Z, Jorge Riechmann. Madrid, Huerga y Fierro Editores. I Premio de Poes铆a Cr铆tica “脕lvaro Tejero Barrio”. 155 p谩ginas. 2021.
Jorge Riechmann se alz贸 hace ahora un a帽o (el fallo del jurado se produjo el 20 de octubre de 2020) con el I Premio de Poes铆a Cr铆tica “脕lvaro Tejero Barrio”. Su libro, Z, se incardina en la —maravillosa— etapa contemplativa de su autor, comenzada con el poemario Ars Nesciendi en 2018 (Amargord). Como fray Luis de Le贸n, Jorge se retira a la naturaleza, y a la par que se dirige a los arroyos y aves de la sierra de Madrid, nos critica a los humanos tanto por nuestra capacidad destructiva como por nuestra falta de coraje para detener el impulso aniquilador. Su retiro, a Cercedilla, obedece a una necesidad econ贸mica (la subida del precio de los alquileres en la capital), pero pretende el mismo fin que el del fraile agustino: “no hacer da帽o, ni hacerse da帽o” (p. 93). Se trata de una l铆rica moral que hunde sus ra铆ces en el estoicismo romano.
Z es un libro extenso. Contiene nueve bloques que se reparten en ciento cincuenta p谩ginas. Es decir, Riechmann concurs贸 con una obra generosa en cuanto a sus dimensiones f铆sicas, y generosa tambi茅n, desde un punto de vista 茅tico. Los textos intentan concienciarnos, hacernos ver el peligro que nos acecha hoy y el demoledor futuro que vendr谩. Advert铆a Calder贸n a los hombres de su tiempo (enredados en los placeres del mundo terrenal, al igual que nosotros) que en realidad no viv铆an, pues eran esclavos de sus pasiones (“mira bien lo que te advierto/ que seas humilde y blando/ porque quiz谩 est谩s so帽ando/ aunque ves que est谩s despierto”). Jorge, menos dado a la ret贸rica que los poetas barrocos, fustiga la ceguera que conduce a la muerte (no ya del alma, sino de nuestra especie) de un modo m谩s directo: “y mientras tanto/ nosotros, a por uvas” (p. 87).
脡l mismo justifica su po茅tica en una de las composiciones:
A medida que el agua
de hielos y de nieves se fund铆a
se me fue derritiendo igualmente la ret贸rica
Y as铆, con un estilo coloquial (sustentando, no obstante, en la iron铆a, los juegos de palabras, los paralelismos, las an谩foras o la paradojas) pasa revista a los devastadores efectos sobre el mundo del modelo econ贸mico capitalista: “descongelaci贸n del permafrost”, “acidificaci贸n de los oc茅anos”, “caos clim谩tico”… Con id茅ntico 铆mpetu, vaticina sus nefastas consecuencias a un medio/largo plazo: apag贸n energ茅tico, “colapso”, “apocalipsis clim谩tico”, “fascismo”, “millones de muertos”...
En esta misma direcci贸n apuntan, precisamente, las novelas dist贸picas que se han venido publicando en nuestros pa铆s en la 煤ltima d茅cada (Cenital, de Emilio Bueso; Un minuto antes de la oscuridad, Ismael M. Biurrun; Nos mienten, Eduardo Vaquerizo; Un futuro sin m谩s, Antonio Turiel; o Inercia, Ariadna G. Garc铆a). El cient铆fico Antonio Turiel, investigador del CSIC, incide sobre lo mismo desde las reveladoras entradas de su blog: Oil Crash.
“El tiempo de luchar se nos acaba”, escribe Jorge. Su optimismo tambi茅n entra en declive:
Durante la vigorosa juventud
aquella s贸lida certidumbre intuitiva:
lograremos evitar lo peor
pero el mundo ha seguido descendiendo
sus aciagos escalones de catr谩stofe
y uno ya ha encanecido bastante
y se pregunta: ¿seremos al menos capaces
de evitar lo peor de lo peor?
As铆 las cosas, el poeta convierte su poemario en una honda oraci贸n a Gaia en el templo de la naturaleza. No faltan los agradecimientos (“a los pinos, a los corzos”), ni las peticiones de perd贸n (a los reinos animal y vegetal, “por ir… arras谩ndolo todo” p. 125) ni el —sobrecogedor— ruego de protecci贸n (dirigido a los arroyos).
Y es que este libro suena a despedida. Jorge se despide de su esperanza en nosotros, pues no somos capaces de cambiar. Y cuando una lleva veinticinco a帽os leyendo a su autor de cabecera, esta desesperanza llena de estremecimiento. S贸lo queda rezar, es decir: estar en sinton铆a con los 谩rboles, comulgar con el resto de mam铆feros y entregarse al silencio que nos religue al mundo. Adem谩s de cuidarnos los unos a los otros, con amor:
Darnos la mano en la oscuridad
no derrota al monstruo
pero nos salva del miedo
Hoy se reunen 120 presidentes de gobierno en la cumbre de Glasgow sobre Cambio Clim谩tico, cuyo fin es evitar que la temperatura media de la Tierra supere el 1,5 grados Celsius. A partir de esa cifra, las condiciones atmosf茅ricas no ser谩n compatibles con la vida humana. Pero recordemos que la transformaci贸n comienza en nosotros, ciudadanos de a pie. Cada cual debe ser responsable, como dice Jorge, de “no empeorar las cosas”, aunque ello conlleve peque帽os sacrificios personales. Ojal谩 seamos capaces de salir de la doble par谩lisis (individual y social) de la que advierte Riechmann:
Ser conscientes
de lo que deber铆amos hacer
ser conscientes de nuestra incapacidad para hacerlo