse. A pesar de las campa帽as oficiales y la existencia de stocks abundantes, hasta el 27 de agosto solo el 51.03% de la poblaci贸n se hab铆a inmunizado con ambas dosis. Este porcentaje aumenta al 57.01% cuando se incluye a las personas que recibieron una sola dosis.

“Parad贸jicamente esta cuarta ola es la de los no-vacunados en un continente donde sobran las vacunas cuando en la gran mayor铆a del planeta faltan las dosis”, enfatiza el doctor suizo Bernard Borel, activo en la lucha contra el COVID-19 en el Cant贸n de Vaud. Y agrega: “Es absurdo. Es la consecuencia de una sociedad ego铆sta y egoc茅ntrica, donde muchos desprecian el valor de la salud como bien com煤n”.

Grupos anti vacuna en activo proselitismo en pleno centro de Berna, Suiza. Foto Sergio Ferrari

La situaci贸n europea

Seg煤n la OMS hasta el lunes 23 de agosto, la situaci贸n de casos en Europa era preocupante en varios pa铆ses. Gran Breta帽a contabilizaba 423.000 nuevas infecciones (+ 14 % en relaci贸n a la incidencia por 100.000 habitantes de las semanas precedentes); Francia 314.000 (+ 1%); Alemania 79.000(+128%); Gran Breta帽a 423.000 (+14%) e Italia 88.000 (+12%).

Albania con + 422%; Bosnia Herzegovina con +344; y Bulgaria con +204% se ubican entre los pa铆ses m谩s fuertemente afectados por el incremento exponencial pand茅mico. Espa帽a, a pesar de sus 134.000 nuevos casos en las dos 煤ltimas semanas, registra una disminuci贸n de la incidencia de -52%. Junto con Turqu铆a, Portugal, la Federaci贸n Rusa, Finlandia, B茅lgica y Uzbekist谩n es la 煤nica del continente que en los 煤ltimos quince d铆as no vio aumentar la incidencia del COVID-19.

Con respecto al porcentajes de inmunizaci贸n, al 23 de agosto, el 69% de la poblaci贸n de Dinamarca ya estaba completamente vacunada. En Espa帽a y Portugal, 67%; en Gran Breta帽a, 62%, y en los Pa铆ses Bajos, 61%. El porcentaje cae por debajo del 60% en Italia (58%); Francia (56%) y Grecia, (52%). En menos de 50% se encuentran los pa铆ses n贸rdicos, a excepci贸n de Suecia, con 50.5% de su poblaci贸n inmunizada. El porcentaje se precipita bruscamente en la Europa Oriental; en Rusia apenas llega al 24%.

Contra el pasaporte sanitario en  Francia. Foto Le Courrier

El avance de la vacunaci贸n en Europa ha experimentado desarrollos dispares. En algunos pa铆ses, como Francia, la resistencia a los programas de inmunizaci贸n se ha expresado a trav茅s de significativas movilizaciones callejeras. Y en formas menos masivas en Italia, Grecia, Irlanda, Gran Breta帽a y Suiza, entre otros. De una u otra manera, esas expresiones de protesta, as铆 como el 谩spero debate continental en torno a la crisis pand茅mica, ponen de manifiesto la polarizaci贸n que experimenta la sociedad europea en el presente.

La protesta

La din谩mica europea de los vacuna-esc茅pticos es muy diversa y expresa condimentos nacionales espec铆ficos.

El Francia, por ejemplo, el s谩bado 21 de agosto, miles de personas protestaron en gran parte del pa铆s contra el pasaporte sanitario. Era el sexto fin de semana consecutivo de manifestaciones. El arranque se dio el 24 de julio, jornada sobre la cual diversas fuentes, como el cotidiano Liberation, hablaron de 160 mil participantes. En la convocatoria del 15 de agosto el Ministerio del Interior contabiliz贸 214 mil manifestantes en todo el pa铆s. Por su parte, el colectivo militante Nombre Jaune, que publica un recuento ciudad por ciudad, calcul贸 m谩s de 388 mil participantes a nivel nacional.

