Tras las revelaciones de la denunciante de Facebook, es hora de eliminar a esta red social de nuestra lista de amigos
OPINION de Amy Goodman y Denis Moynihan
Facebook se ha convertido en una empresa de alcance mundial cuyo valor de mercado supera el bill贸n de d贸lares. Sus plataformas permiten que las personas de todo el mundo se conecten en l铆nea con familiares y amigos, compartan fotos y den “me gusta” a las publicaciones de los dem谩s. Pero detr谩s de esta fachada ben茅vola e inofensiva se encuentra una vasta red de informaci贸n de la que Facebook obtiene ganancias al promover la discordia, la violencia y la trata de personas. Sus plataformas tambi茅n causan que muchas personas j贸venes, en particular ni帽as y adolescentes, se sientan mal consigo mismas y, en algunos casos, sufran depresi贸n y tengan pensamientos suicidas. Y Facebook lo sabe. Una filtraci贸n sin precedentes de documentos internos de la empresa propici贸 la publicaci贸n de una serie de art铆culos con revelaciones explosivas en el peri贸dico The Wall Street Journal. La denunciante que dio a conocer los documentos, Frances Haugen, hizo el domingo su primera aparici贸n p煤blica para exponer su caso en el programa “60 Minutes” de la cadena CBS; y este martes testific贸 ante un subcomit茅 de la Comisi贸n de Comercio del Senado de Estados Unidos.
“Lo que vi en Facebook una y otra vez fue que hab铆a conflicto de intereses entre lo que era bueno para sus ganancias y la seguridad de los usuarios”, expres贸 Haugen. “Y Facebook resolvi贸 estos conflictos una y otra vez a favor de sus propias ganancias. El resultado ha sido m谩s divisi贸n, m谩s da帽o, m谩s mentiras, m谩s amenazas y m谩s combate. Esta peligrosa conversaci贸n en l铆nea conduce a una violencia real que da帽a a las personas y que, incluso, provoca muertes”.
Se estima que Facebook tiene tres mil millones de usuarios en todo el mundo, y tambi茅n es propietaria de las redes sociales Instagram y WhatsApp, que entre ambas suman otros tres mil millones de usuarios. La red social Instagram, popular entre los adolescentes, anima a los usuarios a publicar selfis y videos. La cantidad de seguidores que una persona tiene, el n煤mero de “me gusta” y “no me gusta”, as铆 como las veces que una publicaci贸n es compartida, pesan mucho en la psique de muchos de estos usuarios j贸venes, a menudo de manera negativa.
El siguiente intercambio entre Haugen y el periodista Scott Pelley en el programa ”60 Minutes” ilustra muy bien este problema.
Scott Pelley coment贸: “En un estudio, el 13,5% de las adolescentes entrevistadas dijo que Instagram aumenta los pensamientos suicidas; y el 17% de las entrevistadas se帽al贸 que dicha red social empeora los trastornos alimentarios”.
Frances Haugen respondi贸: “Lo que es sumamente lamentable es que la propia investigaci贸n de Facebook indica que las j贸venes que comienzan a consumir este contenido relacionado con los trastornos alimentarios se deprimen cada vez m谩s. Y, a su vez, eso hace que usen la aplicaci贸n cada vez con mayor frecuencia. Es un ciclo de retroalimentaci贸n en el que odian sus cuerpos cada vez m谩s. El estudio interno de Facebook concluye que Instagram no solo es peligrosa para las adolescentes, sino que les hace da帽o; es claramente peor que otras redes sociales”.
Entre los documentos obtenidos por The Wall Street Journal en la filtraci贸n se encuentra una diapositiva de una presentaci贸n interna de Facebook/Instagram de 2019 titulada “An谩lisis profundo de la salud mental de los adolescentes”. En ella, los investigadores de la empresa admiten que la plataforma empeora “los problemas de imagen corporal en una de cada tres adolescentes”. Se muestra luego una lista de c贸mo funciona este c铆rculo. La diapositiva detalla:
“Las adolescentes precisaron las formas en que Instagram da帽a su salud mental:
- presi贸n para ajustarse a los estereotipos sociales
- presi贸n para igualar el dinero y la imagen corporal de los influencers
- necesidad de sentirse aprobados: cantidad de vistas, “me gusta” y seguidores
- conflictos con las amistades, hostigamiento y discursos de odio
- sobresexualizaci贸n de las ni帽as
- anuncios inapropiados dirigidos a grupos vulnerables”.
La mira de Facebook en los adolescentes se ha comparado con el accionar de las grandes empresas tabacaleras, que durante d茅cadas ocultaron las propiedades da帽inas y adictivas de los cigarrillos, a la vez que captaban a fumadores cada vez m谩s j贸venes.
La destructiva red de contenido t贸xico impulsada a trav茅s de Facebook e Instagram va mucho m谩s all谩. Como revelan los documentos filtrados, Facebook sabe desde hace a帽os que sus plataformas son utilizadas por organizaciones criminales. Los c谩rteles mexicanos de la droga han utilizado la red social para captar a j贸venes y convertirlos en asesinos, as铆 como tambi茅n para publicar videos en los que celebran sus actos violentos.
