As铆 vivi贸 el presidente estadounidense el peor ataque terrorista de la historia
MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
A George W. Bush el impacto del primer avi贸n contra el World Trade Center de Nueva York le pill贸 llegando a visitar una escuela elemental en Florida. Cuando se produjo el segundo se encontraba ya en clase junto a unos ni帽os, en una imagen que pasar谩 a la historia por su cara de total estupefacci贸n ante lo que estaba ocurriendo. Finalmente ser铆an cuatro los aviones comerciales usados por Al Qaeda para atentar ese fat铆dico 11 de septiembre de 2001.
En sus memorias 'Decision Points', Bush recuerda que tras informarle de que un avi贸n comercial se hab铆a estrellado contra una de las torres pens贸 que deb铆a de tratarse del "peor piloto del mundo", pero tras enterarse de que un segundo aparato hab铆a chocado contra la otra torre tuvo claro que aquello no era un accidente.
"Mi primera reacci贸n fue de indignaci贸n. Alguien se hab铆a atrevido a atacar a Am茅rica. Lo van a pagar", fue lo primero que pens贸. Terminada la clase, y tras recabar informaciones sobre lo ocurrido, hizo sus primeras declaraciones a la naci贸n, informando de que se hab铆a producido "un aparente ataque terrorista".
De camino hacia el Air Force One para regresar a Washington, su entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, le inform贸 de que un tercer avi贸n hab铆a impactado contra el Pent谩gono. "El primer avi贸n pod铆a haber sido un accidente. El segundo era definitivamente un ataque. El tercero era una declaraci贸n de guerra", subraya en sus memorias.
"Hab铆amos sufrido el ataque sorpresa m谩s devastador desde Pearl Harbor", recuerda que pens贸, en referencia al bombardeo por parte de Jap贸n contra esta base naval situada en Hawai y que provoc贸 la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Y todav铆a quedaba un cuarto avi贸n.
AUTORIZACI脫N PARA DERRIBAR AVIONES
Pero antes de tener noticia de ello, Bush ya hab铆a dado instrucciones para que los pilotos de las Patrullas de Combate A茅reo, que sobrevolaban tanto Nueva York como Washington, hicieran aterrizar a cualquier avi贸n que no contactara y si esto no era posible ten铆an permiso para derribarlo. "Los aviones secuestrados eran armas de guerra", subraya.
De hecho horas despu茅s lleg贸 a dar permiso para derribar uno de estos aviones procedente de Madrid y cuya tripulaci贸n no respond铆a. Bush recuerda que pens贸 en las posibles "ramificaciones diplom谩ticas", pero tambi茅n en el riesgo que podr铆a constituir no derribarlo. Finalmente, llegaron noticias de que hab铆a sido una falsa alarma y el avi贸n hab铆a aterrizado en Lisboa.
Antes de eso el cuarto avi贸n se hab铆a estrellado en Pennsilvania. En un primer momento temi贸 que hubiera sido derribado, pero m谩s tarde supo que fueron los pasajeros del Vuelo 93 los que irrumpieron en la cabina y provocaron el siniestro para evitar otro ataque, ya que estaban al tanto de lo que hab铆a sucedido tanto en Nueva York como en Washington.
La principal pregunta era qui茅n estaba detr谩s de esos atentados y la respuesta se la dio el entonces director de la CIA, George Tenet: "Al Qaeda". Seg煤n Bush, por aquel entonces "la mayor铆a de los estadounidenses nunca hab铆an o铆do hablar" del grupo que fund贸 Usama bin Laden, y eso que hab铆a atentado en 1998 contra las embajadas en Kenia y Tanzania y contra el destructor 'USS Cole' en Yemen en 2000.
Bush cuenta que ese mismo verano hab铆a pedido a la CIA que analizara las posibilidades de que Al Qaeda atentara en suelo estadounidense y reconoce que a principios de agosto la agencia le reiter贸 el deseo de Bin Laden de atacar dentro de Estados Unidos, si bien precis贸 que no pod铆a confirmar ning煤n plan concreto.
En su informe diario al presidente, fechado el 6 de agosto, la CIA indica que "miembros de Al Qaeda --incluidos algunos que son ciudadanos estadounidenses-- han residido o viajado a Estados Unidos durante a帽os y el grupo aparentemente mantiene una estructura de apoyo que podr铆a ayudar en ataques".
