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El secuestro de las democracias

OPINIÓN de Jorge Majfud

En todo conflicto hay, por definición, dos lados. Uno puede y debe tomar partido por uno, si es necesario y justo, pero cuando la gran prensa internacional, los multimillonarios lobbies de medios solo presentan la realidad desde un lado y acusan al otro de censura informativa, es suficiente para desconfiar. (Los «op-eds» no cuentan, ya que son apenas el impuesto moral que la propaganda paga para no ser considerada propaganda.)



Al fin y al cabo, aunque no son los dueños del poder sino sus servidores, son ellos los principales creadores de opinión, es decir, los principales secuestradores de democracias.

Como lo demuestra la historia, la democracia no solo ha sido un obstáculo para dictadores sino para toda forma de acumulación de poder, en nuestro tiempo y desde hace unos siglos, el capital. Para el Capitalismo, su mayor adversario ha sido siempre la democracia, porque significa que la gente sin capital puede ser un obstáculo. No lo es cuando los sincapitales defienden a los capitalistas y a la Libertad de Empresa confundiéndola, no por casualidad, con la Libertad.

En América latina, el Capitalismo floreció siempre bajo dictaduras. Incluso hoy en la China comunista, el capitalismo se siente como en casa. No hay sindicatos ni organizaciones sociales que se le planten por delante o retrasen sus grandes proyectos con discusiones vanas.

El modelo del Capitalismo financiero es una herencia del sistema esclavista del siglo XIX y la gran Empresa del siglo XXI. No por casualidad los millonarios más poderosos estaban en el Sur esclavista de Estados Unidos, no en el Norte industrial. Así como los amos expandían la esclavitud en nombre de la libertad, el orden y la civilización, así lo hicieron sus herederos, los poderosos CEOs. Así como los esclavistas demonizaron a los esclavos como peligrosos sujetos, así el Capitalismo demonizó a los trabajadores en la prensa y en la cultura popular. En Estados Unidos se evitó celebrar un Día de los Trabajadores, y hasta se los hizo invisibles o se los representó como criminales en las historias de Disney y de Hollywood. Hasta se los acusó de provocar una lucha o una division de clases, precisamente para ocultar los verdaderos creadores del abuso y de la división radical de clases.

Toda gran empresa es una dictadura limitada por alguna forma exterior de democracia. Razón por lo cual, cuando no pueden poneer a ningun dictador títere en alguna republica bananera, deben secuestrar ese sistema que los de abajo mantienen más o menos vivo, salvándolo del ataque persistente de los poderes concentrados en la punta de la pirámide social.

La democracia practicante siempre fue un problema para el Capitalismo. Cuando no pudo destruirla la secuestró. Como un lobo se viste de cordero, convenció a las ovejas que era el verdadero representante de la democracia y la libertad.

Y la gran prensa fue la continuación de su propaganda por otros medios.




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