Tras huir del crimen organizado, Rosa Duarte reinvent贸 su vida en Colombia hasta que lleg贸 la pandemia de COVID-19 y tuvo que reinventarse de nuevo, esta vez con el apoyo de la ONU-que le ofreci贸 una formaci贸n que ahora ella recomienda a otras mujeres.
Con la pandemia de COVID-19, en el mundo entero se popularizaron palabras como reinventarse, reconstruir, recuperarse o resiliencia tras los millones de formas de vida p茅rdidas que trajo consigo el virus. Palabras con las que las v铆ctimas de la violencia en Colombia han convivido por d茅cadas.
Seg煤n la Real Academia de la Lengua el prefijo re- significa 'repetici贸n', 'detr谩s de' o 'hacia atr谩s', 'intensificaci贸n’, ‘oposici贸n', 'resistencia' o 'negaci贸n', un conjunto de acepciones diversas que le铆das al un铆sono parecieran reunir todo lo que trajo consigo el a帽o 2020, de la misma manera que significan todo lo que Rosa Duarte hab铆a ya vivido en 2008.
En aquel a帽o, durante el mes de marzo, la brisa de la noche tra铆a la frescura ansiada por las gentes del popular barrio 7 de Abril, luego de un calor ardiente, como suelen ser los d铆as que anteceden a la primavera en la septentrional costa colombiana, donde se ancla a orillas del mar Caribe, la alegre y carnavalesca ciudad de Barranquilla.
Rosa Duarte en su casa en Talaigua Nuevo, departamento de Bol铆var, Colombia.
Iban a ser apenas las nueve, cuando El Corroncho Villa, un vecino y buen amigo del sector, lleg贸 de prisa con su rostro empalidecido por la angustiosa noticia que trae para la pareja de esposos, Rosa Duarte, de 23 a帽os, y Rafael Jim茅nez, de 28, y que los lleva, de inmediato, a abandonar junto a sus dos peque帽as hijas, la casa que con a帽os de sacrificio lograron construir, cimentados en los sue帽os y la sana ilusi贸n de sacar adelante a una familia.
Poco tiempo atr谩s, gracias a un pr茅stamo bancario, Rosa hab铆a conseguido montar en dicha zona de la deprimida Curramba, una peque帽a tienda de barrio bien surtida, donde vend铆a de todo, menos licor y cigarrillos, esto por razones religiosas.
Lo que Rosa y Rafael no sab铆an antes de iniciar el emprendimiento, era que, en aquel barrio de la zona metropolitana de Barranquilla, todo aquel que deseara abrir un establecimiento de comercio, deb铆a pagar un monto, m谩s conocido como vacuna, a las bandas criminales organizadas que operaban en el sector, bajo el pretexto de tomar el servicio de seguridad privada que ellos obligatoriamente ofrec铆an.
Tras la seria amenaza de muerte, por no haber podido cumplir con el pago de varias cuotas semanales; Rosa, Rafael y sus peque帽as hijas, para salvaguardar sus vidas, debieron huir esa noche, escondidos entre los ch茅cheres de un cami贸n de acarreos que casualmente pasaba por ah铆. Se fueron tan s贸lo con la ropa que tra铆an puesta. Debieron dejarlo todo atr谩s, sus sue帽os, sus esfuerzos, absolutamente todo cuanto hab铆an construido durante varios a帽os de sacrificio y trabajo.
Rosa recuerda y narra especialmente este hecho como el comienzo de lo que ella considera fue una huida incesante que los lleva a recorrer una geograf铆a del pa铆s profundamente marcada por la violencia, pero es en Necocl铆, municipio del departamento de Antioquia, donde se encuentran frente a frente con el conflicto armado que vivi贸 el pa铆s; su familia, como la mayor铆a en aquella regi贸n denominada Urab谩, quedaban en medio de una disputa por el control del territorio que por d茅cadas hab铆a sido escenario del narcotr谩fico al estar privilegiado con puertos estrat茅gicos de embarque.
Esta situaci贸n lleva a Rosa a constituirse legalmente como v铆ctimas del conflicto armado en el mes de marzo de 2012, aunque de esta parte de su vida prefiere no dar m谩s detalles.
Reinventarse
Tras aquella larga traves铆a, Talaigua Nuevo es el municipio donde, haciendo honor a su nombre, los Jim茅nez Duarte encuentran la oportunidad de un nuevo comienzo. Ubicado en el departamento de Bol铆var, residen all铆 hasta la fecha y Rosa recuerda que iniciaron vendiendo cocadas dulces, sopas mixtas, fritos, bollos de ma铆z y queso biche para sostener a su familia.
Impulsada por esa perseverancia que Rosa asegura llevan consigo todas las v铆ctimas del conflicto, ahorr贸 y compr贸 una moto para destinar al servicio de mototaxismo, un ingreso que complement贸 con la venta de productos por cat谩logo, aunque su sue帽o de ni帽a era otro.
Rosa Duarte ha sobrevivido a la violencia y a la pandemia sabiendo reinventar su trabajo.
Rosa Duarte ha sobrevivido a la violencia y a la pandemia sabiendo reinventar su trabajo.