Asimismo, las organizaciones de trata de personas usan Facebook para reclutar trabajadores dom茅sticos para puestos laborales en Medio Oriente. Confiscan los pasaportes de estas personas, muchas de las cuales provienen de 脕frica, y luego venden sus contratos de trabajo. Estos trabajadores son a menudo sometidos a condiciones similares a la esclavitud, y a algunos incluso les colocan grilletes para evitar que se escapen.
En las zonas de conflicto, Facebook ha desempe帽ado un papel clave en avivar las llamas del odio racial y 茅tnico, alentando la violencia que ha contribuido a asesinatos masivos y a la limpieza 茅tnica contra poblaciones minoritarias como los musulmanes rohiny谩 en Birmania y contra el pueblo de Tigray en Etiop铆a.
Facebook sabe que su plataforma est谩 causando da帽os, pero se ha negado a tomar medidas. El propio director ejecutivo del gigante tecnol贸gico, Mark Zuckerberg, ha intervenido y ha apartado a los investigadores de la empresa que sugieren soluciones que podr铆an afectar la rentabilidad de Facebook. Facebook y Zuckerberg se niegan a contratar m谩s supervisores de contenido —especialmente en idiomas distintos del ingl茅s, que constituyen los idiomas de la gran mayor铆a de los usuarios— o ajustar el algoritmo secreto que impulsa las enormes ganancias de la empresa.
“Lo que realmente impacta aqu铆 es la cantidad de mentiras descaradas que se repiten una y otra vez”, expres贸 en una entrevista con Democracy Now! Jessica Gonz谩lez, codirectora ejecutiva de la organizaci贸n Free Press, que trabaja por la democratizaci贸n de los medios de comunicaci贸n. “Esto demuestra con claridad que Facebook no est谩 capacitado para regularse a s铆 mismo y que necesitamos que el Congreso y el Gobierno de Estados Unidos intervengan y brinden transparencia y responsabilidad”.
Nosotros —nuestra atenci贸n y el tiempo que pasamos en estos sitios y aplicaciones— son el producto que Facebook vende a los anunciantes. Debemos exigir que la empresa rinda cuentas de sus actos. Es necesario que el Congreso intervenga y que se tomen medidas antimonopolio para controlar a esta red mundial en expansi贸n que obtiene ganancias a partir del dolor.
© 2021 Amy Goodman
Facebook se ha convertido en una empresa de alcance mundial cuyo valor de mercado supera el bill贸n de d贸lares. Sus plataformas permiten que las personas de todo el mundo se conecten en l铆nea con familiares y amigos, compartan fotos y den “me gusta” a las publicaciones de los dem谩s. Pero detr谩s de esta fachada ben茅vola e inofensiva se encuentra una vasta red de informaci贸n de la que Facebook obtiene ganancias al promover la discordia, la violencia y la trata de personas. Sus plataformas tambi茅n causan que muchas personas j贸venes, en particular ni帽as y adolescentes, se sientan mal consigo mismas y, en algunos casos, sufran depresi贸n y tengan pensamientos suicidas. Y Facebook lo sabe. Una filtraci贸n sin precedentes de documentos internos de la empresa propici贸 la publicaci贸n de una serie de art铆culos con revelaciones explosivas en el peri贸dico The Wall Street Journal. La denunciante que dio a conocer los documentos, Frances Haugen, hizo el domingo su primera aparici贸n p煤blica para exponer su caso en el programa “60 Minutes” de la cadena CBS; y este martes testific贸 ante un subcomit茅 de la Comisi贸n de Comercio del Senado de Estados Unidos.
“Lo que vi en Facebook una y otra vez fue que hab铆a conflicto de intereses entre lo que era bueno para sus ganancias y la seguridad de los usuarios”, expres贸 Haugen. “Y Facebook resolvi贸 estos conflictos una y otra vez a favor de sus propias ganancias. El resultado ha sido m谩s divisi贸n, m谩s da帽o, m谩s mentiras, m谩s amenazas y m谩s combate. Esta peligrosa conversaci贸n en l铆nea conduce a una violencia real que da帽a a las personas y que, incluso, provoca muertes”.
Se estima que Facebook tiene tres mil millones de usuarios en todo el mundo, y tambi茅n es propietaria de las redes sociales Instagram y WhatsApp, que entre ambas suman otros tres mil millones de usuarios. La red social Instagram, popular entre los adolescentes, anima a los usuarios a publicar selfis y videos. La cantidad de seguidores que una persona tiene, el n煤mero de “me gusta” y “no me gusta”, as铆 como las veces que una publicaci贸n es compartida, pesan mucho en la psique de muchos de estos usuarios j贸venes, a menudo de manera negativa.