Seg煤n Liberation, “Este movimiento heterog茅neo, que comenz贸 a mediados de julio y que re煤ne a personas m谩s all谩 de la galaxia de los esc茅pticos o los antivacunas, ha crecido de forma in茅dita en pleno verano”. En paralelo a la entrega del pasaporte (o tarjeta) sanitaria, que pas贸 a ser obligatorio en bares, restaurantes y hospitales. Desde el lunes 23 de agosto, m谩s de 120 grandes centros comerciales y tiendas de la regi贸n de Par铆s y de la mitad sur de Francia est谩n obligados a comprobar sistem谩ticamente este documento, como ya suced铆a en vuelos de l铆nea nacional, trenes etc.

Este diverso conglomerado que contin煤a ganando las calles en Francia expresa desacuerdos de fondo con las pol铆ticas gubernamentales. El “anti-Macronismo”, --en referencia al presidente Emmanuel Macron--, es el elemento unificador. Y para muchos la protesta contra las medidas sanitarias vigentes no es m谩s que un pretexto para cuestionar al gobierno. Desde las esferas oficiales responden que la cantidad de gente que ha acudido a vacunarse es m谩s significativa que la de los que vienen protestando desde julio.

En Suiza, la “resistencia” antivacuna re煤ne a sectores y actitudes muy diversas, aunque, en este caso, el discurso antigubernamental no es dominante.

Concuerdan sectores conservadores de derecha y grupos reaccionarios. Junto con activistas ambientalistas o de izquierda, cr铆ticos contra el poder de las transnacionales farmac茅uticas a las que acusan de sacar el principal provecho de la actual crisis.

Se le suman grupos juveniles que esgrimen dos argumentos principales: no constituyen la fracci贸n etaria que puede padecer los principales efectos brutales del COVID-19 y nadie puede garantizar de forma absoluta --debido a lo novedoso de las vacunas utilizadas-, que eventualmente las mismas no causen efectos secundarios a mediano o largo plazo.

Iglesias fundamentalistas de todo tipo, as铆 como sectores extremos que se autodefinen como constitucionalistas, quienes consideran las medidas anti COVID-19 como restrictivas de las libertades individuales, se suman al rechazo de la vacuna.

Com煤n denominador de todos los refractarios: la preeminencia de la decisi贸n individual sobre la colectiva. Para ellos, la contribuci贸n a una solidaridad social, especialmente hacia los sectores de mayor riesgo, no es un argumento decisivo como para concurrir a los centros de vacunaci贸n.

Dos visiones de una coyuntura sanitaria que crispa los esp铆ritus e intensifica la brecha societal entre vacunados y no vacunados y que comienza a convertirse en un nuevo tipo de contradicci贸n identitaria cotidiana. Y que exaspera a algunas autoridades cantonales, que incluso proponen pasarles la factura de los gastos hospitalarios a los pacientes no vacunados, medida extrema que atentar铆a contra principios constitucionales esenciales.

En la Suiza enriquecida, el debate con respecto a la vacuna, sea con argumentos de derecha o de izquierda, no hace m谩s que robustecer la ret贸rica social del privilegio. Cada individuo que rechaza inmunizarse sabe que, en el peor de los casos, nunca le va a faltar una cama de hospital, una m谩scara de ox铆geno o una m谩quina respiratoria si tienen que entubarlo.

M谩s a煤n, este debate posterga la reflexi贸n sobre la sociedad global, la solidaridad activa entre naciones y la necesaria lucha mancomunada para generalizar y democratizar el acceso a la vacuna en el mundo entero. 脷nica f贸rmula para derrotar, verdaderamente, al CODIV-19 y sus actuales y futuras variantes.

 

 

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