Ir al contenido principal

Los criminales de guerra deben rendir cuentas, ya sean de Rusia, de Estados Unidos o de cualquier otro lugar del mundo

OPINI脫N de Amy Goodman y Denis Moynihan

“Pienso que es un criminal de guerra”. As铆 calific贸 el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a su hom贸logo ruso, Vladimir Putin. Biden hizo estas declaraciones el mi茅rcoles en respuesta a la pregunta que le formul贸 una periodista luego de un evento en la Casa Blanca. M谩s temprano ese mismo d铆a, la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en un fallo sobre una demanda presentada por Ucrania, hab铆a ordenado a Rusia “suspender de inmediatamente las operaciones militares que iniciadas el 24 de febrero de 2022 en el territorio de Ucrania”. El dictamen fue aprobado por trece votos a favor y dos en contra, emitidos por los jueces que conforman el tribunal en representaci贸n de Rusia y China. Ese mismo d铆a, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, visit贸 Polonia y Ucrania como parte de su investigaci贸n sobre posibles cr铆menes de guerra, cr铆menes de lesa humanidad y actos de genocidio cometidos en Ucrania. La investigaci贸n de Khan pas贸 por alto el proceso habitual de autorizaci贸n de ese organismo con sede en La Haya, que suele durar varios meses, dado que 39 pa铆ses miembros de la Corte solicitaron una acci贸n acelerada al respecto.

El Estatuto de Roma, el tratado de la ONU que rige la Corte Penal Internacional, tiene 123 pa铆ses signatarios, pero ni Rusia ni Estados Unidos se encuentran entre ellos; ambos pa铆ses rechazan la jurisdicci贸n del 贸rgano judicial internacional. Ucrania tampoco es parte de la Corte, pero le ha permitido al organismo investigar eventos ocurridos dentro de su territorio desde noviembre de 2013 en adelante, entre ellos, las violentas protestas conocidas como “Euromaidan” y el consiguiente conflicto armado que se desarroll贸 en la regi贸n de Domb谩s.

El fiscal Khan dijo en un comunicado: “Quiero enviar un mensaje claro. Si existen ataques dirigidos de manera deliberada contra la poblaci贸n civil, ese es un crimen que mi Oficina puede investigar y llevar ante el tribunal. Si los ataques se dirigen intencionalmente contra bienes de car谩cter civil, incluidos los hospitales: ese tambi茅n es un delito que mi oficina puede investigar y llevar ante el tribunal”.

Los relatos de la impactante brutalidad de la invasi贸n aumentan a diario. En la ciudad de Mari煤pol, un hospital materno-infantil fue bombardeado la semana pasada. Esta semana, tambi茅n en Mari煤pol, fue atacado el Teatro Regional de Donetsk. El teatro estaba siendo utilizado como refugio por cientos de civiles, incluidos ni帽os y ni帽as. Los ataques rusos contra la poblaci贸n civil ucraniana han sido crueles e implacables, y han incluido el uso de bombas de racimo. Se estima que miles de civiles han muerto desde el inicio de la invasi贸n y que m谩s de tres millones de personas han huido de Ucrania. Unicef calcula que cada segundo un ni帽o o ni帽a se convierte en refugiado desde que comenz贸 la guerra.

Poco despu茅s de que Biden calificara a Putin de criminal de guerra, su Gobierno se retract贸 de la declaraci贸n. El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, y la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijeron que Biden estaba “hablando desde el coraz贸n” y que el proceso oficial del Gobierno estadounidense para evaluar la posible existencia de cr铆menes de guerra estaba en curso.

Hay buenas razones para que las autoridades de Washington sean cautelosas antes de denunciar cr铆menes de guerra. Si el hombre que dirige el Kremlin puede ser acusado de cr铆menes de guerra por ordenar una invasi贸n ilegal, ¿qu茅 impide que el hombre que dirige la Casa Blanca sea acusado por hacer lo mismo? El expresidente de Estados Unidos George W. Bush hizo precisamente eso en 2003. Sin embargo, Bush dijo en un comunicado el 24 de febrero: “Me uno a la comunidad internacional para condenar la invasi贸n no provocada e injustificada de Ucrania por parte de Vladimir Putin”.

El historiador Andrew Bacevich algo sabe sobre la guerra. Fue oficial del Ej茅rcito de Estados Unidos en Vietnam. Su hijo, tambi茅n oficial del Ej茅rcito estadounidense, result贸 muerto en Irak en 2007.

En conversaci贸n con Democray Now!, el profesor Bacevich dijo recientemente: “Ni por un instante quisiera minimizar los horrores que actualmente se est谩n desarrollando en Ucrania, ni las muertes , ni las heridas infligidas a la poblaci贸n no combatiente. […] Pero, seamos realistas, esas cifras son min煤sculas en comparaci贸n con la cantidad de personas que murieron, fueron desplazadas o resultaron heridas como consecuencia de las guerras estadounidenses en Irak y Afganist谩n. Seg煤n el proyecto investigativo Costs of War de la Universidad de Brown, las invasiones de Estados Unidos a Afganist谩n e Irak provocaron alrededor de 900.000 muertes. Entiendo que los estadounidenses no quieran hablar de eso ni recordarlo y que la 茅lite pol铆tica quiera dejarlo atr谩s. Pero hay una dimensi贸n moral de la guerra en Ucrania que deber铆a despertar un sentido de humildad en nosotros a la hora de se帽alar con el dedo a otras personas”.

De hecho, la propia embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, tuvo que editar los comentarios que realiz贸 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 2 de marzo. En el discurso original, Thomas-Greenfield dijo: “Hemos visto videos de las fuerzas armadas rusas trasladando hacia Ucrania armas excepcionalmente letales que no tienen cabida en los campos de batalla. Esto incluye municiones de racimo y bombas termob谩ricas, que est谩n prohibidas por la Convenci贸n de Ginebra”.

La frase “que no tienen cabida en los campos de batalla” se elimin贸 de la transcripci贸n del discurso de la embajadora, para ajustar la sinton铆a a la negativa de Estados Unidos a firmar la Convenci贸n sobre Municiones de Racimo. Estados Unidos us贸 bombas de racimo en Vietnam, Laos, Camboya, Irak y, m谩s recientemente, en Yemen, donde un ataque estadounidense con ese tipo de municiones provoc贸 la muerte de 55 personas en 2009.

Si el derecho internacional ha de valer para algo, debe aplicarse de manera equitativa. Nadie est谩 por encima de la ley, ni en Rusia, ni en Estados Unidos, ni en ning煤n otro lugar del mundo. Estados Unidos debe unirse al mundo civilizado y firmar los tratados internacionales referidos a la Corte Penal Internacional, las municiones de racimo y las minas terrestres.

© 2022 Amy Goodman




ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible