Pese a las calumnias y demonizaciones de EE.UU., China vence al COVID-19 y es referente
OPINI脫N de Sergio Ortiz
DOS POLOS OPUESTOS
La pandemia de COVID-19 empez贸 formalmente a fines de 2019 en la ciudad de Wuhan. Apenas tom贸 conciencia de la gravedad de la entonces epidemia, China notific贸 a la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS) para que los 194 pa铆ses miembros tomaran las medidas que consideraran necesarias.
Primera aclaraci贸n: que los primeros casos se hubieran descubierto en aquella ciudad china no significa que el virus no pudiera haber estado antes en otras latitudes. Investigaciones posteriores lo detectaron en aguas de otros pa铆ses, posiblemente anteriores a su visualizaci贸n en el pa铆s socialista.
Pero a煤n concediendo que el debut del coronavirus haya sido en China, eso no deber铆a dar lugar a demonizar a ese pa铆s, culpabilizarlo y, peor a煤n, hacer acusaciones como las formuladas por Estados Unidos en tiempos de Donald Trump y reiteradas sin tanto 茅nfasis, pero con similar veneno por Joe Biden. Los especialistas de la OMS que fueron dos veces a China en 2020 y junto a colegas locales estudiaron in situ todo lo necesario sobre el origen de la pandemia, hicieron informes internacionales se帽alando como la hip贸tesis m谩s firme que el virus haya saltado de especies animales al hombre y all铆 hab铆a mutado y contagiado de a poco al mundo.
En ese entonces el magnate neonazi no s贸lo minti贸 al acusar que era el “virus chino” y que Beijing hab铆a ocultado el problema, sino que tampoco entendi贸 nada de c贸mo combatir al virus. Ni barbijo recomendaba usar, en onda con los antivacunas y terraplanistas. As铆 le fue a EE UU y a otros disc铆pulos suyos, como Jair Bolsonaro en Brasil, que hoy encabeza junto con Per煤, Hungr铆a, Bosnia y Rep煤blica Checa el ranking de m谩s muertos por mill贸n de habitantes.
Trump y sus agencias de “inteligencia”, poco inteligentes, hicieron correr supuestos informes dando por cierto una gran mentira: el virus habr铆a sido una creaci贸n del laboratorio de Wuhan. Habr铆a escapado de all铆 por ineficacia, inseguridad o, peor a煤n, ex profeso para infectar al mundo y en especial a los EE UU.
Esa conducta irracional – lo racional en una pandemia que afecta al planeta es unir esfuerzos m谩s all谩 de pol铆ticas e ideolog铆as diferentes- tuvo otro salto “cualitativo” el 15 de abril de 2020. El expresidente norteamericano anunci贸 que su pa铆s sal铆a de la OMS. La acusaci贸n, incre铆ble, fue que la entidad cuyo director es el africano Tedros Adhanom habia sido “c贸mplice de China”. El COVID era un “virus chino”. Y la OMS, 铆dem.
BIDEN NO TAN DIFERENTE
“China tiene control absoluto sobre la OMS pese a que solamente paga US$40 millones al a帽o, comparado con lo que Estados Unidos ha estado pagando, que son aproximadamente unos US$450 millones al a帽o”, dijo el magnate. Hasta Jack Chow, exembajador de EE UU para la lucha con el VIH y ex subdirector de la OMS estuvo en desacuerdo. “Esto es como quitar el financiamiento al cuerpo de bomberos justo cuando enfrentas un incendio devastador”. Trump qued贸 como un incendiario. Un culpable de que OMS y sus m茅dicos debieran retirarse de programas en pa铆ses pobres de Africa y Asia por falta de presupuesto. Fea la actitud, propia de una potencia imperial.
En este punto, s贸lo en esto, la administraci贸n Biden empez贸 mejor, porque su secretario de Estado Antony Blinken anunci贸 en febrero pasado que EE UU volv铆a a la OMS y pondr铆a 200 millones de d贸lares atrasados. Fue una buena noticia, aunque puede ser una maniobra interesada para que, con el argumento de esos fondos estadounidenses, Washington tenga m谩s fuerza para impulsar nuevos “estudios” de la OMS y rastreos del origen del virus. La idea, no modificada, es inculpar a China.