El siguiente intercambio entre Haugen y el periodista Scott Pelley en el programa ”60 Minutes” ilustra muy bien este problema.
Scott Pelley coment贸: “En un estudio, el 13,5% de las adolescentes entrevistadas dijo que Instagram aumenta los pensamientos suicidas; y el 17% de las entrevistadas se帽al贸 que dicha red social empeora los trastornos alimentarios”.
Frances Haugen respondi贸: “Lo que es sumamente lamentable es que la propia investigaci贸n de Facebook indica que las j贸venes que comienzan a consumir este contenido relacionado con los trastornos alimentarios se deprimen cada vez m谩s. Y, a su vez, eso hace que usen la aplicaci贸n cada vez con mayor frecuencia. Es un ciclo de retroalimentaci贸n en el que odian sus cuerpos cada vez m谩s. El estudio interno de Facebook concluye que Instagram no solo es peligrosa para las adolescentes, sino que les hace da帽o; es claramente peor que otras redes sociales”.
Entre los documentos obtenidos por The Wall Street Journal en la filtraci贸n se encuentra una diapositiva de una presentaci贸n interna de Facebook/Instagram de 2019 titulada “An谩lisis profundo de la salud mental de los adolescentes”. En ella, los investigadores de la empresa admiten que la plataforma empeora “los problemas de imagen corporal en una de cada tres adolescentes”. Se muestra luego una lista de c贸mo funciona este c铆rculo. La diapositiva detalla:
“Las adolescentes precisaron las formas en que Instagram da帽a su salud mental:
- presi贸n para ajustarse a los estereotipos sociales
- presi贸n para igualar el dinero y la imagen corporal de los influencers
- necesidad de sentirse aprobados: cantidad de vistas, “me gusta” y seguidores
- conflictos con las amistades, hostigamiento y discursos de odio
- sobresexualizaci贸n de las ni帽as
- anuncios inapropiados dirigidos a grupos vulnerables”.
La mira de Facebook en los adolescentes se ha comparado con el accionar de las grandes empresas tabacaleras, que durante d茅cadas ocultaron las propiedades da帽inas y adictivas de los cigarrillos, a la vez que captaban a fumadores cada vez m谩s j贸venes.
La destructiva red de contenido t贸xico impulsada a trav茅s de Facebook e Instagram va mucho m谩s all谩. Como revelan los documentos filtrados, Facebook sabe desde hace a帽os que sus plataformas son utilizadas por organizaciones criminales. Los c谩rteles mexicanos de la droga han utilizado la red social para captar a j贸venes y convertirlos en asesinos, as铆 como tambi茅n para publicar videos en los que celebran sus actos violentos.
Asimismo, las organizaciones de trata de personas usan Facebook para reclutar trabajadores dom茅sticos para puestos laborales en Medio Oriente. Confiscan los pasaportes de estas personas, muchas de las cuales provienen de 脕frica, y luego venden sus contratos de trabajo. Estos trabajadores son a menudo sometidos a condiciones similares a la esclavitud, y a algunos incluso les colocan grilletes para evitar que se escapen.
En las zonas de conflicto, Facebook ha desempe帽ado un papel clave en avivar las llamas del odio racial y 茅tnico, alentando la violencia que ha contribuido a asesinatos masivos y a la limpieza 茅tnica contra poblaciones minoritarias como los musulmanes rohiny谩 en Birmania y contra el pueblo de Tigray en Etiop铆a.
Facebook sabe que su plataforma est谩 causando da帽os, pero se ha negado a tomar medidas. El propio director ejecutivo del gigante tecnol贸gico, Mark Zuckerberg, ha intervenido y ha apartado a los investigadores de la empresa que sugieren soluciones que podr铆an afectar la rentabilidad de Facebook. Facebook y Zuckerberg se niegan a contratar m谩s supervisores de contenido —especialmente en idiomas distintos del ingl茅s, que constituyen los idiomas de la gran mayor铆a de los usuarios— o ajustar el algoritmo secreto que impulsa las enormes ganancias de la empresa.
“Lo que realmente impacta aqu铆 es la cantidad de mentiras descaradas que se repiten una y otra vez”, expres贸 en una entrevista con Democracy Now! Jessica Gonz谩lez, codirectora ejecutiva de la organizaci贸n Free Press, que trabaja por la democratizaci贸n de los medios de comunicaci贸n. “Esto demuestra con claridad que Facebook no est谩 capacitado para regularse a s铆 mismo y que necesitamos que el Congreso y el Gobierno de Estados Unidos intervengan y brinden transparencia y responsabilidad”.
Nosotros —nuestra atenci贸n y el tiempo que pasamos en estos sitios y aplicaciones— son el producto que Facebook vende a los anunciantes. Debemos exigir que la empresa rinda cuentas de sus actos. Es necesario que el Congreso intervenga y que se tomen medidas antimonopolio para controlar a esta red mundial en expansi贸n que obtiene ganancias a partir del dolor.
© 2021 Amy Goodman