“Yo so帽aba ser presentadora de televisi贸n, estar donde se origina la noticia, me imaginaba en el canal del le贸n, el canal A, si no me falla la memoria. Tambi茅n quer铆a tener una casa grande donde pudiera albergar a los j贸venes que tienen conflictos en sus casas porque es muy doloroso cuando eres maltratado y no tienes ni un padre, ni una madre (parte de su propia historia). Desafortunadamente no he podido lograr ese anhelo, pero siempre he tenido presente que quien da no es quien tiene m谩s, qui茅n da es quien quiere dar. A quien le nace del alma bendecir de lo poco que tiene”, asegura en declaraciones a Noticias ONU.
Cierto d铆a, un conocido del pueblo que sab铆a de su liderazgo y actitud de servicio, la invit贸 a postularse como representante en la Mesa Municipal de Participaci贸n Efectiva de V铆ctimas, un espacio de representaci贸n de la poblaci贸n afectada por el conflicto colombiano. La Mesa ten铆a por objetivo la construcci贸n, ejecuci贸n y control de las pol铆ticas p煤blicas para las v铆ctimas.
“A pesar de que Dios me ha regalado una buena oratoria, no di para dar un discurso cuando me postularon en la Mesa simplemente les dije que, si Dios, pon铆a gracia en m铆 para que las mujeres de todo Bol铆var me dieran su aprobaci贸n, ah铆 iba a estar para dar los esfuerzos necesarios para trabajar en pro de ellas. Aunque no he cumplido al 100 % con esa promesa debido a que la pandemia ha sido una gran limitante, he sido incansable en mi lucha, sobre todo, a favor de la educaci贸n y la capacitaci贸n de las mujeres de Bol铆var”, explica.
Rosa, por su compromiso con la poblaci贸n, fue elegida por todos y hoy su aportaci贸n en la Mesa, asegura, es una aventura gratificante llena de logros y trabajo, al poder promover la participaci贸n y el empoderamiento principalmente de las mujeres.
“Llegue a una Mesa Municipal sin saber nada, pero con hambre y sed de dar lo mejor de m铆 para mitigar un poco ese impacto que la violencia ha dejado en muchas de nuestras mujeres. Porque las mujeres han sido las que han puesto la cuota de dolor m谩s alta en esta guerra absurda”, asegura.
Reconstruir mejor
Entretanto, Rosa, al igual que millones de personas en el pa铆s, no estuvo exenta de sufrir los embates de la crisis que trajo consigo la pandemia, por la que tuvo que vender su moto y expandir su oferta.
“Puse en pr谩ctica cursos de procesamiento de frutas y hortalizas y otro de bisuter铆a, hacia mis pulseritas, mis bocadillos de guayaba, much铆simo bollo de ma铆z”, asegura.
Con la llegada de la pandemia, Rosa Duarte tom贸 cursos de formaci贸n de hort铆cultura.
Con la llegada de la pandemia, Rosa Duarte tom贸 cursos de formaci贸n de hort铆cultura.
Precisamente velar por esas oportunidades de formaci贸n que de alguna manera le brindaron a ella, en medio del confinamiento, la posibilidad de sostenerse, ha sido la bandera de Rosa como representante de la Mesa Municipal desde el comienzo, qui茅n asegura que s贸lo con educaci贸n y empleo se lograr谩 la paz en Colombia.
Fue as铆 como la misma Rosa incidi贸 para que las mujeres de su comunidad pudieran acceder a programas como “Form谩ndonos para el Futuro” del Ministerio del Trabajo y la Organizaci贸n Internacional del Trabajo al que ella se vincul贸 desde el a帽o 2020 en la modalidad de An谩lisis y Programaci贸n de Sistemas.
“Una de las cosas m谩s importantes que me llev贸 a tomar esta formaci贸n fue capacitarme para poder obtener un t铆tulo y decirles a mis hijos: mire tengo 40 a帽os y si yo puedo ustedes tambi茅n, as铆 como todas las v铆ctimas”, comenta.
Un informe reciente de la Organizaci贸n Internacional del Trabajo advierte que el efecto solamente de los tres primeros meses de confinamiento en el mercado de trabajo en Colombia fue equivalente a perder el n煤mero de empleos femeninos generados en los 煤ltimos 11 a帽os.
Favorecer la formaci贸n para el trabajo que reduzca la brecha digital por la que muchas mujeres se ven marginadas de oficios asociados a la virtualidad, as铆 como tambi茅n incentivar su vinculaci贸n a formaci贸n para trabajos tradicionalmente masculinos, es una de las principales recomendaciones de esta agencia de la ONU para lograr poner a las mujeres en el centro de la reactivaci贸n.
Form谩ndonos para el Futuro es un programa de formaci贸n t茅cnico laboral dise帽ado en el marco de la ruta de inclusi贸n laboral; su objetivo es mitigar las barreras que impiden a las v铆ctimas su inserci贸n laboral o generaci贸n de ingresos. Para 2021, el programa ha vinculado a 27 municipios a lo largo y ancho del pa铆s con la participaci贸n de m谩s de 1611 colombianos v铆ctimas del conflicto armado.
El Distrito Tur铆stico y Cultural de Cartagena de Indias, departamento de Bol铆var, cuenta con la vinculaci贸n de 77 participantes; es all铆 donde Rosa Duarte, con alegr铆a y entusiasmo, supera la pandemia y el dolor que a帽os atr谩s le dej贸 la experiencia de vivir el temor de su desplazamiento, hoy con orgullo y humildad, le hace su aporte a la paz de Colombia, as铆 como lo hacen otros miles de mujeres an贸nimas, mujeres de la paz, como ella se autodenomina.
Reportaje producido por la Oficina de OIT para los Pa铆ses Andinos en Colombia