De todos modos, entre Trump que dio un portazo a la OMS y Biden que toc贸 timbre para que le abran de nuevo, es preferible lo segundo. Y ya que estamos considerando los aportes a la entidad con sede en Ginebra, digamos que en 2020 el presidente chino Xi Jinping comprometi贸 poner 2.000 millones de d贸lares entre ese a帽o y el actual.
Para evaluar las pol铆ticas de las partes en pugna (China y EE UU) es bueno tener en cuenta c贸mo han contribuido en vacunas al mundo.
El 12 de julio pasado el programa Covax de la OMS lleg贸 a un acuerdo con Sinopharm y Sinovac, de China, para distribuir 110 millones de dosis globalmente hasta octubre y otros 440 millones adicionales en el 煤ltimo trimestre de 2021 y la primera mitad de 2022. Ese mes el ministro de Relaciones Exteriores chino inform贸 que hab铆an enviado m谩s de 500 millones de dosis a 100 pa铆ses y organizaciones internacionales de Asia, 脕frica, Europa y Am茅rica, entre ellos Argentina. El 6 de agosto esa cantidad hab铆a aumentado a 770 millones de dosis. El director general de Asuntos Econ贸micos Internacionales de Exteriores, Wang Xiaolong, declar贸 que eso “es m谩s de lo que han hecho otros pa铆ses conjuntamente”. El d铆a antes el presidente Xi se comprometi贸 a entregar 2.000 millones de vacunas en 2021 y de ofrecer USD 100 millones al fondo Covax para “una vacunaci贸n equitativa a nivel mundial”.
Otros pa铆ses, entre ellos EE UU, tambi茅n han empezado a donar vacunas. Biden lo decidi贸 con tardanza, luego de haber acumulado vacunas muy por encima de las necesidades de su poblaci贸n. El 21 de junio pasado anunci贸 la donaci贸n de 14 millones de dosis a Latinoam茅rica y el Caribe por medio de Covax. Es parte de una donaci贸n mayor de 55 millones de inoculantes que la Casa Blanca repartir谩 en el mundo. Tarde, pero m谩s vale tarde que nunca…
MAL EEUU CON EL MUNDO Y ARGENTINA
Durante buena parte de 2020, con la administraci贸n Trump, y parte de 2021 con Biden, EE UU acapar贸 vacunas y no provey贸 al mundo. Con una poblaci贸n de 330 millones de habitantes atesoraba 1.300 millones de dosis. Eso fue decisivo para la desigualdad internacional denunciada por la OMS en febrero de 2021, cuando dijo que el 75 por ciento de las vacunas estaba en poder de 10 pa铆ses ricos, en tanto 130 naciones no hab铆an recibido ni una dosis.
Respecto a Argentina, Washington tuvo dos conductas que rozan lo criminal. El laboratorio mAbxience, del grupo Insud, de Hugo Sigman, produjo en su planta de Buenos Aires la vacuna de Oxford y AstraZeneca. Envi贸 el principio activo a la planta de Liomont en M茅xico, donde deb铆a envasarse y volver a Argentina y otros pa铆ses. Como en M茅xico hab铆a demoras en la provisi贸n de envases, ese material fue derivado a una planta de AstraZeneca en Albuquerque, EE UU, donde las vacunas quedaron largos meses retenidas porque las autoridades gubernamentales no permit铆an su exportaci贸n.
Deb铆an llegar en marzo, pero reci茅n a fines de mayo del 2021 arribaron a Buenos Aires las primeras 843.600 dosis de AstraZeneca, dentro del contrato firmado por ese laboratorio con Argentina para proveer 22 millones de dosis. El Diablo hab铆a metido la cola…
La otra inconducta estadounidense para con Argentina fue de los laboratorios Pfizer, Moderna y Johnson&Johnson, particularmente el primero. Argentina fue el primer pa铆s que prest贸 colaboraci贸n a Pfizer para el testeo de su vacuna, mediante 4.500 voluntarios en el Hospital Militar Central, en Buenos Aires, con la fundaci贸n de Fernando Polack. Las pruebas comenzaron en agosto de 2020. Se asegur贸 que por tal colaboraci贸n Argentina iba a estar en primera fila a la hora de la provisi贸n de vacunas. No fue as铆. En octubre de ese a帽o el Congreso aprob贸 la ley de vacunas, Ley N° 27.573. A Pfizer no la satisfizo el nivel de garant铆as en caso de juicios por efectos adversos. Y quer铆a eliminar de la norma legal la causal de “negligencia” por la que se podr铆a demandar al laboratorio, el cual reclam贸 otra ley. As铆 lo denunci贸 el entonces ministro de Salud, Gin茅s Gonz谩lez Garc铆a.
Finalmente el 3 de julio de 2021 el Poder Ejecutivo Nacional dict贸 un Decreto de Necesidad y Urgencia allan谩ndose a los injustos requerimientos de Pfizer: desapareci贸 la causal de “negligencia”, los juicios se har铆an en jurisdicci贸n extranjera y las regal铆as percibidas por el Estado Nacional, por ejemplo, las petroleras, servir铆an de garant铆as para eventuales juicios.
Reci茅n as铆, el 24 de agosto pasado, el laboratorio firm贸 con Salud un contrato para vender a Argentina 20 millones de dosis. A煤n no lleg贸 ninguna. Pudieron haber salvado miles de vidas...
SIGUE CAMPA脩A VENENOSA
En un punto nodal Biden sigue los pasos de Trump: acusa sin fundamentos a China de haber sido responsable del escape de un virus de laboratorio. La OMS en sus visitas de 2020 a China y en su estudio en el lugar a inicios de 2021 concluy贸 que el coronavirus era, m谩s que probablemente, de origen animal y luego mutado y contagiado al hombre.
Sin embargo, el imperio sigui贸 buscando “la quinta pata al gato”, que tiene cuatro. El 27 de mayo Biden pidi贸 a las 18 agencias de inteligencia norteamericanas que en 90 d铆as elaboraran un informe para demostrar aquella hip贸tesis antichina de “la creaci贸n” en laboratorio. El 24 de agosto la directora de Inteligencia Nacional de EE UU, Avril Haines, le present贸 a Biden el informe. El 27 de agosto se conoci贸 un resumen del mismo, que considera como una posibilidad cierta la fuga de un laboratorio chino, sin aportar pruebas.
A partir de all铆 Washington est谩 presionando a la OMS y otros pa铆ses para organizar, al margen de China, un nuevo rastreo del virus. Para Beijing, que no tiene nada que ocultar, hay que partir de los estudios anteriores de la OMS y en todo caso, sobre la base de acuerdos conversados en pie de igualdad entre los 194 pa铆ses socios. Y, sobre todo, que tales estudios no sean politizados sino realizados por especialistas y cient铆ficos, acorde a la 铆ndole compleja del asunto.
La 煤ltima vez el equipo conjunto OMS-China de expertos internacionales y chinos realiz贸 una investigaci贸n de 28 d铆as en China. Estudi贸 una gran cantidad de datos relacionados con la epidemia. Visit贸 todos los sitios que quiso y se reuni贸 con todas las personas que solicit贸. Y en marzo, la OMS public贸 oficialmente el informe conjunto del equipo, con las conclusiones m谩s autorizadas, profesionales y basadas en la ciencia. Ah铆 se afirm贸 que la introducci贸n de la COVID-19 a trav茅s de un accidente de laboratorio es “extremadamente improbable” y que es importante investigar los casos tempranos en diferentes pa铆ses.
Con buen criterio, China reclama reciprocidad a EE UU: que muestre sus investigaciones sobre el origen del virus, y sobre todo, que abra las puertas de su sospechoso laboratorio militar de Fort Detrick, donde se elaboran armas biol贸gicas en conexi贸n con otras 200 bases militares suyas en el mundo.
La respuesta es un ominoso silencio. Cric cric cric. Se corrobora que Washington no es transparente ni cooperativo sobre el rastreo de los or铆genes del virus.
La estrategia y planes sanitarios de China son una referencia mundial contra la actual variante Delta, que en su caso apareci贸 en julio en el aeropuerto internacional Lukou de Nanjing, en la provincia de Jiangsu, por incorrecta sanitizaci贸n de aviones llegados del exterior. A fines de agosto los protocolos contra la pandemia hab铆an solucionado en lo fundamental ese brote, impidiendo su circulaci贸n comunitaria, seg煤n inform贸 su Comisi贸n Nacional de Salud.
Adem谩s de evaluar la justeza o no de las posiciones en pugna, es necesario tener en cuenta los resultados de las estrategias de ambos pa铆ses.
Al 30 de agosto 煤ltimo China registraba s贸lo 94.898 contagios y 4.848 muertos, lo que arroja una tasa de 3.46 muertos por mill贸n. A la misma fecha, EE UU ten铆a 39.3 millones de contagios y 638.711 muertos, con una tasa de 1.944 muertos por mill贸n. N煤meros as铆 valen m谩s que mil palabras.
Se baja el tel贸n de esta velada pol茅mica, para que los lectores saquen con tranquilidad, frente a sus pantallas, sus propias conclusiones. La m铆a es que EE UU no tiene con China principalmente un problema de aranceles comerciales ni por el virus. Su problema es pol铆tico. El imperio se aferra a su plan agresivo y anacr贸nico para preservar un mundo injusto y bajo su exclusiva hegemon铆a. Y ese orden desigual est谩 en crisis. Se est谩 viniendo abajo. Cobran nuevo sentido las palabras de Rosa Luxemburgo: socialismo o barbarie.
https://plsergio.wixsite.com/lasemanapolitica/post/china-es-referente-mundial-de-c%C3%B3mo-combatir-la-pandemia
OPINI脫N de Sergio Ortiz
DOS POLOS OPUESTOS
La pandemia de COVID-19 empez贸 formalmente a fines de 2019 en la ciudad de Wuhan. Apenas tom贸 conciencia de la gravedad de la entonces epidemia, China notific贸 a la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS) para que los 194 pa铆ses miembros tomaran las medidas que consideraran necesarias.
Primera aclaraci贸n: que los primeros casos se hubieran descubierto en aquella ciudad china no significa que el virus no pudiera haber estado antes en otras latitudes. Investigaciones posteriores lo detectaron en aguas de otros pa铆ses, posiblemente anteriores a su visualizaci贸n en el pa铆s socialista.
Pero a煤n concediendo que el debut del coronavirus haya sido en China, eso no deber铆a dar lugar a demonizar a ese pa铆s, culpabilizarlo y, peor a煤n, hacer acusaciones como las formuladas por Estados Unidos en tiempos de Donald Trump y reiteradas sin tanto 茅nfasis, pero con similar veneno por Joe Biden. Los especialistas de la OMS que fueron dos veces a China en 2020 y junto a colegas locales estudiaron in situ todo lo necesario sobre el origen de la pandemia, hicieron informes internacionales se帽alando como la hip贸tesis m谩s firme que el virus haya saltado de especies animales al hombre y all铆 hab铆a mutado y contagiado de a poco al mundo.
En ese entonces el magnate neonazi no s贸lo minti贸 al acusar que era el “virus chino” y que Beijing hab铆a ocultado el problema, sino que tampoco entendi贸 nada de c贸mo combatir al virus. Ni barbijo recomendaba usar, en onda con los antivacunas y terraplanistas. As铆 le fue a EE UU y a otros disc铆pulos suyos, como Jair Bolsonaro en Brasil, que hoy encabeza junto con Per煤, Hungr铆a, Bosnia y Rep煤blica Checa el ranking de m谩s muertos por mill贸n de habitantes.
Trump y sus agencias de “inteligencia”, poco inteligentes, hicieron correr supuestos informes dando por cierto una gran mentira: el virus habr铆a sido una creaci贸n del laboratorio de Wuhan. Habr铆a escapado de all铆 por ineficacia, inseguridad o, peor a煤n, ex profeso para infectar al mundo y en especial a los EE UU.
Esa conducta irracional – lo racional en una pandemia que afecta al planeta es unir esfuerzos m谩s all谩 de pol铆ticas e ideolog铆as diferentes- tuvo otro salto “cualitativo” el 15 de abril de 2020. El expresidente norteamericano anunci贸 que su pa铆s sal铆a de la OMS. La acusaci贸n, incre铆ble, fue que la entidad cuyo director es el africano Tedros Adhanom habia sido “c贸mplice de China”. El COVID era un “virus chino”. Y la OMS, 铆dem.
BIDEN NO TAN DIFERENTE
“China tiene control absoluto sobre la OMS pese a que solamente paga US$40 millones al a帽o, comparado con lo que Estados Unidos ha estado pagando, que son aproximadamente unos US$450 millones al a帽o”, dijo el magnate. Hasta Jack Chow, exembajador de EE UU para la lucha con el VIH y ex subdirector de la OMS estuvo en desacuerdo. “Esto es como quitar el financiamiento al cuerpo de bomberos justo cuando enfrentas un incendio devastador”. Trump qued贸 como un incendiario. Un culpable de que OMS y sus m茅dicos debieran retirarse de programas en pa铆ses pobres de Africa y Asia por falta de presupuesto. Fea la actitud, propia de una potencia imperial.
En este punto, s贸lo en esto, la administraci贸n Biden empez贸 mejor, porque su secretario de Estado Antony Blinken anunci贸 en febrero pasado que EE UU volv铆a a la OMS y pondr铆a 200 millones de d贸lares atrasados. Fue una buena noticia, aunque puede ser una maniobra interesada para que, con el argumento de esos fondos estadounidenses, Washington tenga m谩s fuerza para impulsar nuevos “estudios” de la OMS y rastreos del origen del virus. La idea, no modificada, es inculpar a China.
De todos modos, entre Trump que dio un portazo a la OMS y Biden que toc贸 timbre para que le abran de nuevo, es preferible lo segundo. Y ya que estamos considerando los aportes a la entidad con sede en Ginebra, digamos que en 2020 el presidente chino Xi Jinping comprometi贸 poner 2.000 millones de d贸lares entre ese a帽o y el actual.
Para evaluar las pol铆ticas de las partes en pugna (China y EE UU) es bueno tener en cuenta c贸mo han contribuido en vacunas al mundo.
El 12 de julio pasado el programa Covax de la OMS lleg贸 a un acuerdo con Sinopharm y Sinovac, de China, para distribuir 110 millones de dosis globalmente hasta octubre y otros 440 millones adicionales en el 煤ltimo trimestre de 2021 y la primera mitad de 2022. Ese mes el ministro de Relaciones Exteriores chino inform贸 que hab铆an enviado m谩s de 500 millones de dosis a 100 pa铆ses y organizaciones internacionales de Asia, 脕frica, Europa y Am茅rica, entre ellos Argentina. El 6 de agosto esa cantidad hab铆a aumentado a 770 millones de dosis. El director general de Asuntos Econ贸micos Internacionales de Exteriores, Wang Xiaolong, declar贸 que eso “es m谩s de lo que han hecho otros pa铆ses conjuntamente”. El d铆a antes el presidente Xi se comprometi贸 a entregar 2.000 millones de vacunas en 2021 y de ofrecer USD 100 millones al fondo Covax para “una vacunaci贸n equitativa a nivel mundial”.
