Josephine Baker formó en este castillo en Dordoña su "tribu del arcoiris". Ahí se instaló con su cuarto marido y sus 12 niños adoptados de diferentes orígenes étnicos. Creaba así una utopía multirracial que después transformó en una aldea global por la paz. Sus hijos recuerdan cómo era vivir aquí con una artista sin par.
Ideales más grandes que un castillo
"Sí existían la adopciones, pero adoptar niños de diferentes culturas, religión y color de piel para hacer una familia era algo inusual, asegura Akio Bouillon-Baker, el mayor de los hijos adoptivos de Josephine Baker.
"Volver aquí nos trae recuerdos y nostalgia. Es difícil volver aquí porque el final fue trágico para mi madre...", cuenta Brian Bouillon-Baker, el séptimo hijo adoptivo de Baker.
Y es que Josephine, figura de la resistencia francesa y activista contra el racismo, tuvo que renunciar a este palacio en Milandes, convertido hoy en casa museo. Sus ideales y grandes ambiciones eran incompatibles con las facturas y deudas que contrajo. Su hijo Brian, la recuerda en la cocina...
"Éste era el lugar de reunión, y a pesar de que teníamos una cocinera española, mi madre preparaba cada domingo para cenar, spaguettis bolognesa, su plato preferido".
Amó sin restricciones y tuvo una familia singular
Estrella del escándalo, abiertamente bisexual, Baker amó sin restricciones y tuvo una familia singular, creó una tribu del arcoiris mucho antes de que existiera esa bandera insignia... Siempre adelantada a su época, es ahora además la primera mujer negra en entrar en el Panteón de los hombres ilustres de Francia.
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