No obstante, la CIA reconoce que no ha podido "corroborar algunas de las informaciones m谩s sensacionalistas", entre ellas una llegada de un servicio de Inteligencia extranjero que apuntaba a que en 1998 Bin Laden hab铆a dicho que "quer铆a secuestrar un avi贸n estadounidense" para conseguir la liberaci贸n de algunos "extremistas" detenidos en Estados Unidos, entre ellos el conocido como 'Jeque Ciego', Omar Abdel Rahman.
El presidente regres贸 a media tarde a Washington y mientras volaba en helic贸ptero desde la base de Andrews hasta la Casa Blanca pudo ver desde el aire el edificio humeante del Pent谩gono. "Estaba contemplando un 'Pearl Habor' moderno. Igual que Franklin Roosevelt tuvo que unir a la naci贸n para defender la libertad, ser铆a mi responsabilidad liderar a una nueva generaci贸n para proteger a Am茅rica", recuerda que pens贸.
Para entonces ya ten铆a claro que Estados Unidos estaba en "guerra contra el terrorismo" si bien decidi贸 que no era buena idea anunciarlo ese mismo d铆a, tan solo horas despu茅s del mazazo recibido con los atentados. As铆, en su discurso a la naci贸n de esa noche se limit贸 a prometer "encontrar a los responsables y llevarles ante la justicia".
GUERRA CONTRA EL TERRORISMO
"No haremos distinciones entre los terroristas que cometieron estos actos y aquellos que les albergan", asegur贸, poniendo as铆 la primera piedra de lo que semanas m谩s tarde ser铆a la guerra contra el terrorismo. En las siguientes semanas Estados Unidos se concentr贸 en conformar una coalici贸n de pa铆ses dispuestos a apoyar a Washington en esta nueva cruzada, empezando por Reino Unido, con cuyo primer ministro, Tony Blair, Bush asegura que forj贸 una estrecha amistad.
"Esta ser铆a una guerra diferente. Nos enfrent谩bamos a un enemigo que no ten铆a capital a la que llamar hogar y ning煤n ej茅rcito al que seguir en el campo de batalla", aclara el antiguo mandatario, de ah铆 la importancia de recabar el apoyo de pa铆ses como Pakist谩n, por su influencia sobre los talib谩n, pero tambi茅n Arabia Saud铆, pa铆s natal de Bin Laden, o Emiratos 脕rabes Unidos.
As铆, el 7 de octubre de 2001, menos de un mes despu茅s de los peores atentados terroristas hasta la fecha, Estados Unidos comenz贸 a bombardear Afganist谩n. "Acabar con el santuario de Al Qaeda en Afganist谩n era esencial para proteger a los americanos", defiende Bush en su libro, subrayando que "el contraataque de Am茅rica estaba en marcha" y "la liberaci贸n de Afganist谩n hab铆a empezado".
OFENSIVA CONTRA AFGANIST脕N
El objetivo final de la ofensiva ha vuelto a la palestra en las 煤ltimas semanas a ra铆z de la vuelta al poder de los talib谩n, quienes fueron desalojados en diciembre de 2001. Seg煤n el propio Bush, al contrario que en otras ocasiones cuando Estados Unidos fue atacado, como en Somalia en 1993 o en los atentados contra las embajadas en Kenia y Tanzania, esta vez la respuesta incluir铆a el despliegue de tropas, las cuales permanecer铆an "hasta que los talib谩n y Al Qaeda sean expulsados y pueda emerger una sociedad libre".
Aunque su intenci贸n inicial era completar la misi贸n y retirarse, Bush cambi贸 de opini贸n. "Hab铆amos liberado al pa铆s de una dictadura primitiva y ten铆amos una obligaci贸n moral de dejar atr谩s algo mejor. Adem谩s ten铆amos un inter茅s estrat茅gico en ayudar a los afganos a construir una sociedad libre", explica en sus memorias.
Sin embargo, 20 a帽os despu茅s Afganist谩n parece abocado a volver a la casilla de salida. En un comunicado publicado tras la toma de Kabul por los talib谩n, Bush envi贸 un mensaje especial a los miles de veteranos de este conflicto y sus familias, para hacerles ver que su esfuerzo no fue en vano: "Negasteis a Al Qaeda un santuario" y "mantuvisteis a Am茅rica a salvo de m谩s ataques terroristas" adem谩s de "ofrecer dos d茅cadas de seguridad y oportunidades para millones" de afganos.