Otros pa铆ses, entre ellos EE UU, tambi茅n han empezado a donar vacunas. Biden lo decidi贸 con tardanza, luego de haber acumulado vacunas muy por encima de las necesidades de su poblaci贸n. El 21 de junio pasado anunci贸 la donaci贸n de 14 millones de dosis a Latinoam茅rica y el Caribe por medio de Covax. Es parte de una donaci贸n mayor de 55 millones de inoculantes que la Casa Blanca repartir谩 en el mundo. Tarde, pero m谩s vale tarde que nunca…
MAL EEUU CON EL MUNDO Y ARGENTINA
Durante buena parte de 2020, con la administraci贸n Trump, y parte de 2021 con Biden, EE UU acapar贸 vacunas y no provey贸 al mundo. Con una poblaci贸n de 330 millones de habitantes atesoraba 1.300 millones de dosis. Eso fue decisivo para la desigualdad internacional denunciada por la OMS en febrero de 2021, cuando dijo que el 75 por ciento de las vacunas estaba en poder de 10 pa铆ses ricos, en tanto 130 naciones no hab铆an recibido ni una dosis.
Respecto a Argentina, Washington tuvo dos conductas que rozan lo criminal. El laboratorio mAbxience, del grupo Insud, de Hugo Sigman, produjo en su planta de Buenos Aires la vacuna de Oxford y AstraZeneca. Envi贸 el principio activo a la planta de Liomont en M茅xico, donde deb铆a envasarse y volver a Argentina y otros pa铆ses. Como en M茅xico hab铆a demoras en la provisi贸n de envases, ese material fue derivado a una planta de AstraZeneca en Albuquerque, EE UU, donde las vacunas quedaron largos meses retenidas porque las autoridades gubernamentales no permit铆an su exportaci贸n.
Deb铆an llegar en marzo, pero reci茅n a fines de mayo del 2021 arribaron a Buenos Aires las primeras 843.600 dosis de AstraZeneca, dentro del contrato firmado por ese laboratorio con Argentina para proveer 22 millones de dosis. El Diablo hab铆a metido la cola…
La otra inconducta estadounidense para con Argentina fue de los laboratorios Pfizer, Moderna y Johnson&Johnson, particularmente el primero. Argentina fue el primer pa铆s que prest贸 colaboraci贸n a Pfizer para el testeo de su vacuna, mediante 4.500 voluntarios en el Hospital Militar Central, en Buenos Aires, con la fundaci贸n de Fernando Polack. Las pruebas comenzaron en agosto de 2020. Se asegur贸 que por tal colaboraci贸n Argentina iba a estar en primera fila a la hora de la provisi贸n de vacunas. No fue as铆. En octubre de ese a帽o el Congreso aprob贸 la ley de vacunas, Ley N° 27.573. A Pfizer no la satisfizo el nivel de garant铆as en caso de juicios por efectos adversos. Y quer铆a eliminar de la norma legal la causal de “negligencia” por la que se podr铆a demandar al laboratorio, el cual reclam贸 otra ley. As铆 lo denunci贸 el entonces ministro de Salud, Gin茅s Gonz谩lez Garc铆a.
Finalmente el 3 de julio de 2021 el Poder Ejecutivo Nacional dict贸 un Decreto de Necesidad y Urgencia allan谩ndose a los injustos requerimientos de Pfizer: desapareci贸 la causal de “negligencia”, los juicios se har铆an en jurisdicci贸n extranjera y las regal铆as percibidas por el Estado Nacional, por ejemplo, las petroleras, servir铆an de garant铆as para eventuales juicios.
Reci茅n as铆, el 24 de agosto pasado, el laboratorio firm贸 con Salud un contrato para vender a Argentina 20 millones de dosis. A煤n no lleg贸 ninguna. Pudieron haber salvado miles de vidas...
SIGUE CAMPA脩A VENENOSA
En un punto nodal Biden sigue los pasos de Trump: acusa sin fundamentos a China de haber sido responsable del escape de un virus de laboratorio. La OMS en sus visitas de 2020 a China y en su estudio en el lugar a inicios de 2021 concluy贸 que el coronavirus era, m谩s que probablemente, de origen animal y luego mutado y contagiado al hombre.
Sin embargo, el imperio sigui贸 buscando “la quinta pata al gato”, que tiene cuatro. El 27 de mayo Biden pidi贸 a las 18 agencias de inteligencia norteamericanas que en 90 d铆as elaboraran un informe para demostrar aquella hip贸tesis antichina de “la creaci贸n” en laboratorio. El 24 de agosto la directora de Inteligencia Nacional de EE UU, Avril Haines, le present贸 a Biden el informe. El 27 de agosto se conoci贸 un resumen del mismo, que considera como una posibilidad cierta la fuga de un laboratorio chino, sin aportar pruebas.
A partir de all铆 Washington est谩 presionando a la OMS y otros pa铆ses para organizar, al margen de China, un nuevo rastreo del virus. Para Beijing, que no tiene nada que ocultar, hay que partir de los estudios anteriores de la OMS y en todo caso, sobre la base de acuerdos conversados en pie de igualdad entre los 194 pa铆ses socios. Y, sobre todo, que tales estudios no sean politizados sino realizados por especialistas y cient铆ficos, acorde a la 铆ndole compleja del asunto.
La 煤ltima vez el equipo conjunto OMS-China de expertos internacionales y chinos realiz贸 una investigaci贸n de 28 d铆as en China. Estudi贸 una gran cantidad de datos relacionados con la epidemia. Visit贸 todos los sitios que quiso y se reuni贸 con todas las personas que solicit贸. Y en marzo, la OMS public贸 oficialmente el informe conjunto del equipo, con las conclusiones m谩s autorizadas, profesionales y basadas en la ciencia. Ah铆 se afirm贸 que la introducci贸n de la COVID-19 a trav茅s de un accidente de laboratorio es “extremadamente improbable” y que es importante investigar los casos tempranos en diferentes pa铆ses.
Con buen criterio, China reclama reciprocidad a EE UU: que muestre sus investigaciones sobre el origen del virus, y sobre todo, que abra las puertas de su sospechoso laboratorio militar de Fort Detrick, donde se elaboran armas biol贸gicas en conexi贸n con otras 200 bases militares suyas en el mundo.
La respuesta es un ominoso silencio. Cric cric cric. Se corrobora que Washington no es transparente ni cooperativo sobre el rastreo de los or铆genes del virus.
La estrategia y planes sanitarios de China son una referencia mundial contra la actual variante Delta, que en su caso apareci贸 en julio en el aeropuerto internacional Lukou de Nanjing, en la provincia de Jiangsu, por incorrecta sanitizaci贸n de aviones llegados del exterior. A fines de agosto los protocolos contra la pandemia hab铆an solucionado en lo fundamental ese brote, impidiendo su circulaci贸n comunitaria, seg煤n inform贸 su Comisi贸n Nacional de Salud.
Adem谩s de evaluar la justeza o no de las posiciones en pugna, es necesario tener en cuenta los resultados de las estrategias de ambos pa铆ses.
Al 30 de agosto 煤ltimo China registraba s贸lo 94.898 contagios y 4.848 muertos, lo que arroja una tasa de 3.46 muertos por mill贸n. A la misma fecha, EE UU ten铆a 39.3 millones de contagios y 638.711 muertos, con una tasa de 1.944 muertos por mill贸n. N煤meros as铆 valen m谩s que mil palabras.
Se baja el tel贸n de esta velada pol茅mica, para que los lectores saquen con tranquilidad, frente a sus pantallas, sus propias conclusiones. La m铆a es que EE UU no tiene con China principalmente un problema de aranceles comerciales ni por el virus. Su problema es pol铆tico. El imperio se aferra a su plan agresivo y anacr贸nico para preservar un mundo injusto y bajo su exclusiva hegemon铆a. Y ese orden desigual est谩 en crisis. Se est谩 viniendo abajo. Cobran nuevo sentido las palabras de Rosa Luxemburgo: socialismo o barbarie.
https://plsergio.wixsite.com/lasemanapolitica/post/china-es-referente-mundial-de-c%C3%B3mo-combatir-la-pandemia